ESPAÑA es ya el décimo país con más ricos. Hay más ricos y son mucho más ricos. Dicho así, con la matemática como única referencia de justicia social, quizá debería congratularnos con una economía presuntamente boyante por tanto rico-rico que genera, entre otras razones porque siguiendo a los exégetas del pensamiento lateral en economía (neocapitalistas) cabrían más posibilidades estadísticas de ser uno de ellos. Aunque creo que en esta ocasión tampoco;seguro que para la mayoría de nuevo será que no.
Según el informe Global wealth report 2019 del Credit Suisse Research Institute, de 46,8 millones de millonarios del mundo en 2019 un 2% son españoles. Rico arriba, rico abajo, 979.000 bienaventurados in crescendo, porque el año pasado eran 945.000 y en 2010 solo había 172.000 afortunados (¡quintuplicados en nueve años!), y en disposición de aumentar un 42% en los próximos cinco años;con un gruppeto de 55.920 ultrarricos con activos netos superiores a 100 millones de dólares. Con los datos de este informe en la mano, si en 2025 no eres un español rico -descontando deudas, un millón de euros en patrimonio sin incluir tu residencia habitual es el baremo para engrosar la lista- es como para entrar en depresión anímica financiera por no saber beneficiarse de la estadística favorable que indica que la riqueza mundial ha crecido este año un 2%, rondando los 70.850 dólares por adulto.
Son cifras para animar a las 57.000 personas mayores de 45 años que no tienen trabajo en la CAV y a las 5.600 personas que lo han perdido este trimestre. Pésimo dato que confirma una tendencia a la baja sin frenos en todo el Estado, aunque pensando en los pingües beneficios de la venta de armas, la trata de personas, el narcotráfico, las puertas giratorias, la especulación urbanística-política… No sé si trabajar honradamente haría posible alcanzar el paraíso terrenal de esos ricos, porque la presunta recuperación económica ha beneficiado cuatro veces más a los ricos y situado a España como el tercer país más desigual de Europa a la altura de Rumanía, Lituania y Bulgaria, con 10,2 millones de personas por debajo del umbral de pobreza;con beneficios empresariales del 200% frente al 0,1% del trabajador;un trabajador de una empresa del Ibex necesitaría 112 años para ganar el sueldo anual de su primer directivo;de los trabajadores con los salarios más bajos, siete de cada diez son mujeres y el salario de un joven es un 33% inferior al de 2008;el propio sistema fiscal genera desigualdades, pues el 83% de la recaudación proviene del IVA y del IRPF mientras el de sociedades aporta el 12% y podría ser rebajado o incluso desaparecer.
Al otro lado del espejo, con 44 años de retraso, hemos visto un ataúd volador a modo de exhumación trasmutada en indecente exaltación pública patriótica de un dictador y de su fascismo bajo el parabién de muchos y la burlesca sonroja para los familiares de quienes en Cuelgamuros yacen a su pesar. Y mientras miraban embobados a ese ataúd volante con momia dentro en plan mojama, el auténtico fantasma se expande y sobrevuela de nuevo sobre nosotros: el paro apunta alto, el déficit es inadmisible en la UE y la desigualdad ni te cuento. Aumentan los ricos y son más adinerados, pero el número de pobres crece más deprisa;solo en esto les superan.