Domingo 26 de julio de 2020
No. Bildu no ganó las
elecciones a pesar de la imagen que se proyectó la noche electoral en ETB. Como
dijo Ortuzar al día siguiente, la Champions la ganó el EAJ-PNV. La réplica la
dio Otegi en Radio Euzkadi el martes. ”El PNV está en una apuesta autonomista y
neoliberal a diferencia de EH Bildu que
es la única apuesta soberanista y de izquierdas en el país”. Palabras. No les
ha dado ni para su Frente Popular. Se pasaron treinta días en ello, junto con Elkarrekin
Podemos. No solo eso. En campaña hicieron más, aparte de las pintadas que se
quitaban con acetona. Ese mundo puso a
circular un video violento donde acaban
con todo lo instituído a hachazos. Algunos se rieron con los Power Ranger, el
UrkuTron, pero poco se comentó este atentado a la convivencia dando golpes con un hacha. Faltó la culebra. Un aviso. Siguen
ahí.
Vienen
tiempos de debate ideológico. Lo hemos visto en campaña. Bildu acusaba al PNV
de anteponer el interés económico a la vida. No sé como calificar lo que
hicieron ellos con ETA. En campaña han tapado sus vergüenzas con purpurina y el señuelo de quien era más de izquierdas, aunque Sortu (Bildu no
existe) le ha venido bien hablar de lo sectorial algo que nunca había hecho. Nos
acusaban de estar obsesionados por la gestión, gestión que luego utilizan con
entusiasmo. Normal. E. Podemos ha reivindicado como única oferta un pacto de
izquierdas y así le ha ido. Lo mismo que Sortu, no importándole si los
compañeros de viaje tienen a España como su gran patria. El móvil es acabar con
el PNV. Y lo seguirán intentando. La Sra. Gorrotxategi incluso teniendo la
desvergüenza de hacer suya una
iniciativa puesta en marcha hace 31 años
por el Lehendakari Ardanza a propuesta del Consejero Arrieta y discutida en
ponencia por el parlamentario Xabier Ormaetxea. Todo vale. Es cierto que juegan
con nuestra mala memoria.
¿Estamos
preparados para argumentar y convencer contra todas estas tergiversaciones de la realidad y de la historia?. No lo sé. Priman
los masters pero no el master de la vida
como el de Valentín Aguirre, aquel aldeano de
Busturia que triunfó en Nueva York y que siempre decía que se había
graduado en la Universidad del Monte Sollube. También comentaba que había
muchos políticos como los pájaros de alambre que solo sabían gorgojear y que
dabas un txalo y escapaban volando.
Ese
debate de quien era más marxista, maoísta, trotskista, leninista, lo ha tenido
siempre la izquierda vasca y lo tiene en la actualidad con la diferencia que lo
edulcora y lo hace opaco para que no se sepa cuál es su modelo totalitario de
sociedad, aunque den pistas ya que siempre que pueden levantan el puño y besan
a Castro, Maduro y Ortega, sus grandes referentes. Su agresividad nos indica
que ese debate viene en varios frentes. Desde
la calle con los sindicatos jurásicos
afines, con su mantra de la República Vasca, sus propuestas millonarias sin decirnos
como se financian, con muchísima demagogia y con tres Comisarios entregados a
ello en el Parlamento.
En
1964, hace 56 años Silverio de Zabala lo vio con claridad y lo denunció. Zabala
era primo de la esposa del Lehendakari
Aguirre. Refugiado en Burdeos realizó una labor social que la ciudad ha
reconocido. Exiliado en Venezuela y capellán de la colectividad fue un extraordinario
sacerdote social que puso en pie cerca de Caracas una urbanización cooperativa,
junto con una entidad de ahorro y préstamo. Fue el Arizmendiarrieta de
Venezuela. Su obra debería conocerse. Y como vio lo que venía y aquello no le
gustaba, ya que estaba envuelto en la mentira, lo denunció con un trabajo que
tituló “Alerta Euzkadi” que tuvo una grandísima repercusión. Me encantaría
reproducirlo completo. No tengo espacio. Escojo estos párrafos:
“A la salida de la Iglesia varios amigos repartían
la publicación de ETA. Por primera vez leí la pequeña revista. El impacto fué
enorme. Nunca pensé que se pudiera
tratar tan a la ligera la experiencia de los hechos. Nunca me imaginé que
plumas marxistas se hubieran ya introducido en nuestras filas.
¿Qué significa el nacionalismo vasco que hemos
defendido hasta ahora? Un embuste. Un engaño. A lo sumo un «nacionalismo
romántico» que hoy día degenera en «política de espera».
El P.N.V., prototipo y personalización de ese
nacionalismo romántico que se adormece con recuerdos históricos, es obra de la
«burguesía». ¿Uds. no lo sabían?. Pero el articulista de ETA lo ha
descubierto y nos lo revela. ¿El nacionalismo vasco de 1936? Una secreción de
la burguesía. Y ¿qué es la burguesía?. Burguesía es una palabra táctica del
marxismo. Cuando hay que hundir a un movimiento hay que ponerle la etiqueta de
«burgués».
Pero ¿qué es la burguesía según Marx?. La clase
poseedora de los medios de producción. Es decir, los poseedores del capital de
las industrias y del comercio. Y aquí está la calumnia. El que vivió el
nacionalismo vasco de 1936, sabe perfectamente que los «burgueses» no
solamente no estaban en el P.N.V., sino que lo atacaban abiertamente como
utópico y contrario a sus intereses.
Los que respetan los hechos deben confesar que el
movimiento nacionalista vasco fué esencialmente popular. Clase media y clase
obrera se unieron en un solo frente. Un solo movimiento con un doble punto de
apoyo: el P. N. V. y Solidaridad de Trabajadores Vascos.
Ahora los «progresistas liberadores» de
Euzkadi pretenden negar la historia. Lo hecho hasta ahora fué producto de la
«burguesía». Ellos se dirigen «a círculos de población distintos
de los que hasta ahora iba dirigido». ¿De qué círculos se trata?. De los
trabajadores manuales e intelectuales. De modo que Solidaridad de Trabajadores
Vascos, creada por el PNV, fué un club
para niños de la burguesía.
Otra afirmación
sin base y sin pruebas es hablar de la derecha vasca conservadora. Muy a lo
marxista. Sin duda que el articulista nunca leyó, por ejemplo, la página
«Esprit Nouveau» que sacaba el diario «Euzkadi». Pues bien,
allí se exponían concretamente las doctrinas de reforma social, de justicia
social, las más opuestas al espíritu conservador. Y no solamente doctrinas.
Había una gran preocupación por implantar reformas de estructura de empresa,
cooperativas, accionariado obrero. . . y algunas de esas reformas se han
conservado hasta nuestros días. Claro está que para el articulista las únicas
reformas válidas son las comunistas. Las demás son «paños
calientes».
Y viene
otra frase: «El nacionalismo que hasta ahora ha habido, ha sido enfocado
precisamente para agradar a la burguesía y de la cual no pueden venir nunca
los impulsos necesarios para que se inicie la lucha de liberación».
De modo
que ya lo saben Uds. Si el movimiento nacionalista vasco sacrificó sus gudaris
en la batalla fué para agradar a la burguesía. Si la juventud vasca
—estudiantes y obreros— se enrolaron en los batallones vascos e hicieron el
sacrificio de sus vidas. . . fué para agradar a la burguesía.
¿A
dónde vamos, si en nombre del «progresismo» aceptamos en una revista
vasca afirmaciones que calumnian y deforman lo más sagrado de la historia de
nuestro pueblo? Es cierto que los tales «progresistas marxistas»
prefieren olvidar el pasado, borrar el pasado. Les estorba.
Es
verdad que en otro artículo de la misma revista se nos dice que la Democracia
Vasca que defienden estará «fundada mucho más en las estructuras
económicas que en las afirmaciones ditirámbicas de la Constitución de
Euzkadi». Otra frase peligrosa. Ese desprecio por la democracia
representativa en favor de las estructuras económicas. Es decir, que se daría
prioridad al advenimiento del comunismo sobre la libertad de Euzkadi. Ya que
en el concepto de «Larrinaga» los demócratas cristianos son
burgueses, no queda otra alternativa sino la socialización de Euzkadi, que
prácticamente quiere decir: comunizar a Euzkadi que es más importante que liberarla. Nos invitan a
salir de una dictadura para entrar en otra peor.
En la revista de ETA la influencia marxista os evidente. Y esto es muy grave. Si están ya dentro difícilmente los podrán desalojar. Los patriotas auténticos tendrán que abandonarlo para formar otro movimiento. Querer colaborar con marxistas dentro de un mismo movimiento es una grave utopía que, a mucha gente y a muchos pueblos, ha procurado amargas experiencias.
La fraseología, la manera insidiosa de esgrimir la etiqueta de «la burguesía», la tendencia de calumniar, a dividir, a ignorar los hechos pasados…, todo ello entra dentro de la praxis del marxismo.
La
revista toma posiciones anticapitalistas. Perfecto. Pero ¿por qué no se define ante
el comunismo? Si un movimiento moderno quiere actuarsinceramente debe tomar posición ante esos
dos extremos. No a medias. Un movimiento liberador exige una concepción del
hombre, de la Patria, de los valores humanos y espirituales. Aquel movimiento
que no se define significa que no tiene la intención de hacerlo para
conciliar lo inconciliable y ocultar aquellas metas que hoy sería inoportuno exponerlas
ante la opinión pública. Cuestión de táctica para aquellos que algo tienen que
ocultar. ¡Alerta, Euzkadi!”
¿Les suena a ustedes?.