PRESENTADO EL LIBRO RESISTENCIA.

Martes 4 de julio de 2017

Fue Txomin Saratxaga quien lanzó la plataforma “Betiko Lagunak” y, tras ellas, ha habido actos de todo tipo. Comidas en recuerdo del Juramento de Larrazabal, misas, presentación de libros, charlas, debates, presencia en actos….Y un buen día, en el bar-restaurant que estaba al lado de su librería Kirikiño en la calle Colón de Larreategi, una comida de viejos rockeros de Betiko Lagunak. Allí, generalmente se hablaba de batallas del pasado y yo, cansado de que nos llevemos a la tumba tantas vivencias les dije que no había nada escrito de forma sistemática lo hecho por la Resistencia vasca no violenta, desde el fallecimiento del Lehendakari Agirre a la muerte de Franco. Y todos coincidimos en que había cosas, deshilvanadas, y que al resistente anónimo ni se le conocía.

Pues tenemos que hacer algo.

Mi experiencia me dictaba que si eso no se encargaba a un profesional, nada se haría. Todos somos muy afanosos, pero tras el postre en aquella comida el futuro iba a ser el mismo: si te he visto no me acuerdo y hasta la próxima y en la siguiente comentaremos que ha fallecido fulanito y menganito y se ha llevado consigo como se puso la ikurriña en el Jata o como se organizó el Aberri Eguna del 74, o como se distribuyeron las fotos de los condenados a muerte en el Juicio de Burgos.

Y me comprometí a hablar con el Gobierno Vasco pues estas historias eran de todos. Y efectivamente, Josu Erkoreka sensible a la historia, y no solo la del PNV, le encargó al escritor Miel Elustondo que se encargara del trabajo, tras una reunión mantenida con José M. González Zorrilla y Txomin Saratxaga que comenzaba a tener quebrantos de salud.

Y el producto de este ingente trabajo es un libro de 801 páginas y un kilo cuatrocientos gramos que fue presentado el 28 de junio en el hotel Ercilla, lleno su salón hasta los topes. El IVAP había hecho un buen trabajo de invitaciones, no solo a los protagonistas de la historia, sino a sus familiares, aunque ya a ocho de los entrevistados habían fallecido antes de la presentación y que constan en el librote. Entre ellos Karmele Goñi y Joseba Leizaola.

En el libro están todos los que son, aunque no están todos los que fueron, pero algo es algo. Y a mí me tocó introducir biografías de personas fallecidas y que marcaron una época bien en tiempos de la República y de la Resistencia o con alguna significación y que hemos querido que quede constancia de ellos.

El libro se llama Resistencia, no La Resistencia pues no pretende ser exhaustivo ni apoderarse de todo un período de lucha bajo la dictadura.

Una de las muchas entrevistas que me impactó fue la de Javier Goirigolzarri, que fue secretario del EBB y Diputado Foral, ya que cuenta sus duras vivencias con aquel torturador y asesino al que llamaban capitán Hidalgo, un guardia civil obsesionado con la lucha del pueblo vasco, un torturador y una mala persona que tuvimos que sufrir por estos lares.

Pero hay entrevistas de hombres y mujeres de todo tipo y el libro es francamente interesante. Lo recomiendo.

EL CORTE INGLÉS COMPRA NUEVE LIBROS DE “EL OTRO PACTO DE SANTOÑA”

Lunes 3 de julio de 2017

La política del Corte Inglés hacia lo vasco es antológica. No tiene usted más que ir a su librería, sita en el segundo piso de la Gran Vía de Bilbao. Allí tiene usted todas las novedades nada más salir del ascensor. No encontrará ningún libro vasco. Que si Soraya Sáenz de Santa María, que si Adolfo Suárez, que si Chesterton,… pero no encontrará  nada vasco o si lo encuentra lo hallará en una columna, o en un aparador tipo guetto. Y está en el Centro de Bilbao.

El sábado estuve dando una vuelta. Pedí el libro «El Otro Pacto de Santoña». «No lo tenemos» fue la seca respuesta, de personas generalmente poco amables. Parecería que te hacen un favor.

Ante la respuesta he preguntado a la editorial. La respuesta ha sido: «Ha pedido nueve ejemplares para toda España. ¡Una vergüenza!»

Es lo que hay.

Les molesta se hable del Pacto de Santoña desde otra óptica y me consta que son varios los que han ido a comprarlo.

No vaya usted pues al Caballo de Troya de El Corte Inglés en Bilbao.

El 19 de junio Bilbao cayó en manos de los franquistas.

Hoy sigue con una inmensa bandera española en todas partes.

Ochenta años después el franquismo no quiere se hable de historia vasca.

EN GURIEZO (3)

Domingo 2 de julio de 2017

Leonardo Salazar, jefe de la Intendencia del Ejército de Euzkadi, escribió un relato de como fue la evacuación de Bilbao. De su cuaderno sacamos lo relativo a Trucios que lo publicaremos este fin de semana. Es lo más directo que se tiene de como funcionó aquella evacuación hace 80 años.

Leonardo Salazar, natural de Muskiz, del PNV, era un hombre práctico y en aquellos momentos de confusión se ve su capacidad de organización.

He aquí la tercera foto de aquello:

“Por la tarde me personé en Guriezo para comprobar “de visu” si la citada granja reunía condiciones para Parque Central de Intendencia y pude ver que no era posible establecer allí todos nuestros servicios. Poco después fui a Laredo y solicité permiso del apoderado de la Fábrica Salvarrey para hacer uso de sus almacenes y fábrica con destino a la Intendencia Militar de Euzkadi. Este Sr. que me estaba muy agradecido por haber puesto en marcha su fábrica, varios meses parada por culpa del Departamento de Comercio de Santander, aceptó encantado sobre todo si se tiene en cuenta que pretendieron requisársela para montar unos talleres de carga de proyectiles. La Fábrica en cuestión constaba de dos amplísimas naves. Una de ellas destinada a almacén y la otra a fábrica propiamente dicha. En ésta elaboraban conservas de pescado a la vinagreta, en aceite y en tomar para los ranchos en frío del Ejército de Euzkadi. Trabajaban unas 80 mujeres, en dos turnos, y fabricaban diariamente unas 30.000 raciones. Cuando visité la fábrica se encontraban ya allí las muchachas que trabajaban en los talleres de raciones en frío de la A. de Urquijo, con sus máquinas cortadoras y unos 1.200 jamones que pudieron recogerse en la Fábrica “Pichichi” de Bilbao. Recomendé al encargado del taller que tuviera cuidado con los jamones y que, con las chicas a sus órdenes, ordenara un poco el taller por si podíamos continuar preparando las “bolsas” de ranchos fríos.

El día 19 de junio permanecí aún en Balmaseda. A las doce del mediodía se presentó Rezola, acompañado de Vicente de Urkiola y comió con nosotros. La comida fue espléndida, preparada precisamente por los padres de Urrutia, que se hallaban refugiados en un caserío cercano. Lo magnífico del día, el paisaje que se divisaba desde nuestra mesa al aire libre y las excelencias de la comida y el vinillo nos hizo olvidar por un momento que acabábamos de perder Bilbao y que nuestros enemigos se paseaban por las calles que nosotros habíamos dejado poco antes. Joseba quedó muy satisfecho de la comida y poco después partía para Trucios.

Aquella noche ordené la evacuación del Castillo de la Piedra y salimos para Guriezo. Dormimos dentro del coche y al amanecer los alrededores del “Castillo” parecían un campamento de bohemios. Camiones, camionetas, coches y el personal de Intendencia, bajo el arbolado que rodeaba la finca, ofrecían un blanco seguro a la aviación facciosa. Desayunamos y comimos al aire libre y cursé las oportunas órdenes para que al anochecer comenzara el traslado de los víveres y efectos a Laredo. Ese día se hizo una relación del personal que allí nos hallábamos y observamos la falta de un gran número de soldados, clases y oficiales del Batallón de Intendencia. Desgraciadamente pudimos comprobar que, por cumplir con su deber y acatando las órdenes recibidas, no pudieron salir de Bilbao y fueron hechos prisioneros por los fascistas. El Comandante del Batallón, Angel de Urrutia, a quién tenía en gran aprecio y estima cayó también en manos del enemigo. Noticias facilitadas por un obrero del taller de reparaciones que logró evadirse de la Villa después de un mes, confirmaban su prisión. Según este obrero a los soldados y oficiales de Intendencia los utilizaban en la carga y descarga de buques en los muelles, trabajo que ejecutaban cuando el enemigo tomó Bilbao.

Los convoyes de víveres a los Depósitos del frente se efectuaron esa noche desde Guriezo; pero carecíamos de pan, vino y aceite. Conseguimos evacuar gran cantidad de carne en conserva; bacalao, garbanzo, arroz, café, azúcar y leche condensada. El pan para la tropa, que se fabricaba en la Harino-Panadera de Bilbao, al perderse la Villa dejó de suministrarse. No logramos sacar ni un litro de vino y aceite. Hay que hacer constar que estos dos artículos escaseaban ya en Bilbao.

Por dicha causa mi preocupación era muy grande. No veía la forma de solucionar el problema de la falta de dichos artículos, principalmente del pan si no recurríamos a solicitar la ayuda de la Intendencia o el Departamento de Comercio de Santander. Otra de las graves dificultades con que tropezaba era la falta de combustible (gasolina y aceite lubrificante) para los camiones y corría el riesgo de no poder transportar los víveres al frente por carencia absoluta de gasolina.   Si además tenemos en cuenta que entonces la Intendencia de Euzkadi racionaba a unos 100.000 hombres calcúlese la gravedad de los problemas planteados.

Para solucionarlos urgentemente ordené a Gibert que desde Laredo se dirigiera a Castro-Urdiales, pueblo en que oí decir que se encontraba Paulino Gómez Beltrán, o a Santander y que se entrevistara con el mismo a fin de ver la forma de solucionar el problema de la falta de pan. Yo fui a Trucios a dar cuenta al Presidente de las dificultades con que tropezaba para el normal desenvolvimiento de mi función. Después de la pérdida de Bilbao era necesario sostener el espíritu y la moral de la tropa para seguir resistiendo, y condición esencial para lograr ese fin era el atenderlos en todas sus necesidades y excedernos si fuera posible y desgraciadamente veía que día a día se agotaban nuestras existencias de víveres. De todo esto quería informar al Presidente, para poner pronto remedio a la catástrofe que se me venía encima, si se acababan nuestras existencias”.