¿Y si no se hubieran convocado las elecciones?

Lunes 2 de noviembre de 2020

Reconozco, soy un pesado. Es la tercera vez que lo recuerdo aquí. Pero como a Podemos y Bildu no les gusta el recordatorio, lo hago yo. Les basta acusar y decir la mayor de las atrocidades porque saben que, como no son el PNV, el grado de sanción social y el recuerdo, es mínimo. Como Iturgaiz. Dijo Otegi: ”el PNV antepone el interés económico a la vida”. ¡Toma ya!. Por eso  conviene hacer pedagogía y recordar las tremebundeces que dijeron cuando el Lehendakari, viendo un pequeño claro en las nubes, convocó las elecciones el 12 de julio. No hubieran estado nada mal hacerlas en octubre cuando las propusieron los de Bildu, incluyendo al alcalde de Ordizia. Estado de alerta, confinamientos perimetrales, asimétricos y comarcales, UCIs con fallecidos, cierre de locales, rastreos, solo convivientes….Por eso me gusta recordarlo. Sobre todo cuando, con semejante énfasis se dicen semejantes barbaridades, la gente normal tiene que tener una agenda para apuntarlas, la sospecha tras la oreja y una pregunta: ¿Por qué y para qué lo habrán dicho?. ¿Buscaban lo mejor o buscaban el caos?.

El jueves 22 en el Parlamento Vasco Maddalen Iriarte se acercó al Lehendakari y le pidió medidas más drásticas y ofreció total colaboración. Curiosamente, ante un exquisito TSJPV el estado de alerta  general era  lo procedente y fue el Lehendakari quien le llamó a Sánchez y tras él, vino lo demás. Entiendo  que esta influencia  e interlocución se  minimice diciendo que como somos menores de edad tenemos que pedir a papá estado permiso para todo. De acuerdo. No somos independientes, tampoco lo es nadie en Europa, pero la firma sobre hielo de la reforma laboral de Bildu, ya sabemos dónde quedó. Por lo menos Urkullu es un interlocutor fiable al que se le respeta y hace caso. Y, eso, lógicamente, hay que criticarlo.

Aquellos dos días parecía que el mundo de Bildu, bajaba en algo su crítica constante. Pero la vida es sueño y los sueños, sueños son. El domingo 25 en Gernika se acordaron que hacía 41 años, el pueblo vasco mayoritariamente había aprobado en referéndum el estatuto de autonomía de Gernika, el estatutillo vascongado según Monzón y allí fueron para ponerlo pringando. Son parlamentarios y hay un gobierno gracias a ese estatuto pero como estuvieron frontalmente contra él solo hay que decir que no sirve y es una entrega. Todo lo producido por el llamado “régimen del 78” es una basura y está superado. Nosotros conocemos bien las bondades y maldades del régimen del 78, una de las vividas  fue ETA, cuyas  acciones apoyaron los del puño en alto cuarenta años. Por eso sus análisis son como siempre del todo y la nada y de cuanto peor, mejor. Es esa su tóxica ideología de la que no tienen valentía de abjurar.

El problema de EHBildu es que en la actualidad es un zombi político. No ha aprendido que la política tiene sus tiempos, sus renuncias, sus modos de proceder y eso se nota demasiado. Se notó cuando no querían elecciones y se nota ahora cuando  de la chistera sacan continuamente argumentos peregrinos para confundir al personal, usando demasiado el doble lenguaje así como la acusación sin fundamento. Como decir que se enteran de todo por los periódicos. Tuvo que  salir el gobierno vasco a la  palestra diciendo que la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui había mantenido un encuentro  con una treintena de alcaldes de los municipios de la zona  de salud del Goierri y Alto Urola sin añadir que el Lehendakari les ha dicho que estará con ellos cuando los distintos consejeros hayan terminado su periplo por el Parlamento. Da igual. Lo importante es crear una matriz de opinión negativa. El gobierno vasco no está a la altura, tiene que pedir permiso  a Sánchez y encima no nos consulta nada. O la brutal huelga de estibadores en el Puerto de Bilbao que le ha hecho perder rutas, o la campaña contra el Gobierno en relación a la educación  tan subida de tono y tan poco vocacional y como el curso escolar va bien, dirigen ahora su tensionamiento a la sanidad. Sindicatos que no se presentan a las elecciones, pero quieren gobernar desde la calle, piquetes incluidos como en el Puerto.

Es una manera rara de hacer política, como la utilizada por Mertxe Aizpurua en el Congreso obsesionada de desmarcarse del PNV en todo. Se  llega a un acuerdo de aislamiento a Vox en el Parlamento Vasco, como hacen Macron y Merkel en sus países, y en lugar de hacer honor al compromiso y como queriendo recuperar el tiempo silente perdido en la tribuna, la portavoz de Bildu nos encaja un discurso nada creíble en la moción de censura que  tuvo como respuesta de Vox la lectura de los nombres de las 835 víctimas de ETA olvidando las del GAL y otras conexas. Y luego se quejan del facherío  al que siguen dando argumentos porque todavía hoy es el día en el que siguen organizando recibimientos a los causantes de aquella barbarie. ¿Qué credibilidad se puede tener y que confianza adquirir con semejante conducta?. Parecería que Vox y Sortu, son dos extremos, que se retroalimentan. Confiemos en que tras las elecciones norteamericanas no le manden un telegrama a Trump por su resultado, como hicieron hace cuatro años.

El sábado 24 Pedro Sánchez estuvo en el Vaticano con el Papa. Este le dijo: ”las ideas sectarizan y deconstruyen la patria”. Mucho más en Pandemia. Pero los Comisarios de la revolución  no son cristianos ni tienen por qué hacer caso a tan sabio consejo. Tampoco hay que extrañarse. La idea del barro político, la confrontación y ahora la encubierta  lucha de clases contra el neoliberalismo y Confebask es una constante histórica del marxismo. Su apología acompaña a sus programas ideológicos y emocionales. La hostilidad y la rivalidad contenida en ella configuran sus representaciones del mundo. Con Pandemia o sin ella. No buscan consensos ni reconciliaciones. La imposición sobre el otro, la manipulación de la realidad y la confrontación ocupan toda su atención. En este contexto ideológico, se incentiva la idea de que todo está mal, asociado con el supuesto de la justicia social, históricamente ignorada, aunque no sea verdad.

Como herencia decimonónica, este núcleo conceptual permeó cultural y políticamente a diversas sociedades. Desde luego al mundo de ETA, del que Sortu es su heredera  ideológica. Y cada vez se nota más. Desde entonces, la idea de la lucha de clases y su papel como “motor de la historia” revela la inherencia marxista a la inevitabilidad de la confrontación total, aunque  ahora el discurso será el del rodillo PNV-PSE. El pelo de la dehesa en la política vasca está ahí. Bildu, Sortu, ELA, LAB grupos sandinistas, Sierra Maestra y organizaciones de este estilo organizaron hace unas semanas una manifestación contra Estados Unidos ante el Arriaga por lo que llaman el bloqueo de Cuba que es un embargo, poniendo al receptor de su famoso telegrama, Donald Trump como gran responsable de todo, pero sin decir una palabra en relación con los derechos humanos en Cuba, la libertad de expresión y de movimientos, el poder organizar una empresita para poder vivir con mayor dignidad y minucias como ésta. O la bronca que anunciaron nos iban a montar en Gernika y Bilbao el 27 de octubre por  la visita del premio Sajarov Lorent Saleh y el  clásico tw, ”el PNV al servicio del fascismo, el golpismo y la corrupción saqueadora al servicio de los yanquis”.

Siguen sin cambiar en nada. Me decía un jelkide concejal de oposición que EH Bildu, pueblo a pueblo, está muchísimo más cerca de Arkaitz Rodríguez que del ex alcalde de Errenteria Julen Mendoza. Los comunicados de rechazo de la violencia, son sólo una faena de aliño despojada de cualquier asunción real ética y democrática. Forman parte de la misma estrategia de «lavado de imagen» que ha situado a personas de perfil bajo y escaso pasado político en las alcaldías, mientras la verdadera administración y decisión municipal recae en la ortodoxia revolucionaria. Como en el Parlamento Vasco. ”Te  pongo un ejemplo: a finales del 2018, organizamos, en el marco de los debates de la Comisión para la Memoria y la Convivencia un ciclo de cine-fórum con diversos documentales sobre el reencuentro de víctimas de la violencia etc. EH Bildu votó a favor para, a renglón seguido, dictar una orden interna de boicot. Ningún concejal, ni ningún dirigente local, ni ningún simpatizante de la izquierda independentista acudió a las diferentes sesiones; el entonces candidato para las municipales del 2019, hoy alcalde de Bildu, pasó delante de nosotros a la entrada del cine donde se iba a proyectar uno de aquellos documentales;

saludó pero no entró. Había interiorizado perfectamente la orden”. Ese es el doble discurso. 

Escribió Arnaldo Otegi en el decimoquinto aniversario del fallecimiento de Idigoras el pasado mes de marzo un consejo que le daba el de Zornotza. ”Ronaldinho, tenemos que cambiar. Esto de creernos los más altos y los más guapos, pero sin salir del ghetto de Varsovia  no es el mejor camino”. Otegi lo ponía en valor, pero siguen en el ghetto  y con la misma mentalidad de  Sierra Maestra de hace cuarenta años. Cuando en el 2003, Otegi presentó el documento Anaitasuna, Arzalluz les dijo inaugurando el batzoki de Alsasua: ”Aquí llevamos apelando a la unidad de los abertzales desde hace ya muchos años. Lo que pregunto a Otegi y su gente es si están dispuestos a dejar  de lado su dogmatismo marxista, a reconocer lo bueno y lo malo, a debatir con sentido práctico, a ceder en sus postulados y a respetar los votos de todas opciones políticas. A partir de ese momento el diálogo político será posible”. Más claro agua. Pero siguen en el ghetto.

El abuelo exiliado de Juana Perea asesinada en Colombia

Domingo 1 de noviembre de 2020 

Juana Perea, hija de Andrés Perea Sasiain y nieta de Andrés Perea Gallaga, ha sido asesinada en Colombia. Su muerte ha conmocionado  aquel país y a nosotros porque nos toca de cerca. Juana era una mujer entregada en ayudar a las comunidades locales en un lugar exuberante de la naturaleza colombiana en el Pacífico desde donde se divisa el paso de ballenas desde una situación privilegiada  y donde ella quería construir un ecohotel y ayudar a los pequeños hotelitos con encanto de esa localidad. Llevaba allí trabajando dos años. Malas gentes que querían explotar de interesada manera ese medio la han asesinado.

Juana era una luchadora como lo fue su abuelo, una personalidad vasca que tuvo que exiliarse por motivo de la guerra y cuya biografía me redactó para el Euzkadi, su amigo Patxi Abrisketa. Conviene conocerla en este país tan poco dado a conocer y reconocer su pasado inmediato.

Así me lo contó.

El 16 de abril de 1980, en Bogotá, murió Andrés Perea Gallaga, gran patriota vasco. Barakaldés castizo de vieja raigambre encartada, había nacido en 1898 en la Plaza de los Fueros. Don Andrés Perea Begoña, su padre, fue semilla de numerosa familia que ha dado a Euzkadi destacados profesionales. Andrés hijo era el centro de todos ellos.

Desde joven militó en el nacionalismo de Barakaldo. Primero dentro de los cuadros del PNV y del heroico batzoki de su pueblo, que por entonces alcanzó a ser verdadero adelantado de la causa en la ribera izquierda del Nervión y en toda la zona del Oeste vizcaíno. No eran tiempos fáciles los de la segunda fuerte corriente inmigratoria, a la sazón inadaptada, a raíz de la prosperidad minera, naval y de los Altos Hornos durante la guerra del 14 y en el furor de los conflictos obreros. Más tarde, con ocasión de la escisión del partido sabiniano y creación de Acción Vasca, se adhirió a esta agrupación patriótica liberal, dentro de la cual llegó a ser miembro de su Junta Nacional. Como escritor, colaboró con frecuencia en «Tierra Vasca», órgano de Acción, bajo el seudónimo de Pablo de Zuazo.

Perea Gallaga, de rectitud acrisolada y de alta preparación en las disciplinas fiscales, antes de la guerra fue inspector de Hacienda de la Diputación de Vizcaya, y en el Gobierno Vasco del 36, Director de Operaciones, puesto de confianza en la Secretaría de Eliodoro de la Torre. Desde este cargo participó en la evacuación de los valores preciosos y fiduciarios depositados en la banca del territorio bajo la jurisdicción del Gobierno autónomo, transportados en el mercante «Torpehall», de bandera inglesa, al mando del capitán Andrews, con rumbo a Holanda, destino que a la salida del Abra trató, sin ningún éxito, de interferir el «Cervera». El «Torpehall» entró, al término de la feliz travesía, en el puerto holandés de Frissingen, en donde el cargamento resultó intervenido por las autoridades de los Países Bajos, dando lugar a un confuso pleito que concluiría con la entrega ordenada y completa de los valores. A Perea le tocó, con otros funcionarios vascos, la gestión de tan embarazoso asunto.

De Holanda a Bélgica y de aquí a Colombia, a finales de 1938, marcó la ruta del exilio definitivo. En la capital de la República andina Perea asentó su familia, los Perea Sasiain, hoy compuesta por tres generaciones de descen­dientes.

Las inquietudes políticas vascas firmes y la calidad humana de altísimos quilates de nuestro compatriota movieron al Lehendakari Agirre a designarle, en 1945, Delegado del Gobierno Vasco en Colombia. En este país desempeñó la cátedra universitaria, asumió posiciones técnicas en la Administración Pública, actividades que por lo sobresaliente de su ejercicio le merecieron la concesión de la Cruz de Boyacá, condecoración máxima colombiana que, vale la pena decirlo, la han recibido cinco vascos en lo que va del siglo, entre ellos Pío Baroja en sus postreros momentos.

El atavismo y la formidable capacidad de trabajo de Andrés Perea le arrastraron en sus últimos años a la minería y a la industria metálica, la de su tierra fabril, sectores en los que desarrolló varias empresas.

Por todos los aspectos, el que ostentó el decanato de los vascos en Colombia, fue patriota modelo. Hasta el final del régimen franquista repetía, con especial énfasis: «No quiero morir antes del cambio». Su hija Victoria lo decía: «Mi padre fue un hombre naturalmente bueno, que vivió pendiente de Euzkadi».

Andrés Perea Gallaga, los vascos de Colombia le despedimos con nuestro «Goian bego»

Hasta aquí la emotiva semblanza de Abrisketa. Su nieta ha sido asesinada. Esa muerte terrible y absurda nos toca de cerca. Seguramente en Barakaldo se honrará su memoria. G.B.

30 Mujeres inolvidables y la dedicatoria de Arzak a Xabier Arzalluz

Sábado 31 de octubre de 2020

Este sábado de tiempo magnífico hemos ido al Museo Antropológico de la Plaza Unamuno en el Casco Viejo de Bilbao. Nos ha llamado la atención en la puerta  una especie de celda en la que estuvo encerrada la oradora Polixene Trabudua con los miembros del BBB en la cárcel de Larrinaga. Era el reclamo de una exposición sobre treinta mujeres vascas que han dejado su impronta en alguna actividad. Es una exposición magnífica organizada por Emakunde tratando de dar visibilidad a mujeres anónimas que han hecho historia y dejado  su huella. Son mujeres de todo tipo. Desde la Pasionaria a Chamboucí, pasando por Menchu Gal o la periodista de guerra Cecilia Guilarte, María Maeztu, Elbira Zipitria  y  dos que conocí como la citada Polixene y Julene Urcelai, a quien tuve el honor de grabarle sus locuciones en la radio clandestina que tuvimos en Venezuela. Una señora fantástica.

Lamento que estas exposiciones el que no tengan más publicidad para que la gente vaya a verlas. Una fotografía, un dibujo, una breve semblanza y algún objeto alegórico es la esencia de esta muestra tan recomendable sobre todo para todos aquellos que conciben el feminismo como lo que es, la igualdad e  igualdad de oportunidades. Mujeres con talento que tuvieron que luchar para hacerse un hueco en la sociedad como Bustinza que iba por los caseríos buscando cuentos, leyendas, historias y dichos para que no se perdieran.

En la salida había dos pizarras en las que las gentes escribían su opinión o reivindicaban la presencia de mujeres de bandera desconocidas. Alguien había puesto en la pizarra a  María Jesús Aguirre, vicealcaldesa de Vitoria-Gasteiz, diputada, mujer de carácter a quien conocí en Madrid en el breve año en el que fue diputada y donde comprobamos su gran valía. Su hijo Gorka Urtaran, alcalde de Vioria-Gasteiz y presidente de Eudel debería llevar esta exposición a su ciudad y con el tiempo incluir a otras mujeres que merecen estar en ese sugestivo inventario.

Vista esta  exposición hemos subido al primer piso donde hay otra muestra  muy lograda dedicada a Juan Mari Arzak. Fotos, fórmulas, platos, dedicatorias, mesas, cajitas con especies, menús, uniforme de cocinero. Una gran exposición. Excelentemente montada.

Recuerdo haber ido a comer a su restaurante hace muchos años. Nos sentaron en una mesa que daba a la cocina. Estaban González de Txabarri y Arzalluz. Arzac vino a los postres. Le pidió un autógrafo al presidente del EBB y éste  le hizo una cariñosa dedicatoria que el cocinero agradeció escribiendo en el menú. Dedicatoria de Xabier Arzalluz que tanto ha hecho por nosotros.

A los bilbaínos recluidos que aprovechen estos días para ir a ver esta muestra y a los llamados colindantes que cuando se superen las barreras limítrofes no dejen de venir a ver algo bueno, didáctico, bien organizado y muy interesante.