Jueves 17 de octubre de 2019
Los procesados catalanes y Emilio Olabarria

En 1995 se discutió en el Congreso el proyecto de ley de Rebelión. El Grupo Vasco presentó dos enmiendas. De las dos se aprobó una. La fundamental para que el llamado delito de sedición se aplicara con el criterio de que debería tener una pena distinta a la de Rebelión si no había habido violencia.
La otra enmienda no prosperó. Pedíamos que el delito de rebelión se acompañara de auténtica violencia. Gracias a la enmienda que defendió brillantemente el diputado de EAJ-PNV Emilio Olabarria, las penas del procés han sido menores y toda la argumentación del juez Llarena sobre la Rebelión y las acusaciones del Fiscall han decaído. Y eso gracias al EAJ-PNV y en concreto a Emilio Olabarria que defendió las dos enmiendas con vehemencia y buena argumentación jurídica.
Emilio Olabarria no solo ha sido diputado por Araba sino miembro del Consejo General del Poder Judicial y Secretario de la Mesa del Congreso. Y lamento que este dato no se ponga en valor y me entristece que a Emilio no se le pregunte por lo que hizo que fue fundamental. Suelo hablar del adanismo de la política vasca. He aquí un ejemplo más. Que también en Catalunya lo sepan.
Matemos políticamente a Torra
El principal delito de Quim Torra, según dicen de él, es que es un “activista” y no un presidente. Casado y Rivera deben ser exquisitos políticos que miran cada día por el bien de todos pidiendo la aplicación del 155 y estados de excepción. Gente que demuestran asimismo muy mala entraña deseando lo peor para los demás.
No siempre acierta Torra pero la campaña que le montaron el pasado miércoles para tratar de demostrar que no condenaba la violencia fue inicua. No se tuvieron en cuenta las mil declaraciones que había hecho en el pasado, ni su intervención de madrugada, ni sus intervenciones en el Parlament. Torra es culpable.
Verle a una periodista de la Sexta hacerle tres veces la misma pregunta buscando que no la contestara teniendo en cuenta que Torra no tenía que someterse a una reiteración semejante, aunque hubiera estado bien que hubiera dicho desde el principio que una vez más condenaba la violencia como no hizo nunca Rajoy en relación a la desproporcionada violencia del uno de octubre de 2017, era bochornoso. Todo estaba instrumentalizado para hacerlo parecer como un tipo sospechoso con el aditamento de que es un “activista” al parecer algo nefando. Institucional es el Rey que ni siquiera le ha contestado a Torra a su carta donde le pide una entrevista.
Recuerdo como en 1979 Felipe González y Alfonso Guerra llegaron a la conclusión de que no podían con la UCD gobernante y lo mejor era debilitar y acabar con la figura de Adolfo Suárez y hasta que no le presentaron una moción de censura y hasta que no le despellejaron como a un pollo no pararon metiéndose con él en lo personal de muy mala manera. El fin justificando los medios una vez más en el patio de la política española.
Y eso del cumplimiento de las penas y del respeto a los tribunales, sería bueno que quienes aporrearon la puerta de la prisión de Guadalajara fueran algo más discretos.

