La inmensa chapuza del voto por correo

Domingo 2 de agosto de 2020

El 12 de julio, el peor presagio se ha hecho realidad: El voto del electorado de los vascos del exterior  inscritos en la Comunidad Autónoma del País Vasco ha llegado a un mínimo histórico en las elecciones al Parlamento Vasco del pasado 12 de julio. Y aunque el voto de la diáspora (a diferencia de otras ocasiones) no ha sido determinante, sí ha ayudado en la disputa por un escaño por Bizkaia entre el Partido Popular y Euskal Herria Bildu. Pero lo importante no es esto. Lo importante es que el invento es tan complicado que se convierte en algo disuasorio. Solo los muy militantes se toman semejante trabajo.

Paradójicamente, a la vez que la población residente en el extranjero con derecho a voto ha ido aumentando, su voto ha ido disminuyendo. Entre 2009 y 2020, el número de electores vascos, nos referimos en estas líneas  a los de la Comunidad Autónoma vasca  en el extranjero, ha crecido en casi 32.300 personas.

No cabe duda de que el efecto de la puesta en marcha del sistema del llamado “voto rogado” en 2011 –por el que todo residente ausente tiene que comunicar previa y personalmente por escrito su voluntad de votar para poder ejercer ese derecho básico– ha supuesto un antes y un después en cuanto a la participación electoral de la diáspora vasca, cuestionando el derecho al sufragio universal; no lo olvidemos, uno de los principios básicos más importantes que sustentan cualquier democracia.

Tal y como se indica en la tabla, en el periodo de 11 años que va de 2009 a 2020 se han celebrado cuatro elecciones al Parlamento Vasco y se ha producido un descenso de 13,36 puntos porcentuales en el voto de los residentes en el extranjero.

Y aquí es importante señalar  al pernicioso “voto rogado”, un 83,12% del electorado vasco en el extranjero no votó en las elecciones de 2009. Esta tendencia a no ejercer el derecho al voto por parte de la diáspora se vio irremediablemente incrementada a partir de 2011.

El distanciamiento entre el electorado vasco y Euzkadi se ha expresado en la baja participación en las sucesivas elecciones.

¿A qué es debida está desconexión con Euzkadi por parte de la mayoría del electorado vasco del exterior?.

A que el sistema no funciona y no sirve más que para fomentar la abstención.

Los datos hablan por si solos.

Voto de la diáspora vasca en las elecciones al Parlamento Vasco, 2009-2020:

Elecciones al Parlamento Vasco


Año
Nº de
electores
ausentes
Número de
solicitantes de voto
(% del voto del censo
de residentes ausentes)
Número de votantes
 (% del voto del censo
de residentes ausentes)
2009 43.710 43.710 7.377 (16,88%)
2012 56.640 6.320 (11,15%) 4.430 (7,14%)
2016 69.159 5.183 (7,5%) 3.257 (4,71%)
2020 75.990 3.569 (4,7%) 2.671 (3,52%)

Cuadro: *En 2011 se introduce el llamado “voto rogado”. Fuentes: Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco e Instituto Nacional de Estadística. (Elaboración propia).

Mientras tanto, la población residente en Euskadi con derecho al voto ha ido disminuyendo y la abstención ha ido aumentando.

Entre 2009 y 2020, el censo ha perdido casi 18.000 electores y la abstención se ha incrementado en 12 puntos porcentuales; desde un 35% en 2009 hasta casi un 47% en 2020.

Es decir, en esta situación, el peso del censo electoral de la diáspora ha ido creciendo con relación al censo total.

De un 2,46% en 2009 se ha pasado a un 4,23% en 2020. Sin embargo, debido a este “voto rogado”, principalmente, el valor porcentual del voto de la diáspora es casi imperceptible en el cómputo total. En 2020, solo 3.569 personas han solicitado el voto, lo que se traduce en el 0,19% del total del electorado vasco.

La “abstención” de la diáspora vasca en las pasadas elecciones al parlamento ha alcanzado un muy alarmante 96,5% del censo de residentes ausentes en el extranjero con derecho al voto.

De las casi 76.000 personas que forman parte de ese censo, solo un 4,7% solicitaron el voto, y finalmente fueron 2.672 personas (3,52%) las que lo depositaron.

Se trata de una “abstención” absolutamente condicionada, forzada tanto por el propio sistema de voto en vigor, como por la situación de alarma sanitaria y de confinamiento, provocada por la pandemia de la COVID-19, que ha sumido en un cierto caos a varios países (entre ellos Argentina, Chile o Venezuela) o regiones de estos, con una importante población vasca con derecho a voto.

Si bien antes de obligar a rogar el voto a quienes querían ejercer este derecho también aquellos ciudadanos/as que podían votar podían asimismo legitima y legalmente optar por no hacerlo, en la actualidad ocurre que quienes manifiestan positivamente su deseo de querer ejercitarlo encuentran enormes dificultades para emitirlo, a pesar de ser –insistimos– un derecho expresamente amparado por la Constitución de España.

Son numerosos los testimonios de vascos residentes en numerosos países (Argentina, Bélgica, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido etc.,) que relatan la imposibilidad de votar al no llegarles a tiempo las papeletas del voto. En Venezuela, con 4.026 vascos con derecho al voto, la suspensión del servicio postal desde el 16 de marzo ya suponía de partida un impedimento difícil de subsanar a pesar de la introducción del voto por internet. No hemos logrado conseguir el número exacto de cuántos lo lograron, pero todo apunta a que la cifra fue escandalosamente mínima.

De los 8.139 vascos inscritos en el Consulado de España en Buenos Aires, solo 9 depositaron el voto.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires se encontraban sumidas en una cuarentena.

La histórica baja participación de la diáspora vasca y particularmente el propio “voto rogado” ponen en entredicho la legitimidad democrática del sistema al impedir que un significativo número de ciudadanos puedan elegir a sus representantes políticos. Esta impuesta baja participación condena a la diáspora vasca a la irrelevancia e invisibilización política en términos electorales. Convierte a la ciudadanía vasca extraterritorial en una ciudadanía de segunda al excluirla del sistema que debe garantizar su derecho al sufragio.

Más allá de la reforma del actual sistema electoral o de la supresión definitiva del “voto rogado”, en manos del Parlamento de España, ¿qué medidas han aplicado los poderes públicos vascos para revertir la histórica baja participación electoral de la diáspora, promover su participación política, y posibilitar su voto en el contexto de la pandemia?

Es decir, ¿quién asume la responsabilidad política de este mínimo histórico y de las consecuencias que conlleva este “voto rogado”?

Sería bueno volver a desenterrar a Sabino

Sábado 1 de agosto de 2020

En 1976 abrimos en la calle Marqués del Puerto de Bilbao una oficina donde hacíamos de todo. Formación, reparto del Euzkadi, dossier de prensa, atención  a las Juntas, Asociación de Gudaris y Mutilados, reuniones de todo tipo. Trabajar allí era como estar en una coctelera. Fueron años del inicio de todo y a aquel piso  acudía mucha gente con documentación que había tenido guardada como oro en paño en su casa en lugares recónditos. Lo recibíamos todo y lo guardábamos. No teníamos un archivo como en la actualidad existe el de la Fundación Sabino Arana.

Estos días de confinamiento me he dedicado a sacar y sacar papeles y entre ellos me ha aparecido un acta de un valor  increíble como fue la que se redactó con primoroso cuidado y ornamentación cuando se exhumaron los restos de Sabino Arana del pequeño cementerio de Sukarrieta donde murió en 1903. Se ve que el EBB percibió que la guerra se perdía y pensaron en abril  de 1937 que lo primero que harían los sublevados sería  ir al cementerio y profanar la tumba del fundador del nacionalismo vasco y, con buen criterio y mirada larga, decidieron en acto solemne con el EBB presente y diversas autoridades sacar sus restos y llevarlos al cementerio de La Herrera en Zalla, jugando con el despiste ya que se creyó habían sido llevados por mar a Iparralde. Fue por más de cincuenta años uno de los secretos mejor guardados.

Encontré el acta e invito a su lectura. Es un modelo de respeto y veneración por la figura de aquel hombre que fue quien creo el movimiento abertzale con el fin de lograr que un pueblo que se iba y desaparecía como tal ponerlo en pie. La ikurriña, el nombre, el himno, el grito de que Euzkadi era la Patria de los Vascos, el aprendizaje del euskera y su valoración, sus polémicas y encarcelamientos y su muerte a la joven edad de 38 años deberían hacer que su memoria estuviera más presente. Pero no lo está. Solo lo está para el ataque y la simplificación de su obra desconociendo un hecho indudable: cuando alguien crea un partido como el PNV y 125 años después este partido gobierna en todas las instituciones vascas, esa personalidad no es la de un cualquiera y un mínimo de  reconocimiento  se le debe. Y no se está haciendo.

La IA no lo traga. Lo primero que ha logrado gracias a ETB es que su gran creación que fue formular los derechos de la Nación Vasca y crear el  neologismo Euzkadi como pueblo de los vascos que vienen del sol, en clave poética, sea sustituido por Euskal Herria nombre anterior lingüístico y geográfico pero no político. Sabino sabía perfectamente que los  euskalerriacos eran unos tibios defensores “de la tierra” pero nada más y sacudió el arbolito. Conocía el Gernikako Arbola pero sabía también que  era una preciosa canción foral y vinculada al carlismo perdedor y de ahí que innova y comienza su Himno con ¡¡Gora ta Gora Euzkadi!!. Y tantas y tantas cosas que innovó. Era un activista, un pionero, un propagandista  y un hombre de gran personalidad. Mi propio nombre Iñaki es una novación suya. Por cierto el nombre Euskal Herria y el Gernikako Arbola fueron permitidos por el franquismo. Euzkadi y el himno fueron perseguidos.

El escritor Ramón Saizarbitoria escribió un libro con cinco relatos y uno de ellos era el de un gudari mutilado que estuvo presente en la exhumación reflejada en el acta. Escribe muy bien pero manipula la escena, como no puede ser menos en alguien vinculado a ese mundo. No valora el momento de guerra, la figura de Sabino, la importancia de los que estuvieron allí muchos posteriormente ejecutados o perseguidos  y lo manipula todo con ese tono antisabiniano de la IA. Es una pena que acto de tanta trascendencia  e impacto hecho en plena guerra quede en una manipulación. Lo malo es que el mundo sabiniano ha quedado reducido a algo casi invisible. Ya no hay Lauaxetas, Lizardis, Tellagorris, Ugalde, Sota, Gurrutxagas  y Basalduas que glosen con respeto este tipo de historias. Por eso digo que habría que volver a desenterrar a Sabino Arana y poner a circular su contundente mensaje no vaya a ser que en breve los nuevos superabertzales nos traten de demostrar que el nacionalismo vasco nació con ETA.

La Fundación Sabino Arana, receptora del documento entregado el pasado miércoles emitió esta nota. Imagínense que un documento de esta importancia lo hubiera tenido alguien de la IA y entregado a su  Fundación. Hubiera abierto informativos y estaría en la portada de todos los periódicos y comentarios. Y Saizarbitoria hubiera escrito un libro laudatorio. Es  a eso a lo que me refiero tras haber vivido una celebración del 125 aniversario de la gran creación de Sabino Arana como si fuera  un día más.

Una pena.

Dice así la nota:

“Hemos recibido en la sede de Sabino Arana Fundazioa una copia de un documento histórico con especial valor para el patriotismo vasco, de la mano de Iñaki Anasagasti. Acta 30 de abril de 1937 Se hizo en la sede del Partido Jeltzale de Euzko Alderdi Jeltzalea  en Bilbao, donde participaron 19 burukides y personalidades.

El 27 de abril, 24 horas antes del bombardeo de Gernika, una junta de miembros de EBB de EAJ-PNV acudió al cementerio de Sukarrieta con Doroteo Ziaurritz. Juan Ajuriaguerra  también era miembro de esa junta. El objetivo de estos hombres era sacar los restos de Sabino Arana de la fosa y llevarlos a otro lugar seguro y bueno. De hecho, mencionaron los restos de Sabino en ese cementerio en 1903, pero viendo la agresion de los franquistas temían que profanaran  la tumba de Sabino.

Primero y uno, los restos de Arana fueron llevados a Sabin Etxea, y los metieron en una caja  de zinc. Ese acto fue recogido en el acta que hablamos. Más tarde, esa caja de zinc  se dejó en el panteón familiar de Manuel Sainz de Taramona en el cementerio de Herrera, en el municipio de Zalla.

Sin embargo, no todos los restos de Sabino fueron guardados en Zalla; algunos de los huesos fueron trasladados al lugar de nacimiento del don Michel Garikoitz, al Valle (País Vasco). Se propagó que todos los restos fueron trasladados a ese lugar para guardarlos en secreto en Zalla. En cualquier caso, a través de esta acción, si los franquistas descubrieron los restos de Zalla, se quiso evitar que todos los restos de Sabino Arana se pierdan para siempre.

El 1 de enero de 1989, todos los restos de Sabino Arana Goiri fueron trasladados de nuevo a la tumba original de Sukarrieta, donde  actualmente está situada como antes de esta iniciativa reflejada en el acta.”

Una celebración con pocas calorías.

Viernes 31 de julio de 2020

125 años no se cumplen todos los días. Y he notado falta de épica y énfasis en el recuerdo de la obra de Sabino Arana. Por eso Javier de Andrés en Radio Euzkadi se me lanzó a la yugular el jueves cuando felicité a Urtaran por haber quitado el nombre de Juan Carlos a una avenida de Gasteiz. Volvió a sacar la deformada imagen de un Arana racista. Una simplificación absurda. Como decía Elías Amezaga, eso es como juzgar a la gente del siglo XIX hoy por la ropa que usaban. Pero la culpa es de partidos que no asumen a Sabino como figura nacional. Es lo que se hace en todos los países. Pero no se tolera fundara el PNV, un partido no racista que gana todas las elecciones.

Lógicamente eso se puede decir si no se conoce de nada a Sabino Arana puesto en su tiempo. Pero las instituciones y el propio partido no hacen mucho más por ello.

Este viernes me llaman al mediodía pues en ETB se proyecta un documental sobre Sabino Arana, en un horario en el que ven la televisión cuatro gatos. No se han herniado. Es del 2015. Lo tratan con respeto aunque los actores son hieráticos y un poco caricaturizados, pero las reflexiones de Agirreazkuenaga, Gezala, Urrutia, Haranburu Altuna, Goñi son muy interesantes. Al final ponen como punto el Gernikako Arbola, permitido bajo el franquismo, cuando Sabino Arana redactó la letra de un himno en la cárcel que es hoy el Himno Oficial del Parlamento Vasco aprobado en pleno. No sé como la Fundación Sabino Arana lo ha permitido. Me parece increíble. Y el que lo puso no se ha enterado de nada. Es como un Cristo con dos pistolas.

Creo que el 125 aniversario requería mayor  tamborrada. Tanto teletexto, tantas ideas gastronómicas y un partido cumple 125 años y todo queda en el acto anual. Lo mejor el artículo de Ortuzar sobre el secreto del éxito del PNV. Lo da como primicia. Seis letras. EAJ-PNV. No hay más. Ni una persona en concreto. ¡Y mira si las ha habido!.

Enric Juliana en La Vanguardia lo basa en tres personas, Urkullu, Ortuzar y Aurrekoetxea. Se equivoca. Tienen esa manía de personalizar. Tienen su mérito pero estamos hablando de una cadena de 125 años, no de tres personas. Y manipulan la estancia del Lehendakari en San Millán de la Cogolla con este titular.

“Sánchez concede a Urkullu 2.000 millones más por llevarle a última hora a la Rioja”.

Manipulación total. Simplemente  es lograr un acuerdo para endeudarnos. Ni un euro. Buscan afearle a Torra su ausencia y consagrar la idea que solo nos movemos por dinero y que el Concierto es un privilegio cuando fue un castigo. Si supieran algo de la historia de Sabino y la gente tendría las ideas claras esto no tendría un pase, pero en esta guerra todo vale.

Se han cumplido 40 años del primer Parlamento Vasco. No se ha hecho nada. Ni lo harán en su convocatoria de agosto. Se han cumplido 125 años del EAJ-PNV. Se han cubierto los mínimos pero ha faltado alma. Servicios mínimos. Me da que si seguimos  así el nacionalismo y esta dura lucha que tiene su gasolina en la emoción, se irá poco a poco apagando como una vela.

Nos contaba Don Manuel de Irujo que le preguntaron a uno de Lizarra que eran los Fueros y éste contestó. ”¡Los fueros son los cojones de Navarra!”.

Pues eso.