Preguntas nuevas

Esta crisis ha cambiado todo y a todos. En adelante puede que hasta los pájaros disparen a las escopetas

ES cuando menos desconcertante contemplar, aunque sea por televisión, una manifestación de protesta kaleborroka en el barrio superyupiguay de Salamanca en Madrid. Veíamos más normales, yo al menos, las marchas obreras y manifas reivindicativas político-sociales; pero esos enfundados en rojigualdas con brazos alzados cara al sol recuerdan otras manifestaciones donde la policía tampoco se empleaba muy a fondo. Quizá tenían fichas programadas para todo y ahora andan desorientados porque les han cambiado el tablero. Tal vez de ahora en adelante formarán parte de los nuevos rituales sociales cambiados y veamos a los obreros mirando desde los balcones cómo manifiestan sus quejas los dueños de empresas y grandes patrimonios arropados por pijos y niños de papá-bien junto con abanderados de rancia estirpe fascista tardofranquista. Por una vez, y sin que sirva de precedente, estaré de acuerdo con una ministra, Yolanda Díaz, en que esa crisis sanitaria lo ha cambiado todo y a todos. En adelante puede que hasta los pájaros comiencen a disparar a las escopetas. De hecho, ya circula entre nosotros un anexo al diccionario con términos incorporados que podríamos denominar nuevo dialecto vírico-populardel covid-19 o la covid-19, según: PCR, coronavirus, epidemia, pandemia, virólogo, test serológico, confinamiento, fases de desconfinamiento, test rápido, respirador, desescalada, brote, rebrote otoñal, inmunizados, teletrabajo, crisis, mascarilla sanitaria, FFP2, FFP3, gel hidroalcohólico, cuarentena, EPIs, ERTE, estado de alarma, distanciamiento social, asintomático, curva, infectados, policía de balcón, curados, MERS, SARS€, y bastantes más, todos bien revueltos. Ya existían, pero ahora reviven con significado propio y específico. Incluso escuché a un recuperado hablar del vivirus, refiriéndose a cómo vivir con el virus y sobre todo cómo vivir a partir del virus; probablemente quisiera manifestar su «mono de contacto» tras el aislamiento, su ansia de retomar los rituales sociales de besos, abrazos, darse la mano, tomar el café o ir de pintxopote sin miedo a que su amigo se acerque o el camarero tosa.

Hemos visto las calles vacías compendio de una sociedad en cueros, aviones sin motor; y ahora ha comenzado el fútbol con los campos vacíos como metáfora de ese esqueleto de la multitud en que ha convertido el virus a nuestra sociedad.

«Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas», pongan como sujeto de la segunda parte a los virus y estaremos en que Benedetti tenía toda la razón. Ahora buscamos en ese dialecto vírico los nuevos significados de palabras de aspecto viejuno como encrucijada, incertidumbre, indecisión, duda, parálisis económico-social, comedor social, control de movimientos, libertad versus seguridad, miedo, caída del PIB, desplome bursátil, petróleo en rebajas, paro disparado€, estamos empezando a volar un poco a ciegas y con plomo en las alas. Hasta hace poco hacíamos el mono creyéndonos homo sapiens con pretensiones de homo deus y está resultando que en lugar del progreso continuo somos émulos de Sísifo.

Frente a todo a lo anterior queda la fe y la esperanza en la ciencia, incluso emulando los esfuerzos sisíficos. Porque el 8 mayo de 1980, hace ahora 40 años, se declaró erradicada la viruela, una patología vírica contagiosa que había matado a más humanos en la historia que todas las demás enfermedades contagiosas juntas. Buen recuerdo-comienzo para encontrar respuesta a las nuevas preguntas.nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika

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