Laberinto de coherencias

 

Javier Marías rechaza por coherencia el premio Nacional de Narrativa y 20.000 euros anexos, aduciendo que su padre y otros maestros en el arte de escribir nunca fueron premiados. Se despega del erario público para que destinen el premio a fines de mayor necesidad. Al tiempo que le eleva a héroe, este altruista rechazo será la mejor publicidad para lanzar su libro al estrellato de ventas.

 

A la salida de un funeral, Felipe Borbón estrechó la mano a una mendiga, creyendo que le pedía saludo cuando le tendía la mano solicitándole limosna. Bajo tantas medidas de seguridad es razonable pensar que la espontaneidad principesca buscaba un real baño de cercanía popular. Este razonamiento aparentemente laberíntico es bastante menos sibilino que aceptar la miopía del Borbón y más coherente que acusar al príncipe de querer escamotearle las limosnas a la mendiga como sospecharíamos de su cuñadísimo.

 

C. Migliorini, una brasileña veinteañera, ha obtenido 600.000 euros subastando su virginidad. Dedicará parte del dinero a sus estudios y el resto a viviendas para necesitados. En su laberinto podría haber conseguido algo menos de dinero y más lentamente trabajando en lugar de bastantear su dignidad en subasta pública.

 

Bill Gates, presidente de Microsoft, con una fortuna de 61.000 millones de dólares, no es un «asqueroso ricachón» sino «el hombre más generoso del planeta», porque además de haber donado en los últimos 17 años 38 millones de dólares a causas humanitarias, últimamente ha iniciado The Giving Pledge, una cruzada para que otros multimillonarios donen la mitad de su fortuna a causas filantrópicas. Aparte la jugosa desgravación fiscal por tamañas donaciones, ¿no sería más coherente dejar que otros lo ganasen por sí mismos sin necesidad de caritativas donaciones?

 

El muchimultimillonario Amancio Ortega dona 20 millones de euros a Cáritas para cubrir necesidades básicas de las familias. ¿Quién rechazaría un vaso de agua en un reseco erial? Pero se hace laberíntica la coherencia de quien dona esas fabulosas cantidades mientras sus empresas cosen en países con mano explotada. Tienta pensar que además de deducir impuestos alguien quiere lavar algo más que su ropa.

 

Desde hace un tiempo nos venden recortes sociales como bálsamo de fierabrás, pero tenemos la sanidad, la escuela y las pensiones en el alero, 5,77 millones de parados, 1,7 millones de familias sin ingreso alguno, el 52,34% de los jóvenes no trabaja, los desahucios aumentan, la pobreza se enseñorea… Es difícil encontrar la coherencia en el laberinto del saludo real otorgado no-solicitado en vez de la moneda pedida.

 

Recortes a la riqueza, la desigualdad y al despilfarro

 Hace unos días Hertha Wallecker, una austríaca de 82 años, hacía huir de una sucursal bancaria a un ladrón. La anciana le regañó por no trabajar e intentar vivir del robo mientras otros trabajan duro; atónito, el  ladrón huyó regañado y sin botín. Acción de regusto muy social la de esta Robin Hood anti-robinhood.

En Lille (Francia) han encontrado el cadáver ya esquelético de un anciano español que podría haber fallecido en su casa hace 15 años, sin que desde entonces nadie se inquietara por la prolongada ausencia del sr. Rodríguez; al parecer en nuestra sociedad se presta poca atención al vecino/próximo/prójimo. Esta pasada semana se ha dedicado al recuerdo de la pobreza que se enseñorea en muchos de ellos.

En el planeta 1.300 millones viven con menos de un euro al día, mientras el 10% posee el 85% de la riqueza. Tal vez nos sea lejana-casi ajena la malnutrición  en Somalia originada por el clima extremo asociado a la ambición humana, o no merezca atención que 47,6 millones de norteamericanos reciben ayuda del Programa de Nutrición. Más cercano está ese 40% de andaluces en riesgo de pobreza o la mitad de su población con dificultades para cerrar el mes. Muchos se preguntan si con ocho millones de personas necesitadas de servicios sociales en Madrid o con el 21,9% de los catalanes viviendo con rentas inferiores al umbral de la pobreza se puede hablar realmente de democracia.

En Euskadi 28.000 vascos/as -1,3%- disponen del 45% del PIB, mientras la pobreza y la exclusión social habitan entre 89.000 vascos, con 323.000 en riesgo: familias enteras en paro; niños en hogares pobres; desahucios, personas mayores con responsabilidades familiares; parados de larga duración y personas sin hogar.

Cáritas, Medicus Mundi, SOS-Racismo, Amnistía Internacional o Unicef confirman lo que todos observamos: los ricos son más ricos y los pobres más pobres. El Estado español ya es el país con mayor desigualdad social de la eurozona. Las aportaciones de estas organizaciones o del Banco de Alimentos que dedicará la dotación del Príncipe de Asturias a comprar comida son valiosas gotas para apagar un incendio. Un incendio que continúa porque al tiempo que se criminaliza al parado sospechoso de holgazanería y se juzga crudamente a la élite política, la élite económica permanece inmune e impune a la culpabilidad. Difícil dilema, ser sr. Rodriguez olvidado o pobre regañado por Hertha Wallecker por robar al rico.

 

 

Tutocracia

Acudiré a  las urnas con la esperanza de que mi voz tenga su reflejo alícuota en las decisiones públicas, más allá y por encima de lo que digan banqueros y entidades de calificación crediticia. El 3er presidente de los EEUU, Thomas Jefferson creía en un gobierno no plegado ante los poderes financieros «el fin de la democracia y la derrota de la revolución Americana se producirá cuando el gobierno caiga en manos de las instituciones de crédito e incorporaciones adineradas».

La Comunidad Económica Europea que nació como entente económica, pronto viró hacia una Unión Europea donde el nexo común habría de ser el respeto a la voluntad del pueblo, es decir, «democracia». Pero la realidad cercana entre nosotros resulta cada día más ominosa, azarosa y de peor agüero, y observando lo que ocurre en los rescatados Portugal, Grecia y en menor medida en Irlanda, es posible que los ajustes/recortes/restricciones sociales ejecutados por zapateros marianos al diktat de los entes de crédito, estén llevando al traste el basamento de la unión entre los países de Europa, sus gobiernos y ciudadanos: el humanismo cristiano y la democracia parlamentaria representativa. Si los mismos bancos que nos rascaron el bolsillo son los primeros en ser rescatados económicamente, si los pasos de nuestro electos (parlamentarios y gobierno) los marcan y tutorizan especuladores como Moody’s, S&P, Fitch y otros… ¿acaso no será tutocracia suplantando a democracia?

Si el rey ha amasado desde cero una fortuna de 1.700 millones de euros a nuestra costa; si en el parlamento valenciano se sientan 10 presuntos chorizos/imputados que de presentarse como partido serían el 30% del censo electoral… Es difícil confiar en que algún día volvamos a tener trabajo nosotros y nuestros hijos, ni una pensión garantizada o acceso a sanidad y educación públicas dignas… Aunque algunos sonrían burlonamente aduciendo que siempre fue así y que la democracia real es una ilusión, espejismo de la verdadera realidad, no es cierto que siempre hayamos jugado como perdedores sin voz ni voto en una especie de mangacracia, tutocracia.

Parado/a, funcionario, pensionista, estudiante, inmigrante, enfermo crónico,… si aceptáramos que vivimos en tutocracia bajo poderes económico-financieros, podríamos empezar a preguntarnos para qué la UE, los partidos y sus políticos y al final para qué la democracia. Entre los catalanes, la mera propuesta de independencia como democrática esperanza política frente a la tutocrática austeridad económica ha hecho que sus seguidores sean una mayoría ilusionada. Falta nos hace la esperanza que no nos dan los tutócratas.

Luna azul catalana

Ni argentino ni uruguayo, Gardel, de pila Charles Gardes, nació francés en Toulousse. Aunque se supiera hacía décadas, en el libro “el padre de Gardel” aparece ahora la partida de nacimiento francesa de “El zorzal criollo”. Mi Buenos Aires querido, Caminito, Volver… siguen siendo el máximo exponente del tango y Gardel, nacimiento aparte, referencia obligada en las riberas del Plata. Según la OMS, las mujeres viven de media seis a ocho años más que los varones en los países industrializados ¿Por qué? Tras analizar los archivos genealógicos de la corte imperial de la dinastía Chosun (1392-1910) dos científicos coreanos han comprobado que los eunucos vivían entre 14 y 19 años más que los no castrados. La mayor calidad de vida no explica por sí sola que el número de mayores de cien años entre los eunucos coreanos era 130 veces mayor al de los centenarios actuales. Al parecer las hormonas sexuales masculinas les juegan una mala pasada y pueden ser la causa de que los hombres vivan menos que las mujeres. Múltiples estudios estadísticos realizados en Israel, Colombia y EEUU, entre otros, demuestran que cuando hay huelga de médicos en estos países desciende la mortalidad entre la población.  Parecen resucitar las ideas del doctor Semmelweis contra la mala praxis médica. Tal vez la paradoja surja porque el médico atiende a pacientes que no están mal o porque los pacientes quieren que los atiendan aunque no estén mal. Es posible que acudir al médico aumente ligeramente las posibilidades de un individuo de sobrevivir si tiene un problema grave, pero que igualmente aumenten sus probabilidades de morir si no lo tiene. A pesar de todos estos datos demostrados/demostrables, la realidad es que seguiremos escuchando a Gardel como musa del tango; que lo de castrarse… mejor lo dejan para otro momento aunque pudieran vivir más, y que seguiremos acudiendo al sistema sanitario a pesar del hipotético peligro estadístico. Seguramente después de la Diada, el sr. Artur Mas descubrió que gran parte de la sociedad catalana no estaba detrás de él, sino delante, por lo que a pesar de la “verdad constitucional” ha optado por la realidad de su pueblo; ve la historia enfrente de él y no la quiere dejar escapar. Pudiera ser mera casualidad, pero en el funeral de Neil Asmtrong, primer humano en hollar nuestro satélite, hizo su aparición la segunda luna llena del mes llamada “luna azul”, algo inusual que no volverá a  repetirse hasta 2015.

Denominador común, mujer discriminada

En los Sanmarciales de Irún y en el Alarde de Hondarribia aceptan a regañadientes que haya compañías mixtas en los desfiles… paralelos, que no mezclados ni revueltos, por supuesto. La segregación sigue siendo evidente, incluso con el apoyo o la táctica inhibición política, a pesar de normas y decretos. Saltando de continente, ha sido todo un alarde de gran fuerza visual el desfile de 80.000 jóvenes vírgenes delante del rey de Suazilandia, con collares y faldas cortas mostrando su disponibilidad a que el monarca eligiera de entre ellas a su decimotercera esposa. Es un alarde tradicional de impacto turístico, pero me gustaría ver cómo se trataría algo similar en los medios en posición de género invertida. Los recientes juegos olímpicos de Londres han supuesto un rotundo éxito bajo prisma femenino, ya que por primera vez todas las delegaciones tenían alguna mujer deportista. Y en algunos países, ellas consiguieron más medallas que ellos a pesar de ser bastante menos. En Egipto, con la llegada del islamista «moderado» Morsi al poder, también por primera vez las presentadoras de televisión usan velo; un claro avance cangrejero. En Arabia Saudí están pensándose crear una ciudad solo para mujeres, donde inviertan y hagan negocios, siempre cubiertas por el abaya negro, claro, porque así obtendrían cierta independencia económica, pero continuaría la segregación social por género, lugar que ellas habitan toda su vida en plena sumisión hacia el hombre: de solteras, bajo el padre; casadas, del marido; viudas, de sus hijos. No pueden tener DNI ni pasaporte sin permiso del hombre, ni conducir; necesitan el permiso de un hombre para poder estudiar o ir a un hospital. Aquí, merece recordarse que ya han asesinado este año a más de 50 mujeres, aunque no salgan en primera. En Yébenes-Toledo están montándole una trifulca pública a una concejala por un vídeo erótico colgado en la red. Además de pedirla que dimita, menos guapa, le han llamado de todo. Si fuera hombre, nos lo presentarían como «machote» con mérito añadido en su «carrera pública». Recordemos también el creciente movimiento de grupos confesionales o ideológicamente interesados en retornar a la escuela segregada chicos-chicas, como preludio a segregaciones posteriores en roles sociales. Cierto, mezclar continentes y culturas con violencia de género y éxitos deportivos, pasacalles matrimoniales con costumbres y fiestas patronales, es un alarde de mezcolanza de trazo grueso, pero en el conjunto-disjunto siempre sale un denominador común: mujer discriminada. Allí y aquí.