RIP, profesiones de riesgo

Al  fotógrafo, actor y poeta Omar Al Gala, le han expulsado de Arabia Saudita por ser «irresistible para las mujeres», quizá por demasiado guapo; la Comisión para la Virtud y Prevención de Vicios le expulsaba ante el riesgo cierto de que los/las visitantes al festival cultural Janadriyah (en Riad) “se enamoraran de él». Aunque no lo parezca,  fotógrafo/actor/poeta son profesiones de riesgo (vicioso).

Sentada frente al ordenador en la redacción, el Día de la Libertad de Prensa es poco más o menos como todos los demás. Jornada larga, cansada y, salvo algún esporádico sobresalto de última hora, animada como el obituario y amena como la sección de sudokus y crucigramas. Visto así puede comprenderse que en el ranking de profesiones publicado en CareeCast el periodismo ocupe el último puesto entre 200 analizadas.

Frente al prestigio (y buena soldada) de biomédicos, ingenieros, otorrinos, financieros y actuarios, los sueldos, el ambiente y los horarios del informador/a son variables que le colocan en el furgón de cola profesional, este año en el último. Las escasas contrataciones, la multiplicidad de tareas y la incertidumbre laboral explicarían este rejonazo a la profesión. Va en consonancia con los datos del barómetro-CIS de marzo, donde los periodistas (“luchadores por la verdad”) al unísono con los jueces (“impartidores de justicia igual para todos») son los profesionales peor valorados por los ciudadanos/as; aunque ciertamente no se preguntaba por profesiones “de postín”: político/banquero o sindicalista.

 Puede que por esto mismo, 12.353 periodistas europeos hayan perdido su trabajo entre 2008-2012; o quizá porque sólo un 54% de la población da credibilidad a la radio, 48% a la televisión, 40% a la prensa y a internet un 35%; o quizá sea al revés, que sin credibilidad informativa no se valora la profesión. Tampoco les debían valorar muy bien quienes han liquidado a 17 reporteros en 2013 y asesinado a 70 informadores y 47 blogueros en 2012;  ni quienes tienen encarcelados a 232 periodistas. Se les asesina, amedrenta, encarcela por denunciar a gobiernos, corporaciones, a bandas criminales organizadas y para censurar/silenciar  definitivamente sus investigaciones.

 En Cuba, Bielorrusia, Guinea Ecuatorial, Irán, Corea del Norte, Siria, China, Vietnam y Turkmenistán vale bien poco un periodista. No sabría decir si lo mejor/peor es la atracción fatal como profesión aventurera de alto riesgo (silencio/cárcel o muerte) o el mortal aburrimiento de ser un parado titulado. De cualquier modo nos acordaremos de este día como de la hambruna crítica ocasional de Somalia, olvidando su malnutrición/desnutrición cotidiana.

 

 

 

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