A Bildu no le gusta San Mamés

Se han escandalizado algunos escandalizables porque el PNV haya trabajado denodadamente para que la coalición Bildu se presente a las elecciones. Y lo hemos hecho por cuatro razones: por demócratas, porque es justo, porque es básico para la normalización del país y también, y por qué no decirlo, para tratar de saber que hay detrás de esos gritos de «¡¡Gora Euskal Herria!!», «Presoak Kalera», y el puño en alto. Hasta ahora vivir en el NO les era rentable. Ahora tienen que hacer posible lo que es necesario para una sociedad, y, por lo tanto, hacer propuestas.

Es verdad que la campaña a Bildu se la está haciendo el PP y las Asociaciones de extrema derecha de las Víctimas del Terrorismo junto al trabajo extra de Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, pero a nadie se le oculta que tendrán un buen resultado tras una larga travesía del desierto. La gente les va a premiar la apuesta democrática que han hecho.

También es cierto que el nombre de Bildu, fácil y corto, tuvo una amplia rampa de lanzamiento con la sentencia del Tribunal Constitucional y eso en marketing es tan valioso que no hay presupuesto que lo pueda pagar.

Pero dicho esto y sin que la gente tenga ni idea quienes son los candidatos de Bildu para el Ayuntamiento de Bilbao, leo en un folleto que reparten en la calle, lo siguiente: «Consideramos inaceptable seguir financiando a San Mamés Berria con dinero público. El objetivo de obtener un capital de 218 millones, de los cuales más de la mitad serían públicos (110 entre Diputación y Gobierno de Gasteiz, más 11 del ayuntamiento de Bilbao) no lo consideramos prioritario, especialmente en estos momentos de crisis, en relación con otras necesidades sociales que verían reducidas su financiación».

Es la clásica postura demagógica que desconoce que la inversión en San Mamés genera riqueza, proyecta imagen de Bilbao, hace crecer la autoestima de una ciudad y eso es socialmente rentable. Por otra parte ninguna administración en el estado español tiene los servicios sociales que tiene el Ayuntamiento de Bilbao y si se siguiera esa ramplona apuesta por la ciudad, no habría ni Guggenheim, ni la Alhóndiga, ni nada. La apuesta social no es incompatible con San Mamés.

Me gustaría saber que opinan los de Herri Norte de este parrafito así como de los buenos aficionados al fútbol y a los devotos de la Catedral.

Tras esto, si les votan, es que son verdaderamente masoquistas, o, mucho peor en un Bilbao: no les importa el Athletic. Y eso en Bilbao, tiene mala venta y peor compra.

Una chavala y un equipo potente para el Municipio de Elorrio‏

He estado el domingo en el mitin que el PNV ha organizado en Elorrio en la Herriko Plaza bajo la sombra de la Andra Mari. Lo de sombra es un decir pues el sol ha hecho mutis por el foro, y nos ha llovido durante el acto político de presentación de la candidatura elorriana. Creo es la primera vez que se hace un acto así en la calle.

Hacía bastante tiempo que no iba a Elorrio y solo en el viaje de ida y vuelta he visto el cambio copernicano que los años de democracia han hecho en Durangoaldea. Y como además el día estaba encapotado, fresco y lluvioso, la mágica belleza del trayecto se veía multiplicada.

Nada más llegar a la plaza le he saludado al ex diputado en Madrid Iñigo Aguirre Kerejeta, todo un clásico en los mítines del partido. Nada le importaría decir ahora cuatro cosas con gracia ante un micrófono. Andaba con su cámara en ristre sacando fotografías. Desde que se ha jubilado trabaja en recuperar la historia de monumentos de un Elorrio señorial. Nos decía que menos mal que la gente no conoce mucho a su pueblo, porque de lo contrario se les llenaría de turistas. Le he comentado las fotografías que en esta semana en Fotos Glosadas hemos editado de la rebotica de la tienda de Zubiri la noche electoral de junio de 1977.

El mitin ha empezado con la intervención de la candidata a alcaldesa Ana Otadui, quien es asimismo parlamentaria en Gasteiz. Una chica guapa, con garbo, buen decir, natural, ganas de trabajar por el pueblo y pasta política. Con gracia le ha dicho a José Luis Bilbao que a partir del mes que viene le tiene en la Diputación pidiéndole cosas para Elorrio. Y a Ortuzar también le ha mandado su recadito. Me ha gustado el ímpetu de esta chavala despierta que se come al mundo. Es la evidencia de un PNV que en treinta años ha cambiado de piel. Ya las mujeres no están atrás aplaudiendo. Lideran y lo hacen muy bien.

Ana Otadui se las ha de ver con Niko Moreno, el actual alcalde de ANV que ha multiplicado por tres el paro en el municipio pero que ha contado con la colaboración institucional del PNV apoyando aquellas iniciativas buenas para el pueblo como el Plan General. Ahora toca desarrollarlo. Este Niko Moreno es aquel alcalde que se negó a que en Elorrio el Lehendakari Aguirre tuviera una calle con su nombre. A esta gente le escuece la historia institucional del país. Ni que decir tiene que Aguirre y el alcalde de Elorrio Félix Ariño, fueron claves en aquella comisión de alcaldes en la República para lograr el primer estatuto de la historia.

Tras Ana Otadui Biteri ha intervenido José Luis Bilbao que ha tenido un discurso riguroso de realizaciones y planes, de proyectos y de logros. Su consigna es prometer solo lo que se puede cumplir y el ir al grano, a lo nuestro, dejándose de cuba libres ideológicos. Y ha cerrado Ortuzar explicando los tres ejes políticos en los que se asienta el país. Uno el del frente PPPSOE, inamovible y con un Lehendakari sometido a Basagoiti. Otro el de Bildu, tres en uno con un socio mayoritario con mando en plaza y siendo de momento una incógnita. Una incógnita bienvenida al club de la democracia y por cuya asistencia tanto ha trabajado el partido. Y un tercero, el del PNC con una recomendación: ni una chulería. Acaban de hacer lo que hizo el PNV hace 34 años. Y tras el mitin y el cierre con el Gora ta Gora, al batzoki ya que el tiempo estaba kili kolo. El batzoki ha sido remodelado en su barra de bar que ha quedado muy bien.

Había buen ambiente en aquel espacio lleno como una caldera. Una alcaldesa me comentaba que los alcaldes de Durangoaldea han trabajado al unísono y como una piña. Antes, me decía, cada uno solo se preocupaba solo de lo suyo. En esta legislatura a través de mensajes del móvil estaban todos al día de lo que pasaba en cada municipio y si hacía falta algo del contiguo allí estaban todos. Es decir, trabajo en red y en equipo. Y eso es una fuerza terrible.

He saludado al bueno de José Kortabarria a quien he presentado a Erkoreka. «Mira aquí tienes a un veterano de Elorrio que fue candidato a ser diputado a Madrid» le he dicho. Y José se ha rascado la cabeza y nos ha contado que eso era verdad pero que le habían puesto en el cuarto lugar e iba a salir elegido y le pidió audiencia a Ajuriaguerra pidiéndole le retrasaran en la lista. «Lo haremos -le dijo- pero es el único caso en la historia» nos ha recordado.

Y he vuelto a Bilbao por esas arboledas sabiendo que en Elorrio el EAJ-PNV presenta una magnífica candidatura que tiene que ganar si los habitantes de Elorrio quieren de verdad que su estupendo municipio de el salto que le hace falta. Porque, además de todo, y sin duda es la mejor.

El Partido Municipalista Vasco

Las primeras elecciones democráticas tras la larguísima dictadura tuvieron lugar el 3 de abril de 1979. Un mes antes se habían celebrado elecciones a Cortes Generales. La política estaba pues al pil-pil y aquel año 79 fue crucial. Unas diputaciones provinciales en Bizkaia y Gipuzkoa sin Concierto Económico, el euskera bajo mínimos, una infraestructura caótica y achatarrada, la economía al garete, HB diciendo que participar era poco menos que traicionar a la Patria, ETA matando un día sí y otro también, Adolfo Suárez cada vez más debilitado, la UCD convertida en una jaula de grillos, Felipe González sacando las uñas y el país sin rumbo. Ese era el ambiente general. De ahí que ante semejante marasmo elegimos como lema de campaña uno que conectaba con la tradición histórica municipal de un poder muy pegado al pueblo, al ciudadano: el Partido Municipalista Vasco.

Bien es verdad que apenas teníamos experiencia en nada, pero había tantas ganas de limpiar por dentro los ayuntamientos y la gente tenía tanta ilusión, que esa gasolina lo suplía todo. Nuestros candidatos en las capitales fueron Castañares por Bilbao, Cuerda por Gasteiz, Alkain por Donosti y Ciriza por Iruña. Territorialmente presentábamos a Macua por Bizkaia, Gevara por Araba, Aizarna por Gipuzkoa y Kuntxillos por Navarra. E hicimos una campaña municipalista a tope con la demanda del Concierto Económico que ni la UCD, ni el PSE reivindicaban.

Nuestro candidato en Bilbao, Jon Castañares era un perfecto desconocido. Tenía 54 años, trabajaba en un banco, colaboraba con la campaña “Bai Euskerari” y le gustaba la lectura. El candidato socialista José Luís Ibañez era el candidato ganador. Se había enfrentado a la alcaldesa Pilar Careaga (“Pili Bigotes”), y su lema era Ibañez de Bilbao. Pero les ganamos. Aplicamos la campaña de Luis Herrera Campins en Venezuela y nos sacamos lo del «hombre capaz», «por aquí pasó un amigo de Castañares», «Castañares arregla esto». Pusimos mucha ilusión. De no haber ganado aquella vez, seguramente ni Robles, ni Gorordo, ni Ortuondo, ni Duñabeitia hubieran sido alcaldes. Pero es que tras de aquella candidatura había una sigla de 85 años.

Por esta razón, el EBB convocó el 25 de marzo en la casa de Juntas de Gernika, un acto con dos mil candidatos para sentar las bases de una actuación. Treinta y dos años después podemos decir que ésta ha sido nuestra biblia y la razón del por qué el PNV es el eje del país. Solemnemente nos comprometimos a lo siguiente:

«Hace 85 años, un vasco que sentía profundamente a su pueblo, supo dar expresión política definitiva a la permanente aspiración de autogobierno que los vascos venían manifestando secularmente. Cuando Sabino Arana gritó, que Euzkadi era la patria de los vascos, y creó el PNV para impulsar un proyecto político acorde con tal declaración, sentó las bases de la historia futura de nuestro pueblo.

85 años después, los candidatos del PNV a los Ayuntamientos y órganos forales de Euzkadi, base organizativa del País que el PNV ha considerado siempre fundamental, se reúnen a la sombra del Árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas, para proclamar públicamente su fidelidad a los principios que dieron sentido a la creación del PNV, y expresar las metas fundamentales que inspirarán su actuación futura al servicio del País.

“Euzkadi atraviesa un momento crítico de su historia. Mientras se revela una conciencia nacional progresiva que ha sabido superar uno de los períodos más trágicos de nuestro pasado, la falta de un poder político propio mantiene inerme a la nación vasca para proteger su propia identidad e impide que el pueblo vasco defienda sus intereses específicos en todos los órdenes de la vida. Las características del mundo moderno, los aspectos sofisticados que reviste hoy la agresión cultural y lingüística que padece Euzkadi, la complejidad de los fenómenos económicos, el delicado clima social y tantos otros aspectos críticos del mundo actual, hace que hoy resulte más apremiante que nunca la consecución de los instrumentos mínimos de autogobierno, que sirvan para preservar nuestra personalidad e intereses nacionales. No podemos retrasar por tiempo el logro de tales instrumentos».

«Y por ello, tenemos que ser enormemente responsables, desarrollando una actuación política firme, pero a la vez realista y honrada, ya que no podemos jugar con la suerte de nuestro pueblo, embarcándole en la aventura de objetivos utópicos, o en el cara y cruz de planteamientos carentes de la más elemental prudencia política. Quienes heredamos y continuamos la lucha ya secular por la libertad de nuestro pueblo, no podemos aceptar el riesgo de que Euzkadi se convierta en tierra quemada, y mucho menos que nadie quiera aprovechar la energía de nuestras reivindicaciones nacionales al servicio de determinadas experiencias revolucionarias. De la misma forma que opondremos toda la fuerza de la razón y de nuestro poder institucional, y de convocatoria popular, a quienes se opongan a las justas exigencias de autogobierno de Euzkadi, que hoy se concretan en un instrumento que nos comprometemos a defender incondicionalmente: el Estatuto de Autonomía presentado por la Asamblea de Parlamentarios Vascos.

“Si en el orden político proclamamos la urgencia de lograr un Estatuto de Autonomía que no rebaje las cotas de autogobierno contenidas en el proyecto presentado en Madrid, que­remos señalar aquí con toda la energía necesaria, que existe hoy un grave problema de fondo que condicionará nuestro futuro, cualquiera que sea el proceso político que viva el país, y que por ello debe concentrar la atención preferente de todos los hombres y mujeres de Euzkadi: nos referimos al gravísimo problema económico del momento presente. A nadie se oculta ya que en Euzkadi, a las causas genéricas de la crisis económica de nuestro entorno, se suman los problemas específicos de nuestro país. Y entre estos problemas es preciso señalar la radicalización política progresiva, la intolerancia ideológica, la violencia, la quiebra frecuente de las responsabilidades personales en un mundo estrictamente reivindicativo, y la desaparición consiguiente del espíritu emprendedor del hombre vasco, que hizo de nuestro país un pueblo adelantado de la industria y la economía en general de la razón y el respeto a los demás, en la tolerancia ideológica y, en definitiva, en el auténtico sentido de la democracia.

“Como futuros representantes de las organizaciones básicas de la comunidad vasca, lucharemos por devolver a nuestro pueblo sus principios tradicionales que parten del respeto a la dignidad de la persona y el rechazo inequívoco de cuanto suponga violencia de cualquier signo, y anunciamos nuestra decidida voluntad de luchar día a día por una sociedad más justa y más libre, de la que se erradique progresivamente todo germen de violencia moral o material.

“Para conseguir todo lo anterior, nuestra labor no va a consistir en una gestión hecha sólo de meras declaraciones políticas, y menos de confrontaciones ideológicas estériles. Queremos llevar a los Ayuntamientos. Diputaciones, Parlamento Foral y Juntas Generales, cuatro ingredientes fundamentales: integridad, imaginación, eficacia y trabajo sin límites.

«Desde la responsabilidad de nuestros futuros cargos, reafirmaremos nuestras voluntad inequívoca de restablecer las bases de una economía pujante, al servicio de todos los hombres de este País, y en solidaridad con los restantes pueblos.

Constatamos con amargura que, entre todas las secuelas dolorosas que ha dejado en nuestro pueblo, la frustración y el sufrimiento de la dictadura, ninguna es tan grave como la que afecta al propio ser de muchos hombres y mujeres vascos: la crisis de su tradicional forma de convivencia en este pueblo que sólo pueden basarse en el imperio de la ley y el sentido de la igualdad y la dignidad entre los hombres,  ingredientes fundamentales: integridad a toda prueba, imaginación, eficacia y trabajo sin límites».

«Y la actuación de nuestros representantes en la vida local responderá a dos principios esenciales: comunicación permanente con sus representados a través de cauces amplios de participación, que sirvan para cantar el criterio y la voluntad del pueblo. Y transparencia de actuación, e información constante de forma que la democracia  en nuestros ámbitos más inmediatos no consistan en una mera elección cada cuatro años sino en una participación constante.

“Ayuntamientos y órganos forales, bases organizativas naturales e históricas de la sociedad vasca, han encontrado en el PNV siempre su  más encendido defensor. Nuestros representantes  serán fieles a esta tradición municipalista y foral como lo fueron aquellos ilustres alcaldes y diputados nacionalistas que hace algo más de 40 años supieron impulsar la libertad de nuestro pueblo, y a los que rendimos homenaje en dos de sus figuras ilustres: José Antonio de Aguirre y Lekube, alcalde de Guecho y primer Presidente de Euzkadi, cuyo aniversario celebramos esta semana, y José Labauria, último alcalde democrático de la villa de Gernika, que invocando valientemente su doble condición de vasco y hombre de principios, explicó al mundo la verdad de la destrucción de Gernika.

Ante todo nuestro pueblo, simbolizado en el roble milenario de esta Casa de Juntas, prometemos ser fieles a estos compromisos en el ejercicio de nuestras funciones públicas».

Estos principios han sigo los ganadores en estos 32 años. Con una ligera actualización, siguen siendo los mismos. Por eso volveremos a ganar.