Lo mínimo que podríamos esperar los ciudadanos/as de los dirigentes públicos es responsabilidad, pero no en vaga declaración anónima, sino con nombre y apellidos. No me refiero solo a responsabilidad para formar gobierno, porque podría seguir cuatro años en funciones sin que lo notáramos mucho. Tampoco denota mucha responsabilidad dimitir bajo condena o señalamiento judicial, porque entonces no se marchan, les echan, no precisamente por responsables. Quizá porque ser responsable no dé votos, más bien todo lo contrario, pues ser corrupto parece productivo, en pasta y votos.
Responsable sería pagar con los fondos B embolsillados por su ppartido la multa de la UE por el déficit consecuencia de relajar los impuestos justo antes de las elecciones para rascar votos y ganarlas. Impuestos manipulados tras los rejonazos de muerte a todos los servicios sociales.
La huida por piernas de los dirigentes británicos tras ganar/perder el Brexit no dice mucho de su responsabilidad. No creía que fuera la norma por aquellos lares, pero ser responsable no parece ser la moda. Tampoco en Dallas, donde las armas hablan con demasiada frecuencia, porque conseguirlas es tan sencillo como comprar un yogur. Lo saben sus dirigentes, pero no son tan responsables como para prohibir su venta libre.
Absolutos irresponsables absolutistas fueron los del trío calavera (Bush/Blair/Aznar) declarando injustamente la guerra a Irak; tanto o más irresponsables que ahora cuando tras el varapalo del informe independiente Chilcot, apenas se dan golpecitos de pecho, empecinados en el error contra toda evidencia; Bush “el mundo está mejor sin Sadam Hussein”, Blair “tomé una decisión y la mantengo”, negando que hubo participación en la guerra, Federico Trillo, o manteniendo un mutismo vergonzoso-vergonzante, Aznar.
No es muy responsable que el ministro del Interior utilice resortes de Estado y lance las huestes policiales-judiciales contra adversarios políticos.
No parece responsable que un pequeño ayuntamiento con 7 millones de presupuesto gaste en un solo concierto 120.000 euros.
En las fantásticas fiestas de sanfermines y a la vista de los corneados mayoritariamente extranjeros, parece poco responsable no pedir pasaporte y dejarles correr delante de los toros, aunque tampoco sabría decir si es de responsables dejar correr a los pobres astados delante de tanto irresponsable después de su repetido levantamiento de vidrio.
La galaxia del fútbol parece intocable, pero también en ella navega la irresponsabilidad, con la condena a devolver ayudas públicas millonarias que nunca se debieron dar a clubs profesionales como Athletic y Osasuna.
Así tenemos la ejemplaridad social negativa como hija bastarda de esa irresponsabilidad pública; si un guardia civil viola, si el presidente miente, si un club deportivo profesional recibe prebendas públicas, si bajo/subo impuestos a capricho, si un ministro manipula subordinados para intereses espurios, si recalifico para mis conmilitones o subcontrato y facturo trabajos que no se hacen… ¿esperan que paguemos los impuestos, facturemos IVA,…?
¿Acaso la ciudadanía ha de ser mejor que sus dirigentes?