Viernes 9 de marzo de 2018
Este viernes he escuchado en Radio Euskadi la tertulia de tres periodistas, Iñaki González, Aitor Guenaga e Iñaki Soto, que me ha impresionado. Dani Álvarez ha puesto sobre la mesa la muerte del preso de ETA Xabier Rey en la prisión de Cádiz a mil kilómetros de su casa. El ex miembro de ETA se ha suicidado y toda muerte es lamentable y más en semejantes circunstancias, lejos de su familia, en la cárcel y con la depresión suficiente para quitarse una vida joven. Me parece terrible y hemos de seguir trabajando para que el acercamiento sea uno de los logros de este año. Se penaliza a las familias, y se añade a la condena la tortura de un castigo añadido cuando la propia Constitución española habla de la necesaria reinserción. El colectivo de presos ha denunciado el régimen cerrado en el que malvivía, aislado y con medidas de excepción. Critican que se trata de una política inhumana y basada en el odio. Así parece.
Pero una cosa es ésta y otra distinta la virulencia en la defensa de un preso ”al que se le ha dejado morir como una rata” resumen cargado de virulencia del director de Gara, Iñaki Soto. Su vehemencia, la defensa de “sus presos”, el recordar que guardias civiles y policías no han sufrido las mismas penas por las denuncias de tortura, hacía de su unilateral intervención algo muy demostrativo de que sigue sin asumirse por la Izquierda Abertzale y mucho menos por este seño, algo tan obvio y civilizado que matar estuvo mal. No se puede con tono perdonavidas, cada viernes, darnos una lección gratuita de su parcial visión de la democracia, demostrando con cada palabra que el discurso ético no está en sus prioridades. Siempre lo contrapone a algo cogido por los pelos.
A Iñaki Soto le molesta que el nacionalismo democrático institucional, según él, alardee de “superioridad moral”, que al parecer es lo que le saca de quicio. Y yo alardeo de superioridad moral ante los Soto de Sortu, porque es evidente. El EAJ-PNV tiene ese marchamo por la sencilla razón que a Soto solo le duelen “sus” muertos y a nosotros” todos” los muertos. Esa es la gran diferencia que Soto no asume y ante la acusación se vuelve agresivo y faltón. Siempre hemos estado en contra de toda violencia. Del Gal, de las torturas policiales, de ETA, de la policía y sus abusos, de los muertos en la carretera, de todo tipo de violencia porque tenemos un principio básico que Soto no tiene: creemos que la vida humana es sagrada e intocable y al parecer, para él, este criterio solo afecta a los suyos. Y por tanto se indigna tan solo con lo que le ocurre a los miembros de ETA y sus relacionados. Los demás no cuentan y si contaran, lo diría.
Le escuché pues este viernes su tono airado, incluso amenazante y me ratifico en la sensación de los pasos atrás que está dando la Izquierda Abertzale al que la palabra “muerte injusta” le produce urticaria. Soto en su rabia le ha espetado a Iñaki González, director de Deia, que no hubiera sacado la noticia del fallecido en portada que él si saca. Pero lo grave es que solo publica noticias sobre un solo tipo de muertos, muy selectivamente. Si los derechos humanos son universales, para Soto no lo son. Los de Venezuela y aquellos 130 muertos recientes, los de Cuba, los de todas las dictaduras totalitarias, esos no son dignos ni de media línea en su periódico que, por cierto, es un panfleto indigesto, hiper ideologizado hasta la náusea, y que además publica todos los comunicados de ETA, como su clara correa de transmisión. Pero eso a Soto le importa un comino. Le preocupa que Deia no los ponga en portada.
Reconozco que ha sido muy desagradable escucharle en ese tono desafiante porque no entiendo como en la radio pública de una sociedad con valores solo se defiendan los derechos de unos y no los de todos. Y además se haga con ese tono altanero, faltón, digno de un régimen como el bolivariano al que Soto y los suyos defienden.
Decía Irujo que todas las libertades eran solidarias y para nosotros lo son. Rey no debía de haberse suicidado y menos en semejantes circunstancias, pero hay que recordar que no fue detenido y juzgado por organizar excursiones a Lourdes, sino por un delito muy grave, pero que, una vez condenado, era persona con deberes y con derechos que al parecer han sido conculcados. Y no tengo el menor inconveniente en criticarlo.
Pero a éste salto atrás de la Izquierda tan poco Abertzale se le une a la farsa de estar presentes en el homenaje a Isaias Carrasco en Arrasate el pasado sábado, pero negarse a suscribir un acuerdo de todos por aparecer la ,al parecer, nefanda palabra “injusto”, (ocurrió lo mismo en Zarautz), la mudez de Sortu en condenar las pintadas en los batzokis y el negarse a acudir este sábado en Bilbao al acto de la Memoria con víctimas de ETA, Gal, Batallón Vasco español y violencia policial por la peregrina y sospechosa argumentación de que todo lo ocurrido fue injusto, cuando este pasado jueves, toda la plana mayor de Sortu en Iruña, toda, despidieron a Xabi Rey, preso de ETA. No cuidan ni las formas.
Por cierto, ETA asesinó a sesenta mujeres, dato al perecer intrascendente para este mundo de falsa progresía.
¿Y luego quieren que la gente les crea algo?. Yo no.