Ayer Bilbao fue una fiesta de autoafirmación de vascoscatalanes/catalanesvascos con el fútbol como excusa para aunarse. Para algunos puede que resultara una fiesta folclórica o a lo sumo una mera manifestación regionalista dentro de la sana diversidad de España, pero el clamor por querer ser bulle aunque haya quien no quiera enterarse o trate de enfriar con cháchara el hervor/fervor popular.
Con el 2014 dando puerta con un adiós irreverente de crisis y corruptelas de las que el calendario no es culpable sino testigo privilegiado, parece que para algunos las reclamaciones democráticas de los pueblos sean extemporáneas por localistas y alicortas, más ahora, aducen, que los problemas globales parece atenazarnos como únicos importantes, al socaire de las distancias acortadas con nuestra moderna tecnología de internet y sus acólitos de la instantaneidad. Cierto, nos atenazan crisis globalizantes cual es la expansión de enfermedades como el ébola hasta ahora nunca visibilizadas en los países del norte; o la guerra en Siria/Irak con la aparición de un nuevo imperio IS; o la vertiginosa caída del precio del petróleo; o el restablecimiento de relaciones EEUU/Cuba; o el calentamiento global o el incesante incremento de los movimientos migratorios hacia los países ricos, la mayoría forzados por guerras, hambre o catástrofes naturales; o una miríada más de situaciones cada vez menos locales, menos continentalizadas y cada día más de todos, más globales en una Tierra-Gaia que requiere de acuerdos poliédricos.
Pero al tiempo que indefectiblemente nos afectan estas situaciones reales globales, cada persona y grupo humano goza/padece con sus problemas más cercanos. El rey dimite pero ponen a otro chupóptero que cambie de cara pero que continúe su casta explotando al ciudadano. Tres euros y treinta céntimos son el café y el pinchito de tortilla que tomo de vez en cuando por la mañana. Y será eso exactamente lo que recibirán como incremento salarial los que cobran el sueldo base; los 645€ de ayer serán 648,3 el próximo jueves. ¡Suculento momio! Momio como el de la pensión de jubilación con poquito júbilo económico por mor del raquítico incremento en un 0,5%, cinco euros para las pensiones más altas, o como el de los funcionarios que por quinto año consecutivo disfrutarán de salarios congelados, sueldo de 2009.
Para enfrentarse a lo más global o a lo más cercano somos muchos los vascos y catalanes que nos preguntamos para que queremos un Estado intermediario que nos ningunea, ¿Quizá porque solo valgamos 3,3 euros de mejora? ¿Acaso ser solo vasca me impediría conectar con mirada global esos dos extremos de la necesidad humana?