El Valle de los Caídos y el escultor Beobide

Miércoles 5 de septiembre de 2018

La consigna de que fuese panteón igualitario la quebrantó el propio Franco

Se han sacado coplas a la urna de Lenin en la Plaza Roja y fabricado democráticos pisapapeles con escom­bros del «muro de la vergüenza». El santuario de Cuelgamuros también ofende. Los ingleses y yankis que acuden a visitarlo y a quienes se asegura que «allí también yacen voluntarios de Brigadas Internaciona­les» pueden preguntarse, una vez desengañados, con qué autoridad moral persigue a Pinochet un Estado que perpetúa el homenaje a un Movimiento genocida que jamás se depuró.

Invisible, aunque presente, ¡pre­sente!, Franco está ahí, acarto­nado, taxidérmico. Con lastre de medallas, cintajos, puñetas de pan de oro, toisón y sable. Es el único jerifalte fascista y nazi de Europa con mausoleo público cuya realidad y esencia las informadoras turísticas dis­torsionan sin pudor. Disfruta de losa blanca y azucenas frescas a diario. El conjunto desprende, con sólo avistarlo, un aura ine­ludible de mal gusto advenedi­zo, de atrezzo para superpro­ducción de Bronston.

En estos pedregales se aco­metieron, un 17 de julio de fue­go, en 1936, dos juventudes. En 1940 llegan los batallones de castigo a las lomas circundan­tes y mil hoyos de unos veinte centímetros, tierra de urgencia para cadáveres despanzurrados entre sí, expelen osamentas ro­jas, azules y caquis. Ya tallaban la piedra viva los galeotes. Se encomienda a Pedro de Muguruza y Otaño, arquitecto, el grandilocuente diseño. Un inge­niero de Manchester, jubilado, viaja en uno de los autopullmans.

«Esto tiene, er… un cierto ai­re, ¿no cree?, un tanto mussoliniano». Con cautela. En el bus les han contado patrañas de transición fraterna, de fosas comunes compartidas. Sobre todo, mentiras a medias.

Muguruza y Otaño falleció en 1952. Le pasó el muerto a Diego Méndez González. La cruz hueca, transitable, es de hormigón armado y granito. Sirve de mirador, 150 metros de alto y 42 de ancho. El funicular que hasta ella trepa desgarra la naturaleza, la transforma en kermes. Hace una mañana de perros en el Risco de la Nava. Hay ganado bravo en la ruta que conduce de la verja a la ca­fetería. La Guardia Civil, que no guardas jurados, custodia la taquilla y dependencias de la entrada. Elocuente.

«Mordieron el polvo»

En agosto de 1953, el del Con­cordato con Pío XII, los forzados iban perforando ya una cripta que costaría vidas, mutilaciones y, en una España de ridícula autarquía, librecambio de pacotilla, recursos de estraperlo y hambre negra, unos veinte millardos de pesetas de 1959.

La consigna de que fuese panteón igualitario para combatientes de ambos bandos la quebrantó el propio Franco, sépalo el turista, en acalorado discurso inaugural. Ante 2.000 alféreces provisionales y altos mandos de los tres ejércitos, sin más presencia del adversario que los despojos anónimos que a este engendro sirven de ci­mientos, el Caudillo enalteció «nuestra Victoria», y «nuestros caídos». Incurrió en sonrojante léxico de tebeo al denostar a «ese enemigo obligado a mor­der el polvo de la derrota».

La propaganda del Régimen se encargaría -hasta hoy- de encauzar la torpeza del general propugnando un Cuelgamuros en simbología de la falsa con­cordia que, a los cuatro años, torturaba y fusilaba a Grimau, propinaba garrote vil a muchos anarquistas y mantenía en las mazmorras de Carabanchel -ahí sí se podría organizar un museo de los horrores- a un sinfín de sindicalistas, gudaris, marxistas y judeomasones variados. Bajo esta bóveda, de los llamados ro­jos no quedan ni los tuétanos.

La tumba de José Antonio, frente al Cristo, deja frío; y la del general, helado. La urna con los restos del «Ausente» no está bajo la lápida, enclavada sobre un sumidero, sino tres me­tros más allá.

Franco queda de espaldas, simbolismos del azar, al Cristo de Beobide, obra excelsa y tan ajena al popurrí de pastiches, tecnico­lor, oropel y tenebrismo marcial de la nave, que sorprende como única pieza digna de admirarse. ¿Qué hace allí? Testimonios absolutamente fiables y contrastados resolvieron la incógnita a «euskadi información».

Un Cristo cautivo

El taller de Zuloaga era visitado con asiduidad por Franco, que se encaprichó de la obra sacra de Beobide allí instalada. Solicitó un Cristo para él. Zuloaga, franquis­ta, u oportunista, amigo de un Beobide abertzale acérrimo que se negaba en redondo a «ir a saludar a Franco, ese criminal de gue­rra», optó por decirle al artista zumaiarra que el encargo era de unos suramericanos. Él, Zuloaga, se ocuparía de la policromía. Acabaría confesando quién era el destinatario. Estaba el Cristo casi culminado. Beobide, que «esculpía los Cristos rezando» y que hacía de su trabajo mística, pensa­ba por convencimiento íntimo que cuanto peor era un sujeto, más ne­cesitaba la oración.

El Cristo pasaría a la capilla de El Pardo, en 1941. La factura fue de 20.000 pesetas, tramitada por Zuloaga. Años después, sin con­sultar, un Caudillo no pregunta, Franco decide erguir el crucifijo de Beobide en pleno ábside, en el altar de la Basílica del Valle de los Caídos. Allí sigue. En el conjunto bisutero, tremendista, tiene mucho, por contraste, de cautivo. Impresiona su impavidez. Carece de rictus, de sangre seca. Beobide se negó a visitar Cuelgamuros «mientras no enterrasen allí tam­bién a todos los gudaris». No en­tró, consecuentemente, jamás.

«Por Dios y por España

En la Capilla del Vía Crucis la es­posa del ingeniero de Manchester, jipi residual, poetiza la lluvia: «Hoy el cielo llora por todos los muertos de la guerra». Un dedo prudente le traduce el gran rótulo sobre las puertas que acceden a las sacristías benedictinas: «Caídos por Dios y por España». «Ese es el eslogan del bando vencedor». La mujer se desconcierta. «¿Conoce USA? Bien, esto no es Arlington, aquí se exalta a los vencedores, y sólo a ellos, de una guerra civil.

Comunistas, socialistas, nacio­nalistas vascos, republicanos y masones eran la anti-España y los sin-Dios. Este no fue jamás su lu­gar, aquí no constan y es lógico que sus familias se resistiesen a sepultarlos junto al verdugo, de no mediar engaño o el chantaje con la vida o la libertad de un fa­miliar o varios». La inglesa llama a su marido. «Es que él tiene ami­gos que lucharon en las Brigadas Internacionales». Repite, el inge­niero, que todo el conjunto le sue­na «francamente mussoliniano». Se le ratifica. «A saber qué came­los les cuentan durante el viaje. Puede que entre los 50.000 esque­letos de las capillas laterales se halle el de algún brigadista.

Más escoceses apoyan la independencia tras el «brexit» – El Nuncio habló

Martes 4 de septiembre de 2018

Más escoceses apoyan la independencia tras el Brexit

El 47% de los escoceses votaría a favor de la independencia de Escocia si el Reino Unido estuviera ahora fuera de la Unión Europea (UE), frente al 43% que apoyaría la permanencia de la región en el país, según un sondeo publicado hoy.

La encuesta, hecha entre 1.022 personas residentes en Escocia, reveló, además, que si tuvieran la oportunidad de votar hoy mismo, el 45% respaldaría la escisión y el 47% la rechazaría, mientras que el resto -en ambas opciones- se mostró indeciso. La consulta fue realizada por Deltapoll, una nueva compañía establecida por expertos de las conocidas firmas encuestadoras ICM y YouGov, por encargo de «Best for Britain», un grupo proeuropeo que apoya la permanencia del Reino Unido en la UE.

La europarlamentaria laborista Catherine Stihler, dijo a los medios que este resultado pone de manifiesto el peligro que el «Brexit» supone para el futuro de la unión de las regiones del país Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. «Dejar la UE será calamitoso para la economía de Escocia y no hay tal cosa (que se llame) un buen «brexit». Dejar el Reino Unido será aún más catastrófico, pues llevará a una profunda austeridad y recortes en los servicios públicos que puede perjudicar más a las personas sin recursos», añadió Stihler.

En el referéndum de independencia del Reino Unido celebrado en 2014, el 55% de los escoceses votó en contra de la separación.

El Nuncio habló

Le tocó al Nuncio Apostólico y decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Venezuela, Monseñor Aldo Giordano, dar la bienvenida al nuevo Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Venezuela James Story (el cuarto en 9 meses tras los anteriores haber sido declarados “persona no grata” y solicitado su salida del país) en su presentación ante sus colegas diplomáticos y los invitados que incluían la dirigencia política democrática, los empresarios y los medios de comunicación.

Fue sorpresa para todos los asistentes escuchar al Nuncio Giordano describir -con sutil ironía la realidad que sufre Venezuela, país al que describió como “tierra de gracia. Dijo: “Es un país muy hermoso. Bienvenido James a un pueblo que sufre y lucha y que nos roba el corazón! Tu experiencia y tu sabiduría serán importantes para todos nosotros”. Allí aprovechó e hilvanó un rosario de preguntas donde asumió una posición -¿crítica o de alerta?- para que los presentes, casi todo el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, salieran comentándolas tanto como las del recién llegado. “¿Cómo servir el bien común de este querido pueblo de Venezuela en un momento tan difícil y complicado? ¿Cómo salvar la paz que es el primer fin de la diplomacia? ¿Cómo ayudar a erradicar el uso de la violencia que siembra tantas lágrimas e inseguridad? ¿Cómo defender los derechos de las personas que deciden de emigrar y atravesar las fronteras de nuestros países? ¿Cómo ayudar a un proceso hacia una reconciliación nacional? ¿Cómo nuestros países pueden colaborar para afrontar los problemas concretos de la gente y de las familias? ¿Cómo superar las políticas parciales, al servicio de un interés particular? ¿Cómo favorecer la justicia y la fraternidad universal de la familia humana?”.

Temas como la violencia, la paz, las políticas parciales al servicio de un interés particular y, sobretodo, en el tema migratorio que el gobierno de Maduro insiste en negarlo desde todos los frentes, acusando a los medios nacionales e internacionales de fabricar un montaje con fines desestabilizadores.

Considero que es un avance en la participación de la Santa Sede, es decir del Vaticano y su enviado permanente en Venezuela, en buscar soluciones a la grave situación venezolana.  Siento que es la primera vez que este Decano de los diplomáticos ha puesto los puntos sobre las “íes” en los temas que ya varios países, desde el Grupo de Lima, la OEA y la Unión Europea hasta la Casa Blanca, el Departamento de Estado, senadores y representantes del Congreso estadounidense y el Comando Sur han alertado.

Y el gobierno insiste en decir que todo es un montaje mediático. Niegan todo lo que los afecta y nos mienten con descaro. En el alto gobierno, una vez más, oídos sordos a la búsqueda de soluciones.

Tres frases que llaman la atención al iniciar la semana.

Lunes 3 de septiembre de 2018

Pablo Casado, del PP, está horrorizado por la propuesta de Sánchez de propiciar un referéndum de autogobierno en Catalunya. Iniciativa que ha hecho pública hoy en la Ser, porque él ya no va a los estudios. No creo sea el sitio adecuado para esta nueva ocurrencia, pero Casado, palentino él, diputado por Ávila y residente en Madrid no entiende que las demandas vascas, catalanas y gallegas, no son cosa de competencias y de transferencias, sino de identidad. Casado tiene su identidad española satisfecha, pero la mayoría de vascos, catalanes y gallegos no, y de eso se trata, no de referéndums paliativos ni del NO continuo del esencialismo español. Primera frase.

La segunda es de Carlos Espinosa de los Monteros, un señor castellano, que es el clásico hidalgo español muy consciente de su españolidad y que la interpreta de una sola manera. A la manera del Cid Campeador. Es ahora el Comisionado de la Marca España y todavía Sánchez no le ha mandado a hacer gárgaras, como merece.

Hoy aparecen unas declaraciones suyas en portada del diario El Mundo en las que dice lo siguiente. ”Hemos vuelto a ser un país inestable”. La pregunta que le haría a este señor sería. ¿Comparando con que época?. ¿La de la dictadura de Franco?”.

Si es así coincide con Mayor Oreja que decía que estos franquistas en agradable placidez, pues si, pero la democracia trae estos saltos porque no es uno solo el que manda sino lo es el ciudadano con su voto.

Ya lo siento Sr. Espinosa de los Monteros. La democracia es así y lástima que usted no se haya enterado.

Le recuerdo a este hombre cuando sacó su Marca España y le pregunté en el Senado el por qué la adornaba con un toro en su logo. Para él eso era la Marca España. Luego la cambió pero para él, aquel toro, identificaba muy bien la Marca España. Y tenía razón.

La tercera frase que resalto es la respuesta de la ministra de educación y portavoz del gobierno Sánchez, Isabel Celaa a una pregunta del periódico El Correo sobre cuando se exhumarán los restos del dictador y sacarlo del Valle de los Caídos. ”Puedo responder que los restos de Franco serán exhumados antes de fin de año” respondió con contundencia, olvidando que Ramón Jauregui, siendo ministro de la presidencia de Zapatero y correligionario suyo no lo hizo hace diez años.

Pero a la pregunta sobre el calendario de Transferencias a pactar con el gobierno vasco, ahí, si no fue tan categórica.

La Sra. Celaa, contestó. ”Otra cosa es comprometerse con fechas. Esta es una cuestión diferente y más difícil. Vamos a ver qué podemos llegar a acordar”.

El estatuto de Gernika, que es ley orgánica refrendada va a cumplir el mes que viene 39 años. En casi cuatro décadas ni el PSOE, ni el PP lo han culminado por puro cálculo político. Dicen que las últimas transferencias son las más difíciles y que hay que estudiarlas. Al parecer no han tenido tiempo de hacerlo, aunque si lo tuvieron para pedir los cinco votos al PNV.

¿Es que 39 años de paciencia no son suficientes?.

Celaa se ha escaqueado. Y eso que conoce como nadie la realidad vasca y que si juega con estas cosas la voluntad de Sánchez de agotar la legislatura estará más que cuestionada.

Pero ahí los socialistas siguen siendo como el PP.