El sermón sindical de la montaña

CADA 1 DE MAYO LOS SINDICATOS NOS ACERCAN AL MOMENTO ÁLGIDO DE RECLAMACIONES OBRERAS QUE NOS PERMITAN SER TRABAJADORES/AS DIGNOS, NO TRABAJADORES POBRES

Los sindicatos son imprescindibles en pro de una justicia laboral.

DICEN los exégetas bíblicos que el sermón de la montaña es el mejor compendio de una antítesis de la ley de los poderosos. Dicen que Cristo lo impartió en el monte de las bienaventuranzas. También dicen que está inspirado en esencias esenias, tal vez en pensamientos de Confucio o en enseñanzas de Buda; o quizá simplemente en los sentimientos más nobles y profundos del corazón de un ser humano.

Cada 1 de mayo los sindicatos nos acercan al momento álgido de reclamaciones obreras populares en pro de una justicia laboral que nos permita ser trabajadores/as dignos, no pobres-trabajadores pobres. No sé si sermón sindical de la montaña o pepito grillo concienciador.

La mayoría se debate en ERTE angustiosos con sabor a pre-ERE, pierde empleos para que las empresas no tengan pérdidas, sufre una pandemia como paganos, empobrecidos, contagiados y fallecidos, cierran muchos pequeños negocios y comercios de cercanía€ Son los pobres, los mansos, los que lloran, tienen hambre y están sedientos, los pacíficos, los calumniados, los perseguidos por pedir justicia. Y, mientras esto se va cerrando como soga de ahorcado, las cifras de los beneficios de las grandes compañías multinacionales durante la pandemia son tan escandalosos como ofensivos.

Sólo por citar, los beneficios de las cuatro grandes tecnológicas: Google, Apple, Facebook y Amazon, GAFA en acrónimo experto. Ya iban por las nubes, pero tras la pandemia están desorbitados. Google, en el primer trimestre de 2021, ha obtenido un beneficio de 45.700 millones dólares, el doble que en el mismo periodo de 2020; Apple, denunciada por las otras tecnológicas por abuso de posición, facturó 89.000 millones en tres meses, con un beneficio de 23.000 millones de dólares; Facebook, 9.480 millones, el doble que en el mismo tramo de 2020; Amazon, que facturó 108.000 millones, ganó 8.107 millones de dólares, el triple que el mismo trimestre del año anterior.

Cifras mareantes que podríamos aliviar con la teoría neocón del goteo de estos colosales beneficios hacia abajo. Pero la penuria laboral actual no permite pensar en destilación hacia los de abajo. Lo peor es que, si nadie les para los pies, los beneficios pueden aumentar ad infinitum, porque las reglas del mercado neoliberal más su operativa click y una fiscalidad laxa y/o burlada les permiten pagar en Europa el 5-9% sobre beneficios, cuando usted tiene impuestos superiores al 20%. Esto cuando quieren pagar aquí, porque si deciden irse a paraísos fiscales lo que pagarán se parecerá mucho a una limosna. Sumen el intento de monopolio y, lo que es peor aún, que deriven sus beneficios hacia otras áreas, Google hacia la banca digital y Amazon hacia la telemedicina. ¡Temblad, temblad pobrecitos! Porque los Estados están inermes ante monstruos multinacionales como estos cuatro, cuyos beneficios unidos el año 2020 superaron el PIB de Islandia. Y subiendo.

Me gustan poco los sermones y menos aún si su cumplimiento va a contrapelo social, dominado hoy por ultraliberales y neocones que defienden la guerra frente a la negociación, el individualismo de selva económica frente al estado del bienestar y una oposición total a un reparto más equitativo de la riqueza. Y aquí su bicha son los sindicatos, quizá el último muro social frente a la ambición sin límites. Por esto mismo los escucho y sigo en sus reivindicaciones.

Es probable que aquel sermón de la montaña compendie lo que mejor pueda esperarse del ser humano, pero como en el caso del sermón sindical, no estoy muy segura de que un número suficiente de humanos lo crean así.

nlauzirika@deia.com @nekanelauzirika

El planeta fútbol

AUNQUE la realidad planetaria debiera ser enunciada al revés, el planeta es redondo como un balón de fútbol.

Concept of soccer dominating our world. With 250 million players in over 200 countries, soccer is the most popular sport in the world.

En 1969 Honduras y El Salvador disputaron una Guerra del Fútbol que dejó 3.000 muertos; en el fútbol actual, que yo sepa, ya no se envían cartas amenazadoras con balas 7,62mm., que esto se deja para los poli-mili madrileños en batallitas «no pasarán». Pero tampoco perdamos el norte, porque de aquella guerra quedó el rescoldo de guerra civil salvadoreña que entre 1969-1992 dejó su rastrojera de 70.000 muertos. Y las guerras solo las ganan quienes no van a ellas, porque los pobres que allí lucharon ahora son aún más pobres.

Aunque el planeta fútbol y el parné que genera siempre esté presente, seamos socios, seguidores-hinchas-forofogoitias o no, esta semana se nos ha colado como nunca por la ventana mientras aireábamos el covid. No siendo magistrada ni epidemióloga, no sé cuánto vale mi opinión de que las alegrías y/o penas derivadas de las finales futbolistas disputadas por equipos profesionales vascos hayan sido parte del caldo de cultivo de la resaca de cuarta ola Covid.

Resaca gorda la que observo, leo y escucho en los medios tras la retirada de Bilbao como sede del campeonato de Europa, decisión impuesta por la UEFA manu militari. Me sorprende un matiz, las protestas e incluso reclamaciones judiciales que Ayuntamiento, Diputación y Gobierno vasco presenten serán por quebranto económico, en ningún caso demandarán porque los aficionados no podrán ver jugar presencialmente a equipos que presupongo de alto nivel deportivo; bien mirado esto no importa, se les podrá ver en la tele, pensarán. A la observadora ajena al planeta fútbol le impacta la imagen de que es solo la pela, la pérdida de euros, lo único trascendente de esta marginación futbolera de Bilbao.

Tampoco es que sea tan novedoso, habida cuenta de que ya llevan disputando más de un año partidos sin aficionados, gritos/tacos, vítores/aplausos ni abucheos, todo tan aséptico como un encuentro técnico entre empresas. Sí, un duelo empresarial, algo en lo que el fútbol televisivo se ha convertido. «No me gusta el negocio que rodea al fútbol, el de la FIFA, las millonadas pagadas por los pases con toda la miseria que existe. Me parece un absurdo. Igual sigo viendo fútbol, eso sí, por televisión», recojo la queja del ferviente aficionado Mario Benedetti para describir un fútbol sin alma, de competición fría, incompleta, descarnada e insulsa, donde solo importa el negocio. Quizá haya que volver a buscar esa frescura futbolera que añoraba el escritor uruguayo en partidos de tercera, donde los jugadores se baten el cobre por muy poco dinero y los aficionados gozan y sufren con ellos sin millones empresariales de por medio.

Si Benedetti hubiera levantado esta semana su cabeza de aficionado hubiera chocado de plano con el Florentinato, un intento de imponer su excluyente liga profesional europea de fútbol con el dinero como único motor y el deporte como mera excusa. Los patrocinadores del evento han reculado y le han dejado solo€, pero solo por ahora, porque exprimir la gallina de los balones/huevos de oro es su especialidad.

Al momento de anunciar esa Superliga profesional europea de fútbol, el valor en bolsa de todos los equipos implicados se disparó. Ahora se han desinflado, pero volverán a la carga, porque su planeta fútbol es redondo, pero no por el balón como para los buenos aficionados, sino por la forma del euro.

nlauzirika@deia.com @nekanelauzirika

Responsabilidad individual

La diputada de Voz negacionista sobre la discriminación que sufren muchas mujeres al acceso laboral

HOY hace cincuenta años se lanzó la Salyut1, primera estación espacial habitable. Anteayer hizo 7 años que se descubrió el primer planeta extrasolar parecido a la Tierra.

Asisto perpleja a ciertas decisiones cuya explicación presumo de compleja aclaración para una ciudadana del común. Me supera, por ejemplo, no comprender por qué al tiempo que nos bombardean por tierra/mar y aire informativo sobre el avance de la pandemia covid-19 con datos alarmantes de contagios, hospitalizaciones, UCI y muertes, anuncian que el estado de alarma se suspenderá dentro de tres semanas. Me viene al recuerdo el Tribunal Superior de Euskadi y su inefable magistrado-epidemiólogo. Y siendo esta la semana internacional de la vacunación, la madeja cerebral neuronal se embrolla aún más viendo la charada sobre vacunas que llegan/no llegan, tienen efectos secundarios graves, menos graves o mediopensionistas y se administran una semana a tirios y otra a troyanos, ¡a saber por qué! aunque intuyamos la razón. Y en este tránsito, se llama a la responsabilidad individual sanitaria, loable reclamo al sentido común de la salud personal, porque solo un idiota se prestaría a jugar con su salud, pero no sé si tampoco con la de los demás; ¿cómo le digo al fumador a mi lado que lo deje si ni el poder legal ni ejecutivo le obliga?, ¿y que se ponga la mascarilla en un lugar cerrado si no es obligatorio?

La condena a la manada de Sabadell me reconcilia en parte con la Justicia, aunque no sea 8 de marzo, porque este año ya han asesinado a 5 mujeres y una de cada tres sufre o ha sufrido violencia de género. Ya no estamos en el 19 abril 1692 en Salem-Massachusetts para ser acusadas y perseguidas por brujería y actos demoníacos, pero todavía podemos escuchar en Les Corts Valencianes a una parlamentaria, ¡sí, mujer!, del partido negacionista Vox, afirmar que no existe la desigualdad laboral por género ni conoce a mujer alguna que «haya tenido impedimentos por ser mujer». Quizá no sepa que tres millones de mujeres trabajan a tiempo parcial, de las que solo el 10% así lo ha decidido, mientras el 52% quisiera tener jornada completa. También podría comprobar que existe una diferencia salarial media del 11%, a consecuencia de la cual, comparadas con los hombres, desde el 11 de noviembre hasta fin de año ellas trabajan gratis. Con todo, lo llamativo es que niegue la diferencia salarial atribuyendo la culpa a las propias mujeres, porque, según ella, prefieran trabajar medio día para poder atender su casa, a sus hijos y mayores a la voxera solo le faltó añadir que la esposa trabaja para complementar el salario «principal» del marido.

Supongo que habrá gozado con íntimo ardor negacionista el butaqueo al que Erdogan y Charles Michel sometieron recientemente a la señora Von der Leyen. Para qué darle una silla en paridad si ella estaba a media jornada porque tenía que irse a cuidar a sus hijos y poner la colada.

Si niega lo evidente, para qué hablar del maltrato psicológico contra la mujer, que no se ve, pero que anula y te quita la autoestima. Quizá esta parlamentaria lo sufra personalmente hasta el extremo de manifestar el síndrome marital de Estocolmo.

Ya sabemos que la pandemia es lo urgente para la responsabilidad personal que nos piden, pero la evidente discriminación laboral por género no requiere menos de esta responsabilidad.

De no ser así, no estaría de más tener a mano popular una Salyut y/o el planeta extrasolar como vías de escape, por si acaso.

nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika

El teléfono es para hablar desde lejos

A PESAR DE LA PÉRDIDA DE MÚSCULO EMPRESARIAL PARA EUSKADI EN EL MUNDO DE LAS TELECO, ESCUCHO MÁS APLAUSOS A LA COMPRA QUE RECHAZOS

Euskaltel se va fuera pero parece que todos contentos. Uffffffff. País !!!!!!!!!

ESTO mismo han debido pensar los directivos de Euskaltel para decidir vender la teleco insignia vasca a MásMóvil. Con la entrada del fondo británico Zegona ya dieron el primer paso y ahora cuando les han puesto sobre la mesa 2.000 millones de razones en opa amigable, pues lo han hecho; que durante al menos cinco años su sede social y fiscal estará en Euskadi, que mantendrá el «arraigo» y los puestos de trabajo durante este lustro, que seguirá la marca naranja puede ser cierto, pero el pelotazo para los directivos será suculento/obsceno y sabrosón para los accionistas. Aunque la pérdida de músculo empresarial para Euskadi en el mundo de las teleco parezca evidente, me parece escuchar más aplausos a la compra que rechazos, incluso de quienes en su día no actuaron con diligencia suficiente para poder haberlo evitado. Es más, nos lo venden como una oportunidad para tener presencia vasca en el mundo y no ser absorbida –¡ironía!– por otra multinacional. Pues felices, porque ahora las decisiones naranjas las tomarán en su sede operativa de Alcobendas y quién sabe si dentro de poco desde USA o algún país emergente.

Lo de Euskaltel no es novedoso, porque empresas siderometalúrgicas, financieras y otras ya vivieron esa diáspora y posiblemente vuelva a suceder con empresas de éxito, como, solo por citar, la CAF a la que seguramente le hagan ojitos para llevársela al altar/catre de una buena opa multinacional. Al tiempo. El asunto no es que este interés no exista, sino cómo puede responderse desde aquí, porque también es cierto que al igual que preocupa y entristece que se lleven empresas, nos alegramos cuando se compra e instala una nueva en nuestros lares. La pregunta es si se mantendrá poder empresarial de decisión suficiente en nuestro pequeño país, el país de los vascos llamado Euskadi, con su derivada de empleo y nivel de vida.

El día del Aberri Eguna se ha convertido en una fiesta anodina

Como he participado en todas las celebraciones del día de mi patria vasca desde la adolescencia ahora las echo en falta, con mascarilla o sin ella. Mi impresión es que de fiesta ferviente se ha transitado paulatinamente a celebración insípida, más testimonial que real, del corazón ardiente hemos pasado a una sosegada liturgia de anodina democracia. Algunos dirán que más íntima, puede ser. Pero no quisiera ponerme viejuna con el dedo enhiesto amonestando a los demás sobre lo que han de sentir y manifestarse. De hecho, con ciertas efervescencias populares entre impulsivas e incívicas bajo la disculpa del partido de copa Athletic/Real ya vamos sobrados de celebraciones de contagios in crescendo.

La realidad es que siguiendo el hilo argumental de Daniel Bernabé en su último libro Ya estábamos al final de algo, sospecho que la pandemia nos está situando también al inicio de otro algo. Quizá ante otra forma de democracia liberal o un nuevo enfoque del bienestar social o para la igualdad de género o quizá sobre una nueva vía de generar riqueza o de enfrentarnos al cambio climático € y por supuesto ante una nueva mirada a la singularidad y a la cultura propia. Porque cuando nos explicaban que para defender a los ciudadanos nacieron los estados con la fuerza suficiente (legal, judicial, ejecutiva) para la frenar la tiranía de unos pocos, no previeron que algunas empresas tuvieran un presupuesto mayor que el PIB de muchos países.

En esta tesitura, bien pudieran ser que la próxima convocatoria de Aberri Eguna nos la hicieran desde lejos, concretamente desde Alcobendas.

nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika

El sentido de la vida

Javier Bardem en la piel de Sampedro en la película de Amenábar

AUNQUE el título pudiera indicar el inicio de un ensayo filosófico sobre la existencia humana, esa pretensión está lejos de mi intención y mucho más aún de mi capacidad.

Me causa cierta perplejidad comprobar que con frecuencia caminamos al revés, como pájaros disparando a las escopetas. Así, asistimos al espectáculo de los ciudadanos/as hablando de los problemas de los políticos, en lugar de que la actuación fuera ver a los políticos hablando de los problemas de la ciudadanía. Mociones de censura marrulleras, transfuguismo en dinero o en especie, acusaciones de frontón, sinecuras y prebendas, reparto de sillones, corrupción y trapicheos, sumados a los Gürtel, Bárcenas, tarjetas black y otros muchos que atañen a los políticos que nos dan qué hablar. No son los asuntos propios de la ciudadanía, sino problemas de ciertos políticos que acaparan el interés ciudadano, enmascarando nuestros asuntos de gobernanza y convivencia: pandemia sanitaria, necesidad de vivienda, bajísima tasa de natalidad, aumento disparado del paro juvenil, 0,7% de tasa de empleos indicando que ni se oferta trabajo ni se crea empleo nuevo.

Pero en este marasmo enfangando de reducir la actividad política al politiqueo personal de lo que hacen en Murcia o Madrid o cuánto gana quien cambia del naranja al azul quedándose con escaño, chofer y despacho oficial, también existe una digna actividad que da sentido a la política como arte de gobernar la polis. Porque esta semana se ha aprobado la ley de eutanasia. Dentro de tres meses entrará en vigor y el Estado será uno de los siete en el mundo que permita una muerte digna con garantías médicas y jurídicas. Ley controvertida, pero caminando en el sendero de la libertad personal. No me he divorciado, pero aposté por esa ley de libertad para quien lo solicitara, como por la del aborto u otras que puede que no ejerza nunca, pero sabiendo que están disponibles a mi necesidad y libre decisión.

No olvidemos que el delito más grave de un esclavo era el intento de suicidio: no era propietario de sí mismo, por tanto, suicidarse atentaba contra la propiedad del amo. O de Dios, para muchos creyentes.

Sufro viendo postrado a un amigo ferviente católico, padeciendo con dolores indecibles una enfermedad prácticamente incurable. Siempre se manifestó contrario a la eutanasia, incluso al mero hecho de plantearla y hasta reticente ante ciertos cuidados paliativos. Ahora su situación le hace replantearse su Sentido de la Vida (SV) frente a un angustioso Deseo de Adelantar la Muerte (DAM). «Quién tiene un para qué vivir, encontrará casi siempre el cómo» escribía Nietzche y a mi amigo le empieza a flaquear su SV ante su creciente DAM. Comparto la idea de la asociación Viktor Frankl de que la muerte es un referente fundamental de la vida, nunca un fracaso y alabo su labor ayudando a quien sufre por la enfermedad; pero también leo en las reflexiones de Viktor Frankl, superviviente a los campos de exterminio nazi, «a una persona se le puede quitar todo excepto una cosa, la última de sus libertades: elegir su actitud frente a cualquier circunstancia; elegir su camino». Por esto alabo la asistencia profesional psicológica, médica, jurídica y ética o religiosa a quienes necesiten apoyo por la pérdida de su SV, por enfermedad grave o incurable, o por la cercanía de la propia muerte, así como exijo disponibilidad de cuidados paliativos para todos los ciudadanos/as, pero con el mismo ahínco me congratula que la eutanasia sea una opción libre cuando ya no haya SV personal y el DAM resulta insuperable.

nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika