URKULLU EN MARCEAU

Lunes 6 de enero de 2025

Esta interesante fotografía está sacada en Paris, en el 11 de la Av. Marceau, actual sede del Instituto Cervantes. Corresponde a julio de 2016 con motivo de un viaje que hizo el Lehendakari para la firma de un Memorándum de Entendimiento con la Directora General  de la Unesco, Sra. Irina Bokova.

Se le ve introduciendo en el buzón de la puerta una tarjeta con la reivindicación del edificio  así como  su presentación en la Av. Marceau. La reivindicación de la devolución del edificio de la Delegación siempre la ha tenido presente como presidente del BBB, del EBB y como Lehendakari.

En mi recuento de ayer sobre la historia de esta pequeña y gran epopeya simbólica en Deia y en Noticias de Gipuzkoa omití involuntariamente el dato que con gusto pongo ahora en evidencia. Esto sí ha sido una reivindicación constante del PNV y de sus gentes.

Curiosamente este domingo tanto en Gara como en Vocento se abordaba el asunto. A algunos les chirría que la devolución se haga al PNV. Normal. Si  el palacete se compró en agosto de 1936 y el gobierno vasco se constituyó el 7 de octubre de 1936, ¿Quién actuó antes?. Esa ha sido la gran clave para demostrar como la iniciativa fue del PNV que luego traspasó a la Liga Internacional de Amigos de los Vascos.

LA DELEGACIÓN DE PARÍS NO ES UN PALACETE, ES UN SÍMBOLO DE LUCHA.

Domingo 5 de enero de 2025

El acuerdo del Consejo de Ministros reconociendo al EAJ-PNV la propiedad del edificio del número 11 de la Avenue Marceau de Paris y otros dos inmuebles más, me pareció algo increíble y el mejor regalo de Navidad. El Madrid político solo entiende el lenguaje de la necesidad, absolutamente nada más. Ni los títulos de propiedad, ni los abusos de guerra, ni el derecho, ni  mucho menos la autoridad moral, de ahí que la noticia nos traiga al hoy un  hecho  que nació con la sublevación  de los militares africanistas en España en 1936.

Según nos contó Ajuriaguerra, ante aquella sublevación entre las mil decisiones que tuvieron que tomar él dio la orden de adquirir una base política en la que entonces era la capital más importante de Europa. Y no lo hicieron adquiriendo un pisito en el barrio latino, sino un palacete en el barrio residencial más importante de París. Parece que D. Rafael Picavea empresario, editor, y diputado gestionó a buen precio la compra de un edificio exento  de 1833 en lo más  exclusivo de París y ante el llamamiento para su compra, patriotas jelkides como Belaustegigoitia en México, Saralegi en Cuba y varios más aportaron la cantidad para su adquisición. Cuando al poco se aprobó el primer estatuto de autonomía en el Congreso el 1 de octubre de 1936 y el primer gobierno vasco en Gernika el 7 de octubre, uno de sus primeros nombramientos fue el del Delegado de ese naciente gobierno vasco al  citado  D. Rafael de Picavea, a quien vemos en la fotografía instalando la Delegación, con  el encargo de poner en marcha  asimismo una publicación, Euzko Deya. Y no nos olvidemos que caído Bilbao y a punto de caer Barcelona, Paris fue el despacho de trabajo del Lehendakari Agirre, del Gobierno Vasco exiliado y de Javier de Landaburu creando la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, el 16 de diciembre de 1938 bajo presidencia del Arzobispo de Paris el Cardenal Verdier en Paris, como centro de Europa, junto al premio Nobel de Literatura Francios Mauriac y hasta once personalidades de este tenor participando como Comité Humanitario y organización legal de acción y contactos en aquellos momentos de absoluta zozobra. El periodista democristiano Pierre Dumas y el diputado Ernest Pezet fueron básicos en aquellos momentos de total convulsión en Europa y Francia. Lo hicieron muy bien.

Aquel Gobierno vencido por las armas, con su equipo de fútbol Euzkadi (con Z)  paseando por el mundo, el coro Eresoinka, el grupo de bailes Elai Alai y aquel palacete no daba la impresión de un gobierno derrotado sino de la genuina representación de un pueblo presto a volver al lugar del que le habían desalojado por las armas y los bombardeos. Y todo eso ocurría mientras el presidente Azaña dimitía como presidente de la República en la embajada española de París, y la Generalitá tenía al president Companys desasistido, y los republicanos se peleaban entre ellos a cuenta del Jare y el Sere. Ese mal espectáculo lo rompía el gobierno vasco desde el palacete de Marceau dando un increíble ejemplo de organización y asistencia así como  produciendo su consabida envidia. Nada nuevo.

LLEGA LA GESTAPO

El 8 de mayo de 1940 el Lehendakari Agirre abandona Paris para visitar a su familia en el pueblecito belga de La Panne. Aquel viaje estuvo a punto de costarle la vida, pero sin embargo se la salvó. Los ejércitos alemanes habían iniciado su ofensiva final y avanzaban sin dificultad por Holanda y Bélgica. El caso es que el Lehendakari queda embolsado mientras desde el Gobierno Vasco hacían gestiones para su repatriación. Y en esa angustia, el embajador de Franco en Paris, José Félix de Lequerica inicia una campaña contra Agirre  y el resto de los exiliados vascos logrando que, al final, el 9 de junio de 1940, un oficial del Deuxieme Bureau comunica a los miembros del Gobierno Vasco la orden de abandonar la capital llegando al poco al edificio de la Av. Marceau  un piquete de la tenebrosa Gestapo acompañados por policías españoles que se adueñan del edificio y ponen en su puerta los sellos de la requisa.

Esos años, 1940-1944, la Delegación vasca fue la sede de la Falange española  y de la célula de militares y policías franquistas que se dedicaron a la incautación de “los bienes de los rojos” y la persecución de los políticos republicanos exiliados, entre ellos Luis Companys, Julián Zugazagoitia, Mariano Ansó, Agirre, Rivas Cheriff…. Todo hecho desde el 11 de la Av. Marceau decidiendo hacerla ”legalmente” suya y para hacer español aquel botín de guerra el 21 de julio de 1943 el Tribunal del Sena sentencia que el palacete pertenece a España y lo inscriben en el registro de la propiedad. ¿Quién, con la Gestapo apuntando, iba a presentarse diciendo que lo que hacían era un robo?.

No les duró mucho. Alemania pierde la guerra y los policías españoles Urraca Rendueles (condenado a muerte); Lesmanes y Macías (trabajos forzados) huyen como ratas y el grupo de nacionalistas vascos de París al mando del diputado Javier de Landaburu recupera la Delegación y pone en su balcón de nuevo la ikurriña. Allí se enteran del latrocinio hecho por los españoles, pero los democristianos  franceses  les dicen que no tengan la menor preocupación. Al  poco llega el Lehendakari Agirre de Nueva York y de nuevo la sede de su gobierno vuelve a estar tan activa como una olla a presión en el 11 de la Av. Marceau. Aquello fue como tomar La Bastilla.

LA CANALLADA DE LA EXPULSIÓN

De 1944 a 1951, Marceau fue no solo la sede del Gobierno Vasco sino una referencia republicana y democristiana europea. En ella entra la democracia cristiana alemana en los Nuevos Equipos Internacionales, se crea en 1949 el Consejo Federal del estado español del Movimiento Europeo, se edita OPE y Euzko Deya, se siguen las dos huelgas generales en Euzkadi, se emiten los mensajes de Gabon y de aniversarios, se reivindica ante los aliados la expulsión de Franco, se trabaja en Naciones Unidas para el aislamiento del régimen, se da asistencia a la radio clandestina que se crea cerca de Hurt (la segunda. la actual es la cuarta), y se hace mucha política con la ilusión puesta en que los aliados procedan a eliminar aquella oprobiosa dictadura.

No fue así, sino todo lo contrario. Cierran Radio Euzkadi y por presiones franquistas, sacan la sentencia del cajón del Sena y con un gobierno francés jacobino y sin moral presidido por Mendes France y siendo Mitterrand el ministro del Interior nos expulsan de nuestra casa. Y le ofrecen al Lehendakari una permuta. Dignamente se niega y con su gente y cantando el “Gora ta Gora” pronuncia estas duras palabras.”: «Sr. Comisario: permítame hacer una declaración como Presidente del gobierno vasco en el exilio y como ocupante ‘‘de facto’’ de una parte del inmueble, que la Liga Internacional de Amigos de los Vascos me facilitó. Salimos de este edificio expulsados por la fuerza pública, en ejecución de una sentencia que califica al Gobierno vasco de ‘‘ladrón’’, sentencia obtenida durante la ocupación alemana bajo la protección del enemigo. Yo protesto contra esta violencia y declaro que nuestro honor, nuestra buena conducta y nuestra tradición merecían un tratamiento muy distinto. Nuestra sangre ha sido derramada junto a la vuestra en la lucha contra el enemigo común, y ahora se nos expulsa de esta casa para entregarla en manos de los que durante toda la guerra pasada fueron aliados de nuestros y vuestros adversarios del Eje. Protesto en nombre de nuestro pueblo, al que ésta decisión causa el más profundo dolor sufrido en el exilio, sobre todo porque dicha decisión ha sido adoptada por los amigos con los que hemos compartido dolores y sacrificios comunes por la causa de la Libertad y de la Democracia, causa a la que permanecemos inalterablemente fieles».

Y fueron los vascos de Venezuela, atendiendo al llamamiento del Lehendakari Agirre y movidos por la indignación del expolio, los que adquirieron en la Rue Singer otra casona tipo Hotel. Más sencilla pero en buen barrio parisino, el XVI. Y ahí empezó una reivindicación que ha durado 73 años.

GESTIONES DE TODO TIPO

En 1976, entre las reivindicaciones a poner sobre la mesa estaban lógicamente los cientos de batzokis incautados, los edificios en Francia, las pertenencias de los periódicos robados con sus maquinarias. Y comenzamos a acumular documentación y tratar de lograr cuanto antes la devolución de lo mucho  incautado con motivo de la guerra. Y a partir de 1980 Josu Ortuondo desde el EBB y posteriormente José Mari Zalbidegoitia, con nuestra presencia en Madrid, damos la batalla continua. Gota a gota, documento a documento encontrándonos con una roca intocable. ”El edificio de la Av. Marceau pertenece por sentencia al estado y es una extensión de la embajada española en Paris. De eso no se habla”, nos decían. Pero nosotros no nos callábamos. Tras cada Cumbre europea venía nuestro “rollo” sobre Marceau y sobre el “Guernica” de Picasso. Los dos tabús del tabernáculo hispano.

En 1996 nuestro apoyo a la Investidura de Aznar tuvo pocos acuerdos pero uno de ellos fue éste.”Marceau”. Un día, me llama Álvarez Cascos y me dice .”El secretario de estado te va a atender para hablar de edificio de París. El estado lo quiere adquirir“. ”Pue nosotros no vendemos nada. Para nosotros es un símbolo” le dije tras hablar con el EBB. ”Es nuestro y representa nuestra lucha en el siglo XX y un referente de muchísimas cosas.”Bueno, habla con él”.

Me recibe en su despacho y me dice que actuaba tras la orden recibida y con su  personal y vulgar criterio me espeta en plan colegui “Mira Iñaki. Tengo una fórmula de actuación. Al amigo el c…, al enemigo por el c…, y  al indiferente el reglamento vigente”. Aquello me pareció un trato en una feria de ganado pero al parecer tenía buena pinta. Avanzamos bastante pero todo se estropeó cuando Mayor Oreja quiso romper aquella relación que se fue al garete. Ricardo Gatzagaetxeberria trabajó mucho en este tema. Para colmo Aznar, olvidándose de cualquier acuerdo anterior nombró nada menos que al fanático anti PNV Jon Juaristi director del Instituto Cervantes en Paris que en lugar de poner de nombre a la Biblioteca del Instituto el nombre de algún escritor vasco,  puso el del mexicano Octavio Paz.

Posteriormente Erkoreka estuvo con Ibarrondo en el despacho del director general de Patrimonio del Estado. Pero el adelanto electoral de 2011, desbarataron toda posibilidad, mientras del equipo de Moratinos ponía todo tipo de pegas habida cuenta que era un “bien del estado” en el exterior, hasta Nochebuena en el que la correlación de fuerzas en Madrid y el hecho de ser decisivos diluye todos esos intocables monolitos de estado.

Y no me olvido de la iniciativa del Grupo Vasco en el Congreso para colocar una placa en el edificio diciendo que “En este local se constituyó los días 8 y 5 de mayo de 1949 el Consejo Federal del estado español del Movimiento Europeo. Paris 28 de junio de 1991”. Y allí nos fuimos con los catalanes pero al develar la placa, en el pasillo que da a la entrada, ¡cual no sería nuestra sorpresa pues el ministerio le había añadido. ”En recuerdo de este acto, el gobierno español mandó poner esta placa conmemorativa”. Y no era verdad. Fue un acuerdo del Congreso por unanimidad. Pero querían marcar su propiedad y olieron nuestras intenciones e hicieron la cacicada. Espero que dentro de cinco años, este añadido se suprima.

Tampoco me olvido como en pleno le pedimos al ministro Margallo que el rey Felipe VI no fuera en su primer viaje oficial a Francia a la sede del Instituto Cervantes pues aquel acto se iba a realizar en un edificio robado por la Gestapo. No nos hizo caso y allí Felipe VI pronunció su discurso sin aludir en nada a lo solicitado.

Finalmente recuerdo como Joseba Zubia, Xabier Albistur, Jose Ramon Beloki Iñaki Txueka, Josu Erkoreka y yo vistamos el palacete de la mano de Juanjo Jiménez director en su época del Cervantes visitamos todas sus instalaciones y a la salida cantamos el  Himno Nacional Vasco, como lo había hecho el Lehendakari Agirre en 1951.

El edificio por tanto explota  de emociones históricas y humanas. Tiene futuro como una gran sede del Gobierno Vasco en la Ciudad Luz como oficina  multidisciplinar de obligada visita de todo vasco sensible con la historia y respetuosa con el trabajo y sufrimiento de nuestros mayores. Solo lo que permanece es lo que nos define.

AGUR A UNA GRAN LOCUTORA DE RADIO EUZKADI

Sábado 4 de enero de 2025

Recibo ayer este WhatsApp de Unai Elosegi desde Donostia. ”Kaixo Iñaki, quería comentarte para que sepas, que ayer falleció mi ama. Como bien sabes, fue colaboradora activa en radio Euzkadi junto con todo el equipo que lo formaba. Se fue rodeada de todos sus hijos y nietos en paz”.

Su ama se llamaba Jone Insausti Echeverria y era la viuda de Alberto Elosegi Amundarain, una pareja gipuzkoana volcada en el servicio a la Resistencia Vasca, al Gobierno Vasco en el exilio y al PNV. Su marido, Alberto Elosegi, abogado reconvertido en Caracas en periodista, trabajó en la revista Momento con Gabriel García Márquez y Plinio Apuleyo Mendoza. Usaba como seudónimo Paul de Garat y fue el alma de la radio clandestina que funcionaba desde Venezuela, de la revista Gudari, de la película Los Hijos de Gernika y de tantas iniciativas perseguidas por la dictadura. Ella, trabajando  estrechamente  con su marido fue locutora de aquella radio clandestina, secretaria de Alberto en todo y animadora de sus acciones. No se puede escribir la historia de aquellos años sin mencionar a esta pareja de activistas en estado puro. Algo increíble.

Fue noticia cuando en la presentación del libro sobre La Txalupa (Radio Euzkadi) de mi hermano Koldo, entregó a la Fundación Sabino Arana el magnetofón desde donde se grabó la primera cinta para la primera emisión de aquella emisora que iba a durar tres meses y duró trece años. Un trabajo muy meritorio. Asimismo estuvo en la presentación del citado libro en el Batzoki de Gros promovido el acto por José Manuel  Bujanda. Fue la última vez que le vi.

Le recuerdo cuando vivieron unos años en Londres y al venir a Euzkadi por Navidades siempre pasábamos a visitarles y veíamos como con muy pocos medios sacaron su familia adelante, meritoria  familia numerosa compuesta por el matrimonio Jone, Paul, Unai, Leire, Jon y Miren.

Jone y Alberto se casaron en Carcas en 1958 y dejaron ésta ciudad para instalarse en Londres en 1970. En esta capital vivieron en dos oportunidades. Cuando llegaron y Alberto escribía  crónicas desde esta capital. Posteriormente estuvieron en Biarritz dos años y tras esta estancia volvieron a Londres hasta la muerte de Franco. Miembros del BBB de la época fuimos todos a Santurtzi a recibirles ya que llegaban en su coche en el Patricia. Se instalaron en Donostia  ciudad desde la cual Alberto realizaba trabajos para Euzkadi y edición de libros, hasta su jubilación.

Desengañado como estoy de la sensibilidad, el archivo y la política informativa de EITB, y en este caso de Radio Euzkadi, no esperaba una reseña sobre esta mujer bandera que no cejó en conciliar sacar adelante una familia, ayudar a su entregado esposo y ser locutora en euskera y castellano de Radio Euzkadi. Y sin embargo lo merecía y mucho.

Jone, hiciste un magnífico trabajo G.B.