El penúltimo toqueteo al estado del bienestar será el cobro de medicinas en urgencias a quienes utilicen la farmacia hospitalaria. Pronto amputarán las pensiones. La revolución bolchevique se fue gestando a fuego lento en las duras/durísimas condiciones de vida de los muzhik. De modo que en 1917 el pescado revolucionario estaba todo vendido, del mismo modo que en 1989 el mismo pescado estaba casi absolutamente podrido porque en el camino de la realidad social al frontispicio marxista primigenio “dictadura del proletariado” se le había caído “proletariado”.
No sé/sabemos cuándo llegará el definitivo estallido de la revolución liberal neo.com, pero es evidente que se está cocinando a fuego lento (no tan lento para 6millones de parados/as) en un pil-pil incesante. Que el rey holandés, que vive a cuerpo de idem, diga que el estado del bienestar se ha acabado, aparte del sarcasmo real, no es más que reconocer que vamos cuesta abajo hasta darnos de bruces con el gélido/tórrido infierno. Sin comerlo ni beberlo la mayoría, en 2007 algunos decidieron que vivíamos por encima de nuestras posibilidades y debía amputarse tanto derroche popular en bienestar. Con la excusa de la crisis económica que algunos (BCE, FMI y colocados; Rato and Cía, Banqueros, empresarios… con pingües beneficios) dicen que padecemos, se ha formado una pinza entre el poder económico multinacional y la caverna del poder político que nos atenaza cada día un poco más. De aquellos ya sabíamos que especulan siempre en beneficio propio, pero de los dirigentes que esperábamos fueran un contrafuerte sólo recibimos andanadas de mentiras mientras dejan en cueros vivos el andamiaje del otrora cacareado bienestar popular.
No reducirían inversiones ni subirían los impuestos, no mutilarían las ayudas para estudiar, no se cobraría la atención sanitaria ni los fármacos… y, por supuesto, jamás de los jamases se amputarían las pensiones… ¿mentiras de diseño para olvidar? Tal vez aquí o en Grecia/Irlanda/Portugal sea más duro, pero las terapias restrictivas de amputación se extienden como reguero de pólvora, inclusive en países ricos como Alemania donde los minijobs no son una anécdota.
Tras estas amputaciones directas y sin anestesia, seguramente nos ofertarán la caridad como bálsamo para las heridas.
Pero ya ni esta caridad parece creíble, porque hasta un alarmado papa Francisco confiesa que no es de derechas. Grave, muy aniquilante debe ser la deriva de la revolución derechista de diseño hacia ese espectro neo.com de la ambición humana para que hasta el Vaticano se descuelgue/despegue de ella.