Jueves 20 de marzo de 2025
Estuve ayer en la Sala Rekalde en la exposición dedicada a Juan Carlos Eguillor, gran artista fallecido cuando podía dar muchísimo de su laberíntico magín, tan personal e irónico.
Nacimos el mismo año y fuimos al colegio Marianistas en Gasteiz él y yo en Marianistas de la cuesta de Aldapeta en Donostia. Eguillor era donostiarra, aunque su profesión y su pasión fuera Bilbao. Le admiré y me peleé con él ya que era una mezcla de ácrata de la izquierda divina y crítico irónico del PNV, sus usos, costumbres y personajes: No se libraba Sabino Arana ni las Emakumes con Miss Martiartu al frente y Mari Aguirre como tema de sus dibujos. Cuando nos veíamos, solíamos discutir amablemente. Siempre reconocí al gran artista que fue.
La muestra, que se podrá visitar hasta el 28 de septiembre de 2025, presenta una selección única de casi un millar de piezas que abordan la gran producción de Eguillor en dibujos, cómics, ilustraciones y vídeos, en un homenaje a su mirada «tierna, escéptica y cruel». Es la primera vez que se realiza un exhaustivo trabajo de investigación sobre su obra, que nos permite degustar una visión completa de su trayectoria. Ha sido posible gracias al ingente trabajo de investigación realizado por Garikoitz Fraga. En la Sala Rekalde se pueden ver piezas que no se habían mostrado antes. Laberinto es una oportunidad única para que quienes no conocían la obra de Juan Carlos Eguillor puedan descubrir ahora su enorme talento. Tengo que decir que la muestra está perfectamente montada y muy ordenada.
Garikoitz Fraga, editor y especialista en la obra de Eguillor por su parte, siempre destaca la importancia de recuperar piezas perdidas y de rastrear los innumerables dibujos y cuadernos que el artista dejó a su paso.
Laberinto reúne una extensa selección de casi un millar de obras de Juan Carlos Eguillor (1947-2011), creador polifacético cuya carrera abarcó desde el cómic hasta el videoarte. En la exposición se pueden contemplar dibujos, cómics, carteles, publicaciones, artículos y vídeos, ofreciendo un panorama único de la producción del artista. Eguillor, que destacó por su ironía y estilo iconoclasta, es conocido por personajes como Mari Aguirre, Miss Martiartu o Abuelita, cuya representación se puede ver en las piezas más populares y accesibles. Sin embargo, también se muestra la parte más desconocida y privada de su trabajo, con piezas que reflejan sus obsesiones personales y su visión del mundo.
En la muestra se incluyen sus trabajos en prensa de los años 70: El Correo Español, Egin, Diario 16, Mundo Joven, Triunfo, Nuevo Fotogramas, etc, con personajes como Mari Aguirre, Miss Martiartu, Tartarela o Txangurro Marx. Ya en esos años Eguillor sorprendía por su ironía iconoclasta y un estilo innovador que contribuyó a la evolución artística del cómic.
Se exploran también sus visiones del Bilbao mitológico y su defensa de una Euskadi inclusiva en tiempos difíciles. Desde los años 90, surge Max Bilbao, su alter ego, quien se refugia en un mundo virtual para evadir su realidad. En sus obras, como Interiores Bilbaínos Amenazados y Muscle Circus, aborda temas como lo diabólico, el misterio y el enfrentamiento con uno mismo, culminando en el Teatro de la Memoria, donde busca transformarse en ángel..
Juan Carlos Eguillor, desde joven, destacó en el colegio Marianistas de Vitoria con sus dibujos y cuentos. A los 16 años, creó el fanzine Óscar y escribió una obra de teatro sobre vampiros. A partir de 1966, sus dibujos humorísticos fueron publicados en el diario Hierro, y en 1968 comenzó las aventuras de Mari Aguirre en El Correo Español. Durante los años 70, trabajó en varios periódicos y revistas, creando personajes como Mari Aguirre, Miss Martiartu y Txangurro Marx, destacándose por su estilo innovador y su ironía. También escribió guiones para televisión y diseñó portadas de discos y carteles, incluyendo uno para la primera Aste Nagusia de la Democracia.
En los 80, ilustró libros infantiles y colaboró con autores como Bernardo Atxaga y Carmen Martín Gaite, ganando el Premio Lazarillo de Ilustración en 1983. Siguió creando cómics y vídeos como Bilbao la muerte y Menina, la primera animación española hecha por ordenador. En los 90, trabajó para el periódico Bilbao y otras revistas, y terminó sus colaboraciones en El Correo con los cómics Agur, amante y El mar de lluvia. También participó en la Expo 92 investigando decorados sintéticos.
Después del 2000, colaboró con El País y desarrolló el personaje Max-Bilbao en Second Life. Expuso en diversas galerías y museos, y en 1986 el Museo Reina Sofía presentó su animación Menina. Además, escribió guiones para cine y televisión, y diseñó decorados y escenografías para teatro y programas de televisión.
https://cadenaser.com/euskadi/2025/03/19/descubren-una-molecula-con-forma-de-lauburu-en-una-investigacion-sobre-nanografenos-radio-bilbao/