Lo titulo así, porque la visita no ha sido a Euzkadi sino a Iberdrola a pesar de que haya estado con Patxi Lopez en Donosti. Reconozco que esta visita me hubiera gustado se hubiera producido en tiempos de gobierno del Lehendakari Ibarretxe, cuando ambos andaban de un sitio a otro con su propuesta del «derecho a decidir».
Salmond respetado por conservadores y laboristas, Ibarretxe lapidado por socialistas y peperos. Pero las cosas son así.
De lo que le acabo de oír al primer ministro escocés me han llamado la atención dos cosas. Su envidia, como los catalanes de la figura del Concierto Económico que nuestros mayores lograron en 1878 y el PNV rescató en 1980 y su comentario de que había venido a aprender. No será de Lopez porque si fuera así, se iba con las ganas de lo que debe ser un planteamiento autonómico de gentes que cifran el derecho a decidir que este lo tengan en Madrid o en Londres. Y, en relación con el Concierto, de haber sido por el PSE, Bizkaia y Gipuzkoa seguirían con el mismo castigo de ser provincias castigadas. La derecha lo hizo, la izquierda, consideró que era un privilegio. Menos mal que existe el PNV y defiende los intereses de todos los vascos porque si por HB fuera estaríamos ladrando a la luna con una pancarta.
En fin, que esta visita ha estado muy bien. Y que Nacho Galán, a quien conocí como Consejero Delegado de ITP, lo está haciendo bien. Defiende la sede, expande su compañía, es sensible, dentro de un orden a lo vasco, no se le caen los anillos, y su foto con Salmond, para mi, era casi más interesantes que con Patxi Lopez en el Palacio de Miramar.
Artur Mas y La Noria
Artur Mas, líder de CIU y futuro presidente de la Generalitá catalana estuvo el sábado en el programa de Tele 5 LA NORIA. ¿Debería haber ido a un programa de ese tipo? .Rotundamente SI.
Su presencia le permitió darse a conocer a una audiencia millonaria y lo hizo muy bien. Relajado, fresco, agudo, cercano y desmontando tópicos ante María Antonia Iglesias, Isabel Durán, Alfonso Rojo y Pilar Rahola, cinco cancerberos que no dejan pasar ni una. Y un buen político se crece en este tipo de lances. Jordi González, el conductor del programa, lo hace muy bien y al final le regaló un libro de Baudelaire y de Saint Exupery, EL PRINCIPITO. Mas demostró cultura, leyó poemas y pronunció una frase de ese libro icono. No solo no es un patán, sino es un hombre de amplias lecturas. Y además el comentario sobre la enfermedad de su mujer nos lo presenta como alguien de carne y hueso y no un robot articulado como nos lo pretenden presentar.
Tengo que recordar que yo he ido dos veces a ese programa. Y creo fui el primero. Una para hablar de temas generales y otra para hablar del rey la víspera del Alderdi Eguna de hace dos años. Previamente consulte con el partido pues a ese programa no iba nunca ningún político. Con buen criterio me dijeron: tiene audiencia, y hay que aprovechar todas las ventanas en estos momentos en que nos han cerrado todas las puertas. Y lo comprobé al día siguiente en el Alderdi. Lo había visto casi todo el mundo.
La fórmula de La Noria permite ocuparse de la actualidad política y de la sentimental o rosa y quizás esta impregne la imagen de un programa de audiencia supermillonaria en una televisión donde apenas se debate nada, más que la vida privada de cuatro famosillos indocumentados. Pero solo sé que tras aquella presencia mía vinieron las de Anguita, Guerra ,Blanco, Bono, Mas y la semana que viene Trinidad Jiménez, que nunca hubiera ido si Tomás Gómez no hubiera abierto fuego.
Sin Artur Mas delante los comentarios de Enric Sopeña, Isabel Duran y un fachilla que no sé cómo se apellida, no me gustaron ya que faltaba él para rebatirles, y lo hubiera hecho con esa maestría que ha ido adquiriendo a través de la dura experiencia de siete años de desierto político. Y fue muy claro cuando habló de su relación con un Zapatero que le engañó.
En resumen. No hay programas malos si hay invitados interesantes y tienen algo que decir. Lo malo de esto será que hecho el primer gasto pionero, vendrán los Basagoitis a dar la vara para ser llevados a esta plataforma informativa un sábado en el que para ver este debate, había que simultanearlo con el partido del Athletic. Nunca sería el caso de Basagoiti. Entre él y San Mamés siempre será un placer cambiar de canal. Y lo dicho. Como recomendaba el Lehendakari Aguirre. ”Si nos invitan a un congreso de bomberos, allí hay que estar. Silla que no ocupas, silla que te ocupan. Y luego no te quejes”. Pues eso.
Un buen trabajo de Jon Sistiaga
Entre el viernes y el sábado de esta madrugada, me quedé clavado viendo el programa dedicado a “Irak sin yanquis” del canal Cuatro en su sección “Reporteros”. Era un trabajo dirigido por Jon Sistiaga un irunés al que conocí en su día en pasillos del Congreso. Pero como lo que a él le gusta es el reporterismo está ahora dedicado a ello con notable éxito. Vi hace poco un trabajo dedicado a Venezuela y ahora éste, valiente y con muchos ángulos para la observación. No debe ser fácil ir a mercados donde acaban de poner una bomba, hablar con gentes a la defensiva, comprobar la existencia de un país destrozado, contactar con personas que a su vez han asesinado y andar por calles y plazas de un país que sigue en guerra. Y Jon Sistiaga ha hecho este trabajo con sus compañeros que a mi me han ilustrado sobre lo que fue aquel desastre, tras la reunión de Azores y una invasión norteamericana sin ningún plan para el día siguiente.
Lo malo de este buen trabajo ha sido la hora en que exhiben estos reportajes. Terminó todo a la una y media de la madrugada con la visita a la habitación en el hotel Palestina en cuyo balcón asesinaron a José Couso, un cámara al que conocí como trabajador de ETB, en las decenas de entrevistas que nos hacían en Madrid. Allí sigue la habitación sin tocar y como quedó tras aquella tragedia sin resolver.
En lugar de tanto programa basura de salsa rosa y hablando bobadas de la intimidad de cuatro famosillos, debería ser este el horario, el prime time, donde este tipo de programas deberían verse casi en cadena. Otra sería la cultura de una sociedad a la que los hechos del 11 de setiembre, la guerra de Irak y la de Afganistán, le influye en su día a día y no lo que le pasa a Belén Esteban con su hija Andreita. Vamos, eso es lo que pienso.