¿POR QUE LA UNIVERSIDAD DE DEUSTO NO HACE LO MISMO QUE LA COMPLUTENSE EN RELACION CON MARIO CONDE?

Domingo 22 de mayo de 2016

mario-condeEl Consejo de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha acordado con un solo voto en contra retirar la condición de doctor honoris causa al exbanquero Mario Conde “a la vista de las graves acusaciones que pesan sobre él y que son contrarias a la dignidad que debe exigirse a quien ostenta esta distinción». Conde está en prisión preventiva, acusado de blanqueo de capitales y evasión fiscal, entre otros delitos, tras ser detenido en su domicilio el pasado 11 de abril.

Mario Conde recibió el doctorado honoris causa por la Universidad Complutense el 9 de junio de 1993 siendo presidente del Banco Español de Crédito (Banesto) y una figura muy respetada en el mundo de las finanzas hasta que se conocieron sus fechorías. El acto de entrega estuvo entonces presidido por Juan Carlos, como no podía ser menos, y acudieron figuras del ámbito político y económico español.

Curiosamente, 1993 fue el mismo año en el que meses después sería intervenido Banesto y Conde fuera enviado a prisión por llevarse dinero de la entidad. El exbanquero cumplió una pena de cárcel por aquel delito, que le costó una condena de 20 años, durante la que nunca le fue retirado su honoris causa. Pero la sociedad ha cambiado y ahora ya no aguanta que encima de robar, estos ladrones de guante blanco den lecciones de ética, moralidad y buenas costumbres.

Pero hete aquí que quien no le ha quitado su doctorado es la Universidad de Deusto, donde estudió y nos lo presentaron como un modelo de ciudadano. Dinero fácil, glamour, yates, agresividad empresarial, fotogenia. Eran esos los valores a los que sucumbieron aquellos universitarios de Deusto en lugar del trabajo continuo, honrado, solidario, emprendedor. La cigarra y la hormiga, con victoria de la cigarra. Y aquello hizo muchísimo daño. No sé como en Deusto cayeron en semejante espejismo que rompía la imagen de la propia Universidad de Deusto.

Porque veinte años después de que Mario Conde terminara la carrera de Derecho en Deusto, con calificación de sobresaliente, volvió a “casa”.

El Paraninfo de la histórica facultad donde el ex presidente de Banesto formó su «arquitectura de valores» estaba abarrotada de jóvenes estudiantes deseosos de estar cerca del superstar.

Las quinientas sillas que constituían su aforo no fueron suficientes para albergar tanta expectación y hubo que habilitar una sala contigua con sistema de vídeo para que quienes no pudieron conseguir un pase al aula magna pudieran ver en la pantalla al hombre, que consideran un modelo a seguir. Vergonzoso.

Deusto sigue siendo la misma Universidad que encontró Mario Conde en 1966, pero quizás los valores de entonces no son los que priman ahora entre los estudiantes.. Uno de ellos, estudiante de Derecho Económico, 19 años, señaló: «Para mí, Conde es un modelo. Es el puto amo de las finanzas». Me gustaría saber donde está ahora aquel imbécil que dijo esta bobada.

A las 18:55, Conde desciende por la escalinata de madera que da acceso al claustro donde se ubica la sala del Paraninfo. Seguido por su guardia pretoriana, acompañado por el rector de la Universidad, Jesús María Eguiluz. Conde levanta el revuelo y provoca el murmullo de sus incondicionales. «Yo me he formado aquí. Y aquí aprendí lo que es la libertad en unos momentos difíciles.

Aquí me enseñaron a respetar la libertad individual, por eso, aunque soy gallego, yo me siento un poco vasco. Hoy he vuelto a mi Basarri». Pura manipulación. Pero la gente le aplaudía.

Las primeras palabras de Conde tienen un magnetismo especial, provocan el silencio y crean una atmósfera propicia para que el presidente de Banesto, 42 años, aspecto impecable, pelo engominado y mirada, firme, entre en acción metiéndose en el bolsillo a la concurrencia. En las primeras filas de la sala, sus amigos de siempre y los de máxima confianza, tan corruptos como él. Ramiro Núñez (secretario del consejo de Banesto) y Enrique Lasarte (presidente del Banco de Vitoria), que estudiaron con él y compartieron las enseñanzas del padre Bernaola, verdadera alma mater de la Universidad, que dirigió con mano de hierro desde 1940 hasta 1973. Se lució.

También están Fernando Garro, Arturo Romaní y Aizmendi, ejecutivos clave de Banesto que profesaban por él una admiración sólo comparable a la que despierta en las nuevas generaciones.

Los congregados, que han venido atraídos por la figura del hombre que en España representa el éxito, tal vez poco avisados de sus problemas con el Gobierno o de sus dificultades de entendimiento con algunos banqueros o de la mecánica que hace variar una cuenta de resultados, siguen sin pestañear la conferencia: «La capacidad negociadora de un país se mide por la capacidad de las empresas controladas por sus residentes para generar beneficios reinvertibles». La llamada a un cierto capitalismo nacionalista provoca la admiración de la concurrencia.

El País Vasco forjado por la industria siderúrgica y naval, capitaneadas por los bancos Bilbao y Vizcaya, auténticos artífices del desarrollo de Euzkadi, antes de que el torpe Emilio Ibarra sucumbiera a sus corrupciones, ve en Conde el éxito que no les estaban dando en ese momento los torpes de Neguri, personajes grises y aburridos. Por ello, el mensaje de Conde conectaba bien con la forma de entender la economía de los vascos, algunos de los cuales aún no habían olvidado la afrenta que el joven banquero hizo a uno de sus hombres, José Ángel Sánchez Asiaín, cuando el Banco de Bilbao lanzó la OPA sobre Banesto a finales de 1987.

Al concluir su discurso, Conde vuelve a tocar la fibra sensible de sus seguidores, maestro como es encantar a la audiencia: «Esta es la primera vez que doy una conferencia a gente que está sentada donde no hace mucho tiempo estaba sentado yo». Salva de aplausos.

Conde vendió en Deusto que Incluso en la España donde todavía el apellido pesaba como una losa y las grandes familias se apiñan para defender sus privilegios, se puede alcanzar la fama y el éxito si se sabe jugar bien. El mito del sueño americano sigue vivo, aunque ahora brille tal vez menos y la dura realidad haya demostrado que lo difícil no es llegar arriba, sino mantenerse.

Un sueño que no todos compartían. «No, yo no voy a ver a Mario Conde», sonreía burlón un joven estudiante de Derecho tocado de tupé al estilo Elvis, vestido con vaqueros y cara de buena persona. «Sólo un 30% de la gente que ha venido hoy está apuntada a los cursos. El resto ha venido por morbo, para ver de cerca al mito. Eso es absurdo. El modelo que representa Mario Conde a mí no me convence. No creo en la cultura del éxito. Yo prefiero conseguir un buen trabajó y ser feliz sin mayores ambiciones. Claro que sé que aquí, en Deusto, eso sólo lo pensamos una minoría». Me gustaría saber hoy donde está este tipo listo.

Si sé donde está Mario Conde y si sé que Deusto tiene que lavar su imagen. Va retrasada. La Complutense le ha quitado el doctorado. No sé a qué esperan. Pecaron gravemente. Que cumplan su penitencia y no vuelvan a caer en semejante feria de las vanidades. Eso no debería ser el espíritu de Deusto.

 

«CASTELAO Y LOS VASCOS» EN LA CASA DE GALICIA DE SANTURTZI

Sábado 21 de mayo de 2016

IMG-20160521-WA0003En su día escribí un librote con este título. Es un rompecabezas armado y formado por piezas sueltas, cartas, artículos de prensa y traducciones del gallego. Quizás ahí resida su valor intrínseco como crónica minuciosa de una parte de nuestra historia que si se logra, ya es un pequeño avance: mostrar que en un momento clave del exilio, gallegos, catalanes y vascos se pusieron de acuerdo, hasta el punto de que lograron sobresaltar los nervios de algunos prohombres de la República al soñar juntos afanes e ideas que la realidad política e histórica truncó con su inexorable dureza.

De su edición hace casi veinte años. Y el libro, que fue traducido al gallego pero no publicado por la crisis de Caixa de Galicia, está ahí, como pequeña referencia. Y gracias a ésto un vasco casado con gallega, Iñaki Gorrotxategi, el presidente de la Casa de Galicia, el anterior, y varios más me propusieron el año pasado para que me otorgaran los Centros Gallegos de Euzkadi la Anduriña de Plata, presea que me entregaron el Día de Galicia en Euzkadi celebrado el año pasado en Ermua.

Iniciativa que agradecí vivamente, pues además del libro habíamos promovido el Día de Galicia en Euzkadi junto a Pepe Casal y Josu Bergara. Y no solo eso, sino también el Día de Euzkadi en Galicia, habiéndose celebrado en varias oportunidades asistiendo a dicha fiesta el Lehendakari Ardanza y establecido relación con ellos el Lehendakari Ibarretxe.

Así las cosas me llamó a principios de año Iñaki Gorrotxategi por si en la Semana de las Letras Galegas, podía hablarles de Castelao y de su libro “Sempre en Galiza”. Fijamos el día, viernes 20 de mayo y allí fui con María Esther al Centro Gallego de Santurtzi que estando en la calle Gabriel Aresti, la llaman la calle de los gallegos pues estaba llena hasta los topes, habida cuenta del día y del buen tiempo y que allí está la Casa de Galicia.

ComprimidoDicté la charla, contesté tres preguntas de los allí presentes y, como no podía ser menos, tomamos albariño y pulpo, de cierre. La alcaldesa Aintzane Urkijo, el concejal, Joseba Ramos el presidente de la Junta Municipal del PNV, Mikel Huici, Agustín Elorza tuvieron la deferencia de estar presentes cuestión que agradecí. Las relaciones entre el PNV y el Centro Gallego son estrechas y cordiales.

Y es que creo que esta historia debería ser conocida y Castelao estar más presente en nuestro paisaje vasco.

Y lo digo porque aunque hoy sea poco conocida, fue muy importante esta relación, que llegó a cuajar en aquel proyecto denominado GALEUZCA, y que pese a no haber tenido efectos prácticos, merece ser hoy conocido. De aquí vino la necesidad de compilar parte de lo disperso en hemerotecas y carpetas personales.

IMG-20160521-WA0001Las urgencias políticas del postfranquismo no hacían propicio el dedicarse a la investigación. Hubo que improvisar muchas cosas y el día a día impedía mirar hacia atrás para dar a conocer lo que había sido aquel exilio tan largo como extenuante. El PNV sin embargo mantuvo cordiales y estrechas relaciones con el partido galleguista. Por otra parte se había reeditado en Durango la colección completa de la revista GALEUZCA realizada en Argentina. Esporádicamente se hablaba de este tema y cuando hubo que defender en el Congreso y Senado el Estatuto actual de Galicia los representantes del Nacionalismo Vasco lo hicieron con la misma dedicación y entrega cual si fuera propio.

Así las cosas, en junio de 1984, se decide que los restos mortales de Alfonso Rodríguez Castelao, que reposaban en el cementerio de La Chacarita de Buenos Aires, vuelvan a su Galicia natal. Quien fuera presidente del Consejo Nacional de Galicia, diputado y sobre todo líder galleguista volvía envuelto en la polémica. La Federación de Sociedades Gallegas había criticado en Buenos Aires «los manejos caciquiles de los organizadores del acto».

El hecho cierto es que sus restos volvieron a su querida Galicia. La prensa vasca reseñó el hecho con la dignidad que tenía la noticia y con la simpatía que tiene lo gallego en Euzkadi. Pero poco más. A nuestro juicio faltó énfasis en resaltar el hecho. ¿Por qué?

Poco se sabía sobre Castelao y su obra. Casi nada de la relación de vascos y gallegos y muy poco de su sueño de GALEUZCA. Había pequeñas citas en bibliotecas, nada de librerías y a los protagonistas de aquella historia no se les preguntó nada con el fin de que recordaran aquellos años. Este espeso silencio sólo fue roto por algunos artículos, trabajos y una entrevista a Xosé Estevez quien ha estudiado con especial dedicación y éxito esta parte de nuestra historia reciente. Xosé es una gran referencia.

Así las cosas revolviendo viejas carpetas de artículos de D. Manuel de Irujo para la radio clandestina que trabajaba en Venezuela, vino a mis manos una serie de cartas de Castelao a Irujo y de éste a Castelao.

Eran cartas amargas, duras, plenas de reproches aunque rezumaran amistad. Cartas del último tramo de la vida de Castelao desengañado de una República fracasada y desconocida por las grandes potencias que preferían la «seguridad» del franquismo a la libertad peligrosa de una democracia. Publicar sólo aquellos documentos hubieran podido llamar a engaño. Había que ambientar todo aquel período y dar a conocer a los gallegos y a los vascos algo de lo que había pasado entre estos dirigentes durante veinte años. No todo había sido triste. Había habido momentos de esperanza y cordialidad que era necesario dar a conocer.

Para hacer este trabajo recurrimos a dos publicaciones, una gallega, «A Nosa Terra» y otra vasca «Euzko Deya», esta última órgano de prensa de la delegación del Gobierno vasco en el exilio tanto en París como en Buenos Aires y México. De la transcripción de artículos y reseñas aparecidos en estos órganos de prensa, de entrevistas y documentos varios salió aquel trabajo que trata de acercar a Castelao al mundo vasco y lo vasco al mundo gallego. Existía además un compromiso con el entonces Partido Galleguista. Castelao había sido un hombre representativo de Galicia y un intelectual de primer orden pero sobre todo fue un militante a tiempo completo del galleguismo más sentido. Un nacionalista gallego del Partido Galleguista. Y eso había que destacarlo, de una manera clara y terminante.

Hay hoy en día muchos que engolan la voz hablando de Castelao y son culpables directos de que Castelao muriera en el exilio. Hay hoy en día grandes personajes que aparentemente asumen los postulados de Castelao pero le hubieran fusilado si le hubieran detenido en 1936. Por eso era preciso decir que el galleguismo de Castelao es un nacionalismo gallego que poco tiene que ver con la retórica, la forma, y las soflamas de gentes que tendrían hoy al Castelao vivo como a un radical sin futuro.

Pero Galicia fue Castelao y Castelao era Galicia, como se dice en este libro en frase feliz de quien le conoció. Cuando Galicia vaya despojándose de toda la retórica de falso galleguismo y descubra al Castelao político, que por sobre todo defiende y siente a Galicia, habrá llegado efectivamente la gran hora del obligado reconocimiento previo al conocimiento.

Finalmente el libro se llama «Castelao y los Vascos» porque hemos deseado destacar la relación que tuvo el dirigente galleguista con todo el arco político vasco: PNV, ANV, Republicanos, Gobierno vasco, Delegaciones, Publicaciones, etc. No se limitó a la relación con un partido sino con un pueblo en el exilio y en sus diversas manifestaciones. La obra pretende por tanto ser de todos los vascos, de todos los gallegos y de todos los demócratas amantes de la libertad.

Bien es verdad que al final existieron dificultades. Que las potencias aliadas abandonaron a su suerte a aquel Gobierno republicano nacido con tanta espe­ranza en 1945. Bien es verdad que la solidaridad GALEUZCA al final se resquebrajó, porque en su momento no pudo dar frutos prácticos. Bien es verdad que la distancia, la incomunicación, el exilio y la lucha por la supervivencia no son buenas consejeras para mantener proyectos políticos en el aire. Pero no es menos cierto que en un momento dado GALEUZCA fue una realidad política, relacionada y efectiva que produjo una positiva solidaridad y que mantuvo a través de su publicación y de su coordinación una plataforma política muy interesante y que estando ya en la historia, puede volver algún día a hacer historia.

ARNALDO OTEGI NO SABE QUIEN FUE SABINO ARANA

Viernes 20 de mayo de 2016

Creo que la Fundación Sabino Arana debería hacerle llegar a Arnaldo Otegi las obras completas del fundador del nacionalismo vasco porque entiendo que Arnaldo Otegi no tiene ni idea de que existió, creó la ikurriña, el nombre de Euzkadi, fue encarcelado dos veces  y murió a los 38 años.

Seguramente si Otegi supiera que en 1894 él y su hermano izaron la ikurriña y al año siguiente creo el PNV, y dijera que Euzkadi es la Patria de los Vasco ,no sería tan beligerante en su obsesión por omitir el nombre de Euzkadi para cambiarlo por el nombre que permitió el franquismo de Euskal Herria. Por cierto ETA, la ETA de Otegi significa Euzkadi ta Askatasuna, no Euskal Herria ta Askatasuna. Pero hay que desconocer al fundador del nacionalismo vasco por ver si alguien cree que fue ETA y por eso hay que ir a Barcelona a aprender lo básico.

Digo ésto porque nos dijo el martes que había ido a Barcelona a aprender sobre el nacionalismo catalán para tratar de aplicarlo a su Euskal Herria. Es como ir a casa de Arzak a enseñarle a cocinar.

Y yendo un poco más cerca, ahí está el llamado Plan Ibarretxe, al que Otegi prestó dos votitos en 2005, mientras apoyaba a ETA, para que iniciara su recorrido. Seguramente sin ETA aquel proyecto, por lo menos, hubiera sido admitido a trámite. Y la historia, quizás, hubiera sido distinta.

Pero nos dice que ha ido  a aprender. Seguramente no le habrán hablado del Concierto Económico que los vascos logramos  nos devolvieran para Gipuzkoa y Bizkaia  en 1980  y que su ausencia les ha ocasionado tantos problemas a los catalanes  porque en 1978 consideraron que era una antigualla.

Pero Otegi tiene todo el derecho a viajar en clave electoral. Ha estado en Bruselas, ha estado en Catalunya y seguramente irá a Madrid. No objeto su periplo, aunque esta afirmación del aprendizaje, me haya chocado.

Ha dicho también que hay que pasar de hablar de las víctimas de ETA a estar con ellas. Tiene razón. Y seguramente conoce que en Barcelona, hay una asociación de Víctimas muy sensata ,no de esas que utilizan su lógico dolor como arma política, y hubiera estado muy bien que hubiera ido a Hipercor y decir que  aquello fue una barbaridad y que hizo mal ,como le dijo a Evole, estar en la playa cuando mataban a Miguel Angel Blanco. Le creeríamos  mucho más.

Otegi es el candidato de la Izquierda Abertzale y eso está bien, como lo es su periplo electoral. Lo prefiero  ver viajando como si fuera Mandela  a que esté en la cárcel.

Pero, a mí, no me engaña.