Premiadas porque ellas lo valen

El pasado lunes tuve la satisfacción de asistir a la entrega del premio empresarial en su edición 18 que otorga la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) 2024 a mujeres que han destacado en el mundo profesional como empresarias y gestoras. Las distinguidas, no lo son por el mero hecho de ser mujeres, sino porque han invertido dedicación, esfuerzo, mucho empeño y a veces hasta lágrimas para llegar a donde se encuentran ahora.

Elena Guede Vázquez, Vice-Presidenta Senior de la Estrategia de Sostenibilidad de la empresa matriz de Cementos Lemona, CRH; Inmaculada Ortiz Aspizua, Propietaria y Directora General Ortiz Aspizua Hnos.S.L.U. Zitro y Susana Andrés Gorgojo, Directora Área Comercial Laboral Kutxa, han sido/son referentes y líderes en sus sectores e inspiradoras para todas las mujeres, tanto para las que desarrollan su actividad profesional en la empresa como para la sociedad en general.

En el evento, celebrado en el hotel Carlton, las galardonadas estuvieron arropadas no solo por sus familias, sino también por un nutrido grupo de representantes de las Instituciones vascas, del mundo social y económico de Bizkaia. Todos y todas apoyando un cambio que ya está en marcha

No solo leyes

Se habla y loa que son un modelo de igualdad, pero me parecería mucho más exacto destacar que son el modelo de que cuando hay igualdad de oportunidades el ascenso de la mujer es tan posible y realizable como el del hombre. No se trata de ser iguales que los hombres, como destacaba la presidenta de AED, Isabel Iturbe, sino de poder demostrar la valía personal en igualdad de oportunidades. Valía que han demostrado las tres premiadas en sus trayectorias profesionales, “en un mundo todavía masculinizado” como coincidieron en señalar.

Porque para conseguir la igualdad, las leyes son necesarias, pero no suficientes, hace falta cambios educativos y de comportamientos sociales. “La igualdad es una asignatura pendiente y una gran oportunidad para conseguir una sociedad más igualitaria”, recalcó Iturbe.

“Todos eran ellos”

Lo que sí es muy destacable es el plus en su caso de haberse tenido que ver en situaciones de inicio profesional donde “todos eran ellos” y ellas casi unas advenedizas que tuvieron que demostrar su valía el doble que si hubieran sido simplemente ellos.

“Todavía hay demasiados estereotipos sobre las mujeres instalados en la sociedad, que todavía sigue siendo estando muy masculinizada. Hay que continuar generando redes que nos permitan tejer alianzas en pro de la igualdad de oportunidades que es de justicia social”

Ciertamente, valía demostrada con el apoyo de hombres que inicialmente creyeron y confiaron ellas; y siempre con el acompañamiento decidido de la familia que puso en ellas la confianza suficiente para que no cejaran en sus empeños profesionales. Con sacrificios personales, familiares y filiales añadidos, por supuesto.

Sacrificios que seguramente han sido superiores a los que hubieran sido de ser hombres.

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