Jueves 21 de mayo de 2020

Sánchez se ha cubierto de gloria. La “brillantísima maniobra“ de ayer ha logrado enfadar de un golpe a Ciudadanos, Sindicatos, la Ceoe, al PNV, y a los escopeteros que esperaban un resbalón de semejante categoría en días en los que la IA, además, consideraba lo ocurrido con la violencia de ATA, algo menor. Es como el cazador que mata al tigre y se asusta con la piel, ante las repercusiones de su manera botarate y poco fiable de actuar.
Por otra parte, una reforma de este tipo necesita de muchísimo apoyo de un amplio espectro de la sociedad como para despacharlo en un acuerdillo de Podemos con Bildu, bendecido por un Sánchez que jugaba con fuego, y no por la reforma laboral, sino porque el debate era una ampliación sanitaria y porque hacer algo así sin consenso es condenarlo al fracaso.
Es evidente que Iglesias presiona mucho. Lo hemos visto con la RGI y con su interés en sacar cabeza como sea. Es un chavista que no sabe, ni quiere saber, que la política tiene sus tiempos y que si tú tensas demasiado la cuerda esta se rompe. Él quiere que se note que está ahí. Y cada vez asume conductas menos democráticas. De aquel Vistalegre queda poco. Las elecciones internas están siendo a la búlgara. Y lo ocurrido este miércoles en el Congreso va por ahí. Y en Euzkadi, la entrevista hecha a Pilar Garrido en radio Euzkadi y sus ataques al lehendakari y al PNV diciendo que las elecciones no van a ser democráticas, no tienen un pase y nos auguran momentos de gran tensión.
Sánchez está presionado por Podemos que, nervioso con ERC que es una organización que tampoco ha aprendido que hay que hacer las cosas a su tiempo y cosechar los nabos en adviento, no le gusta nada el acuerdo con Ciudadanos para ampliar el estado de alerta quince días más y que era de lo que se tenía que haber hablado ayer. Bien es verdad que ERC quiere se ponga en marcha la famosa Mesa, que Sánchez no quiere ni convocar, pero también es verdad que su situación privilegiada, le permite, si sabe hacer buen uso de sus cartas, resultados buenos para su causa, pero ha de evitar mirar tanto a Puigdemont y hacerlo más a Catalunya.
No sé lo que hará Ciudadanos después de ser público su acuerdo secreto con Bildu, pero Sánchez le ha dejado muy poco margen. Y no soy un fan de Ciudadanos, pero como decían Anguita y Arzalluz, se puede pactar con el diablo pero con un programa claro de por medio. Algo que no ocurrió ayer. Ayer Sánchez se acostó con un crío que le meó en la cama. Fue un auténtico pardillo, no necesitando para nada a una Bildu que además no condenaba que a Idoia Mendia le atacaran el portal de su casa. Y eso no es algo menor.
1.- Hubo secretismo y nocturnidad. Podía Bildu haber presentado una resolución en el pleno con los dos puntos que ha aireado como Chamerlain o como Colón con América, pero no lo hizo, porque no puede. Su compañía sigue manchando. Y eso es duro de reconocer.
2.- La derogación de la reforma laboral no se puede sacar solo con Bildu y Podemos. El PNV es partidario de derogar algunos artículos. Plantear esto en plena crisis económica, es de nota y además abstrayéndose del meollo del debate que era sanitario. ¿No hay una Comisión de Reconstrucción al efecto?. Pues sí, pero cuando túu pactas con gente acomplejada y sin ideas democráticas claras, pasan estas cosas. Solo van a lo suyo.
3.- El debate de ayer era de ampliación del período de alerta y tenía un móvil sanitario, pero como Bildu quiere ser el PNV del puño en alto, necesitaba vender la piel del oso de su necesidad parlamentaria, lo que siempre han despreciado, aunque sea curioso que en Euzkadi no quiera elecciones y en Madrid en lugar de votar si a la ampliación del permiso, que va en su línea de no elecciones, va y se ponen exquisitos y no votan No, como sus amigos de ERC, sino se abstienen y eso además hay que negociarlo y sacarlo a la luz con una nota con la firma de tres portavoces. De nota.
4.- Sánchez, con este error político, demuestra que no es de fiar, algo de lo que le estaba acusando la oposición. Ya es más creíble el discurso de que es un trilero político, porque mientras a su secretaria general en Euzkadi, los amigos de sus nuevos socios le embardunan el portal y se manifiestan ante su casa, sin DECIRLE NADA, pacta con la matriz ideológica de ese movimiento que es Sortu (Bildu no existe). Ya hemos visto las excusas de pitiminí de Iriarte y Aizpurua. Eso y nada, nada.
5.- El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, lanzó ayer un tw con este mensaje. ”Hay que estar muy interesado en poder hablar de pintadas y ataques para tratar de tapar su nefasta gestión de la crisis del Covid 19, asi como su inacción en materia de presos”. Este es el discurso ético y defensor de los derechos humanos con los que Sánchez pacta innecesariamente, ya que le sobraron quince votos. Y EA callada.
6.- El gran problema de Sortu es que se muere por desplazar al PNV de la plataforma de apoyo a Sánchez a cambio de ir logrando cuestiones para Euzkadi. Nunca reconocerá que todo lo que tocan lo enmerdan y lo envilecen por su falta de ética y sus complejos y en este caso van a lograr que Ciudadanos no se fie ya más de Sánchez, que los medios le ataquen y den credibilidad a los bulos, y algo que debería preocupar le es que dentro del PSOE y del PSE la cuestión sea incomprensible y que el PNV comience a estar muy incómodo con esta forma de proceder.
7.- Fue muy esclarecedor el debate de ojitos del miércoles entre Sánchez y Bildu. Aizpurua hablando de la Reforma Laboral y la República Vasca. Sánchez diciendo que agradecía la abstención. Aizpurua en la réplica diciéndole que ella no había pronunciado esa palabra pero que muy bien y a la noche la nota firmada por Echenique, Aizpurua y Lastra para al poco decir que del primer punto nada y al poco Bildu decir que tampoco tiene mucha importancia porque ella, como los adultos quiere comer en la mesa con los mayores. Y Sánchez avalando el rigodón mientras se le incendiaba la pradera.
8.- Y mientras este sainete ocurría Bildu negándose a condenar la violencia en el ayuntamiento de Bilbao con la gran defensora de los derechos humanos Jone Goirizelaia y negándose asimismo a hacerlo en el Parlamento Vasco.
No se pueden hacer peor las cosas, de no ser que se vaya buscando el caos y el enfrentamiento. En eso, sobresaliente. En estrategia, cero patatero.
Sánchez se ha dado un tiro en el pie estúpidamente.


