Si somos propietarios de uno o varios gatos, nos habremos encontrado en más de una ocasión, con restos de orina fuera de la gatera, que impregna de olor toda la habitación. Las vías de comunicación que tenemos, y que ellos tienen, para informarnos o explicarnos las cosas son muy limitadas, pero no insuficientes. A parte del lenguaje corporal y la vocalización (maullido), el apetito, la sed y sobre todo la micción, es una herramienta de lenguaje muy útil para todos los felinos. Es importante saber descifrar este lenguaje para mejorar algunas situaciones, y nuestra relación con ellos.
Es decir, cuando descubrimos orina del gato fuera de su gatera, en camas, colchas, paredes, ropa, etc. siempre hay un mensaje por detrás.
Si bien, la micción inadecuada suele darse por motivos de comportamiento sexual, en otras ocasiones, puede deberse a procesos patológicos que afectan al sistema urinario. Descartadas la cuestión territorial, que suele coincidir con la madurez sexual del individuo, y procesos físicos, como las infecciones de orina, el fludt o fus , incontinencia, etc., el felino utiliza la orina como un bloc de notas, donde apunta los mensajes que nos hará llegar directamente, depositándolos en los sitios más evidentes o personales, que él identifique como “ineludibles”.
Entender esta última idea, será imprescindible para interpretar adecuadamente este tipo de comportamiento irregular. Cualquier cambio en los hábitos rutinarios del gato, o en su entorno suele provocar situaciones de estrés, a los que él responde escondiéndose, y esperando el momento adecuado para informarnos de que hay un problema. Nos dejará una “nota”, con orina, sobre la cama, en una cazadora, en el sofá, o cualquier sitio que valore como “punto de encuentro”.
Uno de los elementos diferenciadores entre el marcaje territorial o sexual, y el resto de mensajes, es que uno suele hacerse sobre paramentos verticales, paredes, esquinas, puertas, y los otros serán sobre horizontal, alfombras, ropa de cama, mantas, etc.
En el caso de marcaje sexual, la única forma de evitarlo es mediante la esterilización.
En el 2º caso, deberemos descartar cualquier patología del aparato genitourinario y tratarlas antes de abordarlas como problemas de comportamiento. Respecto a esto, los problemas de comportamiento, la experiencia nos ha enseñado que casi siempre hay elementos extraños que provocan cuadros de ansiedad, y que derivan en la micción inadecuada. Estos agentes externos suelen ser recién nacidos en una pareja sin hijos, niños que ya estaban pero que comienzan a caminar persiguiendo al gato, nuevos gatos en el núcleo familiar, visitas familiares, espacios reducidos o compartidos obligatoriamente, etc.
En conclusión, sino se trata de un marcaje sexual→ descartar un problema físico→ tenemos un miembro de la familia estresado………….y es el gato. No tiene problemas de trabajo, ni económicos, pero hay multitud de cambios en su entorno que disparan su ansiedad:
- Obras o cambios en casa.
- Espacios reducidos.
- Nuevos animales.
- Nuevas personas.
- Conflictos en el entorno
La ansiedad, como podéis ver es un problema de nuestro tiempo, pero no exclusivo del ser humano.