Ahora que según los expertos-oráculos económico-financieros tenemos la prima de riesgo en niveles razonables, algunos se preguntan si no habría llegado el momento de salvar no sólo a la etérea-deletérea prima de riesgo, sino a los hermanos afectados de carne y hueso, ciudadanos/as en paro, sin prestaciones y con menos futuro que un manco calígrafo o a jubilados con pensión menguante proporcional a su edad creciente, o estudiantes que necesiten becas, o a preferentistas que anhelan recuperar lo que les birlaron quienes dispararon la prima de riesgo, o a jóvenes bien preparados… de maletas, camino de cualquier lugar que les acoja con trabajo. Pero el Estado mariano no tiene alma de Olentzero o rey mago.
Quizá por ello losdeapie agarremos la esperanza que crean manifestaciones de protesta como la movida en Gamonal-Burgos ante la alcaldada municipal; tal vez porque sean resquicio para colar la voluntad popular entre los vericuetos de las decisiones gubernamentales impuestas. Ver dar marcha atrás en una decisión que poco antes parecía inamovible e inexorable congratula al ciudadano. Veo la última manifestación de Bilbao, recuerdo los movimientos-15M y otras manifestaciones. Esperanza.
Pero el frontispicio de la marcha atrás del alcalde burgalés no puede engañarnos sobre la rebotica interior, porque los constructores reclamarán sus derechos… y quizá consigan construir el impopular boulevard por la puerta trasera. Del mismo modo que se ha hecho tras tantas y tantas manifestaciones: oídos sordos y respuestas contradictorias a las clamorosas demandas.
Sin ser nihilistas como el cómico-cantautor Albert Pla, es razonable que nos atraiga su cinismo ácrata anti-sistema y por supuesto su escepticismo, “no sirve de nada manifestarse, el rey es un hijoputa, los políticos roban y los bancos son una mierda y todos participamos cuanto podemos en el timo”. Según el cómico catalán, este gobierno et al, no es que mientan, roben y sean injustos, sino que nos timan porque nos hacen creer ricos, buenos y justos cuando no lo somos, coparticipando así de su tocomocho.
No es nuevo saber que todos contribuimos al sainete con el juego del timo que nos plantea el gobierno mariano/zapateril/aznariano o guerrista, pues adulamos al rey, elegimos a los gobernantes y trabajamos con los bancos. Y si podemos-pudiéramos hacemos-haríamos lo que ellos, ¿O no es así? Así que las denuncias por corrupción tienen tan poco recorrido, igual que las reclamaciones cívicas: van al archivo redondo.
Ojalá que la manifestación burgalesa tenga éxito, pero me temo que como en casos urbanísticos anteriores, “el Golpe” no ha hecho sino empezar.