Viernes 21 de febrero de 2020

Hay noticias que pasan desapercibidas. Y sin embargo tienen su importancia porque son no solo hechos previstos sino que corroboran lo que ya algunos estaban diciendo. Todo lo que toca Sortu, se pudre.
Le ha pasado a EA en Bildu. Se la comió. Por eso hay que decir que estamos no ante un movimiento de Bildu, sino de Sortu, el famoso partido comunista De las Tierras Vascas. El nombre se lo pusieron ellos. Y es un nombre que les hace justicia. Ya se sabe, para cualquier comunista que se precie, el fin justifica los medios, y ellos no podían tolerar que una legítima reivindicación no quedara bajo su manoseo y bajo su control.
La noticia es relevante y la trabajó A Diez Mon en Deia. Se veía venir. Un movimiento desde la base que aglutinaba a gentes de varias sensibilidades pero con un problema común eran capaces de unirse y demostrar que podían hacer visible una necesidad, una demanda y un interés. El de unas pensiones justas.
Y lo estuvieron haciendo cada lunes y su imagen quedó grabada en la retina de toda Euzkadi y de toda España hasta que Sortu metió su zarpa y, a través de ELA y LAB, convocaron una huelga general, el pasado 30 de enero para ir fundamentalmente contra el gobierno de Urkullu cuando el Gobierno Vasco no tiene competencias en pensiones. Su beligerancia, su odio, no era la hoja de ruta del movimiento de pensionistas y ante el abuso sindical, el entrometimiento espurio de las gentes de Sortu, ya han empezado a crear una grieta en un movimiento modélico.
La grieta entre los pensionistas vascos aumenta día a día y la Plataforma de Barakaldo anunció que no participará en las reuniones del colectivo por el «control agobiante» que está haciendo EH Bildu de ellas. Siguiendo los pasos de otras asociaciones, la última que se descabalgó fue la de Santurtzi la semana pasada, los jubilados barakaldarras se mostraron muy críticos con la instrumentalización del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia (MPB) por parte de la izquierda abertzale.
«Se ha instalado un pensamiento único que responde a intereses partidistas. Es lo que ocurrió con la huelga del 30 de enero, en vísperas de la convocatoria de elecciones al Parlamento Vasco», afirmó el colectivo de pensionistas de Barakaldo en un comunicado.
La huelga del mes pasado ha sido precisamente el detonante del cisma, que ya había registrado las primeras bajas a finales del año pasado y que ha perdido en una semana dos de sus organizaciones más numerosas. La Plataforma de Jubilados y Pensionistas de Santurtzi anunció el lunes de la semana pasada que no volverá a acudir a las reuniones del Movimiento hasta que el grupo que ha tomado el control «rectifique» y se recupere «la unidad, la pluralidad» y la «autonomía» de las plataformas locales. Según denunciaron, las últimas votaciones «no reflejan la realidad del movimiento».
Por ello, tras pedir que nadie se atribuya «la representación de las y los pensionistas de Santurtzi, la plataforma de esta localidad de Ezkerraldea acordó no volver a acudir a las reuniones que se celebran en el edificio de la Bolsa en la capital vizcaina y centrarse en participar en las movilizaciones de su zona y «en cualquier otra que respete la pluralidad» y «decida todo por consenso».
«También acudiremos a las manifestaciones de Bilbao si están respaldas por las asociaciones que integran el movimiento de pensionistas y no aparecen símbolos radicales ni partidistas», subrayaron.
En la misma línea, la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo anunció que pese a ser parte del MPB «desde que se formó» dejará de participar en sus convocatorias hasta «que vuelva a funcionar como en sus orígenes», es decir buscando el máximo consenso.
En su opinión, la huelga del mes pasado y la necesidad de que fuera convocada por sindicatos «abrió la puerta a la entrada de siglas en el movimiento» y ha supuesto una ruptura definitiva de la unidad, explicaron desde el colectivo en declaraciones a DEIA.
«No se respeta la autonomía de las asociaciones y de las plataformas de los pueblos. Todas las comisiones de trabajo están supervisadas por la misma asociación -Pentsionistak Martxan, ligada a EH Bildu- y se imponen decisiones con mayorías que carecen de representatividad y legitimidad», afirmaron.
En este sentido, recordaron que la mayor asociación vasca de jubilados, Nagusia, ya decidió hace unos meses dejar de acudir a las concentraciones que se celebran cada lunes en Bilbao y que, desde entonces, la afluencia de pensionistas a esa movilización se ha reducido a la mitad. La huelga y el momento escogido para celebrarla ha terminado detonando la escasa unidad que quedaba después de que empezaran a resquebrajarse el movimiento.
Con todo, la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo mostró su disposición a acudir a manifestaciones con otras asociaciones «siempre que sean unitarias, se respete la pluralidad y no haya ninguna intromisión sindical ni partidista».

