Hasta terminar los estudios de la carrera universitaria, la paridad es casi total. La gráfica de la divergencia comienza después de doctorado. Casualmente coincidiendo con la edad de maternidad y de cuidado familiar como si estas cosas tuvieran que ser incompatibles con la carrera científica profesional.
He aquí el reto familiar, social y profesional que tenemos que superar, con leyes sí, pero también con un cambio de mentalidad y corresponsabilidad hombre-mujer.
En el Día de la Mujer y de la Niña en la Ciencia hay que recordar esto más que nunca, porque la meta de la igualdad de oportunidades está aún por alcanzar.
Por ello, hay que animar a las niñas que, desde la infancia, desarrollen los estudios que les gusten según su capacidad y no por el rol que teóricamente tendrían asignadas por ser mujer.