Agua salada para saciar la sed

Según la profesora D.Carneyde la Columbia University, los poderosos mienten más y mejor porque resulta extremadamente difícil descubrirles, ya que lo hacen con más facilidad y credibilidad que quien no tiene poder. Todo sea por el bien de la comunidad, porque al decir de los expertos la mentira social es necesaria para la convivencia. Suena potente el tamtan mediático de cambios en el sistema público de pensiones. Casi con tanta fuerza como los gritos ¡Athetlik geurea! en la emotiva despedida de San Mamés.

Tras analizar el sistema público de pensiones, los doce “sabios” del Comité de expertos en economía han hecho públicas sus conclusiones casi unánimes, donde recomiendan al gobierno ajustar (inversamente) las pensiones a la esperanza de vida y desligarlas del IPC. Fórmulas, envejecimiento, equidad intergeneracional, factor de revalorización anual, sostenibilidad … términos complejos manejados con habilidad para llegar a una conclusión bien simple: recorte !ya¡ de las pensiones, … a no ser que los mayores empiecen a morirse antes y la esperanza de vida se reduzca significativamente o reneguemos del sistema intergeneracional para abrazarnos a planes privados de pensión y capitalización.

Algo posible y probable sabiendo que ninguno de los expertos es jubilado debase y que 8 de los doce “sabios” están relacionados con empresas aseguradoras o banca. Es más que probable que este gobierno mariano neo-com les haga caso a la carrera. En 2010, ente otras muchas declaraciones de políticos, tras la reforma zapateril de la jubilación se dijo que la propuesta era solidaria, ineludible, justa, flexible, sostenible y sobre todo… que sería la última vez que se tocarían las pensiones, ¡puff! algo sonaba a necesidad descarada de mentira de conveniencia/convivencia.

Con tantas promesas incumplidas todo indica que las Rajoy-pensiones de jubilación serán tan draconianas que morirse antes puede que no sea la peor solución para la comunidad. Para más inri, justificando la rebaja escucharemos de nuevo «afrontaremos la necesidad de los cambios para garantizar las pensiones, aunque nos cueste esfuerzos», sin entender a qué viene ese “nos”, con su propio sistema garantizado de pensión pública más planes privados que les paga el Congreso.

Como el recorte parece inevitable, queda la pequeña duda de si por longevidad la pensión femenina será menor que varonil. «La riqueza material es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da» escribía Schopenhauer. Bien pudiera ser que en su bonhomía nuestros políticos nos mientan un poquito para que no pasemos sed.

 

 

 

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