El jarrón roto de Iñaki Perurena

Como todos los años por estas fechas, Koldo Viñuales, responsable de la Fundación Manuel de Irujo nos convocó al acto de entrega del premio Irujo a una personalidad navarra en la localidad natal del insigne luchador vasco, Lizarra (Estella). Y todos los años acudimos Erkoreka y yo, aunque en esta oportunidad Josu ha debido quedarse en Bilbao víctima de una fuerte gastroenteritis seguramente cogida en su viaje a Egipto como miembro de una Comisión Parlamentaria en visita a aquel país.

Llegué a la plaza de la Encarnación y allí estaba Viñuales de gran maestro de ceremonias con Arantza Amézaga y sus dos hijos Pello y Xabier, así como un nieto de D. Manuel. Me alegró verle y saludar a José Manuel Goikoetxea, que con veinte kilos menos y apoyándose en un bastón se recupera de un ictus que sufrió el mes de diciembre. José Ángel Aguirrebengoa, presidente del Napar Buru Batzar había ido a buscarle a su casa. Y también José Luís Etxegaray, así como José Antonio Urbiola y Yanci y gentes de Lizarra de la Junta y del ayuntamiento como Richard Gómez Segura contento de haber consolidado una posición en estas elecciones municipales en la difícil Lizarra. También Juan Mari Atutxa y su mujer y la sobrina de D. Manuel, Mariló Irujo y Jose Luis Mendoza. Y fue simpático saludar a los matrimonios que el pasado lunes había conocido paseando por Budapest.

Y allí estuvo Iñaki Perurena, destinatario del premio.

Y es que, según la Asociación Irujo Etxea, «en todas las facetas de su vida -deportista, escritor, actor, bertsolari y en la actualidad director de un museo etnográfico- ha manifestado claramente su incondicional apoyo al mundo del euskera y su amor sin fisuras a la tierra que habla euskera.

El galardón ha consistido en una medalla de oro con la efigie del político nacionalista estellés que ha recibido de manos del periodista Gaizka Aranguren,  una talla de madera de nogal que le ha entregado Koldo Viñuales, presidente de la fundación Irujo Etxea, con sede en la ciudad del Ega.

Este reconocimiento que se le otorga por su esfuerzo «por conservar y difundir nuestras señas de identidad, entre ellas el euskera. La constancia por levantar, como si de una piedra se tratase, una cultura que se estaba desmoronando», ha recalcado Viñuales.

A esto Perurena ha respondido: «Mi vida ha sido levantar piedras y ése ha sido mi premio. Este reconocimiento tendría que ser para mucha gente que trabaja a la sombra, sin que le conozcan, ni le aplaudan, gracias a la que se mantiene nuestra cultura y nuestro pueblo».

El «harrijasotzaile» de Leitza ha reconocido que se avanza en el proceso de recuperación del idioma vasco «aunque es una labor más difícil que levantar piedras».

«Yo sabía el peso que tenían, pero esa tarea no se sabe cuánto pesa. Se debe aplicar el sentido común. Hay cosas que se hacen y que están fuera de toda lógica. Por ejemplo, se ha rechazado que los libros de texto incluyan a Navarra dentro de Euskalherria y si miras en la hemeroteca ves que eso ha sido lo aceptado y lo normal y que ha existido siempre. No se entienden esas posturas», ha dicho.

Para Perurena «Europa entera debería proteger, ayudar y reconocer que esto es la única huella viva de aquella pieza preindoeuropea, desde el punto de vista cultural».

En euskera y castellano ha reflexionado sobre el origen de la lengua vasca y se ha mostrado «alucinado» con «la investigación del genetista Stephen Oppenheimer, quien dice que ha encontrado el mismo genoma de aquí en Gran Bretaña, por lo que puede que ambos pueblos desciendan de un tronco común».

Perurena se ha mostrado, a la luz también de otros estudios, a favor de sostener la teoría de que «el origen del euskera no hay que buscarlo fuera, como se ha hecho hasta ahora. Parece que desde que el homo sapiens inició las migraciones, y recorrió todo el planeta, encontró aquí un buen refugio».

El popular levantador de piedras ha lanzado el interrogante de «¿Qué es Euskalherria?» para a continuación responder: «Es como un jarrón que se ha dejado de fabricar y que está roto, pero existe y se puede coser o fabricar otro. Aquí tiene que haber una labor, de un lado, por tratar de recuperar ese puzzle y luego hacerle un buen embalaje, para que no se vuelva a romper».

«Lo importante es contar con el jarrón, ya que de lo contrario un embalaje muy fuerte, que se podría entender como la soberanía o la independencia, no nos vale para nada», ha aseverado.

El acto ha contado con la asistencia de la alcaldesa en funciones de Estella, Begoña Ganuza, de UPN, la diputada socialista y ex alcaldesa de la ciudad, María José Fernández, el presidente de Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca, Andrés Iñigo, además de concejales estelleses y algunos parlamentarios ferales, entre otros.

Iñaki Perurena suma su nombre a los de José María Jimeno Jurío, José María Satrústegui, Pedro Miguel Etxenike, Gregorio Monreal, Jean Haritschelhar, Idoya Estornés, Pablo Antoñana, Benito Lertxundi, Juan José Aguirre y familiares de Petra Azpíroz, maestra de la primera ikastola de Estella, antes de la Guerra Civil.

Éxito en la cena de Larrazabal

El jueves 2 por la noche, en el Batzoki de Larrazabal, recordamos el 118 aniversario de lo que luego se llamó «El Juramento de Larrazabal». En aquel año de 1893 Sabino Arana había editado cuatro trabajos sobre cuatro batallas (Munguia, Padura, Gordexola y Otxandiano) en un libro al que tituló “Bizkaia por su Independencia”. Aquello llamó la atención del Bilbao “bienpensante” y le pidieron que explicara lo que proponía. Sabino aceptó la invitación para una cena en el txakolí Larrazabal en Begoña (el franquismo lo derribó) y se fue con su hermano Koldobika a leer su propuesta que básicamente decía que en Bizkaia había ocho partidos y ninguno se preocupaba de los intereses de los bizkainos. Y de ahí surgió todo lo demás.

Para recordar este hecho «Betiko Lagunak», grupo movido por Txomin Saratxaga organizó en el Batzoki de Larrazabal ésta cena llamando a gentes de «todas las sensibilidades del nacionalismo» como dijo en su presentación. Recordó asimismo como durante este año habían fallecido Antón Ormaza, Lurdes Munitxa y Sabin Intxaurraga y dio la palabra a Juan José Pujana, quien fue el primer presidente del Parlamento vasco, que con entonación leyó aquel manifiesto de Sabino Arana. La idea era haberlo hecho entre unas veinte personas, pero para agilizar el acto se pensó en sola una, que en el caso de Pujana, lo hizo muy bien.

Tras la cena Txomin volvió a agradecer la presencia de todos los convocados leyendo las adhesiones de otros muchos y lamentando que el local no hubiera sido más grande, ya que las peticiones para estar presentes fueron muchas, y, habida cuenta que se encontraba presente Ramón Sota con dos de sus hijos y que su tatarabuelo había estado en aquella cena germinal, le preguntó sobre el nacionalismo vasco actual tanto a él como a sus hijos. Y para las diez y media y tras entonar todos el Euzko Abendaren Ereserkia, nos despedimos con el buen sabor de un encuentro entre abertzales.

El alcalde Azkuna no pudo acudir pero envió en su representación a Ibón Areso pero sí estuvo presente el Diputado General de Araba, Xabier Aguirre y el presidente del B.B.B. Andoni Ortuzar. Josu Erkoreka excusó su asistencia habida cuenta que había llegado de un viaje desde Egipto con trastornos de salud. La lista de los presentes fue ésta:

Su Majestad se cabrea

Es lugar común hablar de la bonhomía del Sr. Borbón y de su campechanía. Generalmente esta cercanía consiste en que te trata de tu, aunque tú a él solo le puedes llamar »Señor”. También que, gracias a la censura que hay alrededor de este personaje, la gente crea que todo el monte es orégano y por tanto, en todas las encuestas del CIS se diga que  la monarquía «es la institución más valorada». Pero la cosa tiene truco. Solo se puede hablar de él en clave positiva, nunca diciendo la verdad de los hechos. Aunque  poco a poco comienzan a decirse cosas porque  ahora resulta que el hombre es muy sensible a lo que dicen de él. Se recordará como en una comida con Esperanza Aguirre ésta salió en defensa de Jiménez Losantos y el rey casi la arma. Bueno, pues estos días a cuenta de su salud hemos visto nuevamente el talante de su Majestad. De él solo se puede hablar en clave de quemar  incienso, con  bombo y toque de platillos.

La airada respuesta  dada el lunes por el rey Juan Carlos sobre su salud, durante una recepción en La Zarzuela, se produjo precisamente en un día en que los asistentes al acto le encontraron con mejor aspecto. En los últimos tiempos con esa barba rala, parecía un clochard del Sena venido a más. Por eso personas que se encontraban presentes manifestaron que el del lunes “no era precisamente el día más indicado para preguntarle sobre su salud”.

Según esas fuentes, que además conocen y tratan al monarca desde hace tiempo, con las que  habló Monarquía Confidencial, don Juan Carlos no se esperaba que, al terminar la recepción a representantes de la patronal madrileña, los periodistas que cubrían el acto se dirigieran a él para interesarse por su salud, con una pregunta casi de cumplido: “¿Cómo se encuentra?”. Al escucharla, la respuesta inesperada del rey fue: “Fatal, fatal”. En ese primer momento todavía mantenía un resto de sonrisa.

La periodista replicó: “Pues yo le veo muy bien”, pero el monarca, sin escucharle y ya con evidente tono de enfado, añadió: “Como lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa todos los días en la prensa… Eso es lo que hacéis en la prensa”. Una expresión que sorprendió profundamente a los periodistas, lo mismo que a los empresarios presentes. Como se ve todo muy fino. Y todo muy chusco. Denota que las lecturas no son su fuerte.

Tras salir al exterior del palacio para la tradicional fotografía “de familia”, tomada en las escalinatas de acceso, y cuando el grupo se disolvía, en los jardines de palacio don Juan Carlos se acercó expresamente al reducido grupo de periodistas que cubrían el acto, que son los que habitualmente atienden la información de La Zarzuela (de Radio Nacional, agencia Efe, TVE, etc.), para intentar arreglar la torta que acababa de poner. Siempre hace igual. Primero la arma, luego echa esas risotadas un poco bobas y ya está. La gente a tragar.

En tono distendido, don Juan Carlos se acercó a los periodistas para decirles que no estaba disgustado con todos los medios, sino con quienes alientan especulaciones sobre su salud. “Hay muchos que sí lo hacen”. Añadió que sugieren que está “para morirse”. Ya en tono de broma y con una sonrisa borbónica, mientras se despedía, concluyó “Como no tienen bastante información…”.

Lo ocurrido provocó en los medios digitales titulares como “El rey está enfadado con los periodistas”, “El rey, molesto por las especulaciones sobre su salud”, “El rey, a los periodistas: Lo que os gusta es matarme”. Y otros medios hablaban de “patente enfado” del monarca.

Las imágenes de lo ocurrido fueron difundidas por la Agencia Atlas, y colgadas en numerosas páginas en Internet. Vea aquí esas imágenes:

http://www.youtube.com/watch?v=IRbdew-a7sg&feature=player_embedded