Un robot en tu vida

En realidad, el título propiciatorio debiera ser “tu vida en las manos de un robot”.

Hoy día resulta difícil encontrar una actividad antiguamente humana donde no se haya instalado ya un robot totalmente automatizado que sustituya al humano. No diría totalmente autónomo, porque todavía la bioética es cosa humana y suele ser necesario que haya una persona que lo controle, pero todo se andará, al tiempo. El piloto automático del avión, el cajero para mi tarjeta, el surtidor de gasolina, “Alexa enciende la calefacción”, el bisturí laser de mi última intervención, los montadores de piezas de coches, las ordeñadoras, el control remoto de la calefacción o el regadío …, es prácticamente imposible encontrar una actividad en la que una máquina automatizada no haya desplazado, o esté a punto de hacerlo, la mano (por ahora no al cerebro) humana.

Así que en buena lógica y tal como sucediera en la era de la primera revolución industrial, puede que los robots asusten a los empleados, que pueden preguntarse, ¿nos quitará una máquina el trabajo? Los datos de empleo actual niegan la mayor y no parecen ir en esa dirección, más bien lo contrario, hay muchos puestos que no se cubren, bien por falta de cualificación o directamente por falta de personas.

Sucede, al menos en los países occidentales, que al mismo tiempo que la automatización de robots e Inteligencia Artificial avanzan, la edad media de la población crece y la jubilación del pico del babyboom la tocamos ya con los dedos, con lo bueno de poder disfrutar de ella y con la incertidumbre de quién pagará nuestro sustento y sobre todo quién nos podrá asistir.

Muchos ven en lo dicho en el párrafo anterior el problema mayor, que las pensiones de jubilación costeadas de forma intergeneracional serán inviables. No creo que ese sea el nudo del problema. Voy casi todos los días a una residencia de ancianos, son de mayor edad y más dependientes; por las calles de mi ciudad me fijo en la cantidad creciente de andadores y sillas de ruedas; observo cada día a más personas de edad acompañadas por asistentes (por cierto, inmigrantes jóvenes en su mayoría); los centros de salud y hospitales son visitados con mucha más frecuencia por personas de edad, crónicos y pluripatológicos en su mayoría. He ahí el nudo del asunto, costear las pensiones será difícil, sí, pero mucho más mantener el entramado de asistencia (personal y tecnológica) a las personas mayores, que cada día seremos más y de más edad. Según un estudio sobre el sector de residencias publicado esta semana, nuestro sistema de dependencia necesitará 100000 trabajadores en los próximos diez años.

Y aquí vuelvo a las máquinas, a los robots y a la IA; si compiten y desplazan a trabajadores no entiendo por qué no pagan impuestos (IRPF, IVA, IBI..) como las personas físicas. Su uso ya puede reducir la jornada laboral y los trabajos penosos de los operarios, pero además con su cotización se mantendría en superávit la caja de pensiones y podrían usarse para muchas de las labores asistenciales a la dependencia que ahora realizan los humanos. “Alexa, hazme la cama y córtame las uñas de los pies que esta jodida artrosis reumatoide me tiene baldada y no alcanzo mis pies”, ¿Por qué no un robot en tu vida?

El plástico nuestro de cada día

Como muchos otros ya he vuelto de mis periplos veraniegos digamos que vacacionales y aunque no me deje arullar por la nostalgia en demasía, sí que echo la vista a la pasada canícula por si la reflexión me sirviera para enmendar el futuro. Así que en esta corta pero complaciente retrospectiva me veo dedicando un pequeño tiempo a observar cosas que habitualmente me pasan desapercibidas o al menos a escuchar a quien me indica en donde debo fijarme para poder ver lo que hay al otro lado del espejo.

Me acerco a una charca que conocía de pequeña, antes rebosante de chapoteos de pececillos, chotacabras al atardecer, ranas croando, alguna que otra culebrilla y cigüeñas en busca del almuerzo. Ni los veo ni les escucho, quizá por los motores de los coches que pasan cerca o quizá porque ya no los haya, pues en la superficie lo que se observa es una buena capa de algas … claro, los abonos nitrogenados generosamente esparcidos terminan en el humedal y la eutrofización (así lo llama mi experto acompañante) hace el resto; si añades pesticidas y herbicidas al gusto, el cóctel resulta un sinvivir. Aunque no sea especialmente campestre, también echo en falta los soliloquios lumínicos nocherniegos de las luciérnagas, pero en la zona han puesto farolas hasta en los nichos de los búhos. Así que, Iberdrola 1-luciérnaga 0.

Podría contarles muchas más de estas minimalistas observaciones de una ciudadana amapola de asfalto, pero como seguramente ya se las sabían y no podemos, yo al menos no, ponerlas coto, me había decidido contribuir en algo a que no emperorase mi entorno disminuyendo mi cuota de consumo de plástico. Mi intento era bueno, lo prometo, pero una quincena después claudico: he vaciado tres cubos de basura-plástico frente a uno de orgánico y otro de papel. Si compro pan me lo dan en una bolsa de plástico microperforado, las madalenas cada una en su bolsa embolsadas por docenas en otra, las patatas en una malla de plástico y las frutas en bolsitas de plástico, los yogures y otros lácteos en botes plásticos, leche en tetrabrick con aluminio muy lustroso, cada pedido de embutido me lo ponen en un taper de plástico, me cuesta encontrar un refresco en botella de cristal, las legumbres y el arroz también en bolsas plásticos, añadan los sprays que usamos para laca, cremas, insecticida y pinturas. Sumen todas sus propias dosis de plastificación dependencias. No sé si será posible sobrevivir sin plásticos, quizá sí, pero este verano yo no lo he conseguido.

Me dicen que la isla de plástico en el Pacífico sigue creciendo, que prácticamente en todos los pescados que comemos hay microplásticos, que la cadena trófica podría ensartarse con poliestirenos, que el 1 de agosto los humanos (unos mucho más que otros) hemos agotado todos los recursos naturales que la Tierra es capaz de producir en un año; es decir , que desde ese día vivimos de prestadillo, hipotecados, comiéndonos/bebiéndonos el futuro … claro un futuro que estamos escamoteando a nuestros hijos.

Como no conozco la solución, para el panem nostrum quotidianum hago la ruta del cubo de plástico de cada día, hasta que pronto sean dos al día.

@nekanelauzirika

La ciencia también necesita apasionados

Sí, apasionados por la ciencia y su desarrollo con aplicación en el ámbito sanitario con la implicación las personas y las asociaciones de pacientes.

Aunque repasando los medios pudiera parecer que la imagen del interés de la gente se radica en el deporte, especialmente en el fútbol, y sin duda alguna también en noticias de impacto, como las guerras y las graves crisis migratorias, la realidad es que la pasión no solo se vive en un terreno de juego deportivo, sino también, como bien he podido observar en un encuentro organizado por Novartis, en el mundo de la ciencia y de su aplicación tecnológica, especialmente en medicina, medicina del futuro dirigida a las personas, a alargar su vida, pero también la calidad de esa vida.

Los participantes en el encuentro «Apasionados por la ciencia y las personas».

Asociaciones de pacientes, miembros de sociedades científicas, de centros hospitalarios, de grupos de investigación, de la administración pública y también medios de comunicación sanitarios, representados por más de cien asistentes que se dieron cita recientemente en el Palacio Neptuno de Madrid, con el objetivo de acercar la ciencia a las personas y diseñar un trabajo conjunto en el entorno sanitario para redefinir, reimaginar y hasta revolucionar la medicina del futuro a través del diálogo entre todos los agentes sanitarios, muy especialmente los pacientes.

Tal y como ha quedado bien manifiesto en la recientemente terminada campaña electoral vasca, la sanidad no es que sea un punto importante para las personas, sino el eje principal sobre el que pivotan casi todos los demás.

Esther Espinosa resaltó el objetivo colaborativo de la velada para promover la confianza con todo el ecosistema sanitario

Frente a las reticencias y a la unilateral que algunos proponen, también me llamó positivamente la atención que se planteara para el entorno sanitario una honesta colaboración público-privada bajo los acuerdos de compromiso, confianza y colaboración. Asimismo, es esperanzador ver participar juntos a investigadores de ciencia básica, a biotecnólogos, a jefes de servicio de hospitales de renombre y a divulgadores científicos junto con asociaciones de pacientes que tuvieron oportunidad de ser la voz de quienes más están esperanzados en los avances, los propios pacientes.

Aunque lo citado sea portada en todas las campañas electorales, en el encuentro “Apasionados por la ciencia y las personas” me satisfizo observar que todas las propuestas estaban alejadas de la confrontación ideológica, política y, en cierta manera, hasta económica. Se habló y mucho de las nuevas plataformas tecnológicas, como las terapias génicas y celulares, las tecnologías de ARN y las de medicina nuclear, entre otras que dentro del conjunto de terapias químicas y biológicas podrán llevarnos a esa innovación sanitaria que logre mejorar y prolongar la vida de los pacientes.

Jorge Sánchez-Franco, apasionado por la ciencia y las personas

De hecho, en el futuro, además, de esas novísimas técnicas, que ya están entre nosotros, pero que aún se desarrollarán mucho más, esa voz de los pacientes será fundamental, por lo que habrá que fomentar la toma de decisiones compartidas médico-paciente, centrando el modelo de atención en ellos, a través de más espacios de confianza y seguridad que lleven a la corresponsabilidad del propio enfermo con su salud.

Esto es sumar fuerzas, investigación básica más aplicación tecnológica, más atención clínica unida a la corresponsabilidad del paciente, que serán las sinergias que nos permitirán a todos apasionarnos por la ciencia y obtener más años de vida y poner más vida en nuestros años.

Esther Espinosa, maestra de ceremonias de la velada.

Como colofón, me gustaría resaltar la necesidad que hay de que estos “Apasionados por la ciencia, las personas y la salud” se extiendan como una mancha de aceite y que cuando nuestros dirigentes proclamen que van a mejorar la atención primaria e incentivar las tecnologías sanitarias y fomentar la educación en salud de la ciudadanía, sean consecuentes y apliquen la parte del presupuesto que es necesaria para lograr estos objetivos. Así espero que suceda y se lo planteen en la revitalización de una Osakidetza que todos deseamos.

Nuestra salud personal y comunitaria creo que se lo merece. Por el bien de todos seamos apasionados de la ciencia y las personas

BIAAF, moda desde Bilbao hacia el mundo

El pasado lunes, 15 de abril, tuve la satisfacción de asistir en el centro La Perrera, en Bilbao, a la presentación de los 30 finalistas del IX Concurso Internacional de Diseño de Moda Bilbao que organiza BIAAF-Bilbao International Art & Fashion.

Y digo satisfacción porque este concurso bianual se celebra en Bilbao, en Euskadi y para llegar a estos treinta finalistas se ha partido de 1.409 inscritos representando a 91 países, la mayoría europeos, pero también un 15% asiáticos y un 10% de América.

Estos datos sitúan a Bilbao como un escaparate de moda internacional que tendrá su punto más álgido el próximo 25 de junio, cuando se realice una exposición de los trabajos finalistas y se entreguen los dos premios de esta edición.

Esta misma semana se han publicado los datos sobre las Comunidades Autónomas por su nivel en la formación, retención y atracción de talento, un ranking en que la Comunidad Autónoma Vasca ocupa el segundo lugar, solo por detrás de Madrid.

Miembros del jurado e integrantes de BIAAF, en el centro La Perrera, en Bilbao.

Es precisamente este aspecto el que más me gusta apreciar y destacar mirando a la moda. Es demasiado frecuente que observemos a la moda como algo meramente estético, y quizá como exponente de talento creativo, pero lo que pudimos ver el lunes es que BIAAF, potenciada por la Diputación de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao y BBK Fundazioa, representa mucho más que estética y está convirtiendo a Bilbao en un polo de atracción en todos los aspectos relacionados con la moda. Y la moda es mucho más que lo Fashion, es un cúmulo de diseñadores/as regalándonos talento, creatividad e innovación, haciéndonos caminar del pasado hacia la vanguardia del vestido y del calzado y por extensión del conjunto de nuestra imagen.

Todo ello arropado en un ambiente de investigación, de alto rendimiento y sin olvidar que la sostenibilidad es el camino más seguro de la moda. Estas sinergias hacen de la moda mucho más que pura estética, elevándola a categoría industrial con un impacto de primer orden en nuestra economía.

Motor y atracción

Todo esto forma parte de ese ranking que eleva a Euskadi a primer plano como motor y atracción del talento. Los 1.409 inscritos ya de por sí son un dato elocuente, pero su impacto aún es mayor cuando se tiene en cuenta que un tercio de los aspirantes se han formado en algunos de los 20 primeros centros del ranking mundial de la moda. Por ejemplo, en Parsons y FIT de Nueva York o en Central Saint Martin’s de Londres o ESMOD de París o Polimoda de Florencia o el Instituto Marangoni de Milán o la Royal Academy of Ffind Arts de Amberes, que pasa a tener a Bilbao como un igual de referencia en moda.

El certamen bianual alberga premios al diseño de prendas de vestir y de accesorios.

La presencia de alumnos/as de estos famosos centros en el concurso de BIAFF no hace sino demostrar que Bilbao es un atractivo escaparate para la moda internacional, donde podemos ver modelos de Alemania, Bélgica o España pero también de Japón, de Perú, de Taiwan o de Reino Unido y así hasta de 91 países en un elenco que edición tras edición va aumentando en cantidad, pero sobre todo en calidad. Porque este certamen bianual de diseño va dirigido a jóvenes diseñadores de 18 a 35 años que pueden optar a dos categorías de premios, al de diseño de prendas de vestir y al de diseño de accesorios

Generar sinergias

El premio en metálico de 10.000 euros es un buen acicate, pero mucho más valioso que lo metálico es que a los premiados la organización de BIAFF les coloca en un escaparate privilegiado que irradia a decenas de países. En este sentido, se están cumpliendo los objetivos que ya en la primera edición nos adelantaba su presidenta María Victoria Cañas y otras alma mater como Charo Álvarez o la diseñadora Mercedes de Miguel. Porque este concurso internacional forma parte de un proyecto pionero que entiende el diseño como motor de desarrollo económico, pero también educativo y social, que proyecta un Bilbao con vocación internacional capaz de generar sinergias entre creadores jóvenes y el sector industrial, en el que el apoyo de empresas, universidad y otras instituciones forman un holding vinculado a la moda generador de grandes beneficios culturales, sociales y económicos.

Reencuentro con la diseñadora Miriam Ocáriz.

La proyección que da este concurso a los 30 finalistas y, sobre todo, a los dos ganadores, no es algo de pasarela efímera, sino una apertura de las puertas en su camino hacia las grandes firmas con reconocimiento internacional, es decir, una pasarela sostenida para que su talento como creadores y diseñadores siga creciendo e innovando, incentivando una economía viva.

Que sean jóvenes los premiados permite esperar que los contactos profesionales y la red de sinergias que genera BIAFF vayan a más, permitiéndoles un aumento de oportunidades de desarrollo de negocios sostenibles.

Un placer compartir momentos con Mercedes de Miguel

Proyección internacional

Cuando asistí al acto no podía dejar de pensar en la idea clave de que BIAFF trabaja desde lo local con proyección internacional, lo que indefectiblemente está potenciando un diseño local bilbaino/vizcaino/vasco cada vez más emergente.

Como en todos los ámbitos industriales y económicos, la confianza, la colaboración, el saberse conocido y sentirse reconocido permite y empuja a una proyección del todo necesaria. Del mismo modo que Bilbao está siendo cada vez más una ciudad de cultura, gastronomía, historia, literatura y patrimonio, BIAFF esta haciendo que también sea una ciudad de diseño y moda. Una ciudad que forma parte de las ciudades creativas de la Unesco por su compromiso con las industrias creativas y potenciadoras de sinergias que unen, en este caso la moda, con todo el conjunto de retos culturales, tecnológicos y de innovación que benefician al conjunto de la sociedad.

Si el lunes fue todo un placer la presentación de los finalistas, estoy segura que el 25 de junio Bilbao será una auténtica jornada de moda cuando se entreguen los premios de la BIAFF.

Todos los días del año deben ser 8M

No hay más ciego que quien no quiere ver. Por eso abundan los terraplanistas y negacionistas de las evidencias, entre ellos los que no ven discriminación ni desigualdad ni violencia por razón de género o las banalizan hasta el límite mismo de la negación.

Echando la mirada hacia atrás, a esas tres lacras contra las mujeres que menciono, se unían dos marcos que aherrojaban y catapultaban las discriminaciones hasta normalizarlas: por una parte, había escasa o nula conciencia social sobre la desigualdad de género y, en consecuencia, tampoco existían leyes que la evitaran o ayudaran a las mujeres, y menos aún que protegieran el derecho a la igualdad de oportunidades.

Pongamos que hablo de hace tres décadas, casi una eternidad en el recuerdo de una redacción donde tenía que explicar porqué usaba epicenos, escuchar risitas cuando utilizada os/as para visibilizar a la mujer, o algún que otro exabrupto cuando pedía  que en los titulares se tuviera cuidado en no tratar a una mujer víctima de violencia machista como si ella fuera la culpable.

Para qué decirles de los chascarrillos machistoides cuando escribía de mujeres en el fútbol, en el frontón, en el deporte en general; o de otras profesiones como conductoras o bomberas, porque entonces me decían “no son nada femeninas”. A esto sumen las risas y miradas por encima de hombro por acudir a manifestaciones en defensa de las mujeres.

Años después, de los artículos en este periódico y en la revista Emakunde en pro del reconocimiento de los derechos  a la igualdad real y legal de las mujeres como derechos humanos básicos,  me quedo con la satisfacción de estar viendo cumplida la mitad del camino, el del avance legal. La ley positiva reconoce prácticamente todas las reclamaciones legales que tanto yo, como otras muchísimas mujeres, hacíamos en los años 90 del pasado siglo.

Pero clavada como una espina en el kolko persiste la todavía inalcanzable mitad del recorrido: que la igualdad de oportunidades sea real a todos los niveles, personal/profesional/familiar/social. En ello estamos y por ello sigue siendo necesario el aldabonazo del 8M. Porque entre 2003-2023 han sido asesinadas 1.241 mujeres solo por el hecho de serlo. Porque una mujer, de media, debe trabajar 84 días más al año para levantar la misma soldada que un hombre. Porque, además, nuestros trabajos son más precarios y con el sobreañadido de ser tasadas profesionalmente por si estamos embarazadas o tenemos hijos. Porque seguimos cargando mayoritariamente con los cuidados de la casa ante la escasa conciliación, trabajadoras full-times dentro y fuera de casa. Porque …

Es cierto el avance, pero también sigue siendo evidente la realidad de la discriminación, de las desigualdades y de la violencia de género, y ante esta evidencia aún tenemos delante varios muros a derrumbar. En primer lugar, las fallas institucionales en el cumplimiento de las leyes de igualdad. En segundo lugar, el recalcitrante discurso negacionistas de ciertos políticos, que sin negarlas del todo, sí banalizan y normalizan esas lacras. Lo que hace más terrible el tercer muro es que sean muchos los jóvenes, ellos y ellas, que compran y viven este discurso del negacionismo.

Aunque solo fuera por este último aspecto, ante la desigualdad, las discriminaciones y la violencia de género, no cabe ser neutrales, ni nosotras ni ellos, sino seguir reivindicando la igualdad real de oportunidades entre mujer y hombre, el 8M y todos los días del año.

@nekanelauzirika