Iñigo Oriol y la historia del Vichysoisse

Ha fallecido Iñigo Oriol «Copito de Nieve» como le llamaban los suyos por su elegante pelo blanco.  Con respeto he de decir que más que un oso panda, a mí siempre me pareció un zorro plateado, de esos que saben donde hay que tocar las teclas del poder. «Si avanzan con eso de la independencia, Iberdrola se irá del País Vasco» dijo un día ante el Plan Ibarretxe.

Iñigo, quinto de siete hermanos, trató de seguir la estela marcada por su padre, al que veneraba. Llevaba muy a gala el pasado familiar y sus ligazones con la derecha. Aunque tuvo algunos pinitos en política (fue procurador en las Cortes franquistas) algunas especulaciones le situaron entre los simpatizantes de una reconducción militar de la situación política de los primeros años ochenta, que él siempre lo negó rotundamente. Era un nacionalista español: Dios, Patria y Rey.

Alfonso Ussia escribió en su columna este comentario sobre su amigo desaparecido:

“Hijo de un empresario genial, José María Oriol Urquijo, se adelantó a los tiempos y creó Iberdrola, un monstruo de la energía de la que fue Presidente durante décadas. Mantuvo su sede social en Bilbao, porque Iñigo, que era más español que la pintura de Romero de Torres, era un vasco arraigado y leal a la tierra de sus mayores. Volvía de Bilbao y me soltó una agradable novedad. Por motivos empresariales, Arzalluz lo recibió en su despacho con un “ABC” en la mano -no había nacido todavía LA RAZÓN-, abierto por la página de mi artículo. “A ver si le dices a tu amigo Alfonso Ussía que deje de tocarme los cataplines”.

Me hizo mucha ilusión saber que le tocaba los cataplines a Arzalluz. Redoblé los toques a partir de aquel momento”. Muy majo éste Ussia.

A Iñigo Oriol le conocí y traté en los actos oficiales. Una vez, en una cena me contó la historia de la Vichysoisse. Fue así «José Félix de Lequerica, alcalde de Bilbao tras AreiIza, fue nombrado embajador de Franco ante el gobierno de Petain en Vichy. Soltero se había llevado una cocinera de Busturia a, la que pidió un día improvisara un almuerzo. Y la cocinera con una porrusalda fría y a su manera hizo la primera sopa de Vichy o Vichysoisse. Posteriormente Lequerica fue nombrado inspector de embajadas en Estados Unidos y se llevó a la cocinera que hizo las delicias de los estómagos de todos aquellos a los que Lequerica deseaba convencer  para que reconocieran al régimen de Franco. Y esa cocinera terminó en la gran cocina del Waldorf Astoria y allí consagró su plato fabricado en Vichy de una humilde porrusalda. Cosas de la vida. Esa fue la historia que me contó. Y me he quedado con ganas de preguntarle el nombre de la cocinera. Seguramente ahora le estará preparando una vichysoisse.

Y pensar que esta exquisitez  de la cocina internacional no es más que una porrusalda fría inventada por una cocinera de Busturia. ¡Pobres franceses!.