Sr. Rajoy, ¿Por qué los veterinarios ya no somos sanitarios?

La estabilidad presupuestaria y el fomento de la competitividad son los motivos alegados para expulsar al colectivo veterinario del tren de los profesionales sanitarios. Ya no somos sanitarios, al menos en el tratamiento fiscal. El incremento desde un tipo impositivo del 8% hasta el 21%, no solo pone de manifiesto un salto del 13% en los servicios veterinarios, sino un menosprecio manifiesto a una actividad sanitaria ligada no solo  a la salud animal , sino también a la salud pública desde hace más de 4000 años. Y por lo tanto, a los profesionales que nos consideramos médicos veterinarios. Hemos cursado una carrera universitaria, nos adecuamos con formación continuada y al menos cuando yo la cursé, estaba en el 7º puesto en dificultad, de lo que ahora se llamarían grados. ¿Por qué nos toman por estúpidos?

Un  80% del colectivo, nada tiene que ver con las actividades forestales, agrícolas, ni ganaderas a las hace mención en el Real Decreto. Su aplicación supondrá  un aumento de casi 15 puntos sobre el coste de nuestro trabajo, y una quinta parte de este ,irá directamente a las arcas públicas. Al margen de todo el resto de impuestos indirectos.

En nuestra actividad no hay ninguna posibilidad de enriquecimiento  de tipo especulativo, prevaricador, fraudulento, de crecimiento desmedido o malversador, y creo que pocos compañeros tienen conocimientos de ingeniería financiera, banca o construcción. No obstante, en cuanto a la subida de tipos impositivos, se nos castiga por la ruina económica a la que otros colectivos nos han abocado, pues no contamos con las bendiciones adecuadas.

Después de más de 22 años de  profesión, y con un perfil profesional medio* (independiente, autónomo, actividad clínica y bromatológica, uno o dos empleados, inmueble e equipamiento de perfil intermedio, localización urbana < 300.000 habitantes, etc.), considero esta actuación,  al margen de actitudes individuales puntuales, el mayor agravio cometido contra el reconocimiento social de la actividad SANITARIA VETERINARIA que he conocido. No sé qué  parte del colectivo tendrá capacidad para afrontar este envite, y cual se verá abocado al cierre. Pero lo que me parece INACEPTABLE es que sea una fiscalidad mal gestionada e interpretada, la que nos lleve a la ruina, y no el propio mercado, ni la situación económica. Porque esta última, no es la causa de la primera. Los perros seguirán enfermando, los alimentos aún provocarán intoxicaciones alimentarias, pero no se realizará prevención, se actuará tarde, se reducirán los controles y las vigilancias, porque los propietarios y los agentes económicos no serán capaces de afrontar la carga en las tasas a las que nos quieren condenar. Dando por descontado que la estructura sanitaria oficial, no se sostiene económicamente, y  que el paso siguiente, será el reducir las categorías profesionales de los funcionarios veterinarios, equiparándolos económicamente al de técnicos inferiores. Hasta llegar a la desaparición del término veterinario, por el de técnico adjunto de interespecies.

IAS

 

Cuidar de nuestros animales nos costará un 13% más desde Septiembre

 

Pero también los servicios prestados a las asociaciones de acogida y adopción. Si hace una semanas comentamos el incremento de abandonos por la crisis, la subida de 13 puntos será un autentico tsunami en cuanto a “perros sin techo” . Contundente, TRECE, explicito en numerología.

En la clínica no hemos aplicado incrementos en las tarifas, desde hace 4 años, para adaptarnos a la situación que se nos venía encima. Ahora de un plumazo, alguien en la capital del estado, decide aplicar una subida que supera la suma de los aumentos realizados en el colectivo en los últimos 10 años.

Pero la reflexión está en que esta no es sino una de la numerosas subidas de impuestos que se nos van a aplicar. Y no parten de un “ente” abstracto, sino del gobierno votado por una mayoría aplastante de ciudadanos del estado, incluso algunos, en nuestro país.

Yo me quiero bajar de este sistema, de esta democracia, generada por los que cuentan con los medios para generar una corriente de opinión y de voto.

Pero admito mi parte de responsabilidad por omisión o desidia. Por el momento, pensaremos en comenzar a retomar el trueque como moneda de cambio, libre de impuestos.