Conversando con Mitxel Unzueta

Domingo 25 de febrero de 2018

Dos historiadores vascos de prestigio me comentaban su tristeza al ver como las Humanidades van desapareciendo de los pensums de estudio y de la Universidad. ”Cada vez tenemos más jornadas técnicas sobre todo, pero ninguna en serio sobre historia, idiomas, o humanidades en general, y aunque lo primero está muy bien, convertir Euzkadi en un Silicon Valley sin alma, nos aboga a una cierta robotización”.

En el pasado, en los estatutos del EAJ-PNV, existía el Consejo Consultivo, que en una de estos vericuetos asamblearios, desapareció. Era una plataforma muy interesante de ex que podían opinar y ser consultados. Algo sabio copiado de las sociedades que rinden culto a la experiencia. Los viejos de la tribu siempre han tenido algo que decir, aunque no ahora, donde todo el mundo nace sabiendo y a la gente joven mayoritariamente le importa poco el pasado y sus vicisitudes. Mala cosa. Churchill decía que nadie al que no le interesara la historia debía dedicarse a la política y Chesterton que el inconveniente de los hombres que no conocen el pasado es que no conocen el presente.

Decía de Mc. Carthur que los buenos soldados no mueren, desaparecen en la niebla pero uno de los que afortunadamente no está en la niebla es una persona clave, un auténtico protagonista de la historia y por eso el pasado jueves, con Jokin Bildarratz y Alex Zapirain tuvimos una comida con el primer portavoz del Grupo Vasco en 1977 tras la muerte de Franco.

Mitxel Unzueta Uzkanga, de 85 años, fue profesor en Deusto y promotor de Deia, además de un prestigioso abogado con despacho propio en la calle Marqués del Puerto de Bilbao. Desgraciadamente sufre los achaques de la edad aunque tiene una cabeza clara y luminosa y los recuerdos de aquella época irrepetible, le afloran sin cesar.

Nos dice. ”Me asusta que las nuevas generaciones desconozcan lo ocurrido durante la transición. Pero sobre todo temo esa misma ignorancia entre muchos integrantes de la clase política actual con los que he hablado. Algunos tienen una imagen idílica que es del todo errónea. Recuerdo muy bien cómo muchos artículos de la Constitución se redactaron en reuniones nocturnas celebradas en restaurantes y despachos, fuera de las cámaras, y que luego se aprobaron mediante el sistema del rodillo. Aunque ahora no se hable de ello, es parte de la historia y no debe esconderse”.

Le fuimos preguntando cuestiones de actualidad y del pasado y él nos fue desgranando datos de negociaciones y acuerdos. Preguntado como recordaba la inclusión del 155 en la Constitución nos dijo que en aquella oportunidad no le dieron excesiva importancia ya que si se producía un conflicto serio en relación con las nacionalidades los militares se habían ocupado de atornillar el artículo 8, es decir, la solución del posible problema la haría el ejército y punto. El 155 lo destinaban a choques administrativos. Un buen dato.

Otro comentario de interés fue su criterio que abrir ahora la Constitución para reformarla sería un suicidio si no se va con líneas rojas pactadas de antemano. El clima político actual haría que todo lo conseguido en aquel año 78, volviera atrás. El procés catalán ha desatado la fiera y quizás deberían haber medido mejor los pasos.

Nos comentó la reunión en la caseta de monitores con el Rey Juan Carlos para que le explicaran el alcance de la Disposición adicional y del Pacto con la Corona. Nos dijo que escuchó interesado pero sin más. Después y por llamada de Juan de Ajuriaguerra al hotel tuvo que cambiar el billete y se fue a Estoril, a visitar a Don Juan de Borbón con Federico de Zabala, un hombre clave, en un viaje en tren de película de Berlanga con paradas y llegada tarde. Llamaron al secretario de Don Juan y quedaron para después de la siesta del eterno pretendiente. Les recibió amablemente en Villa Giralda, una casa que estaba bien, aunque con manchas de humedad en el techo. Le preguntamos si estaba más enterado que el hijo y Mitxel nos dijo que se le notaba su educación inglesa en la academia militar de Sandhurst, a diferencia de la cuartelera de su hijo. Don Juan tenía muchos recuerdos de sus veraneos en San Sebastián con su abuela la reina María Cristina y tenía por los vascos una cierta admiración por considerarnos gentes que administraban bien y mantenían las carreteras. Valoraba positivamente el Concierto.

El concepto de nacionalidades y regiones lo introdujo Miquel Roca ante el atasco de la ponencia constitucional donde era titular. Les preguntó a los ponentes que si no aprobaban aquello ¿qué pintaban allí vascos y catalanes? y la UCD finalmente cedió. Y, nos remarcó Mitxel que las consecuencias de autogobierno logradas eran solo para vascos y catalanes, porque no existía ninguna demanda más aunque luego aquello, tras el 23 F se salió de madre por puro partidismo irresponsable.

Ante la situación catalana nos dijo que él era partidario de una cierta tregua de dos años para coger aire e ir de nuevo acomodando las cosas ya que en Madrid les ha gustado conocer la existencia del 155 y las posibilidades que tiene .Le preguntamos sobre una Disposición Adicional para Catalunya y nos dijo que no lo veía porque fue rechazada por los propios catalanes y en Euzkadi la foralidad estaba mucho más interiorizada.

El conjuntamente con Xabier Arzalluz, Federico Zabala, Juan Ignacio Uria fueron los que tras ser rechazado el planteamiento foral, en la primera reunión de los sacramentinos preparando las enmiendas del PNV a la Constitución l (“me llamaron de broma carlista”) fue Ajuriaguerra la persona que se había quedado con aquella música y le llamó dos días antes de la fecha límite de presentación de enmiendas para que introdujeran el concepto, que luego en la negociación fue cepillado por Abril Martorell y los militares, pero al final salió lo que tenemos que es algo grande como es que los derechos históricos son anteriores a la Constitución. En dos días prepararon el meollo de la discusión y nos comentaba Mitxel que con quienes negociaban en Madrid toda esa historia de la foralidad les sonaba a música celestial y eso fue parte de una cierta ventaja con la que contaron ya que él, hasta se había leído el libro de Sagarminaga, que era todo un tostón.

A pesar de su temor a Ciudadanos y al PP, Mitxel cree que la Constitución debe reformarse en lo tocante a la cuestión territorial. “La unidad nacional, entendida en la expresada forma jacobina, es una ficción, porque hay dos colectividades humanas, Catalunya y Euzkadi, que tienen una identidad distinta de la unidad nacional española. Y esto, en 1978, había que abordarlo. Por ello se hicieron dos estatutos, el catalán y el vasco, como paso previo a la reforma del Estado. El texto constitucional, cuyo Título VIII constituyó el difícil parto que todos conocemos, no habla del Estado de las Autonomías; es un invento posterior, consecuencia de diversos pactos extraparlamentarios como son los autonómicos. Luego vino la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico para neutralizar aquellos estatutos; la interpretación desmesurada de las Leyes de Bases, etc. El dislate autonómico actual no responde a unas demandas históricas sino a una finalidad espuria. Resultado: nadie ha conseguido su objetivo. Ni catalanes ni vascos han logrado crear un espacio que sea verdaderamente autonómico, que puedan desarrollar con libertad, ni los promotores del café para todos han acabado con los problemas catalán y vasco. El concepto de “nacionalidades”, que aparece en el artículo 2, tiene un significado que hasta ahora se ha querido ignorar. Es un tema difícil pero algún día deberá ser aclarado”.

El primer portavoz en el Senado nos dijo muchas más cosas, que la falta de espacio me impide recoger pero me quedo con su última copla: ”El origen de los problemas vasco y catalán es que aquello que hoy llamamos “España” eran en realidad “Las Españas”, un conjunto heterogéneo de territorios en los que Castilla impuso su predominio, en algunos casos manu militari, para reducir todos los reinos a sus usos y costumbres. Y así fue hasta llegar al sistema constitucional, en el que la idea de reducir todos los reinos a las leyes de Castilla se trasmuta en el concepto de “unidad nacional”. Pero dicha unidad no está basada en una síntesis de las posiciones de Catalunya, País Vasco, Valencia, Galicia y Castilla, sino en la subordinación de las primeras a la última. Mientras se siga pensando que Castilla hace España, como dijo Ortega y Gasset y otros, habrá nacionalismos periféricos, integrados por pueblos que se resisten a perder su identidad. No hay que engañarse con frases fáciles y reflexiones huecas: estos nacionalismos son respuesta y trasunto del propio nacionalismo español”.

 

 

 

Un comentario en «Conversando con Mitxel Unzueta»

  1. Inaki,
    Eskerrikasko por el comentario acerca de los Embil-Domingo. Me quede sin querer creer lo que tu sacastes a flote sobre Placido Domingo. You siempre tuve la certeza que el (Placido) era un vasco defensor y lleno de orgullo de tener a su madre nacida y crecida entre los de Getaria. Lo tengo vivo en mi memoria. Era el ano 1993 cuando la television publica de Idaho en un program de fin de semana tuvieron a la madre y al hijo como los «special» invitados. yo tan contento escuchando a ella hablar de su ninez en Getaria y el excilio durante la gerra.., era todo muy interesante… y termino la entrevista con la Pepita y Placido cantando a duo «aurtxo thikia …» . Era una noche que termino sin poder contener las lagrimas al escucharles cantar en euskera una cancion tan especial como lo es para todos los vascos.. Te daras cuenta de mi desilusion sobre Placido.
    Y te doy las gracias sobre la charla de Mitxell que tuvisteis acerca de la politica. Muy informativo. Job well done Inaki. Saludos,

    Alberto Flores-Uranga

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