Martes 15 de noviembre de 2011
Inicié el día viendo las dos páginas que El País nos dedicaba a Ramón Rabanera, Roberto Lertxundi y a mi en una conversación amable, casi de amigos, sobre el trabajo hecho en la novena legislatura del Senado. Tras esto, a las 8:30 estaba en los estudios de Onda Vasca, siendo entrevistado por Xabier Lapitz. La entrevista se debió de oír y ahí capté la importante audiencia de la nueva emisora, ya que durante todo el día y de manera salpicada, me fueron hablando de ella. Terminé la conversación hablando con Xabier Lapitz de Iñaki Urdangarin y la familia real, más bien, irreal. Y de como en su día incluso anuncié lo que estaba pasando con los negocios de este caballero. Tan solo decir que el tiempo me ha dado la razón.
En la Plaza Elíptica, no en la Plaza Moyua – Paseo por Orozko – Sacan los papeles de Txiberta, donde se constata el fracaso de la Izquierda Abertzale
Estábamos en la Plaza Elíptica (así se ha llamado siempre. Una grave negligencia que denunciamos por incomprensible en un nacionalista, y en su día le puso el nombre del ex alcalde monárquico Moyua) cuando nos avisaron de los hechos de Santutxu. Por la tarde nos enteramos que la persona fallecida era el yerno de José Mari Otxoa de Txintxetru, ex burukide del BBB y presidente de Eusko Gudarostea. La cercanía agrandó la dimensión de la noticia. Terrible.
Estábamos pues en la Plaza Elíptica ayer lunes 14 delante del vacío edificio de la Hacienda estatal en el centro de Bilbao. Un edificio hueco con el escudo franquista arriba, que fue traspasado a la CAV y luego recuperado para una administración central que lo tiene como casa de fantasmas. Allí podría estar tranquilamente el Gobierno Vasco y no donde se encuentra actualmente, al final de la Gran Vía. Pero no se quiso un poder vasco delante del Gobierno Civil y al lado del simbólico Hotel Carlton, sede de Lehendakaritza en tiempos de guerra.
Y en nuestro acto electoral se habló del fraude fiscal con palabras, a mi juicio un poco técnicas. Faltó el brochazo descriptivo, pero la denuncia quedó. Y faltó la denuncia por la situación de aquel edificio vacío. Fue el acto matutino. Nos acompañaron representantes de la Diputación y varios jubilados que nos pidieron enterarse de estos actos si se publicarían la víspera. Les encantan. Le dije que eran más que nada para los medios pero que transmitiría la petición.
Paseo por Orozko
Por la tarde nos tocó Orozko. Allí estuvimos Ruth Martínez, Aitor Esteban, Amaia Espinosa y yo departiendo con las gentes de un pueblo tan precioso y bien regentado hasta que se produjo el cambio en las últimas elecciones. Hoy es un pequeño caos porque la candidatura independiente no termina de iniciar nada y tiene encima un considerable cacao.
Una señora me recordó una visita que hice buscando campas para el Alderdi Eguna. Hoy ya está toda esa zona construida, pero no hubiera estado nada mal semejante lugar en una Euzkadi sin muchos lugares planos y bien comunicados para organizar concentraciones multitudinarias. Otro me dijo que en San Mamés tiene su localidad más adelante que la mía. Y allí estaba Iñaki Uribe con su familia. Uribe es un enamorado de la Cruz del Gorbea y siempre que puede se pierde en aquel entorno maravilloso.
Es lo gratificante de las campañas. El departir con la gente, escuchar sus problemas, ver los avances que se han hecho en el pueblo y buscar complicidades.
Sacan los papeles de Txiberta donde se constata el fracaso de la Izquierda Abertzale
El día del inicio de campaña, y no sé por qué motivo, se hicieron públicas las actas de Txiberta dándole el periódico Gara una página completa como si de una gran victoria se tratara. Y es todo lo contrario. Es la constatación del fracaso de Monzón, de ETA, de HB, y de todos los que ahora jalean aquel fracaso.
Y como el tiempo siempre pone las cosas en su sitio ahí está para la historia la visión ética y de mirada larga del PNV. Treinta y cuatro años después la IA hace lo que Gerardo Bujanda, Juan José Pujana y Joseba Azkarraga les dijeron a los congregados que hicieran, sin que éstos les hicieran caso.
“Mientras no hagamos otro Txiberta o algo similar, los vascos lo tendremos crudo”. Estas fueron las palabras de Telesforo Monzón tras culminar el fallido proceso de conversaciones iniciado el 24 de abril de 1977 que reunió a las quince principales organizaciones políticas y sindicales del arco abertzale-nacionalista de la época. Pero Monzón se equivocaba en un dato. Eso hubiera sido posible si ETA no existiera. Él nunca la condenó.
Anai Artea presentó, en el mismo marco en el que se celebraron dichas reuniones, el libro «Las actas de Txiberta», que recoge la síntesis de lo que se habló en los cinco encuentros. Michel Mendiboure y Battitta Larzabal, miembros de la asociación de ayuda a presos y refugiados, explicaron que, dentro de las iniciativas para conmemorar el 30 aniversario del fallecimiento de Monzón, han decidido ofrecer a la opinión pública dichos documentos como “un legado a Euskal Herria y a su memoria histórica”. En tiempos de Txiberta, la llamada Euzkadi.
Resaltaron, además, la “grata coincidencia con el actual momento político, en el que se están dando tantos acontecimientos y tan importantes como los que hemos conocido en las últimas semanas”, comentó Mirentxu Purroy.
Pues sí, pero 34 años después.
No lo creo. ¿Y sabes por qué Mirentxu?. Porque ETA se sentía fuerte y con apoyo y tenían sus miembros tal diarrea mental que abandonar la lucha armada en 1976 les hubiera parecido una traición revisionista. Y se hacía lo que decían ellos y no había otra alternativa. Lo malo es que se han dado cuenta 34 años después. Y ante eso, el caso de Monzón es paradigmático. Católico de misa, no condenaba la violencia de ETA. Decía que la lucha de los “gudaris de ayer”, los organizados cuando estalló la guerra, debían darse la mano «con los gudaris de hoy». Así llamaba a los componentes de «ETA. Una terrible confusión mental que le permitía organizar aquella Marcha que alejó Navarra del resto de Euzkadi, que despreció ir a Madrid y al Parlamento Vasco a hacer política. Monzón se creía un iluminado, un Moisés, destinado a llevar al Pueblo Prometido al Paraíso. Un dirigente muy equivocado y ofuscado por su rechazo a Leizaola y su creencia mesiánica. Un desastre.
Este libro lo corrobora.
Mirentxu Purroy ejerció de notario en lo que ella misma denomina “cumbre vasca”. Fue a ella a quien Telesforo Monzón confió las actas “para que las custodiara y decidiera su difusión futura”, encargo que cumplió en 2004, en un encuentro sobre las conversaciones de Txiberta que tuvo lugar en Hendaia organizado por Anai Artea, entregó públicamente los documentos a la asociación.
Según Purroy, la premura de las elecciones, que iban a celebrarse en junio de 1977, no dejó tiempo para abordar las cuestiones de fondo -derecho de autodeterminación, entre otras- y los debates se centraron en la forma de actuar ante los comicios. “Si Monzón hubiera organizado Txiberta un año y medio antes, seguramente el resultado hubiera sido muy diferente”, comentó.
No lo creo.
Señor Ansagasti, no he sabido como contactar con usted y por eso desde aqui le hago esta pregunta: ¿”El PNV no plantea ahora la independencia con un Estado propio”? He encontrado esta noticia y me gustaria que explique desde cuando el PNV no es independentista, porque en el articulo dice que “El PNV cuando nace en 1895 es independentista, pero han pasado 115 años.”… No han sido nada claros con el pueblo vasco…
Noticia: [Enlace roto.]
Ignacio, lo que mas me ha gustado de la foto del Deia de ayer, es el fondo que teneis de la misma.?Es esa la propaganda del PNV? Desde luego, es lo que mejor que le va a vuestro partido
Todo partido nacionalista que se precie es independentista.Otra cosa es que se logre.No con la lucha armada.Pero la politica es vender resistencias.Y llevamos en esto 116 años.
¿Y cuantos más hay que esperar para la independencia? ¿otros 116 años?
Para muchos del EAJ/PNV estamos mejor así siendo súbditos de países extranjeros que siendo soberanos.