Cosas que me llaman la atencion de este clima futbolero

Soy socio del Athletic, engalano los balcones y ventanas y quiero que este sábado gane en unbuen partido, sin desgarros y con fair play.
Pero no deja de llamarme la atención ciertas cosas.
1.- Los aficionados, en general en el campo, se comportan adecuadamente. No así las aficiones que no han tenido la menor disciplina social en las despedidas. Como para habernos permitido el partido con público en Sevilla, a quien por cierto le interesa más lo que le ocurre a Sergio Ramos que a la final, salvo los hosteleros.
2.- En fiestas señaladas se suele pedir que se ponga la ikurriña. La ponemos cuatro gatos. Hoy sin embargo no hay edificio, casa, hotel o empresa que no tenga la bandera de la Real o del Athletic. ¿Se ha convertido el fútbol en un nuevo patriotismo, en una nueva religión o nos hemos vuelto todos un poco locos?
3.- El entrenador del Athletic que logró la presencia del equipo este sábado en la final fue Gaizka Garitano. Ojalá Marcelino García Toral logre la Copa pero quien lo clasificó fue el de Derio. No le he escuchado decir nada ni creo le hayan hecho ninguna entrevista.
¿Es esto lógico, normal, educado y propio de un club con señorío?. Me recuerda a esos Consejeros, Alcaldes, Diputados que inauguran obras diseñadas y aprobadas por sus antecesores y son incapaces de invitarles a la inauguración. Definitivamente se están perdiendo las formas.
4.- Aunque parezca lo contrario hay muchísima gente que no le gusta u odia el fútbol y sin embargo llevan quince días a taza y media de ración.
¿Por qué no ocurre lo mismo en campañas contra la pandemia, o contra el cáncer, el hambre en el mundo o en defensa del desarrollo estatutario?.
Entre unos medios con negocios millonarios y haciendo de esto el mayor espectáculo del mundo y la mayoría dejándonos llevar como borreguillos, el show está asegurado. Cometemos errores de un infantilismo supino. Hay causas que requieren movilizaciones similares y pasan totalmente desapercibidas.
Conclusión. ¿Estamos todos un poco grillaos o necesitamos estas válvulas de escape para no acabar cazando moscas?

Sin trabajadores no hay paraíso

Jueves 1 de abril de 2021

”El lenguaje condiciona el pensamiento”. Octavio Paz.

La primera derrota política y electoral que recibió Chávez en su ejercicio del poder se la proporcionaron los trabajadores venezolanos en el 2001, estando este en la cresta de la ola en popularidad, cuando tenía el país a sus pies; fue en el proceso electoral para la elección por primera y única vez, de la máxima central sindical que se tenga registro en nuestro país, la CTV; donde Carlos Ortega le ganó al chavismo con el 64% de los votos. El régimen nunca lo perdonó. Fueron los primeros resultados electorales desconocidos en el país, dando origen a una “central de trabajadores” oficialista, en paralelo a la legítima. Los prolegómenos de este agravio a la libertad sindical datan del manifiesto que se pretendía leer una vez ejecutado el golpe de estado frustrado el 4 de febrero de 1992, contra Carlos Andrés Pérez, ya entonces el felón tenía en su agenda golpista, anunciar la disolución de las fuerzas sindicales en Venezuela. Una vez en el poder incluyen en la constitución la potestad del poder electoral, CNE, de “organizar las elecciones de sindicatos, gremios profesionales y organizaciones con fines políticos”, esa arbitrariedad en un país donde el estado es el principal patrón, o sea, zamuro cuidando carne. Hipotecando constitucionalmente la libertad sindical y los convenios suscritos por la nación con la OIT y vigentes desde 1948 en adelante.

Así comenzó la desconstrucción del movimiento sindical venezolano. Con el desconocimiento de la victoria sindical de Ortega, la instrumentación del protectorado sindical oficialista, arranca un metódico plan de neocolonización del lenguaje con usurpación de funciones. Entran en la escena sindical el “lumpempranato” capitaneado entonces por Lina Ron, acaban con el modelo de acuerdos tripartitos entre trabajadores, estado y patrono. Desarticulan las inspectorías del trabajo, judicializan las causas y reclamos laborales, criminalizan las protestas, las bandas criminales que operan en minas y sectores populares se auto denominan “sindicato”; con el único interés de desacreditar el adjetivo. Las “misiones” desinstitucionalizan las estructuras de servicios públicos y se convierten en aparatos operativos y subsidiarios de esos servicios con personal “bonificado”, ya no asalariado; empoderados con el título de “patriotas”, mientras los empleados y obreros institucionales eran “apátridas”, burócratas y corruptos. Las misiones cumplieron el propósito de desvalorizar el trabajo. El lumpempranato comenzó hacer “control social” en fábricas, instituciones y barrios. En eso no escatimaron esfuerzos, incluyendo el sicariato. Mutaron las asovecinos en consejos comunales y los círculos bolivarianos en colectivos, en UBCH, unidades de batalla chavistas y un complejo entramado de crimen con lenguaje militaroide e izquierdizante.

En este largo vía crucis de dos décadas de tiranía hemos perdido la libertad sindical y el fuero, la representatividad laboral, las contrataciones colectivas, los beneficios sociales, las prestaciones sociales; desapareció el sueldo y salario como fuente de porvenir de los trabajadores. Involucionando al punto de tabola rasa, descaracterizando a los trabajadores, abriendo de tal manera la brecha entre ricos y pobre, que hizo del discurso de la odiosidad de clase una narrativa inexistente; toda vez que se impusieron las castas y retrocedimos en términos históricos, no menos de 100 años. Hoy ningún trabajador vive de su salario; el ahorro no es una alternativa, ser propietario de acciones en su propia empresa como ocurrió en Sidor o la Cantv es una quimera; garantizar su vejez es un sueño infantil en una nación donde el porvenir es visto con ojos de desplazados, migrantes de sueños y aspiraciones de exilio.

Las dos últimas estafas ensayadas por el chavezmadurismo contra los trabajadores venezolanos son el “blindar” las prestaciones sociales con “lingoticos” de oro, que él sabrá proteger en buen resguardo en las bóvedas del BCV o si prefieren, ante la amenaza imperialista, podemos darle esa tarea a Putin en Rusia. Y la otra maniobra del régimen es la “página de la patria”, una versión presentista de la “lista Tascón”, suerte de condenados al “Auschwitz laboral”, tropicalizado y virtual; compuesta por aquellos trabajadores que pasan a “bonificados de la patria”, perdiendo sus prestaciones sociales y despejándoles el camino a los nuevos emprendedores boliburgueses que serán propietarios de las empresas o servicios, bajo la égida de la ley saqueo, que ellos insisten en llamar “antibloqueo”, en su narrativa polpotiana; donde Chávez fue el origen y la causa, y Maduro la consecuencia. Ya es hora de sobreponernos a la unidad anoréxica y asumir el rol que nos corresponde. Sin fuerza social conducida por los trabajadores no es posible la caída del régimen y, de ocurrir un hecho sobrevenido, ningún ensayo de gobernanza post chavista, será sostenible sin un músculo social como plataforma democrática. Las políticas macroeconómicas no son suficientes para la sostenibilidad del porvenir en libertad y democracia. Esa es una conclusión sobre el regreso peronista en Argentina, de Evo en Bolivia, de Ortega en Nicaragua y próximamente de Lula en Brasil y Correa en Ecuador. Soy optimista, sin los trabajadores no hay paraíso. Américo de Grazia.

La inmoralidad de los Bonus y el discurso destructivo de la IA

Miércoles 31 de marzo de 2021

No eludo hablar de Euskaltel. Estuve en su parto y hay dos cosas que me molestan y me incendian.

Entiendo que la noticia del acuerdo de Euskaltel no guste. Se tiene miedo a lo desconocido y al hecho de que una empresa emblemática vasca se diluya en el océano de los intereses de los fondos buitres o de fondos no vascos que solo buscan su rentabilidad económica y no social. Es lógico se piense así si algunas de las operaciones anteriores han carecido de acierto y sí de mucha opacidad beneficiando a unos pocos.

No me gusta que altos ejecutivos vinculados al PNV cobren bonus millonarios. No puedo decir nada de los no afiliados al EAJ-PNV, pero si sobre ellos. No han hecho absolutamente nada para que la Compañía exista. Y si los cobran los deberían donar íntegros a una Fundación, la ciclista por ejemplo. Algo en beneficio de todos, no de sus bolsillos. De no hacerlo es una inmoralidad y quien lo permita será tan culpable como quien los cobra.

Ya sé que una cosa es el mercado y otra el altruismo pero que no especulen con algo que nació de la política al servicio de todos y de una telefonía vasca. De lo contrario hay que señalarles como a gentes que roban el beneficio de una idea colectiva. Y hay que ser beligerante con ello. La Consejera Tapia lo ha pedido. Les dice que reinviertan esos bonus en la empresa. Que lo cumplan o ésta va a ser una de las piedras en el zapato para los que permiten esta asquerosidad.

El otro cabreo es contra  la Izquierda Abertzale. Dice Maddalen Iriarte que la operación es  un expolio. Y que el PNV se beneficia de ello. Su crítica es mentira carroñera. Pero algunos les dan cancha a quienes, si por ellos fuera, no existiría Euskaltel. Lo de ellos no era la construcción nacional sino la destrucción nacional. Sin esta premisa no se entiende nada y no les acepto se erijan en defensores de una bandera que no crearon, ni izaron, ni defendieron.

Lo que no es creíble es la artillería pesada de la Izquierda Abertzale que desde el minuto cero critica el acuerdo empresarial pues de un acuerdo empresarial se trata en una sociedad de libre mercado. ¿O no?. Ya sabemos que hágase lo que se haga, lo criticarán.

La inquietud nace sobre su futuro a seis años. Sin embargo nos dicen los acordantes que permitirá acelerar inversiones en las infraestructuras necesarias en el contexto actual que redundará en beneficio de los consumidores vascos manteniendo el nombre, la marca, el empleo y sus señas de identidad. Se trata de una OPE amistosa y el gobierno vasco apuesta por analizar el hecho como una apuesta para reforzar el músculo de una telefonía  que no hace tornillos sino se dedica a la comunicación y ésta, guste o no, está globalizada.

Recuerdo como nació Euskaltel. Estuve en el parto en 1996. El PP requería nuestros votos para la Investidura de Aznar y la creación de Euskaltel era una de nuestras condiciones. El PP no quería. Telefónica había perdido el monopolio y no deseaba que entre vascos y catalanes el gran elefante se quedara sin trompa y sin orejas. Juan José Ibarretxe negoció sus aspectos técnicos hasta el último segundo. Ya habíamos decidido abstenernos en la Investidura, pero el acuerdo se logró con la última campana. Nuestra ausencia del pacto incomodaba muchísimo a CIU. Al día siguiente fui con Xabier Arzalluz a la sede del PP, Genova 13. De ahí es esta foto. Arzalluz quería la firma de Aznar, pero éste no quería. El tema de Euskaltel le ardía. ”No confiáis en la palabra de vasco” nos dijo y puso su mano sobre una carpetilla verde donde estaba el acuerdo que se iba a hacer público sin el punto dedicado a Euskaltel”. Si lo hacemos público, CIU nos pide lo mismo y son ellos los que garantizan la legislatura y vosotros los vascos sois cuatro gatos y con vosotros si lo podemos acordar. Se puede apostar porque tengáis una telefonía propia pero no Catalunya. Son siete millones y Telefónica se nos va al garete”.

Así nació Euskaltel en tiempos en los que la IA seguía apoyando a ETA y nosotros, como siempre, haciendo  política en Madrid en beneficio de todos los vascos. Y no dejamos de recordar lo que supuso el equipo ciclista en el Tour de Francia. No fue idea de la IA. Habíamos acertado. Ante eso los grandes prebostes de la IA lo hicieron suya por lo que no nos llama la atención ahora su devoción con Euskaltel en  unos partidos que nos decían que no había que ir a Madrid ni a heredar y no digamos haberlo hecho con el PP. Su crítica por tanto tiene la credibilidad de una organización, que como hemos visto en pandemia, están contra todo en lo que no estén ellos. Siguen sin saber actuar en democracia y sin aceptar las reglas del juego de una sociedad no tutelada. Para expolio el que hicieron y permitieron ellos.

En resumen. Tuvimos Euskaltel porque somos pocos. En Euskadi no hay masa crítica suficiente y quizás este acuerdo permita a la sardinita, que sin dejar de serlo salga de la piscifactoría vasca y pueda nadar en el Oceáno, pues el mundo audiovisual, la digitalización, las conexiones al instante o estás o te pasan por encima. ¿El futuro?.

Habrá que estar muy vigilantes para que sus señas de identidad y sus puestos de trabajo no desaparezcan. Y a  no seguir aguantando las críticas de los que solo negocian en Madrid la situación de los presos. De sus presos.

En resumen. Fuera Bonus a gentes colocadas en dichos puestos por el PNV y fuera argumentos de una IA caracterizada por su crítica destructiva.

Entre Arnaldo Otegi, Maddalen Iriarte y el Gobierno Vasco, me quedo con el Gobierno Vasco. Solo le pido a éste que sea más beligerante y más informante. Y se involucre más.