¿Monarquía republicana o bipartidismo Borbónico?. La mentira de Sánchez

Miércoles 5 de agosto de 2020

Le escuché al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez su rueda de prensa de la Moncloa. Si todo lo que dijo tiene la calidad de su contestación en relación a donde estaba D. Juan Carlos es que estamos ante un mentiroso compulsivo. Lo hizo muy mal. Podía haber dicho que no contestaba esa pregunta, pero replicar que no sabía nada de su paradero, era mentira. Y mentir en sede gubernamental en una democracia es muy grave. Y no se puede hacer una democracia sin demócratas.

Pero es lo que hay en relación a como se trata al ciudadano. Como a un menor de edad y además un menor sin luces para comprender una situación como la creada por un sinvergüenza como el rey emérito al que llaman ahora el MENA (Emérito no acompañado) y que deja una monarquía para irse a una República.

He conocido a muchísimos socialistas de larga trayectoria en Venezuela, en París, en San Juan de Luz y en Toulouse. Ninguno era monárquico. Todos eran militantemente republicanos. Esta condición constituía una de las enseñas socialistas mientras tildaban al pretendiente Juan Carlos de Borbón como Juan Carlos el Breve (estuvo en la jefatura del estado más que Franco) y Juan Carlos el Tonto. Pero a nadie en su sano juicio escuché la posibilidad de que se instaurase la Monarquía del Movimiento.

Por eso al principio los socialistas comenzaron a decir que eso no era monarquismo sino un “juancarlismo light”, pero con el tiempo se ha demostrado todo lo contrario. Es un monarquismo duro. Juancarlismo hubiera sido que este tránsito tras la abdicación hubiera acabado con Juan Carlos, pero no fue así. El PSOE ya hacía planes para una Monarquía con Felipe VI (Felipe V fue el rey que tanto odian los catalanes). Y las monarquías se basan en la continuidad de la especie y en que un hijo herede a su padre. Gana el espermatozoide más rápido.

Pero no siempre fue así.

Quizás Felipe González por no haber tenido una mayor relación con el exilio republicano y con el de su partido, no tenía interiorizado, como sí lo tenía su aversión al comunismo, que en 1931 a la Familia Real le habían puesto de patitas   en la calle y que Alfonso XIII no había sido precisamente un rey demócrata. Y quizás por eso y porque generacionalmente conectó con una persona “campechana” y demasiado normal como Juan Carlos, el caso es que practicó   desde el principio el accidentalismo a la hora de apostar por la Monarquía o por la República quizás pensando que era asunto menor y que si lograba convertir   al rey en un florero, le importaba poco que estuviera residiendo en La Zarzuela   y leyendo gangosamente discursos que nunca redactaría. Un rey león, pero no por su fiereza, sino por leer lo que le ponían delante. Lo malo es que, si no se le cambia el agua al florero, el agua se pudre, que es lo que ha ocurrido.

De todas maneras, González es el gran responsable de la vida regalada y sin control que ha llevado el rey: cacerías, amantes, negocios, imposibilidad de control democrático, dudosas compañías, desapariciones sin dar cuenta, yates, motos, coches, y un cerco informativo de tal eficacia que durante años y años y

gracias a estos muros, la institución más valorada en las encuestas ha sido la figura del Rey. Pero en cuanto se ha entreabierto la ventana y se ha colado una brizna de aire informativo, la aceptación ha bajado a la mitad y hoy es el día en el que, con el latrocinio de su yerno, su cacería en Botswana, Corinna y su huida, así como su abotargamiento, la Corona era ya más pasto de los programas de humor que de un tratamiento informativo serio. Y el gran responsable de todo esto no fue Suárez, a quien el rey despidió porque Suárez ejerció como presidente y se le enfrentó, ni Calvo Sotelo que tenía pavor al entorno del monarca, sino a un Felipe González dicharachero, contador de chistes verdes, fumador de puros, admirador del mal llamado sexo débil y que además le   permitió hacer absolutamente todo.

En 1975, como en el caso del referéndum de la OTAN, dijo lo siguiente: “En principio, soy republicano y en todo caso debería ser el pueblo el que decidiese”. De todas formas, ante el hecho consumado, creo que el primer acto político como rey debería ser la apertura de un proceso constituyente, con las libertades políticas y sindicales, así como la puesta en libertad de los presos de una manera inmediata”.

Y como ya se había producido en 1976 el pacto con Suárez en el que González admitía a la Monarquía del Movimiento, en la primera campaña electoral había que tener mucho cuidado con que los viejos y jóvenes socialistas no enarbolasen la bandera Republicana. Sin embargo y a pesar de esto se produjeron varios chispazos sobre este asunto.

Concurrió a un mitin en la plaza de toros de la capital. Le precedió Julio Feo, a la sazón responsable de campaña, en lo referente a la imagen central, para dar el visto bueno a todo. Quedó espantado al ver decorada la andanada del coso con una inmensa bandera republicana que tapaba por completo la mitad de su galería, y para mayor escarnio acompañada de un inmenso escudo tradicional del PSOE, con el yunque y el libro, que también servía de telón de fondo.

Requirió de inmediato al responsable, Federico Suárez, para que se cambiara el decorado, y el joven militante le invitó a que, si eso quería, fuera él quien retirara ambas enseñas, advirtiéndole que, como se atreviera a hacerlo, del primer   mamporro (la definición del golpe con el que se amenazaba fue evidentemente menos relamida) acabaría en el ruedo. Felipe González aceptó dar el mitin en   la forma ornamentada, pero su equipo de resonancia y seguimiento se cuidó muy mucho de que no se publicara una sola foto de tan comprometedor acto.

En este sentido fue muy importante el Congreso celebrado en el Hotel Meliá de Madrid de aquel PSOE que invitando a prestigiosas figuras internacionales quería con aquel acto indicar que el socialismo era el de Felipe González y no el de otros grupos. Y en dicho Congreso, con presencia de Willy Brandt, Olof Palme, Carlos Altamirano etc., se produjo otra de las escenas en las que González tuvo que tragar saliva, porque durante aquel congreso no todo fueron alegrías para él.

Para empezar, el día de la inauguración apareció en el pasillo central un joven alto, fuerte y guapo agitando solemnemente una bandera republicana de tamaño   descomunal. La fotografía -muy hermosa, por cierto- apareció en periódicos y revistas, y también en la televisión, pero aquel paseíllo republicano ante lo más granado del socialismo internacional y los cerrados aplausos que recibieron el abanderado y la bandera tricolor no le debieron de hacer mucha gracia a Felipe González, quien, a aquellas alturas, ya sabía el final de la película: una   democracia coronada. Aunque, para decirlo todo, el PSOE mantendría sus históricas posiciones republicanas incluso en la ponencia y en la comisión constitucional, aunque lo hiciera solo retóricamente. Mañana hablaremos de eso. Hoy solo quería comentar la mentira de Sánchez que enlaza con la postura desde 1976 de Felipe González.

Sobre la elección de la mesa

Martes 4 de agosto de 2020

La vorágine de la huida del Sr. Borbón hace que otras cosas queden en el tintero, aunque sea bueno comentarlas.

En la calle Barrainkua de Bilbao en su número 5 hubo un antiguo Lavadero. Es un edificio clásico muy bonito que ha sido refaccionado y puesto al servicio del consejo municipal. Ha quedado muy bien. En uno de sus pisos he visto que la Fundación Blas Otero tiene su asiento. He preguntado que hace y no me han sabido decir que. En el último está El Sitio. Comento esto porque el lunes fui acompañando a una persona con su hija que gestionaba su empadronamiento. Hoy en día cuando vas a estos edificios públicos tienes un ritual sanitario que  seguir que el ciudadano no conoce. Ni tiene por qué. Nadie nace sabiendo. Lo  normal es que quien lo conoce, que es el funcionario, indique lo que hay que hacer pero lo haga de forma educada y buenas maneras y no regañando. Se le paga entre otras cosas para eso. Ante lo vivido no sé cómo en un servicio público no se ponen funcionarios educados, con empatía, pacientes, profesionales, con ganas de agradar y no gentes o con problemas de hígado o con malas pulgas. Cualquier concejal debería disfrazarse de ciudadano cada cierto tiempo, hacer cola y comprobar como tratan al ciudadano de a pie unos mandarines que por estar detrás de un cristal se creen los dueños del puesto y el derecho a tratar inadecuadamente al ciudadano. A mi este abuso me repatea.  Debería haber un Defensor Municipal del ciudadano contra los modos inadecuados en las oficinas municipales.

Dicho ésto me refiero a lo ocurrido este lunes en el Parlamento cuando se dio apertura a la legislatura, la XII, al ser elegida la Mesa del Parlamento Vasco, el gobierno de la Cámara. De cinco asientos dos han sido para el PNV, y uno para Bildu, para el PSE y para E. Podemos.

Como es lógico los partidos que ostentan la mayoría en la Cámara desean tener la mayoría en la Mesa y han dado entrada a Podemos, algo que no ha agradado a Bildu. Los parlamentarios de Sortu reivindicaban tres para el PNV y dos para Bildu y su primera vicepresidencia. Los que luego hablaban de proporcionalidad y pluralidad todavía no se han dado cuenta que no han ganado las elecciones, que tan democrático es una votación como otra y que su bendito Frente de Izquierdas se ha quedado pulverizado a la primera de cambio. La realidad tiene estas cosas.

Además de acusar a Podemos de haberse vendido al parecer no querían una Mesa plural, sino una Mesa donde se visualizara que ellos son la segunda fuerza, algo legítimo pero alejado de la realidad. No han ganado las elecciones a pesar de esa borrachera política cuya resaca no terminan de superar. A ver si se dan cuenta que les están aplicando el mismo jarabe de mayorías que aplicaron ellos en la anterior legislatura contra el PNV y el PSE. Lo que es igual, no es trampa.

PNV y PSE han apostado por tener la mayoría de este órgano importante a la hora de confeccionar los órdenes del día de cada pleno. Lógico. Pero Bildu está muy molesta. Querían  dos  parlamentarios y la primera vicepresidencia. Su pluralidad era esta. Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo.

Primera conclusión. Mucho frente de izquierdas de boquilla y mucho cuento pero a la hora de la verdad si te he visto no me acuerdo. Tanto por parte de Bildu como de Podemos. El hombre y los rocines cada uno va por sus fines. Normal. Lo anormal es que nos vendieron  en campaña la otra milonga.

Si cada uno se hubiera votado a sí mismo el PNV tendría tres representantes en la Mesa y Bildu, dos. El PNV tendría mayoría. Pero el PNV ha sido quien ha diseñado una mesa plural dando entrada al PSE y a Podemos. Era lo lógico y lo que se ha producido. Lástima que no se destaca el gesto del PNV de dar entrada a Podemos a pesar de la sucia campaña que la Sra. Gorrotxategi y la Sra. Garrido han hecho contra Urkullu. Ellas y sus Comisarios y los paracaidistas que vinieron de Madrid lo querían desalojar de todo, como ahora quiere hacer con ellos Bildu. La Mesa es ahora más plural y  no gracias a Bildu.

Conclusión. Bildu tiene un discurso que no resiste la mínima prueba del algodón. El lunes  lo hemos visto.

Un comentario final. La Sra. Eba Blanco, secretaria general de EA, dentro de Bildu, ha sido elegida como una de las vicepresidentas como lo fue en la anterior legislatura. Un puesto en la Mesa dentro de Bildu. EA está teóricamente dentro de Bildu, aunque el balance sea muy triste. Cuatro años callada. Roma paga. Por eso digo y repito que EA en Bildu no existe ya. Se la comió Sortu con el invento de Bildu y ésta dádiva floreal. Un busto silente, sin marcar perfil cuatro años y no porque no pueda hacerlo. Se puede ser miembro de la Mesa e intervenir en plenos y comisiones, pero no recuerdo ninguna intervención estelar de esta Sra. Siendo nada menos que Secretaria general de EA. Es de lo que se quejan los afiliados de EA que han sido pasados por la piedra al tratar de elegir a Maiorga Ramírez.

EA con esta señora desaparece del mapa. Una pena. No sé lo que dirán los perdedores de la sentencia judicial contra la chapuza de la elección de la Sra. Blanco. Sería bueno tomaran la decisión de solicitarle que además de defender algunas de las impresentables posturas de Sortu defendiera el ideario de una EA que se extingue como una vela. En política es bueno encarar las cosas y llamarlas por su nombre. En tiempos de crisis como el que el país vive resulta menos comprometedor la evasión y la retórica a la definición y la claridad. Creo que la Sra. Blanco debería bajarse del coche oficial y darles algunas explicaciones a sus afiliados ante su nueva reelección. Pero me da que con esta operación Sortu logra que EA siga callada.

Ya lo decía Otegi en plena campaña: “Nuestro partido representa la chispa de la transformación frente al narcótico que encarna la opción de Urkullu”. Su partido es Sortu.

Pues eso.

Quiere tanto a España que se va de España.

Lunes 3 de agosto de 2020

No es un exilio. Es una huida hacia adelante. Exilio fue el de Alfonso XIII que se fue tras las elecciones del 14 de abril de 1931. El gobierno de la República le dijo que se fuera antes de que se pusiera el sol y él se fue tras una nota redactada por el Conde de Romanones donde decía que había perdido el amor de su pueblo.

Esta nota, redactada  palabra a palabra y medida cada una, en ningún momento dice aquello que con cara de susto  y velocidad dijo en un pasillo tras la caída en Bostwuana. ”Me he equivocado, lo siento mucho, no volverá a ocurrir”. Aquí ni pide perdón, ni dice que si se va al Caribe, ni tampoco si volverá a su vida disipada.

Curioso. Quieren tanto a España que se van de España.

¿Y la Reina Sofía?. Machismo puro.

Por cierto, ¿A dónde va?. ¿Por qué le hurta esa información al españolito medio?. No es lo mismo irse a Inglaterra, que a Roma donde nació, que a República Dominicana. No es lo mismo. ¿Y la seguridad?. ¿Y los gastos?.

Esto es un parche Felipista para poner un cortafuegos a la actual monarquía y que no se la lleve por delante, porque teóricamente el aforamiento de su padre puede ser levantado y juzgado éste por delito fiscal y otros anexos.

¿Huye de la justicia o huye de la tormenta?.

¿Internacionaliza su conflicto?. ¡Donde queda la ejemplaridad?.

Ahora nos vendrán los mayordomos reales  alabando su penosa conducta. Nos dirán que es un servicio más al país. Nos dirán que la transición no se entiende sin Juan Carlos. Nos dirán que nos queremos cargar la monarquía. Todo eso y mucho más nos dirán.

Solo sé que esto no acabará aquí y que una fotografía de Juan Carlos con  sus amigotes, un cuba libre en la mano y esa risotada borbónica va a ser la mecha que encienda de una vez la voladura total de La Zarzuela..

Y si no, al tiempo, aunque yo me cuidaría mucho en su caso de las comidas y bebidas. Hay precedentes.

Todo este sainete quedará en el lazo final de una transición donde nos dijeron que el rey había sido el motor del cambio.