La política de cuentagotas invita a no ir a Madrid

Lunes 29 de octubre de 2018

Este lunes, la ministra Meritxel Batet, responsable del ministerio de Administraciones Públicas nos ha anunciado en la Ser, en entrevista con Pepa Bueno, y lo ha hecho porque ésta se lo ha preguntado, que serán buenos y misericordiosos y que dentro de unos quince días, podía haber dicho que dentro de dos años, se reunirá la Comisión Mixta de Transferencias para hacer efectiva una transferencia de una carretera entre Burgos y Armiñón y líneas de ferrocarril de la margen izquierda, y no por voluntad del gobierno Sánchez sino para cumplir una sentencia del Tribunal Supremo. Pues muy bien. ¡Que alborozo!

Lleva el gobierno de Sánchez cuatro meses en el poder y se mueve como el elefante de la canción, pasito a pasito, muy despacito y no se le ve arranque alguno ni política definida sino una meditada acción de utilizar el cuentagotas sobre una ley orgánica que es el estatuto de Gernika y además refrendada por el pueblo. Este último 25 de octubre se fueron todos los hispanos a Gernika a celebrar su 39 aniversario pero siguen sin cumplirlo. ”Menos celebraciones y más cumplimiento” les debería haber dicho el guarda de la Casa de Juntas. Todo pues es muy vacío y muy cabreante porque en el caso de la Sra. Batet no lo hace como política de su Departamento, sino como cumplimiento de una sentencia del Supremo ganada ésta por la Comunidad Vasca. Encima.

Ya lo vimos cuando Pedro Sánchez, como Gila, dijo en referencia a la transferencia de la gestión económica de la Seguridad Social que si hasta ahora no se había transferido, sería por algo. Increíble pero cierto. Como aquello de Zapatero cuando dijo que apoyaría lo que saliera aprobado del Parlamento catalán y si te he visto no me acuerdo.

O lo de la Sra. Celaá que con un tono entre fastidiado y prepotente contestó en la rueda de prensa de La Moncloa en relación con el cumplimiento del estatuto de Gernika que no había que apresurarse, que no era su prioridad y que estas cosas no se sustancian en cuatro meses, después de decir con su tonillo pijo que lo dicho por Ortuzar era más propio de las campas del Alderdi Eguna, por lo que no había que hacerle mucho caso.

Ni presos, ni transferencias, ni eso de socio preferente que dijo Sánchez en su Investidura, ni Dios que la fundó diciendo lo que para él iba a ser el PNV. Pues habrá que tomar nota.

Esto del cuentagotas estratégico y de darte migajitas como si fuéramos un pollito para tener la bolsa llena para negociar otras cosas es algo poco serio, poco político, poco justo, poco inteligente y muy madrileño.

Yo, el día de la reunión citada, ni iba. Y que la transferencia venga por ley. Si no nos hacemos respetar, no nos van a respetar.

Homenaje de las Delegaciones de Buenos Aires y Nueva York

Domingo 28 de octubre de 2018

Esta semana empiezan los actos de la Semana Nacional Vasca a celebrar en Mar del Plata (Argentina) con presencia del Lehendakari Urkullu. Me tocó estar en Bahía Blanca con el entonces presidente del Parlamento Vasco Juan José Pujana y el senador Joseba Elosegi, y otras dos veces más en Mar del Plata. Estas Semanas son encuentros de los vascos y simpatizantes que se han mantenido en el tiempo y que gozan hoy de un gran vigor. Cantan, bailan, se reencuentran, nacen amores, escuchan conferencias, celebran asambleas de la FEVA (Federación de Entidades Vascas en Argentina) y preparan la del año siguiente. Todo un clásico en la agenda vasca y en la argentina.

Si a mí me tocó ser el primero que en el Gobierno Vasco se ocupó de la llamada Diáspora por indicación del lehendakari Carlos Garaikoetxea, yo le pasé el testigo a Jokin Intxausti que falleció en plena designación sucediéndole Josu Legarreta que estuvo en esa función 23 años y que en esta Semana Nacional va a ser homenajeado, mientras se recuerda cómo hace ochenta años se crearon las Delegaciones del Gobierno Vasco de Argentina y Nueva York en plena guerra civil.

Josu Legarreta me hizo llegar esta conferencia que pronunció sobre aquel Decreto del Presidente Ortiz, hijo de vascos de Zalla, para la entrada de exiliados vascos en aquel pais tras la pérdida de la guerra.

Aporta datos muy interesantes y aunque algo larga para un post, conviene tenerla para ir calibrando lo que supone la llegada y presencia vasca en aquel importante país.

I.- INTRODUCCION:

Más allá de los requerimientos de protocolo, quiero agradeceros vuestra invitación a participar en estas jornadas. Mantengo imborrables los sentimientos de la amistad que ese gran País me brindó en mis 23 años de gestión política, y nunca podré pronunciar aquellas palabras del poeta nicaragüense Joaquín Pasos en su Canto de guerra de las cosas de “Todo se quedó en el tiempo, todo se quemó allá lejos”. Eskerrik asko.

Y junto a mi agradecimiento, también mi felicitación. Porque jornadas como éstas de ámbito universitario son una prueba más de que la Colectividad Vasco-Argentina es mucho más que folklore. Por lo tanto, mi sincera felicitación: Zorionak.

Para mí es todo un honor colaborar en la celebración de actividades culturales como la presente. Aunque, cuando se me invitó, tuve mis dudas de corresponder afirmativamente, sobre todo porque no tenía la seguridad de que pudiera aportaros novedades significativas respecto a la historia del Decreto.

Pero me animé a ello por dos razones: porque nunca se puede corresponder NEGATIVAMENTE a la amistad y porque, a pesar de los años transcurridos, la temática me obligaba a gozar una vez más en la lectura y reflexión de la importante historia de los vascos y sus descendientes en Argentina.

Y con esta doble perspectiva, inicio mi intervención con una reflexión que me induce a interrogantes que me surgen sobre la intrahistoria del Decreto, sobre los pasos previos que pudieron darse a la firma del Presidente Ortíz. Conocemos el texto, y en su día incluso tuve el honor de gestionar la publicación de la recopilación de documentos realizada por Iñaki Anasagasti, con el título Homenaje al Comité Pro-Inmigración Vasca en Argentina (1940)[1]. A través de esta publicación, conocemos las importantes consideraciones que al respecto se realizaron en personalidades y ámbitos provasquistas. Pero para una mejor comprensión de su significado, quizás nos aportarían nuevas referencias las respuestas de cuestiones como:

1.- ¿Cuáles fueron las políticas del Gobierno Vasco respecto al exilio?

2.- ¿Cuáles fueron los gestores del exilio vasco a Argentina?

3.- ¿Cómo era la legislación pro-inmigración de Argentina en aquella época?

4.- ¿Era más beneficiosa que la de otros países latinoamericanos?

5.- ¿Qué actitud mantenía el Gobierno de Argentina respecto a la Guerra Civil?

6.- ¿Cuáles eran los posicionamientos en los diversos estamentos sociales argentinos?

– En el sector económico

– En los Partidos políticos

– En la dirigencia de la Iglesia católica

– En la Cámara de Diputados.

– En los Medios de Comunicación

– En los movimientos sociales populares

– En la propia Colectividad Vasco-argentina.

7.- El liderazgo de solidaridad con los vascos ¿fue obra exclusiva de los hombres del Comité Pro-Inmigración Vasca?

8.- ¿Qué reacciones se dieron respecto al Decreto?

9.- ¿Qué resultados se obtuvieron con su publicación?

10.- ¿Qué comportamientos se dieron en su cumplimiento por parte de los consulados?

11.- ¿Cómo se financió el exilio?

12.- ¿Interesa el tema a los historiadores?

Las respuestas a tantos interrogantes sobrepasan el marco de esta intervención. Por lo que intentaré comentar algunas informaciones de interés en este momento, con la esperanza de que estudios posteriores puedan aportar nuevas luces. Partiré, pues, con un comentario de qué suponía Argentina para los europeos, y no sólo para los vascos; proseguiré con un comentario sobre las relaciones políticas Euskadi/Argentina, para finalizar con algunos comentarios sobre el propio Decreto.

ARGETINA, PARAÍSO ASPIRADO

Resulta imposible analizar en esta intervención la historia de los orígenes de la presencia vasca en Argentina sin una mínima referencia a la repercusión que tuvo en la institucionalización de Argentina la importantísima reflexión intelectual que desarrolló Juan Bautista Alberdi, especialmente a través de sus dos obras: El Crimen de la Guerra y Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina, de tanta actualidad incluso hoy día.

Otro tanto debo afirmar de la de instituciones tan importantes, creadas en fechas precedentes a la de la Guerra Civil española, como pueden ser el Laurak Bat de Buenos Aires, el Centro Vasco Francés de Buenos Aires, Unión Vasca de Bahía Blanca o la Euskal Echea de Lavallol. Junto a éstas podríamos citar algunos otros ejemplos, como Comité Nacionalista Vasco (1904), Juventud Vasca de Buenos Aires (1911); Euzko Batzokija Zazpirak Bat de Rosario (1911); Junta Municipal Jelista de Buenos Aires (1919) o Acción Nacionalista Vasca de Argentina (1923) [2].

Pero en este momento, como muestra del interés de los europeos, en general, por emigrar a la Argentina, citaré dos argumentos que la investigadora Bárbara Ortuño Martínez expone en su tesis doctoral: por una parte, indica que

“Una estimación ajustada a la realidad permite afirmar que entre 1860 y 1946 salieron de España cinco millones y medio de personas, [de las que] 4,5 millones, entre 1860 y 1930, se desplazaron a América” [Y prosigue]: “desde 1880 las pautas migratorias españolas se modificaron, en gran parte por los cambios surgidos en el panorama americano, y los principales destinos pasaron a ser Uruguay que recibió el 2,5% de la emigración, Brasil el 8%, Cuba el 34% y Argentina el 48%”[3].

Argentina se presentaba, pues, a los emigrantes europeos como la Tierra Prometida de sus vidas. En palabras de Vicente Blasco Ibáñez en su obra Argentina y sus grandezas,

“Buenos Aires es un París que habla Castellano. […] El agricultor, el hombre de pastoreo, el dependiente de comercio, el obrero en las artes manuales, pueden embarcarse sin temor con rumbo a la Argentina. Hay en ella espacio, trabajo abundante y bienestar para todos”.

Evidentemente, de acuerdo con el historiador argentino Fernando Devoto, así fue para “los 1.400.000 españoles que arribaron a la Argentina entre 1881 y 1914”[4].

Pero junto a éstos, tendríamos que citar también a otros colectivos, como los franceses, los judíos, rusos, suizos, alemanes, sirios, libaneses, etc… que soñaban con unos nuevos sueldos, diez veces superiores a los que pagaban en Europa, con posibilidades de contratos para la colonización de territorios, financiación del coste de los billetes, alojamiento gratuito a la llegada a Buenos Aires, etc.

RELACIONES POLITICAS EUSKADI/ARGENTINA

Evidentemente, con esta fotografía virtual de paraíso argentino, la clase dirigente de Euskadi tomó conciencia de la importancia de establecer relaciones con sus ciudadanos en dicho país. Y como botón de muestra citaré dos casos: uno, de fecha muy próxima al inicio de la Guerra Civil, de 1934, en el que la Ejecutiva Nacional del Partido Nacionalista Vasco, el Euzkadi Buru Batzar, envía un mensaje a la colectividad vasco-argentina, en uno de cuyos párrafos dice textualmente:

“Euzkadi debe a las naciones americanas el que hayan hecho justicia a nuestra nacionalidad. […] Estad atentos, vascos del otro lado del Atlántico. […] Poned el espíritu en tensión y sed partícipes desde ahí en esta gran cruzada de la raza vasca. […] Apresuraros a participar en ella, porque está ya culminando esta nuestra originaria libertad”[5].

Uno de los compromisos de Gobierno de Gernika de 7 de octubre de 1936 fue también “estrechar los vínculos que le unen con los pueblos que mantienen las formas democráticas de Gobierno y singularmente con aquellos otros en los que viven importantes colectividades Vascas”[6]. Y consecuente con este compromiso, el 22 de diciembre de 1936 el lehendakari Aguirre destinó parte de su discurso a los vascos en el mundo, diciéndoles

“Vuestra solidaridad con nosotros ha de ser, de aquí en adelante, efectiva. El viejo pueblo de los vascos está en estos momentos escribiendo un nueva página en su historia, y aunque viváis separados por los mares, sentís en estos momentos la responsabilidad que el pertenecer a esta raza os está demandando; una ayuda firme y eficaz, ayuda que en vuestras manos está el darla, ayuda que nuestro pueblo os ha de agradecer”[7].

En aquella situación de guerra de previsibles consecuencias de extrema gravedad era absolutamente necesario desarrollar estas políticas de búsqueda de apoyos internacionales, y, lógicamente, el Lehendakari se dirigió a las colectividades vascas del ámbito internacional, aunque en ningún caso era partidario de la organización de exilios en masa.

Pero el origen del exilio a Argentina no reside en la creación de la Delegación del Gobierno Vasco en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1938, con el equipo conformado por Aldasoro, Cunchillos, López Mendizabal y Pablo Archanco: en la primavera de 1938 en la Conferencia Internacional de Trabajo, “celebrado en Ginebra, el delegado argentino, Raul C. Mignone, mostró al delegado vasco, Velar Jaureguigoitia, “especial interés en conocer las perspectivas emigratorias del pueblo Vasco. […] El 22 de julio se entrevistaron en la capital francesa Anúzita y Landaburu, por parte vasca, y Mignone, por la argentina. […] Se acordó que fuese el Gobierno vasco quien realizase las gestiones. […] A mediados de octubre, se recibía la primera respuesta de Mignone. Afirmaba que

“la emigración proyectada contaría aquí con la mayor voluntad” Les decía, así mismo, que el director de emigración, Sanz Briones, aconsejaba que, para facilitar el asunto, los vascos debían crear empresas (con capitales mixtos). En concreto, recomendaba la creación de una sociedad pesquera y otra de colonización agrícola-ganadera” (Carta de Raúl C. Mignone a Francisco Javier Landaburu, Buenos Aires, 8-X-1938)[8].

DECRETO PRO-INMIGRACIÓN VASCA

Elocuente es la declaración de Diego Joaquín Ibarbia, uno de los promotores del Comité Pro-Inmigración, de que éste “no nació por generación espontánea”[9]. Y esta es la razón por la que abogo por interpretaciones históricas globalizantes, superando la tendencia de algunos escritores y conferenciantes de contar anécdotas tendenciosas o simplezas[10]. El periodo1936-1939 fue de extrema gravedad para los vascos; también para el resto de España, y no podemos negar que también para el mundo de las relaciones internacionales.

Ante quienes actuando de historiadores transcriben textos o dan conferencias contando como anécdotas importantes acontecimientos como el desencuentro entre Aldasoro e Ibarbia o la defensa, como históricamente importante, de que la idea de la creación del Comité fue de una persona en concreto, de fulano o mengano y no zutano, quisiera resaltar la interpretación de quien en su día fue presidente del Centro Vasco Laurak Bat de Buenos Aires, D. Elpidio Lasarte, en Euzko Deya del mismo día de la firma del Decreto Pro-Inmigración Vasca. Dice así:

“[…] en esta obra pro Comité, han colaborado de una manera eficacísima, pero sin intervención directa, hombres como Aldasoro, López de Mendizábal, Cunchillos y Archanco, […] pero esta su colaboración ha sido silenciosa a la par que eficaz, repito, y rica, estimándose y aceptándose porque ella no conducía a enrolamientos políticos o ideológicos capaces de perturbar la unidad de la familia vasca. […] No ha ocurrido así en la actitud de los demás hombres que integran los restantes pueblos del enfoque español, que en la República Argentina, tienen fuertes y capaces colectividades. Políticos trasplantados de España y con miras a España más que a la Argentina. [sin embargo] el Comité Pro-Inmigración Vasca, compuesto por Argentinos, vio en la desgracia de los vascos exiliados una fortuna para la Argentina”[11].

Y redundando en esta misma idea, el 29 enero 1940, José Urbano Aguirre, presidente del Comité Pro-Inmigración escribía que

“El éxito alcanzado por las gestiones iniciadas por el Comité Pro-Inmigración Vasca, cuya presidencia ejerzo, [había sido] secundado tan eficazmente por Euzko Deya”[12], es decir, Ramón María Aldasoro.

Y el propio Diego Joaquín Ibarbia se posiciona en el mismo sentido afirmando que

“El Comité Pro-Inmigración Vasca debe ser considerado como patriótico esfuerzo argentino por acrecentar la riqueza de la República en su cuño más prestigioso, el aporte vasco”.

Años más tarde, en el homenaje que se organizó en el Centro Vasco Laurak Bat de Buenos Aires, el Sr. Ibarbia dedicó unas palabras al Sr. Aldasoro indicando que

“Injusto sería no recordar en este momento a Ramón María Aldasoro, Santiago de Cunchillos, Isaac López Mendizábal, Pablo Archanco, miembros de la Delegación de Euskadi que prestaron su más entusiasta concurso”[13].

Y en la entrevista que le realizó el Sr. Auza (Euskonews & Media 205. zbk (2003 / 03-28 / 04-04)) ante la insistencia deEs decir, que el gestor de la idea del Comité fue usted” su respuesta fue:

“Bueno, la idea la tomé de la acción que estaban desarrollando los holandeses. Encontré un eco muy propicio porque en este país hay una proporción muy importante de vascos y de descendientes de vascos. Además, conté con el apoyo de las instituciones más importantes de Buenos Aires: había representantes del Centro Vasco Laurak Bat, de Euskal Echea y, fundamentalmente, conté con el concurso de la Sociedad Rural Argentina -de la que en ese momento era presidente Adolfo Bioy, que no era vasco sino bearnés y simpatizante de la causa vasca, como su cuñado Miguel Casares, mi supervisor en el Instituto de Colonización”[14]-.

REFLEXIONES FINALES

Es bastante generalizada la tendencia de exponer los acontecimientos históricos desde una sobrevaloración de las personalidades de los líderes. Dicho en lenguaje vulgar, historias contadas “desde arriba”, desde quienes ostentan el ejercicio del poder. Pero si hiciéramos el ejercicio de la investigación en sentido inverso, fácilmente podríamos concluir en que por encima del poder está la estrategia y que los líderes no serían tales sin el accionar de quienes conforman su equipo más cercano en el ámbito nacional e internacional.

Evidentemente, fueron importantísimas las gestiones de quienes promovieron el Comité Pro-Inmigración y de quienes conformaron la Delegación de Buenos Aires. Pero el resultado final no hubiera sido el mismo sin las relaciones que se mantuvieron en Ginebra y en París con el Sr. Mignone y sin los apoyos que brindaron otras instituciones vascas de Buenos Aires.

Más aun: si la Colectividad Vasca de Argentina era porcentualmente menor que la española y la italiana; si las normativas de inmigración, tanto las de Argentina, como del resto de los países latinoamericanos, eran contrarias a la recepción de exiliados (salvo alguna excepción); si la clase dirigente de la Iglesia católica se posicionó a favor de Franco; si las poderosas familias económicas eran igualmente antirepublicanas; si los legisladores nacionales no fueron capaces de que los pocos de sus proyectos de ley que podrían haber transformado las normativas de inmigración fueran aprobados; si las colectividades españolas y la judía, entre otras, no pudieron conseguir para los conciudadanos el derecho que se les adjudicó a los vascos a pesar de sus innumerables protestas y gestiones tanto en Argentina, como en sus relaciones internacionales, ¿cuáles debieron ser las razones últimas por las que el presidente Ortiz firmó el Decreto Pro-inmigración Vasca? Sólo se me ocurren dos razones: el aporte histórico de los emigrantes vascos al País y, sobre todo, las estrategias que se siguieron para convencer al Presidente Ortiz. Pero esta realidad no ha sido analizada por ningunos de los investigadores que he analizado; sus escritos no pasan de simples críticas.

No, los resultados no se obtienen por gestión espontánea. Ergo…no creo equivocarme al afirmar que el presidente Ortiz no hubiera firmado Decreto alguno si no se hubieran dado las gestiones anteriormente anotadas. Más aun: no creo que fuera un declarado vasquista: la historiadora Bárbara Ortuño Martínez nos lo recuerda transcribiendo en su tesis doctoral “la carta autógrafa de Ortiz, del 31 de octubre de 1940, publicada por España Republicana el 25 de enero de 1941, que el embajador argentino entregó a Franco junto con un presente”:

“Mi ilustre gran amigo: en nombre del pueblo argentino y del mío propio –como testimonio de nuestra hermandad, os envío este apero completo tal como lo utilizan los gauchos de nuestras pampas casi desde tiempos de la conquista. […] Más que por su valor real, este objeto será precioso para vuecencia y el pueblo español por su elevada categoría de símbolo. El gaucho de las pampas, descendiente del caballero hispano, es el ideal racial del pueblo argentino. […] sintetiza los ideales y las virtudes de nuestra raza”[15].

Pero aun así, entiendo que compaginó sus sentimientos humanitarios de atención a los vascos, con sus políticas internacionales. Sin embargo entiendo también a quienes interpretan su actuación como políticamente contradictoria. Pero quizás pudiéramos encontrar respuesta a esta ambivalencia en la definición que Juan Bautista Alberdi realiza de lo es la política, cuando pregunta

“¿Qué es la política en el sentido filosófico? [Y responde]: La extensión del yo, el ensanche y alcance de nuestra acción individual o colectiva en el mundo que sirve de teatro a nuestra existencia”[16].

No creo que en la política global que desarrollaba el presidente Ortiz, la firma del presente Decreto le aportara de forma considerable la mejora de su imagen y de su gobierno, cuando ni todos sus ministros, ni una buena parte de la sociedad argentina debieron estar de acuerdo con su decisión de firma del mismo. Por lo que, aunque no podemos obviar su simbolismo y su efecto práctico para los vascos, tampoco debemos convertirlo en dogma político[17]. Y en sentido contrario: considero que la hipótesis de su probable afecto hacia el franquismo no sólo no desmerece en absoluto la importancia del Decreto, sino todo lo contrario: es una muestra de sus genes humanitarios vascos y de la capacidad de gestión de aquel pequeño grupo de vascos que llegó a convencerle.

Para su valoración, recordemos que Raanan Rein, investigador del Departamento de Historia de la Universidad de Tel Aviv y autor de una tesis doctoral sobre las relaciones Franco/Perón, opina que “Entre los años 1936 y 1949, los diversos gobiernos argentinos, civiles o militares, oligárquicos o populares (bajo los presidentes Justo, Ortiz, Castillo, Ramírez, Farrel y Perón) apoyaron en mayor o menor medida al franquismo[18], y, desde una perspectiva del temor existente a las repercusiones negativas que podrían causar en la sociedad argentina las ideologías comunistas, anarquistas, etc., consideradas subversivas, hay autores que consideran la década 1930-1940 como la “década infame”, tratando a los exiliados como “indeseables”. La historiadora Dora Schwarzstein afirma este mismo sentido que “el gobierno no deseaba que quienes vinieran al país “sean vencidos que buscan asilo a sus fracasos” y en su exposición transcribe parte de una declaración del Ministro de Agricultura en la interpelación parlamentaria que tuvo el 9-10 de agosto de 1939, en la Cámara de Diputados:

El perseguido político no es un inmigrante, y no se puede pretender que el gobierno de la república (Argentina) cree, con olvido de sus deberes fundamentales, un problema inexistente a título de resolver un problema existente en otros países. (Diario de Sesiones, 1939, t. II, p. 851)[19].

En este mismo sentido, Mónica Moreno y Bárbara Ortuño, consideran que “Los decretos más severos en materia inmigratoria, como la exigencia de un permiso de libre desembarco que dejaba a disposición del Estado argentino la decisión de quién podía entrar al país, se dictaron durante la presidencia de Roberto M. Ortiz en 1938. [Así, las mujeres exiladas corrían el riesgo de ser expulsadas], porque […] tradicionalmente las mujeres que se desplazaban solas habían despertado las sospechas entre las autoridades migratorias al considerarlas a todas sujetos pasivos y dependientes de la voluntad de los varones. Con el estallido de la Guerra Civil española estos prejuicios aumentaron al creerlas sometidas a los políticos extranjeros de izquierda que las utilizaban para difundir su ideología en el país, [a quienes, según la carta enviada al Canciller por el cónsul en Barcelona se les considera que] “son valientes, exaltadas, fanáticas e irreductibles, [por lo que] es preciso cuidarse de ellas”[20].

Llegados a este punto, considero que sería de interés desarrollar investigaciones, o específicamente una tesis doctoral, para analizar en profundidad qué tratamiento se le daba al tema vasco, en general, y los vascos, en particular, en los medios de comunicación social[21] y en Sesiones parlamentarias del periodo 1930-1945. No me parece suficiente recoger el listado de Legisladores nacionales que se adhirieron al Comité Pro-Inmigración[22]. La investigadora Silvina Montenegro defendió en la Universidad Complutense de Madrid (2002) su tesis doctoral La Guerra Civil Española y la Política Argentina, considerada por el historiador argentino Luis Alberto Romero, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de la Universidad de Buenos Aires como “la mejor monografía del tema”, aunque, la verdad sea dicha, en mi opinión no aporta ningún análisis de las gestiones que realizaron personalidades vascas y descendientes, residentes en Argentina.

No puedo afirmar otro tanto de las investigaciones realizadas por Leonardo Senkman. Me permito recomendar la lectura de su Argentina, La segunda Guerra Mundial y los Refugiados Indeseables 1933-1945[23].

Definitivamente, considero que el Decreto Pro-Inmigración Vasca contiene temas de gran interés para la historia de Euskadi/Euskal Herria y de Argentina, como la financiación del exilio, Acción Vasca, presidida por José Antonio de Llodio y Sebastián de Amorrortu, la labor desarrollada por Euzko Txoko en la que convivieron afiliados y simpatizantes del PNV y de la izquierda, o la labor de Euzko Anaitasuna, para “mitigar en lo posible la situación de nuestros hermanos en la desgracia”, ayudándole económicamente a su llegada al país, o la labor desarrollada por el guipuzcoano Felipe Salazar ante la policía de Buenos Aires y la Dirección General de Migraciones, o la desarrollada por Joaquín Gamboa desde la empresa Sociedad Anónima de Construcciones Civiles, o la Editorial Amorrortu, o las Bodegas Arizu o la multinacional Massey-Harris bajo la dirección de Enrique Abaroa.

Pero, en palabras de Juan Bautista Alberdi, podemos considerar la derogación del Decreto Pro Inmigración Vasca en 1944 una muestra más de que “los países meridionales han producido guerreros en lugar de grandes libros de derecho internacional”[24]. Ello no impidió, sin embargo, que prosiguieran estrechándose las relaciones vasco-argentinas.

Pero no quisiera finalizar sometido a las añoranzas del pasado. De poco sirven éstas y las utopías regresivas. Es tarde para recuperar el pasado. Pero, como decía Mario Benedetti, “no podremos llegar a ser vanguardia de nada ni de nadie, ni siquiera de nosotros mismos, si irresponsablemente decidimos que el pasado no existe”[25], o no nos interesa. Abogo por las utopías progresivas, y desde mi estado de jubilado, en palabras de Miguel de Unamuno, “libre de menesteres y cargo”, me permito insinuar, aunque parezca un “elogio de la locura, al estilo Erasmo de Rotterdam, que el futuro de nuestras relaciones Argentina/Euskadi dependen de nuestra capacidad de desarrollar proyectos de interés común, superando diferencias ideológicas, porque ninguna ideología sirve si no es capaz de brindar estrategias para el logro de un futuro mejor.

Eskerrik asko – Muchas gracias.

[1] ANASAGASTI, Iñaki; Homenaje al Comité Pro-Inmigración Vasca en Argentina (1940 Fuentes Documentales; ) [1]Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2006.

[2] MIGNABURU BERHO, Magdalena; Un Siglo de Nacionalismo Vasco, Fundación Sabino Arana, Bilbao, 2013.

[3] ORTUÑOMARTÍNEZ, Bárbara; El exilio y la emigración española de posguerra en Buenos Aires, 1936-1956, Universidad de Alicante, 2010, pp. 37 y 39.

[4] DEVOTO, Fernando; Historia de la inmigración en Argentina, Sudamérica, Buenos Aires, 2003

[5] Ver en: UGALDE ZUBIRI, Alexander; La Acción Exterior del Nacionalismo Vasco )1890-1939): Historia, Pensamiento y Relaciones Internacionales; IVAP, Eusko Jaurlaritza-Gobierno Vasco, 1996, p. 429.

[6] GOIOGANA, Iñaki; IRUJO, Xabier; LEGARRETA, Josu; Un Nuevo 31 – Ideología y Estrategia del Gobierno de Euzkadi durante la Segunda Guerra Mundial a través de la correspondencia de José Antonio Aguirre y Manuel Irujo; Fundación Sabino Arana, Bilbao, 2007, p. 211.

[7] AGUIRRE Y LECUBE, José Antonio; Obras completas Sendoa, Donostia 1981, t. I, p. 622.

[8] SAN SEBASTIÁN, KOLDO; Exilio Vasco en América, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2014, p. 177.

[9] http://www.euskonews.com/0205zbk/elkar20501es.html

[10] Tampoco considero de gran interés histórico los comportamientos administrativos de diversos cónsules en la tramitación de visados, que se explican, por ejemplo, en las obras: Entre Franco y Perón de Dora Schwarzstein, p.96; o “las vías de la ilegalidad que se usaron como mecanismos de entrada a Argentina” que analiza la investigadora Bárbara Ortuño en su tesis doctoral, con descripciones de los cafés parisinos donde se negociaban los visados (El exilio y la emigración española de posguerra en Buenos Aires 1936-1956, pp.98 y ss).

[11] Ver también en ANASAGASTI, Iñaki; Homenaje al Comité Pro-Inmigración Vasca en Argentina (1940 Fuentes Documentales; ) [11]Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2006, pp. 71-72.

[12] Ver en: ANASAGASTI, Iñaki; Homenaje al Comité Pro-Inmigración Vasca en Argentina (1940 Fuentes Documentales; Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2006, pág. 69.

[13] Idem, pág. 46.

[14] http://www.euskonews.com/0205zbk/elkar20501es.html

[15] ORTUÑO MARTÍNEZ, Bárbara; El exilio y la emigración española de posguerra en Buenos Aires, 1936-1956, Universidad de Alicante, 2010, p. 167.

[16] ALBERDI, Juan Bautista; El crimen de la guerra, Claridad, Buenos Aires, 2009, p.30

[17] Quienes hemos desempeñado funciones en ámbitos de la política internacional podemos describir actuaciones similares: como botón de muestra, basta recordar que las estrategias que se siguieron para que Fidel Castro autorizara al Gobierno Vasco la creación de una oficina en La Habana en ningún caso suponían pruebas de que nuestras políticas tuvieran alguna relación ideológica o estratégica con el sistema cubano.

[18] RAANAN REIN; Otro ciclo de lucha: franquistas y antifranquistas en la Argentina 1936-1949; Ciclo, Año V. Vol. V, Nº 9, 2do. Semestre de 1995.

[19] SCHWARZSTEIN, Dora; Entre Perón y Franco, Crítica Contrastes, Buenos Aires, 2001, p. 133.

[20] MORENO SECO, Mónica y ORTUÑO MARTÍNEZ, Bárbara; Exiliadas españolas en Francia y Argentina: identidades transnacionales y transferencias culturales.

ttp://www.storiadelledonne.it/wp-content/uploads/2014/04/MorenoSeco.pdf (La misma información recoge Dora Schwarzstein, en su Entre Franco y Perón, p.53).

[21] Aunque fue importante la labor propagandística de reconocidos intelectuales republicanos exiliados en Argentina, contamos también con escritores de fama internacional como Pío Baroja, que remitía sus artículos claramente profranquistas al periódico La Nación, “que le reporta un beneficio de 300 francos mensuales, suficientes para atender a sus escasas necesidades” en su exilio de Paris. ( Luis S. Granjel, El último Baroja, Salamanca, 1992, p.80).

[22] Ver en: ANASAGASTI, Iñaki; Homenaje al Comité Pro-Inmigración Vasca en Argentina (1940 Fuentes Documentales; ) [22]Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2006, p. 99.

[23] SENKMAN, Leonardo; Argentina, La segunda Guerra Mundial y los Refugiados Indeseables 1933-1945, Grupo Editor Latinoamericano, Colección Estudios Políticos y Sociales, Buenos Aires, 1991 y La Argentina neutral de 1940ante los refugiados españoles y judíos, Ciclos, Año V, Vol. V, Nº 9, 2do. Semestre de 1995.

[24] ALBERDI, Juan Bautista; El crimen de la guerra, Claridad, Buenos Aires, 2009, p 56.

[25] BENEDETTI, Mario; Perplejidades de fin de siglo, Seix Barral, Buenos Aires, 2000, p.13.

Hay víctimas y víctimas

Sábado 27 de octubre de 2018

Este viernes, hubo un reportaje en La Sexta, sobre los españoles en la II Guerra Mundial (muchos vascos). En esta entrega la dedicaron a los campos de exterminio, haciendo principal hincapié en Mauthausen. En el reportaje se explica cómo fueron las primeras víctimas, antes que los judíos, y de  cómo están reconocidos en el extranjero pero no en España. También hablaron de  cómo el Parlamento Español ha hecho homenajes a los judíos de los campos (muy bien hechos) pero no a los españoles (muy mal), siendo ahora  imposible que el Parlamento Español vuelva a hacer un solo homenaje a nadie de los campos de exterminio, sin tener en cuenta a los españoles. Son unos hipócritas, incluido el discurso «buenista» de «el pre-parao» que se olvida de los españoles, que teóricamente él representa, solo sería un nuevo insulto a las víctimas, al parecer se les iba a hacer un homenaje que Rajoy no les hizo.

Por ley de vida y lógicamente estas personas mayores van muriendo, y cada vez más, más pues son los más longevos  (quizás estaría bien que el gobierno vasco y el parlamento vasco les haga un homenaje  por su cuenta, además puede no ser solo a los vascos, sino a todos los ciudadanos de la república que sufrieron estas circunstancias por luchar contra el fascismo). También se comenta en el reportaje la relación del franquismo con lo ocurrido, otro tema tocado fue  como la población española, escolares incluídos desconocen estos hechos, y  otra cosa que aparece en el reportaje es la historia de  los nazis escondidos en España, algunos de estos nazis habían sido parte de los campos de exterminio (no solo hubo silencio con  Franco, también con Suárez, González, Aznar y Juan Carlos I, siendo parte de la Comunidad Europea ya España y pidiendo la extradición países comunitarios…, esto para los que hacen comentarios sobre la extradición de Puigdemont…).

Otra cosa que se les llegó a decir a éstas víctimas, es que se les haría un homenaje si se le hacía otro conjuntamente  a la «División Azul».

¿Queeee?.

Claro ésto es cómo decirles a los judíos muertos en campos de exterminio que se les hará un homenaje, cuando se les haga uno conjuntamente con  los soldados alemanes que invadieron Rusia y murieron allí…?¿ (aunque a ésto en España no se atrevan, pero algunos lo piensen y les gustara intentar hacerlo), comparar a los inocentes civiles republicanos internados en campos de exterminio de forma forzosa, con soldados de la División Azul que fueron libremente a luchar a Rusia, pudiendo no haber ido…, sé que entre la División Azul había desde fascistas españoles pronazis hasta antiguos republicanos que querían purgar penas personales o las de familiares (aunque creo que los mayoritarios eran los pronazis fascistas españoles), pero recordar que la «División Azul» fue a Rusia no a «salvarla del comunismo» como dicen…, sino a ponerla bajo la bota del nazismo…, que tenía destinado lo peor para los rusos…

Si estas víctimas (y otras), tuvieran solo el 1% de los reconocimientos que tienen otras… (que estas otras tienen derecho a este reconocimiento y más que se les debería hacer), pero si estas tuvieran solo el 1% del reconocimiento que tienen otras…, ¡qué justicia se haría! y acercaría a España a ser realmente el país democrático, que como puede verse, no es, incluso cuando se haga habrá que recordar que durante décadas no se hizo…

España es un caso de anormalidad en democracia. Españoles en la Segunda Guerra Mundial (parte 2): el duro testimonio de los compatriotas olvidados de Mauthausen, en la Sexta Columna. Sony

https://www.lasexta.com/programas/sexta-columna/avances/espanoles-en-la-segunda-guerra-mundial-parte-2-mauthausen-este-viernes-en-lasexta-columna_201810235bcf99bc0cf28c98358e4d03.html