Historias que importan

Acostumbrados a movernos en una sociedad donde todo se mide por el beneficio material, donde los resultados se presentan en moneda constante y sonante, es más que reseñable cuando te encuentras con actuaciones de empresas y organizaciones cuyos resultados más palpables solo atañen al corazón, al alma y a los sentimientos de pertenencia y donde la ayuda y la colaboración con el que lo necesita es el balance final de resultados.

En Navidades es relativamente frecuente encontrarse con esta situación. Es el caso de la IV edición de la acción solidaria ‘Ellas Cuentan’ con el reconocimiento a cuatro mujeres inspiradoras que el miércoles pasado realizó Cinfa en Madrid

Una gala de beneficios y beneficiados en cooperación con el Club de Malasmadres donde se presentaron los premios de las historias que importan, donde ellas cuentan Historias más allá, mucho más allá, de lo que es la ganancia económica. Son crudas historias de personas reales que sufren problemas y enfermedades de dificilísima solución, que gracias a esta iniciativa consiguen vehicularse por el camino del humanismo más elemental: ayudar a quién lo necesita, sin más a cambio que un beso y unas gracias.

El proyecto, lanzado  en 2021 por ambas entidades, da voz a mujeres que afrontan grandes retos vitales: la enfermedad o discapacidad de un hijo o hija, o el desafío de convivir con su propia enfermedad o diversidad funcional. Este año, un total de 98 mujeres de todo el Estado han compartido sus historias, sumándose a las cerca de 800 historias presentadas en anteriores ediciones.

Las cuatro mujeres seleccionadas para recibir este año el reconocimiento de “Ellas Cuentan” y una ayuda de Cinfa para mejorar su calidad de vida y la de sus familias han sido Joana Aramendía Duque (Estella, Navarra) y Patricia González Velasco (Madrid), reconocidas en la categoría ‘Madres cuidadoras de hijos e hijas con enfermedades o necesidades especiales’; y Ángela Domínguez Dorado (Madrid) y Alba Saskia Rivas (Blanes, Girona), reconocidas en la categoría ‘Mujeres que conviven con una enfermedad o diversidad funcional’.

Estas mujeres reciben un premio que no es la solución a sus problemas, pero aparte de hacerlas visibles liman asperezas, endereza el camino y, en muchos casos, ponen la situación plena de lo que es la finalidad de la investigación, los medicamentos y la medicina que es sanar al paciente.

Con Enrique Ordieres, presidente de Grupo Cinfa.

Enrique Ordieres, presidente de Grupo Cinfa, sostiene que “desde el comienzo de esta iniciativa, hemos podido conocer historias de superación y de fortaleza ante situaciones muy duras. Testimonios que nos permiten valorar la importancia de vivir intensamente cada momento, a pesar de las adversidades, y que nos reafirman en el convencimiento de seguir dando voz a tantas y tantas mujeres y familias que conviven con la enfermedad o la discapacidad en su día a día y nos sirven de ejemplo”.

En fin, un encuentro empapado de alma, de espíritu, donde los abrazos iban más allá del protocolo hasta hacer que los corazones se tocaran. Si con esto se alivia el dolor y se favorece la solución, yo creo algo que es reseñable y muy digno de resaltar que la Navidad es para esta gala solo la excusa para que todo el año tengamos presentes estas necesidades y sobre todo la necesidad-obligación de ayudar a quien más necesita

Evidentemente, como siempre nos piden la tarjeta de crédito, cuando se asiste a un evento como éste donde se trata de valores auténticos, no calculados en precio, se entra al homenaje de estas mujeres invisibles de una manera y se sale con el corazón un poco más blandito, más empático, mucho más cercano al dolor, a los padecimientos y a las necesidades vitales del otro.

Iniciativas como ésta serán siempre plausibles y responderán a lo más humano y humanístico de nuestro propio ser.

Conoce todas las historias de vida presentadas a la cuarta edición de esta iniciativa solidaria en ellascuentan2024.es

Mercado para la solidaridad

Confieso que me gustan los mercadillos navideños por la cercanía que transmiten y su trato directo. Reconozco que me encanta rebuscar en los caballetes de prendas amezcolanzadas y revolver los montones de ropa hasta dar con la pieza que buscaba. Es un placer repasar y remirar piezas de artesanía y/o joyas sin tener que entrar en una joyería empingorotada.

Y si las joyas, la artesanía, el abrigo, el traje y los zapatos son de diseño probado, el placer da un salto; si además sumamos que los precios sean mucho más asequibles que en la compraventa habitual, el placer de compradora se ensancha y tocará techo si sabes que una parte importante del pago de tu compra tiene un destino solidario. En este caso hablamos de l de noviembre en Paiporta y otros pueblos de Valencia y para San Martín de Porres y La Gota de la Leche.

Aunque la solidaridad debe ser un continuo en nuestra actitud ante los que más lo necesitan, hay fechas en las que es más fácil dar rienda suelta al rio de sensibilidad que nos empuja hacia esa solidaridad. La Navidad es una de esas fechas señaladas y el mercado solidario que organiza estos días prenavideños, la diseñadora Mercedes de Miguel por segundo año consecutivo es un buen lugar para que el gusto por la ropa exclusiva y de diseño a precio asequible se la mejor excusa para una compra solidaria.

Con la diseñadora Mercedes de Miguel en el Mercado solidario

El polígono industrial de Elguero-Trápaga, en el corazón industrial de Bizkaia, esta siendo este fin de semana un reclamo de glamour en el atelier de Mercedes de Miguel: vestidos, trajes, faldas, zapatos, accesorios de diseño que nos hace pasar un buen rato eligiendo los regalos del Olentzero o los detalles para amig@s o para darnos una alegría a nosotras mismas. Todo ello pudiendo degustar de buena gastronomía y música. Este sábado el mercadillo estará abierto hasta las 22.00 horas.

Además, mañana domingo, día 15, que se clausurará el mercadillo a las 15.00, los asistentes podrán deleitarse con la música de Carraza Duo, la actuación del gran mago Valen y todo ello acompañado por una chocolatada solidaria. Un buen plan de festivo.

Sin olvidar. Y lo recalco que la finalidad de nuestra compra es compartir; los diseñadores ajustan los precios a la baja con el total de las donaciones para que los diseños resulten aún más atractivos facilitándonos la necesaria solidaridad; así que pasar un buen rato entre estos diseños de categoría con una compra solidaria ayudará a la presencia de los propios diseñadores y expositores, pero al tiempo reportará una importante ayuda a quienes más lo necesitan, en este caso a los damnificados por la catastrófica DANA de noviembre.

Así que, a disfrutar de un día de compra, al tiempo que de ayuda a otras personas.

Premiadas porque ellas lo valen

El pasado lunes tuve la satisfacción de asistir a la entrega del premio empresarial en su edición 18 que otorga la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) 2024 a mujeres que han destacado en el mundo profesional como empresarias y gestoras. Las distinguidas, no lo son por el mero hecho de ser mujeres, sino porque han invertido dedicación, esfuerzo, mucho empeño y a veces hasta lágrimas para llegar a donde se encuentran ahora.

Elena Guede Vázquez, Vice-Presidenta Senior de la Estrategia de Sostenibilidad de la empresa matriz de Cementos Lemona, CRH; Inmaculada Ortiz Aspizua, Propietaria y Directora General Ortiz Aspizua Hnos.S.L.U. Zitro y Susana Andrés Gorgojo, Directora Área Comercial Laboral Kutxa, han sido/son referentes y líderes en sus sectores e inspiradoras para todas las mujeres, tanto para las que desarrollan su actividad profesional en la empresa como para la sociedad en general.

En el evento, celebrado en el hotel Carlton, las galardonadas estuvieron arropadas no solo por sus familias, sino también por un nutrido grupo de representantes de las Instituciones vascas, del mundo social y económico de Bizkaia. Todos y todas apoyando un cambio que ya está en marcha

No solo leyes

Se habla y loa que son un modelo de igualdad, pero me parecería mucho más exacto destacar que son el modelo de que cuando hay igualdad de oportunidades el ascenso de la mujer es tan posible y realizable como el del hombre. No se trata de ser iguales que los hombres, como destacaba la presidenta de AED, Isabel Iturbe, sino de poder demostrar la valía personal en igualdad de oportunidades. Valía que han demostrado las tres premiadas en sus trayectorias profesionales, “en un mundo todavía masculinizado” como coincidieron en señalar.

Porque para conseguir la igualdad, las leyes son necesarias, pero no suficientes, hace falta cambios educativos y de comportamientos sociales. “La igualdad es una asignatura pendiente y una gran oportunidad para conseguir una sociedad más igualitaria”, recalcó Iturbe.

“Todos eran ellos”

Lo que sí es muy destacable es el plus en su caso de haberse tenido que ver en situaciones de inicio profesional donde “todos eran ellos” y ellas casi unas advenedizas que tuvieron que demostrar su valía el doble que si hubieran sido simplemente ellos.

“Todavía hay demasiados estereotipos sobre las mujeres instalados en la sociedad, que todavía sigue siendo estando muy masculinizada. Hay que continuar generando redes que nos permitan tejer alianzas en pro de la igualdad de oportunidades que es de justicia social”

Ciertamente, valía demostrada con el apoyo de hombres que inicialmente creyeron y confiaron ellas; y siempre con el acompañamiento decidido de la familia que puso en ellas la confianza suficiente para que no cejaran en sus empeños profesionales. Con sacrificios personales, familiares y filiales añadidos, por supuesto.

Sacrificios que seguramente han sido superiores a los que hubieran sido de ser hombres.

Un robot en tu vida

En realidad, el título propiciatorio debiera ser “tu vida en las manos de un robot”.

Hoy día resulta difícil encontrar una actividad antiguamente humana donde no se haya instalado ya un robot totalmente automatizado que sustituya al humano. No diría totalmente autónomo, porque todavía la bioética es cosa humana y suele ser necesario que haya una persona que lo controle, pero todo se andará, al tiempo. El piloto automático del avión, el cajero para mi tarjeta, el surtidor de gasolina, “Alexa enciende la calefacción”, el bisturí laser de mi última intervención, los montadores de piezas de coches, las ordeñadoras, el control remoto de la calefacción o el regadío …, es prácticamente imposible encontrar una actividad en la que una máquina automatizada no haya desplazado, o esté a punto de hacerlo, la mano (por ahora no al cerebro) humana.

Así que en buena lógica y tal como sucediera en la era de la primera revolución industrial, puede que los robots asusten a los empleados, que pueden preguntarse, ¿nos quitará una máquina el trabajo? Los datos de empleo actual niegan la mayor y no parecen ir en esa dirección, más bien lo contrario, hay muchos puestos que no se cubren, bien por falta de cualificación o directamente por falta de personas.

Sucede, al menos en los países occidentales, que al mismo tiempo que la automatización de robots e Inteligencia Artificial avanzan, la edad media de la población crece y la jubilación del pico del babyboom la tocamos ya con los dedos, con lo bueno de poder disfrutar de ella y con la incertidumbre de quién pagará nuestro sustento y sobre todo quién nos podrá asistir.

Muchos ven en lo dicho en el párrafo anterior el problema mayor, que las pensiones de jubilación costeadas de forma intergeneracional serán inviables. No creo que ese sea el nudo del problema. Voy casi todos los días a una residencia de ancianos, son de mayor edad y más dependientes; por las calles de mi ciudad me fijo en la cantidad creciente de andadores y sillas de ruedas; observo cada día a más personas de edad acompañadas por asistentes (por cierto, inmigrantes jóvenes en su mayoría); los centros de salud y hospitales son visitados con mucha más frecuencia por personas de edad, crónicos y pluripatológicos en su mayoría. He ahí el nudo del asunto, costear las pensiones será difícil, sí, pero mucho más mantener el entramado de asistencia (personal y tecnológica) a las personas mayores, que cada día seremos más y de más edad. Según un estudio sobre el sector de residencias publicado esta semana, nuestro sistema de dependencia necesitará 100000 trabajadores en los próximos diez años.

Y aquí vuelvo a las máquinas, a los robots y a la IA; si compiten y desplazan a trabajadores no entiendo por qué no pagan impuestos (IRPF, IVA, IBI..) como las personas físicas. Su uso ya puede reducir la jornada laboral y los trabajos penosos de los operarios, pero además con su cotización se mantendría en superávit la caja de pensiones y podrían usarse para muchas de las labores asistenciales a la dependencia que ahora realizan los humanos. “Alexa, hazme la cama y córtame las uñas de los pies que esta jodida artrosis reumatoide me tiene baldada y no alcanzo mis pies”, ¿Por qué no un robot en tu vida?

El plástico nuestro de cada día

Como muchos otros ya he vuelto de mis periplos veraniegos digamos que vacacionales y aunque no me deje arullar por la nostalgia en demasía, sí que echo la vista a la pasada canícula por si la reflexión me sirviera para enmendar el futuro. Así que en esta corta pero complaciente retrospectiva me veo dedicando un pequeño tiempo a observar cosas que habitualmente me pasan desapercibidas o al menos a escuchar a quien me indica en donde debo fijarme para poder ver lo que hay al otro lado del espejo.

Me acerco a una charca que conocía de pequeña, antes rebosante de chapoteos de pececillos, chotacabras al atardecer, ranas croando, alguna que otra culebrilla y cigüeñas en busca del almuerzo. Ni los veo ni les escucho, quizá por los motores de los coches que pasan cerca o quizá porque ya no los haya, pues en la superficie lo que se observa es una buena capa de algas … claro, los abonos nitrogenados generosamente esparcidos terminan en el humedal y la eutrofización (así lo llama mi experto acompañante) hace el resto; si añades pesticidas y herbicidas al gusto, el cóctel resulta un sinvivir. Aunque no sea especialmente campestre, también echo en falta los soliloquios lumínicos nocherniegos de las luciérnagas, pero en la zona han puesto farolas hasta en los nichos de los búhos. Así que, Iberdrola 1-luciérnaga 0.

Podría contarles muchas más de estas minimalistas observaciones de una ciudadana amapola de asfalto, pero como seguramente ya se las sabían y no podemos, yo al menos no, ponerlas coto, me había decidido contribuir en algo a que no emperorase mi entorno disminuyendo mi cuota de consumo de plástico. Mi intento era bueno, lo prometo, pero una quincena después claudico: he vaciado tres cubos de basura-plástico frente a uno de orgánico y otro de papel. Si compro pan me lo dan en una bolsa de plástico microperforado, las madalenas cada una en su bolsa embolsadas por docenas en otra, las patatas en una malla de plástico y las frutas en bolsitas de plástico, los yogures y otros lácteos en botes plásticos, leche en tetrabrick con aluminio muy lustroso, cada pedido de embutido me lo ponen en un taper de plástico, me cuesta encontrar un refresco en botella de cristal, las legumbres y el arroz también en bolsas plásticos, añadan los sprays que usamos para laca, cremas, insecticida y pinturas. Sumen todas sus propias dosis de plastificación dependencias. No sé si será posible sobrevivir sin plásticos, quizá sí, pero este verano yo no lo he conseguido.

Me dicen que la isla de plástico en el Pacífico sigue creciendo, que prácticamente en todos los pescados que comemos hay microplásticos, que la cadena trófica podría ensartarse con poliestirenos, que el 1 de agosto los humanos (unos mucho más que otros) hemos agotado todos los recursos naturales que la Tierra es capaz de producir en un año; es decir , que desde ese día vivimos de prestadillo, hipotecados, comiéndonos/bebiéndonos el futuro … claro un futuro que estamos escamoteando a nuestros hijos.

Como no conozco la solución, para el panem nostrum quotidianum hago la ruta del cubo de plástico de cada día, hasta que pronto sean dos al día.

@nekanelauzirika