Miércoles 16 de enero de 2019
Gran Bretaña nunca debió de haber entrado en la Unión Europea
En 1961, el primer ministro británico Mac Millan, solicitó el ingreso de su país en aquel Mercado Común Europeo. Dos años después, el general De Gaulle puso el veto y Gran Bretaña no entró. Lo volvió a pedir el primer ministro Harold Wilson y, como ya no estaba De Gaulle en la presidencia francesa, Gran Bretaña terminó entrando en 1973. Grandísimo error comunitario.
A los ingleses solo les ha interesado de Europa su mercado y una Europa a la carta mientras su matrimonio, el de verdad, era con los Estados Unidos. Consecuencia de ello ha sido el freno de mano que ha puesto a todo crecimiento y mejora de la Unión en base a la cesión de soberanía. Y Europa está como está, fundamentalmente por ellos, y no siendo nada frente a China y Estados Unidos, que si están de verdad unidos.
De hecho, Gran Bretaña, no están ni en la eurozona, ni en el euro. Creen que Europa es Singapur y actúan como si perviviera todavía el imperio británico. No pisan la realidad de un mundo globalizado. Ellos, a cuenta del canal, son distintos, distantes y europeos lo justo mientras Escocia no aguanta y el problema de Irlanda del Norte se puede volver a desmadejar por culpa de unos listos que cometieron la frivolidad de convocar un referéndum sin plan B, con una diputada europeísta asesinada en atentado en aquella consulta y con unos líderes antieuropeos que no hicieron más que mentir.
No sé como hay gente que todavía consideran a los ingleses unos genios de la política. Tienen una buena democracia pero en política internacional, tras la guerra mundial, siguen luciéndose y todavía no se han dado cuenta que dejaron de ser aquella potencia de los mares. Lo de ellos es la famosa frase de aquel Lord que decía que Inglaterra no tiene ni amigos ni enemigos, solo intereses permanentes. Pues esos intereses, a cuenta de los Farages, Boris Johnson y demás gentuza están más en peligro que nunca.
Lo único inquietante para los vascos es el destino de las personas que estudian o trabajan en Gran Bretaña así como mantener la relación comercial si ésta pueda verse afectada, no en vano Inglaterra para Euzkadi es el cuarto socio comercial. Ante ello, el gobierno vasco con reflejos, ha creado una oficina para seguir este asunto. Ojalá acierten y sorteen las dificultades creadas por unos cretinos. ¿Qué ha sido de Cameron?.
Del resto no me importa absolutamente nada y solo deseo que se frían en su propio aceite los que ven a los europeos por encima del hombro, no a los antibrexit que todavía tienen la cabeza sobre sus hombros y estoy seguro irá in crescendo esa voluntad de volver a la Unión ante este mundo agresivo y globalizado. Y habrá que ayudarles a todos aquellos ingleses que todavía pisan tierra y no creen las mentiras de esos fanáticos que van a ocasionar un mal sin precedentes a la idea europea y a su propio país. Estar en manos de fanáticos mentirosos es lo peor que le puede pasar a una sociedad.
Reconozco también que cuanto más leo de la posición inglesa tras la guerra civil con su asqueroso Comité de No Intervención, para protegerse ellos de una manera harto cuestionable, dejando bajo la bota fascista a la República, y la decisión de Churchill de apoyar a Franco frente a los aliados en 1945 y del maltrato que dieron a los jelkides que trabajaron para los aliados en los servicios de información y para ellos durante la guerra mundial ,crece mi distanciamiento hacia un país que los vascos hemos admirado en su arquitectura, en su vestimenta, en su fútbol y en sus costumbres. Y recuerdo el trato del embajador inglés y del cónsul Derek Doyle no queriendo hacer absolutamente por reconocer aquellos grandes servicios prestados, es de juzgado de guardia. Ellos solo van a lo suyo. Y lo de los demás se la trae al pairo.
Hizo bien De Gaulle en vetarles. Hizo mal la Unión en 1973 en aceptarles. Y no sería bueno el pensar que un nuevo acuerdo para que vuelvan a estar dentro sería lo mejor, ya que entrarían con más condiciones, más frenos de mano y más políticas antiinmigratorias. Que vuelvan, sí, pero como los demás.
Europa tiene que ser fuerte, unida y sobre todo, humana y cercana y con estos ingleses pro brexit no se llega ni a la esquina. Lo único que deseo es que ésto precipite la independencia de Escocia y la solución irlandesa.
Que con su pan se lo coman, señores pro brexit.
Adelante sin olvidar lo que somos (2)
Sigo publicando por partes el artículo de Joxemari Olarra Agiriano (Militante izquierda abertzale) en Gara. En él reflexiona lo que tienen que hacer.
“Y es que entrar en un nuevo tiempo político y desarrollar unas nuevas formas de acción y lucha no pueden conllevar, bajo ningún concepto, la devaluación de nuestra cultura política tradicional ni la renuncia a nuestro pasado; y mucho menos que las inercias del sistema nos acaben llevando a su terreno de dócil asimilación. Tampoco el acomplejamiento.
Para empezar, venimos de donde venimos y traemos el bagaje de un recorrido histórico del que debemos sentirnos profundamente orgullosos. Con nuestras luces y nuestras sombras, aciertos y errores, algunos incluso dramáticos que ojalá no hubieran ocurrido. Pero todo ello hemos sido y somos, y jamás podremos echar la mirada atrás con vergüenza. Jamás.
Sin embargo, estamos viendo que siempre se nos pide más, en la exigencia de que abjuremos de nuestro pasado para sobre esa renuncia construir un relato mentiroso de vencedores y vencidos, y certificar que fue un error no haber abrazado, como ellos, el régimen del 78, emanado de las esencias póstumas del franquismo”.
Inquietante reflexión de Olano. Eso de abjurar de un pasado de muerte, chantaje, robo, no le va. Y quiere que se le admita en normalidad con semejante criterio propio de un salvaje.
