Un perro de raza gran danés ha salvado a una mujer de ser asesinada por su novio armado con un martillo. El can se interpuso entre el hombre y la mujer recibiendo gran parte de los golpes. La joven logró escapar con su perro y se dirigieron al centro de acogida de Rose Brooks, en Kansas. Allí le ofrecieron una cama pero le dijeron que no se permitía la entrada de mascotas.
La mujer se mostró desafiante y por primera vez en su historia se pasaron por alto las reglas de la institución y permitieron que el perro se quedara. Susan Miller, directora del centro, explicó que a partir de este caso van a permitir mascotas, y afirmaba que el 40% de las mujeres maltratadas con mascotas, permanecen con su pareja con el fin de proteger a sus animales.
Esta noticia me ha hecho reflexionar sobre la presencia de “la mujer” en el mundo de los animales de compañía. Hace unos años, realizando un análisis de la base de datos de la clínica, comprobamos que la mayoría de nuestros clientes eran mujeres. Este dato ha tenido una tendencia a crecer, de forma que en este momento, el porcentaje ronda el 80% para el sexo femenino. Es cierto que en muchos casos, el perro o gato es compartido por los dos miembros de la pareja, pero la titularidad suele ser para ella, y además es quien se ocupa principalmente de acudir a consulta, adquirir la comida adecuada o dispensarle la medicación oportuna.
Debo de ser franco y decir que a título profesional prefiero tratar con “ellas”, pues suelen entender más rápido las explicaciones técnicas, recuerdan de forma más ordenada la posología prescrita en la medicación y no suelen acudir con valoraciones anticipadas sobre “hasta donde queremos llegar”. Y la respuesta en campañas de prevención que hemos realizado ratifica la escasa atención que se le presta a posibles problemas del futuro desde el lado masculino.
Pero esta circunstancia debe ser generalizada, porque no hace ni una semana cuando leí que más del 70% del voluntariado de las asociaciones de rescate y acogida de perros maltratados o abandonados son mujeres. Y reflexionando sobre las agrupaciones con las que colaboro habitualmente, Galgoleku, Apasos, Esperanza felina, Apascan…, ciertamente casi todas están lideradas por mujeres.
Será por un tema de sensibilidad o bien por los códigos genéticos de cuidado de la prole y sostenimiento del grupo, pero en cualquier caso, está claro que en la evolución del ser humano y en el acercamiento interespecies el lado femenino es el protagonista.