Ahora me toca a mí

Jueves 1 de septiembre de 2022

Esta frase del título fue la manera de terminar su comentario, Marisol Garmendia, ante la candidatura del ex alcalde Odón Elorza, personalidad donostiarra que a mí no me produce especial entusiasmo. Y la saco a colación porque no le quito ningún mérito a la carrera política de la Sra. Garmendia, pero en estas lides si el argumento es que Elorza es una candidatura “vintage”, que su tiempo es el pasado y que ya lo fue y que ahora le toca a ella por ser mujer, apaga y vámonos. ¡Claro que las mujeres han estado preteridas y necesitan una oportunidad¡ pero utilícese otra argumentación distinta a la veteranía porque en las sociedades serias, en los lugares serios, suele ser parte del mérito. Y que el PSE elija a quien quiera.

Odón Elorza llegó a la alcaldía de San Sebastián en un momento de dificultad del EAJ-PNV como consecuencia de su división en 1986. El candidato natural para Donostia era Enrique Múgica que siempre decía que lo de él era ser alcalde de su ciudad pero no candidato pues lo tenía muy difícil. Y hubiera sido feliz siéndolo. No tuvo a mano la bola de cristal para saber que iba a serlo un personaje del montón que entró en la candidatura poco menos que de relleno: Odón Elorza. Pero las necesidades del PNV en Araba hicieron que, de carambola, el desconocido y gris  Elorza apareciera  como alcalde donostiarra. Nunca lo hubiera sido sin el apoyo de los concejales jelkides, pero sí lo fue, y logró serlo nada menos que veinte años, y como para quitarse la espina no hizo más que incomodar y hacer la vida imposible a los concejales del PNV en el ayuntamiento sin jamás agradecer, ni tras una ronda de txakolí que había sido el EAJ-PNV quien lo había hecho alcalde con sus votos en el pleno.

Odón Elorza es conocido, tiene experiencia, pero no creo ni deseo, es lo que necesita Donostia pero no porque sea un veterano sino por su carácter arbitrario y su manera de ejercitar la política. Lo de la veteranía si el veterano es persona sensata es un mérito no un demérito por lo que le sugeriría  a Marisol Garmendia que utilice otros argumentos e ideas además del de ser mujer, de tener ella también una trayectoria y el que ahora le toca a ella. Creo que sabrá encontrar argumentos mejores, ya que es teniente alcalde del ayuntamiento donostiarra  y conoce el municipio que desea regir.

Hay veteranos que son una castaña, hay políticos jóvenes que también lo son. Analícese lo que pretenden hacer y no descalifiquen por la edad que es mala cosa. Y si gana una mujer, pues mil veces mejor.

Dos encuentros con Gorbachov

Miércoles 31 de agosto de 2022

Así las cosas, la noticia que interrumpe este diálogo es el fallecimiento a los 91 años de Mijail Gorbachov.

Le conocí en dos momentos muy distintos de su vida. Felipe González le vendió la moto de la transición española organizando una ridícula semana explicativa de las bondades de la sacrosanta transición hispana, viajando incluso Alfonso Guerra, como gran pope a dar explicaciones a Moscú, como si pasar del comunismo a una economía de mercado fuera fácil. Uno decía que se puede hacer una sopa de pescado en un Aquarium pero no un Aquarium con una sopa de pescado.

El caso es que el líder de la Perestroika viajó a Madrid en 1990. El todo Madrid y el todo España quería ir a esa cena en el Palacio Real. Era la figura mundial. Yo fui como portavoz del PNV. Después de los discursos y de la cena se solía pasar al Salón Gasparini donde se tomaba el café, el té, se fumaba y la gente hablaba sin protocolo en los corrillos. Yo estaba en uno de ellos y el Jefe de su Casa me viene para decirme que el Rey quería fuera donde èl. Acudí. Estaba con Gorbachov y me presentó. Cuando  el intérprete dijo que yo era el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, lentamente, Gorbachov se llevó las manos a la cabeza y le preguntó:»¿ pero aquí también hay nacionalistas». «Pues claro» le respondió el Borbon que inmediatamente se puso a contarle su estancia  de estudiante en el Palacio de  Miramar de San Sebastián  diciéndole además que sabía euskera. Era de verle  contando en euskera hasta cinco. Aquello fue sicodélico. Gorbachov veía que aquella Unión de Repúblicas se le iba por el despeñadero y a pesar de su glasnot (transparencia) no tenía ni idea donde había viajado.

La segunda fue a punto de caer. Le habían dado el golpe de estado y repuesto pero aquello se iba al garete. Pasado agosto Benegas propuso que una comisión de Exteriores del Congreso viajara a Moscú para apoyarle y allí fuimos.

Nos dimos cuenta que el  embajador español, un tal Cuenca, no tenía ni idea de lo que estaba pasando y enviaba a Madrid informes de relato de hadas. Logró que se le amotinaran todos los diplomáticos y personal de la representación.

El caso es que fuimos al Kremlin, nos metieron en una sala donde al poco apareció Gorbachov con el agua al cuello. Su situación era límite y estaba a punto de dimitir. Nos dedicó una hora mientras su poder estaba en plena hoguera. Tras él y en la misma sala y al poco apareció un jovial Yeltsin que estaba feliz de la operación que le habían hecho en Barcelona de la espalda y de lo majos que eran los españoles, los catalanes y los vascos, para contrariedad de Benegas y Rupé y puso pringando a Gorbachov y a los golpistas y nos  esbozó una Rusia sin Ucrania, Bielorrusia, Georgia y demás Repúblicas. «Nosotros somos demócratas y aquí tiene que estar quien quiera».

A los quince días en la cúpula del  Kremlinn se izaba la bandera rusa y se arriaba la de la URSS. Fuimos pues la última delegación internacional con la que estuvo como presidente de la URSS.

Gorbachov no siguió el modelo chino y ahora Putin, añorando la antigua URSS, trabaja en ello. Pues si, eso nos tocó vivir. Toda una experiencia.

Cuando la gente se movilizaba

Martes 30 de agosto de 2022

Un amigo me ha pedido el móvil de Gabriel Rufián. A través de una muy eficiente secretaria lo he conseguido, pero no el de él, sino el de su secretario. Caramba, me he dicho, como se le sube el pavo a la gente.

Dicho esto, publico esta foto que me han enviado a raíz de la reseña de Mundaka. Es Ondarroa en 1979 cuando se reinauguró el Batzoki. El EAJ-PNV había tenido uno, en el mejor sitio de la localidad, en tiempos de la República en el edificio siguiente al hotel Vega, entonces hotel Bahía. Bajo y entresuelo para vivienda para los guardianes (abuelos y ama  de Josune Aristondo). Les acusaron, a la entrada de los franquistas que allí guardaban armas, acusación que les valió detención y cárcel. Tras la incautación del batzoki sus bajos y entresuelo fue una tienda de efectos navales. Hoy no existe. Se lo llevó la ampliación del puerto  y la circunvalación. Pero sobre todo la opresión. Hoy está arriba, está bien, tiene terraza, pero ni color en su ubicación.

En 1979 se reinauguró. Hablamos Arzalluz, Garaikoetxea, Iñigo Aguirre, Juanjo, Antón Ormaza, el presidente de la Junta Municipal y yo, desde una ventana enfrente a la explanada del ayuntamiento. El gentío y el ambiente era tremendo. Se ve y palpa en la foto.

Ha pasado el tiempo, han desaparecido la mayoría de los protagonistas, la sociedad ha cambiado y la ilusión ha disminuido. Confío que este año en el Alderdi Eguna se recupere aquella magia. Ojalá.