El primer Aberri Eguna fue un bombazo

Sábado 20 de abril de 2019

Victor Errea escribía en Euzko Deya de Buenos Aires. En pleno exilio escribió este artículo sobre el primer Aberri Eguna de la historia en 1932. Vale la pena traerlo a este 2019 desde 1932, cuando el Partido Nacionalista Vasco organizó el primer día de la Patria.

“Transcurrieron los años del régimen dictatorial del general Primo de Rivera en España. La segunda República española estaba dando sus primeros pasos y ensayaba sus sistemas y doctrinas. Se percibía el rumor multiforme de la España plurinacional, que buscaba afanosamente nuevo curso pa¬ra su vida, como el torrente que pugna hacia la inmensidad del océano por entre obstáculos. El hecho de la República, tan sencillo en su presentación mostraba ya en aquellos días toda su varia entraña. Un ser multitudinario ha-bíase incorporado y echado a andar. También nuestro aheorrojado pueblo vasco se reincorporaba y buscaba su camino después del paréntesis de ocho años. Su cau¬dal vital había permanecido apri¬sionado por el aparato coercitivo, pero en manera alguna había muerto.

Subsistía, presto siempre a reanudar la canción de la vida y esperanza, y el sentimiento vasco pudo al fin salir al aire libre. Era la Pascua de Resurrección de 1932. El Partido Nacionalista Vasco organizó el primer día de la Patria (Aberri-Eguna). Los hombres de la España de Primo de Rivera, de la España monárquica de Femando, Cisneros y Godoy, pudieron pensar que la idea de la restauración de la nacionalidad vasca había perecido durante aquellos años en los que quedaron proscritas todas sus manifestaciones explícitas y aun aquellas que respondían al mismo postulado implícitamente. Su sorpresa fue sin duda, muy grande cuando comprobaron que aquella idea del renacer euzkadiano movía de pronto a miles y miles de hijos de Euzkadi. A su conjuro, cien mil vascos de todas las comarcas dejaban la laya, el arado, la sierra, el remo y el martillo, ataban las barcas en los puertos, abandonaban, por un día grande y señalado, las herramientas de trabajo y los escritorios en las villas y se trasladaban a Bilbao, para hacer pública su fe en los destinos de un pueblo. Los trenes, los autos y los autobuses iban volcando la muchedumbre incesantemente. Inesperada revelación: Durante los años de dictadura, el sentimiento vasco había ganado en profundidad y en extensión en el espíritu del país. Con toda la organización paralizada en el curso de ocho años, apenas se dio libertad a la inspiración popular, se producía un espectáculo de tal magnitud que solamente podía concebirse como consecuencia de una larguísima y empeñada preparación.

La ciudad contemplaba impresionada, a los cien mil vascos conscientes de su nacionalidad que desfilaban por sus calles. El espíritu de Cisneros y de Godoy atisbaba desde detrás de balcones y ventanas entornadas en un gesto entre despectivo y medroso. Algún, Villalba en potencia, en la imposibilidad de manejar el rayo que incendia y destruye, llamaba, oficioso a Madrid. Y al atardecer, en el despacho del representante del Gobierno español sonaba el timbre del teléfono perentoriamente. La voz del ministro de Gobernación llegaba desde el otro extremo del hilo:

—¿Qué ocurre ahí? ¡Me han informado que hay cien mil vascos por las calles! ¿Es eso cierto?

—Es cierto, sí señor —contestaba el Gobernador Calviño.

—¿Autorizó usted esa manifestación?

—Sí, señor ministro.

—¿Sabe usted lo que supone una manifestación de cien mil personas?

—Sí señor ministro. Puede suponer muchas cosas.

Desde el punto de vista del ministro, cien mil personas desfilando por las calles de una población de menos de doscientos mil habitante, eran tanto como una perturbación fatal del orden público, el peligro cierto de una imponente algarada.

—Tranquilícese señor ministro —decía el gobernador—. El orden público no se ha alterado en lo más mínimo.

Los cien mil vascos demócratas congregados aquel inolvidable día respondían fielmente a la vieja y arraigada civilidad. No era la algarabía de unas ideas desordenadas y de unas tendencias confusas y exacerbadas, sino el sentimiento sereno y firme de un pueblo lo que en aquella jornada, se paseó por las calles de la villa de Bilbao.

Habíase ondeado la bandera vasca y el pueblo hacía acto de presencia, daba fe de sí mismo, enalteciendo la memoria del gran Sabino de Arana. Eso era todo. Sencillo y grandioso. Esperaba el pueblo la voz que le requiriese para reanudar el camino. Y el pueblo acudía a la llamada desde los caseríos, las fábricas, de los puertos de la costa, de las antiguas re¬públicas, de las villas y los baserris.

—No ha pasado ni pasará nada —tranquilizaba el gobernador civil a su superior jerárquico— alarmado intencionadamente por los que habían confiado en un letargo definitivo del espíritu nacional de Euzkadi.

Pero había ocurrido algo trascendental, algo profundo: que un pueblo habíase puesto en pie consciente de su legado histórico; que el sentimiento de ese pueblo no había perecido en la larga represión de que fue objeto. La prueba fue excepcionalmente dura y estaba salvada. En la nueva era política que se iniciaba en España, reaparecía así netamente, en toda su profundidad, el hecho vital del pueblo vasco . Los cien mil vascos congregados en Bilbao en virtud de un simple requerimiento, acababan de decir al régimen naciente con la inmensa elocuencia de aquel acto tan espontáneo: Estamos aquí. Somos un derecho, somos una historia, somos un anhelo legítimo. Una ficción se hubiera desvanecido en el transcurso de estos ocho años de dictadura de Primo de Rivera y habría sido imposible rehacerla de pronto, apenas terminado el período de opresión. Constituimos algo permanente. Nuestro desfile ordenado por esas calles, nuestra actitud, han sido labrados con los jugos de un pueblo que supo ser demócrata sin sectarismos y que entendió la nobleza del hombre con un sentido universal. No gritamos ni gesticulamos. Hemos obrado sencillamente, sin desmesuramientos. Nos hemos reunido hoy para decir sencillamente que estamos aquí. Creemos es decir bastante en estos momentos que quieren ser nuevos y renovables y justicieros.

Bruselas se inspira un plan europeo de la CAV y Navarra – Acabar con la unanimidad

Viernes 19 de abril de 2019

La Comisaria europea de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión Marianne Thyssen ha informado que Bruselas prepara un plan de acción para financiar actividades de desarrollo sostenible que se inspira en una resolución sobre participación de los trabajadores en las empresas aprobada por unanimidad en los parlamentos de Euzkadi y Navarra. La información, que subraya que la Comisión es “muy consciente de las políticas locales de apoyo a los modelos de empresa participativos” se incluye en la respuesta a una iniciativa que le planteó la eurodiputada jeltzale Izaskun Bilbao Barandica.

La Eurodiputada vasca preparó esta pregunta tras unas jornadas celebradas el pasado mes de febrero en el Parlamento Europeo en torno a modelos de participación de los trabajadores en las empresas a la que asistió una nutrida representación de agentes privados e institucionales vascas . Los participantes reivindicaban un plan europeo para promover esta faceta de desarrollo de la economía social. Izaskun Bilbao Barandica, de la mano de los participantes en aquel seminario se interesó por los planes que a este respecto baraja la Comisión Europea.

En la iniciativa que ha dado lugar a esta respuesta se recordaba la resolución aprobada por unanimidad por los parlamentos de Euzkadi y Navarra “para impulsar un modelo inclusivo-participativo de empresa”. Se destacaba que “la propuesta se ha diseñado sobre la base de la experiencia cooperativa vasca y el diálogo entre sindicalistas veteranos y empresarios de éxito” y se precisaba que el objetivo de la misma era propiciar un tejido empresarial que compitiese “por calidad e innovación con base en las personas”.

Tras destacar que esta resolución “apuesta por promover sistemas participativos de gestión en las empresas, actividades de formación en gestión empresarial dirigidas a delegados sindicales y la participación de los trabajadores en los resultados”, recordaba que “pide apoyo público para incorporar a los trabajadores en el capital, identificar las mejores prácticas en políticas fiscales orientadas a fomentar la participación en propiedad y resultados”. Además detallaba que aboga por implantar “un método para evaluar la implantación del modelo propuesto, desarrollar campañas de sensibilización dirigidas a empresarios y trabajadores, prestigiar a las empresas que destaquen en su implantación y crear un Registro de Empresas Participadas para dar seguridad jurídica a las medidas que se arbitren en su promoción”.

Marianne Thyssen la Comisaria belga encargada de asuntos sociales, empleo e integración informa esta mañana en su respuesta que el gobierno comunitario está preparando “una posible acción futura, destinada a propiciar un gobierno corporativo sostenible y enmarcada en el «Plan de Acción: Financiar el desarrollo sostenible», (acción 10) que tiene una justificación similar a la de la propuesta del Parlamento vasco, concretamente, la importancia de que las empresas den prioridad al crecimiento sostenible respecto a los resultados a corto plazo, lo que incluye la inversión en investigación y desarrollo”.

La Comisaria Thyssen recalca en su respuesta el compromiso comunitario con “el desarrollo de la economía social, que contribuye en gran medida al crecimiento inteligente, sostenible e integrador de los países de la Unión”. Además especifica que “es muy consciente de las políticas locales en apoyo de los modelos empresariales participativos”.

La responsable comunitaria detalla que estas medidas se enmarcan “en el seno de varias iniciativas puestas en marcha por la Comisión, destinadas a impulsar la participación de los trabajadores en el funcionamiento de las empresas. Los proyectos en curso, por ejemplo, tienen por objeto concienciar a los jóvenes acerca del modelo cooperativo apoyando el desarrollo de cursos de formación adecuados a nivel de enseñanza secundaria o universitaria”.

Es muy estimulante comprobar que la Comisión Europea tiene muy presentes las experiencias locales para preparar sus programas. Y lo es más cuando estos programas se centran en mejorar la gobernanza de las empresas propiciando la participación de los trabajadores en el capital de las mismas o impulsando cualquier tipo de emprendimiento relacionado con la Economía Social, ha valorado Izaskun Bilbao Barandica al conocer el contenido de la respuesta. Es además doblemente satisfactorio comprobar que las consideraciones e iniciativas al respecto que se están adoptando en Euskadi y Navarra están en vanguardia de la Unión Europea y son fuente de inspiración para los programas europeos. Esto es lo que significa construir Europa con Euskadi. Por eso es un honor representar aquí una sociedad tan viva y dinámica como la vasca. Gracias al trabajo de todas y de todos somos referencia en la Unión. Esto es lo significa cuando digo que estamos aquí para construir Europa con Euskadi».

Acabar con unanimidad para aprobar leyes contra la discriminación

Es de destacar que la Comisión Europea (CE) propuso este martes acabar con la norma que exige la unanimidad de todos los Estados miembros de la Unión Europea (UE) para aprobar leyes que combatan la discriminación por motivos de religión, edad u orientación sexual en el club comunitario.

En su lugar, plantea aplicar la mayoría cualificada, que permitiría sacar adelante las medidas con el apoyo de un 55 por ciento de los Estados miembros (dieciséis de los veintiocho actuales) que representen al menos el 65 % de la población total de la UE.

Bruselas opina que el abandono de la unanimidad «también se podría considerar en el futuro cercano para adoptar recomendaciones en el área de la seguridad social y la protección social de trabajadores».

No obstante, en la rueda de prensa para presentar la iniciativa, la comisaria europea de Empleo, Marianne Thyssen, destacó que la CE no pretende armonizar los sistemas nacionales de seguridad social y que la mayoría cualificada se aplicará solo a las recomendaciones.

«Para responder al rápido cambio en la sociedad y los mercados laborales, la UE necesitará adoptar decisiones de política social de forma oportuna, flexible y eficiente», indicó en un comunicado el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis.

La mayoría de las leyes en la Unión Europea se aprueba con el visto bueno de los dos colegisladores comunitarios, la Eurocámara y el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros y suele dar luz verde a la legislación por mayoría cualificada.

Sin embargo, en algunas áreas de la política social aún se exige la unanimidad en el Consejo, lo que permite a un solo país vetar una ley.

Además, esas mismas materias están sujetas a procedimientos legislativos especiales en los que el Parlamento Europeo no tiene el mismo poder de decisión que los países.

Es el caso de la discriminación por motivos de género, raza, origen étnico, religión o creencia, discapacidad, edad y orientación sexual.

Sucede lo mismo en las áreas de la seguridad social y la protección social de los trabajadores, con la excepción de las situaciones transfronterizas.

También afecta a las condiciones de trabajo para nacionales de países terceros que residen de forma legal en la UE, la representación y defensa colectiva de los intereses de los trabajadores y empleadores, además de a la protección frente a los despidos, si bien en estos ámbitos Bruselas no cree que sea necesario hacer el cambio en la actualidad.

Apunta que o ya existen leyes al nivel comunitario o, en el caso de la representación y defensa colectiva, la UE no puede aportar valor añadido a los países.

Según el Tratado de la Unión Europea, para poder pasar a la mayoría cualificada, el Consejo Europeo (los jefes de Estado y de Gobierno) debería dar su visto bueno por unanimidad, sin objeciones de los parlamentos nacionales y con el consentimiento de la Eurocámara.

Bruselas recalcó que, debido a la unanimidad, el trato igualitario sin importar la religión, las creencias, la discapacidad, la edad y la orientación sexual no está garantizado al mismo nivel que la protección frente a la discriminación por género o raza.

Agregó que el fin de la unanimidad no supone un cambio en las competencias del club comunitario y las de los Estados miembros.

Además de en las políticas sociales, la CE ya ha planteado acabar con la unanimidad en ámbitos como la fiscalidad.

Thunberg les canta las cuarenta

Jueves 18 de abril de 2019

La activista sueca Greta Thunberg, que con 16 años es una de las voces más prominentes contra el cambio climático, urgió hoy en el Parlamento Europeo a tomar acciones inmediatas contra este problema y advirtió de que «nuestra casa se desmorona», por lo que «el futuro -dijo a los eurodiputados- está en sus manos».

«Ayer el mundo vio con desesperanza y tristeza cómo (la catedral de) Notre Dame ardía. Algunos edificios son más que simples edificios, pero Notre Dame será reconstruido porque sus cimientos son fuertes. Ojalá nuestros cimientos fueran todavía más fuertes, pero me temo que no», declaró Thunberg en una comisión parlamentaria, adonde acudió invitada por el grupo de Los Verdes.

Thunberg, que ha sido nominada al Nobel de la Paz de este año por un grupo de diputados socialistas noruegos, pidió a los eurodiputados más «determinación» porque «se está acabando el tiempo», y alertó de que si no se actúa ya la situación será «irreversible para 2030», lo que supondrá «el fin de la civilización tal y como la conocemos ahora».

En este sentido, afirmó que estamos ante «la sexta extinción masiva» de la historia, en la que la tasa de extinción es «10.000 veces más rápida de lo que se considera normal» con la desaparición de «unas 200 especies cada día».

«La erosión del suelo fértil y la deforestación de nuestras selvas primigenias, la contaminación, la muerte de insectos o la eutrofización de nuestros océanos son desastres que se están acelerando por nuestra forma de vida y tenemos la impresión de que tenemos el derecho de continuar», agregó Thunberg, visiblemente emocionada.

La joven activista, que llegó a Estrasburgo (Francia) desde Estocolmo en tren por su rechazo a la contaminación que emiten los aviones, criticó que la Unión Europea celebre cumbres especiales sobre el «brexit» y no sobre el cambio climático o que los políticos viajen por el mundo «en clase preferente» cuando «la casa se está derrumbando».

«Si vuestra casa estuviera en llamas -se dirigió a los eurodiputados- no diríais que tenéis la situación bajo control y dejaríais las condiciones de vida del futuro de todas las especies en manos de inventos que todavía tienen que ser inventados. No perderíais el tiempo discutiendo sobre impuestos o el «brexit'», indicó.

«Dejaríais vuestras diferencias a un lado y empezaríais a cooperar», zanjó Thunberg. Asimismo, reprochó a los políticos que no quieran hablar del «desastre climático» con la excusa de que «no pueden actuar drásticamente porque eso sería muy impopular entre sus votantes».

«Yo solo soy una chica de 16 años que viene de Suecia, no me escuchéis a mí si no queréis, pero sí a los científicos y a los millones de jóvenes que están haciendo huelga. Os ruego, por favor, que no nos falléis en esto», concluyó.

El pasado 20 de agosto, Greta Thunberg se sentó frente al Parlamento de Estocolmo en huelga diaria por el cambio climático con una pancarta que rezaba en sueco «Skolstrejk för klimatet» («Huelga escolar por el clima»), que ya se ha convertido en un símbolo de su lucha.

Tras las elecciones legislativas suecas del 9 de septiembre y para evitar que la iniciativa perjudicase su rendimiento escolar, Thunberg pasó a hacer huelga solo los viernes y a atraer la atención de jóvenes suecos y de otros países con una campaña en la que las redes sociales han jugado un papel determinante.

Desde principios de año, miles de jóvenes siguen sus pasos en los cinco continentes con huelgas y manifestaciones semanales para pedir a los políticos acciones inmediatas para frenar el cambio climático.