GERNIKA-LUMO RECUPERARÁ UNO DE LOS BÚNKERS DEL BOMBARDEO

Jueves 27 de septiembre de 2017.

Siempre ha habido una lucha sorda por presentar solo una cara de Gernika. La del símbolo de las libertades vascas, la foral, por una parte y la víctima del bombardeo de 1937 que la proyectó al mundo, gracias, fundamentalmente al cuadro de Picasso, por la otra. Pero es una lucha estéril pues son las dos caras de una sola moneda. Unos van a ver una cosa, otras la otra y los de más allá las dos. Guste o no. Hay gente “pa tó”.

Hay que recordar asimismo que gracias al alcalde Eduardo Vallejo se pudo hacer una reproducción del cuadro en mosaicos que es uno de los puntos más visitados de la Villa para sacarse fotografías. Una foto ante el “Guernica”, en Gernika, tiene su aquel. ¡Y vaya lo que costó!.

No se pudo hacer el monumento al Gudari y hoy es el día en el que no hay un monumento al Gudari en Euzkadi como Dios y la historia mandan. Sí hay un Museo que se llama de la Paz, pero la gente lo que busca en ese Museo no es una frase de Ghandi y otra de un pacifista conocido sino ver un avión Junker, una bomba, la fotografía de la Villa destruida y cosas así. Para mí se equivocaron los que diseñaron este Museo con estos contenidos pacificadores.

De vez en cuando, hay buenas noticias como aquella cuando se encontró una de las alarmas que avisaban de la presencia de aviones y se usa ahora todos los 26 de abril. Otra la petición de perdón alemán en la persona de su embajador. Y, ahora, tenemos una nueva.

Se trata de que el Consistorio quiere restaurar un vestigio bélico.

La localidad foral rescata su pasado histórico con la rehabilitación de un refugio antiaéreo que se encuentra en la sede del hogar del jubilado ubicado en el Pasealeku. De esta forma los turistas y curiosos podrán conocer una de las huellas que aún perduran desde hace 80 años, tras las perceptivas obras que tendrán una duración de dos meses y un presupuesto de 30.245 euros.

El Consistorio gernikarra ha iniciado los trabajos de recuperación de uno de los refugios antiaéreos situado en el actual hogar del jubilado. El espacio donde se llevará la reforma alberga varios búnkeres que tras la modernización llevada a cabo hace 27 años en los arcos del Pasealeku se transformaron en los baños del establecimiento.

Tras más de dos décadas de darle un uso higiénico al lugar, ahora, el ejecutivo quiere rescatar el vestigio bélico para restaurarlo tal y como se encontraba hace 80 años, con el objeto de mantener viva la memoria histórica y para que los visitantes puedan conocer cómo se resguardaba la población durante el bombardeo. Desde el Ayuntamiento consideran que “estamos obligados a conservar el búnker porque es parte de nuestra historia”. Esta fortificación está previsto que esté concluida para finales de noviembre. La obra permitirá ampliar el catalogo de recuerdos del bombardeo, un surtido no muy amplio, ya que la destrucción causada por la aviación provocó que desaparecieron más del 80% de las edificaciones que había.

Este nuevo búnker se unirá a la ya existente enfrente de la fábrica de creación de cultura Astra, antigua fábrica de armas, que mantuvo oculto su tesoro hasta que fue renovado hace una década. Los últimos tiempos el refugio se ha visto reconvertido en un espacio cultural donde se han podido disfrutar desde pequeños conciertos, varias exposiciones fotográficas y hasta la grabación de videoclips como el que realizó el grupo Audience.

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