El pasado mes de febrero, las autoridades Holandesas notificaron un caso de rabia, informando que se había procedido a eutanasiar al perro y realizaban un seguimiento sanitario de los propietarios. Un cachorro adoptado en Marruecos por una pareja de holandeses, viajó con sus dueños desde el país africano, hasta Málaga, para después trasladarse hasta Ámsterdam. Para ello, después de adquirilo, acudieron a un veterinario Marroquí, donde se le instauró el microchip y se le facilitó el certificado veterinario. Sin embargo, no se le aplicó ninguna vacuna, ni se realizó ningún test de diagnostico, ni tratamiento antiparasitario.
Con estos dos documentos, chip y certificado, el perro pasa la aduana española en Málaga, donde se le expide el pasaporte europeo, y entra después en el avión que le trasladará a Holanda.
El cachorro con los días muestra un comportamiento agresivo y hostil y llega a morder a los propietarios. Entonces acuden, por primera vez, al veterinario holandés, que después de realizar la exploración concluye que se trata de un problema de comportamiento por stress. Se le trata con sedantes al animal, pero a pesar de esto, se hace incontrolable. Entonces se le informa al albéitar de que su procedencia es africana y se informa a las autoridades pues podría tratarse de un caso de rabia. Las pruebas realizadas postmorten, así lo certifican y se establecen los protocolos oportunos.
La directiva del reglamento 998, de la UE, ya establece desde el 2003 los requerimientos sanitarios para viajar a Europa con nuestras mascotas, desde dentro o fuera de esta. En ella, se exige el certificado veterinario, la identificación con chip o transmoder y la adecuada vacunación antirrábica. Además en algunos países miembros, se ha pedido una valoración de anticuerpos frente a rabia, en análisis de sangre acreditados, así como tratamientos antiparasitarios y frente a garrapatas. Estos tres últimos requerimientos han cambiado en los últimos meses, pero realmente no siempre se aplican los periodos de cuarentena de cuya obligatoriedad se habla tanto. Para más información, podéis visitar nuestra web, en el apartado de animales sin fronteras, www.veterinariosbilbao.com o en nuestro facebook donde os damos toda la información.
En mi opinión, la conclusión de esta noticia, está en que se puede legislar cualquier aspecto de la convivencia, pero en el caso de los aspectos sanitarios, debemos ser escrupulosos con el reconocimiento y la vigilancia de enfermedades tan graves como esta. De forma que el veterinario (sin fronteras) debe examinar al animal a fondo y sobre todo debe de convencer a los propietarios de la importancia de la aplicación de las medidas preventivas frente a las zoonosis. Tanto para atravesar fronteras, como para la convivencia diaria con el resto. Si la ley solo es percibida como una traba burocrática
Muchos clientes me preguntan a diario por la necesidad de la vacunación, si es importante mantenerla anualmente, y si es obligatoria. Por qué no es obligatoria en Euskadi (estoy hablando de la rabia) y sí lo es, en Cantabria o Burgos. Por qué en algunos sitios o clínicas cuesta 25 y en otras 50.
Si no somos capaces de divulgar la importancia del seguimiento clínico, como forma de prevención, nos seguirán interrogando sobre la obligación o no de vacunar, o sobre asuntos mercantiles, y terminaran depositando su confianza en los 5 euros de diferencia en el precio final. Casos como el anterior, se repetirán indefectiblemente.
En la clínica, todos los aspectos sanitarios deben de estar basados en la confianza del propietario y en el seguimiento del paciente.