Hoy he tenido el inmenso placer de pasear por la Playa de Gorliz. No sé a vosotros, pero a mí cada día me parece que esta zona del litoral está más bonita, auténtica y salvaje. El verde de los bosques que la rodean se mezcla con el azul del mar. Y si ya era bonita esta playa, gracias a la gran labor de conservación que se ha realizado en la zona, ahora está espectacular. Me fascinan sobre todo las dunas y su ecosistema, tan frágil y tan bonito a la vez.
Arenal de Gorliz durante la marea baja.
El ecosistema dunar que encontramos en este rincón de la costa de Bizkaia, no solo es increíblemente bello, sino que también es un entorno único para la fauna y la flora local. Las plantas que habitan en las dunas han sido clave para estabilizar este sistema, y además, podemos encontrar especies muy raras y amenazadas. Hoy en día, la zona se ha convertido en uno de los mayores complejos dunares de nuestra costa, un logro que resalta lo mucho que ha cambiado el lugar.
Sistema dunar de Gorliz, uno de los más extensos del litoral bizkaino
Las sinuosas dunas no solo sirven como refugio para una flora casi extinta en nuestro territorio, sino que también protegen la playa de la erosión, creando una barrera natural que resguarda todo el entorno. La regeneración de este paisaje ha sido un éxito rotundo.
Atardecer en la playa.
Ademas, estamos en el hogar de unas dunas muy curiosas, solos hay dos replicas en toda la costa Cantábrica, las llamadas dunas cementadas o fósiles. Tienen la friolera de 6000 años, se formaron tras un proceso de sedimentación y petrificación de la propia arena.
Además a su alrededor, también encontramos bosques de pinos que cubren la zona, completando el paisaje con una belleza impresionante. Estos bosques no solo embellecen el lugar, sino que también desempeñan un papel fundamental en la protección del ecosistema costero, ofreciendo un hábitat perfecto para numerosas especies.
Toda la estampa se redondea con los arroyos que desembocan en la playa. El ecosistema de Gorliz se enriquece con los nutrientes que estos ríos aportan, convirtiendo la zona en un lugar lleno de vida y movimiento.
Camino al faro de Gorliz.
La Playa de Gorliz y su entorno es un claro ejemplo de cómo la naturaleza puede fusionar bosques, dunas, ríos y mar en un espacio increíblemente bello. Este rincón de la costa vasca es una maravilla que, se mire por donde se mire, te deja sin palabras.
La cocina vasca guarda algunos tesoros menos conocidos que merece la pena redescubrir. Te invito a indagar en alguno de ellos conmigo:
Intxaursalsa: Como su nombre indica, esta salsa está elaborada con nueces (intxaurra en euskera), que se emulsionan con leche. Sus orígenes se remontan, como no podía ser de otra manera, a los caseríos, donde la nuez era un alimento básico durante el invierno. Este postre era especialmente habitual en Gipuzkoa y en el interior de Bizkaia. Es un plato sencillo pero muy rico, y también saludable, que por cierto, entra de maravilla calentito en los fríos días de invierno.
Morokilla: La morokilla es un dulce de origen humilde que surgió como una forma ingeniosa de aprovechar ingredientes básicos como la harina de maíz, la leche y el azúcar. Era sencillo de preparar y llenaba el estómago de todos los habitantes que moraban el caserío. Es posible que antes de la llegada del maíz, se elaborase también con harina de mijo, el cereal habitual en aquella época en nuestras tierras. Este alimento, lleno de energía, se solía dar mucho a los niños de la casa para ayudarles a entrar en calor. Se podía comer como tostada o troceada en leche caliente. No se me ocurre mejor remedio para el frío que este.
Pellas o tostadas de crema: Y mi favorito, las pellas, también conocidas como tostadas de crema o tostadas a la vasca, tienen una larga tradición, especialmente en Bizkaia y Gipuzkoa. Su origen es antiquísimo, ya que se remonta a la repostería conventual de los siglos XVII y XVIII. Consisten en crema pastelera rebozada, frita y aderezada con azúcar y canela. En mi casa, desde luego, nunca ha faltado este manjar en ninguna Navidad. Aunque cualquier excusa es buena para tomarlas.
Os animo a introducir estos manjares navideños en vuestras mesas para que no se pierdan en la memoria de nuestra historia. ¿Conocéis algún otro plato o alimento tradicional de Navidad?
Adentrarse en el valle de Sastarrain, en Zestoa (Gipuzkoa), es como sumergirse de lleno en un cuento mágico, donde parece que en cualquier momento pueda aparecer algún ser mitológico o fantástico por el camino. Durante el paseo por este pequeño y encantador valle, un riachuelo cantarín acompaña el recorrido, junto con el verde de los montes y montañas, y caseríos y palacios de otra época, como el de Lili cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. Y qué mejor excusa para acercarse hasta aquí que para celebrar los 55 años del descubrimiento de una de las cuevas prehistóricas más impresionantes que poseemos, la de Ekain. Fue descubierta el1 de junio de 1969por Rafael Rezabal y Andoni Albizuri. Un hallazgo impresionante de pinturas rupestres, que datan del período Magdaleniense (hace entre 14,000 y 10,000 años), tal es su valor que fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2008.
Al fondo del valle es donde se encuentra la cueva de Ekain que alberga uno de los tesoros más preciados de nuestra cultura. Y es que es realmente increíble la cantidad de pinturas rupestres que conserva este lugar. No solo es fascinante que hayan perdurado tantas y en tan buen estado, sino que, además, son de una belleza extraordinaria, dignas de cualquier museo. A mi entender, son grandes obras de arte que cualquier amante de la cultura debería conocer.
Por su enorme importancia histórica y fragilidad, las cuevas originales fueron cerradas al público. Sin embargo, en Ekainberri, una réplica construida muy cerca de las originales, han sabido trasladar toda la magia y el misterio de aquel lugar. Entrar a la réplica es como atravesar un portal hacia la época prehistórica.
Foto: Ekainberri
La guía, de la cual me quedé con ganas de preguntarle su nombre, nos transportó plenamente con su charla a otra época donde los protagonistas eran la caza, el fuego y los animales salvajes. La hora de recorrido fue divertida, a la par que didáctica, me olvidé por completo de que estaba en un espacio recreado; todo parecía tan auténtico que era fácil imaginar a nuestros ancestros creando esas obras bajo la tenue luz de una hoguera.
Foto: Ekainberri
Lo que más me impresionó fue la abundancia de caballos representados en las paredes, o mejor dicho, yeguas. Se mezclan con bisontes y, en un rincón especial, hay un dibujo conmovedor de una osa con su cría. Según la guía, estas figuras tenían un fuerte significado espiritual para los habitantes de Ekain. Lo curioso es que, aunque las tribus de aquella época visitaban la cueva durante la temporada de caza, parece que no lo hacían para cazar caballos, sino ciervos. Esto ha llevado a pensar que los caballos, especialmente las yeguas, tenían una conexión mística con ellos.
El simbolismo del caballo es intrigante: ¿cuál sería su significado? Lo cierto es que ahora no puedo dejar de ver a nuestros amigos equinos con otros ojos tras la visita a Ekain. En el caso de la osa y su cría, también es un misterio qué representaban para aquellos pueblos. Estar en aquel espacio invita a reflexionar sobre la forma en que nuestros antepasados interpretaban la naturaleza y su lugar en el mundo, buscando no solo sobrevivir, sino también comprender su entorno desde una perspectiva espiritual.
La visita a Ekainberri se puede realizar durante todo el año y ¡es el plan perfecto para un fin de semana en pareja, familia o grupo! Todas las visitas a Ekainberri son visitas guiadas, por lo que te recomendamos comprar las entradas online y de antemano.
Enero, febrero y marzo:
Martes y miércoles: 10:00-14:00
De jueves a domingo: 10:00-18:00
Abril, mayo, segunda quincena de septiembre y octubre:
De martes a viernes: 10:00-18:00
Sábados y domingos: 10:00-19:00
Junio, julio, agosto, primera quicena de septiembre:
De martes a domingo: 10:00-19:00
Noviembre y diciembre:
De martes a domingo: 10:00-18:00
Para más información y dudas:
Oficina de Venta de Entradas de Ekainberri: Portale kalea 1, 20740 Zestoa (Gipuzkoa) 943 86 88 11 info@ekainberri.com
El mes de septiembre es un momento ideal para visitar nuestro entorno más cercano, que sin duda tiene muchísimo que ofrecer. En nuestra agenda agroviajera aún teníamos pendiente conocer el nuevo Bosque de Oma, recientemente inaugurado. Y como cabía esperar, no nos defraudó; nos quedamos tan maravillados como con la antigua obra de Ibarrola. Este lugar es mucho más que un simple bosque. Aquí, el arte se entrelaza con la naturaleza de una forma única, y tiene la capacidad no solo de maravillar al público, sino de hacer que te sientas parte esencial de la obra. Todo ello unido a la magia que puede desprender un bosque. ¿Se puede pedir más?
Y es que se trata de una auténtica galería al aire libre, donde el espectador no es solo un observador, sino que es parte activa de la obra. Esta modalidad es conocida como «Land Art», que fusiona el arte con el entorno natural, siempre respetando la esencia del paisaje. Un movimiento del que Ibarrola se nutrió o quizás lo hizo de los «arboglifos».
Y es que este artista no es el primero que ha plasmado su imaginación en la corteza de un bosque. Los «arboglifos», que significa literalmente «escritura en los árboles», se refiere a un fenómeno que, aunque se encuentra en diversas partes del mundo, tiene una presencia notable en los estados del oeste de Estados Unidos. En particular, en el norte de California, Nevada, Idaho y Utah, se han descubierto miles de arboglifos desde la década de 1950 en áreas rurales que solían ser utilizadas para el pastoreo de ovejas.
Foto: Boise University.
Los investigadores han podido identificar a los autores de estos grabados: pastores vascos que habitaron estas montañas desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Esta mezcla de arte y naturaleza tal vez haya inspirado a Ibarrola, quien también ha logrado entrelazar la cultura con el entorno natural en sus obras, resaltando la conexión entre el hombre y la tierra a través de la expresión artística. Ahí dejo la teoría ,…
Nuestra visita se desarrolló por el nuevo Bosque de Oma. El primer bosque lo ideó Agustín Ibarrola (1930, Basauri) en los años 80, quién pintó los troncos de un bosque de pinos del valle de Oma con figuras geométricas, humanas y animales que se apreciaban al moverse entre ellos, creando un juego visual que cambiaba con cada paso.
Cosas que tiene la naturaleza, los árboles del bosque comenzaron a deteriorarse debido a un hongo que afectaba a los pinos. En 2019, se tomó la difícil decisión de cerrar el acceso al bosque original para preservar las obras y garantizar la seguridad de los visitantes. Como solución, se reubicó el proyecto en una zona cercana, dentro del mismo valle, donde los árboles sanos han podido acoger la restauración de las pinturas.
Sin duda, el nuevo Bosque de Oma conserva todo el espíritu del original que Ibarrola le quiso dar. Al caminar por los senderos del bosque, uno no puede evitar maravillarse ante la forma en que los colores y las formas pintadas en los troncos parecen cobrar vida.
Lo más fascinante es la simplicidad de las formas. Esta obra no buscaba abrumar con complejas figuras; al contrario, sus trazos son simples y accesibles. Esto permite que cualquier persona, sin importar su conocimiento previo sobre arte, pueda sentirse parte de la experiencia. Los niños, con su curiosidad innata, encuentran en el bosque un espacio divertido donde las formas cobran vida a medida que avanzan, se sumergen en la sensación de estar descubriendo algo nuevo y cambiante.
Y qué deciros del entorno, siempre es una maravilla siempre visitar La Reserva de la Biosfera de Urdaibai, sin duda, una de las zonas naturales más impresionantes que albergamos.
Nos sumergimos en el escarpado y siempre pintoresco Parque Natural Aizkorri-Aratz, camino al emblemático santuario de Arantzazu. ¡Qué deciros de este recorrido! Es uno de mis favoritos; el camino está rodeado de una naturaleza exuberante, con picos montañosos y frondosos bosques, salpicado de caseríos, todos elegantemente decorados.
Foto: Oihana Eraso
Camino hacia Araotz, decidimos hacer una parada en las cuevas de Oñati, Arrikrutz. Este impresionante sistema de cavernas, no solo es un soplo de aire fresco en los días calurosos de verano, sino que también nos transporta a un mundo subterráneo lleno de maravillas geológicas e históricas. Se extiende por más de 14 kilómetros, es una de las cuevas más extensas de Gipuzkoa, aunque solo una pequeña parte está abierta al público.
Foto: Oihana Eraso
Las cuevas de Arrikrutz fueron descubiertas en 1916 por valientes exploradores locales, equipados solo con linternas y cuerdas. Al recorrerlas, nos encontramos con formaciones de estalactitas y estalagmitas que parecen obras de arte esculpidas por la naturaleza a lo largo de milenios. Y digo milenios, porque para que una estalactita crezca un metro, puede tardar la friolera de entre trescientos y siete mil años, dependiendo de las condiciones específicas de la cueva. ¿No es fascinante? Cuando entramos a una cueva, el mundo de fuera parece agitado y caótico; es como entrar en otro mundo, un mundo que nos envuelve y parece hacernos más introspectivos. Sus formas caprichosas evocan la sensación de estar en una catedral natural. De hecho, en mi opinión, las catedrales e iglesias intentan imitar la grandeza y la solemnidad de estas cuevas naturales, sin llegar a conseguirlo del todo.
Hogar del león cavernario, único en la Península Ibérica.
Pero las maravillas de Arrikrutz no se limitan solo a su belleza natural. Este lugar es también un importante yacimiento. Uno de los hallazgos más fascinantes es el esqueleto casi completo de un león de las cavernas. Sí, habéis leído bien, un león. Este majestuoso felino, que se extinguió hace unos 12.000 años, era uno de los depredadores más grandes de su época.
Foto: Oihana Eraso
El de Arrikrutz es el único león cavernario descubierto en la Península Ibérica. De hecho, en toda Europa no hay más que cinco ejemplares similares. Fue descubierto por Iñaki Zubeldia en 1966, y lo estudió Jesús Altuna. Perteneció a un individuo adulto que murió en la cueva. Su tamaño sorprende cuando ves la réplica. Se le ha estimado un tamaño de 1-1,2 metros de altura hasta y unos 250 kg de peso. A diferencia de los de ahora, era más grande y sin melena. Increíble que es nuestras latitudes existieran ejemplares como estos, ¿verdad? Os aseguro que sorprende cuando los ves aparecer entre las rocas.
Además, se encontraron restos de osos de las cavernas, una especie que también se extinguió hace miles de años. Lo más interesante es que algunos de estos osos parecían haber estado hibernando, lo que nos da una idea de cómo estos gigantes pasaban los inviernos en las profundidades de las cuevas. Se han hallado huellas también del del paso de Rinoceronte lanudo, hiena de las cavernas y ciervos gigantes, ¡fascinante!
El recorrido es accesible para casi todos, con caminos bien iluminados y guías expertos que hacen que la visita sea educativa y divertida. Ya sea que estéis buscando una experiencia educativa para los adultos y sobre todo para los más «txikis», un paseo diferente, o simplemente queráis escapar del calor del verano, las Cuevas de Arrikrutz son el destino perfecto.
Aquí os dejo nuestro recorrido por Arantzazu:
Horario
Reserva obligatoria. 943082000, arrikrutz@onati.eus ó ONLINE
Se recomienda llevar ropa de abrigo y calzado cómodo.
MES
MAÑANA
TARDE
Enero – Febrero
Bajo reserva
Bajo reserva
Marzo – Abril (Lunes cerrado)
10:00 – 14:00
Fin de semana 9:30 – 14:30
15:30 – 17:30
Fin de semana 15:30 – 17:30
Mayo (Lunes cerrado)
10:00 – 14:00
Fin de semana 9:30 – 14:30
15:30 – 17:30
Fin de semana 15:30 – 19:00
Junio
10:00 – 14:00
Fin de semana 9:30 – 14:30
15:30 – 18:30
Fin de semana 15:30 – 19:00
Julio – Agosto
9:30 – 14:30
15:30 – 19:00
Septiembre (Lunes cerrado)
9:30 – 14:30
15:30 – 19:00
Octubre – Diciembre (Lunes cerrado)
10:00 – 14:00Fin de semana 9:30 – 14:30
15:30 – 17:30Fin de semana 15:30 – 17:30
En navidad, los días 24, 25, 31 de diciembre, 1 y 6 de enero la cueva permanecerá cerrada.
Tarifas (IVA incluído)
Adulto (>16 años)
9 €
Jóvenes (5-16 años)
6 €
Niños (0-4 años)
Gratis
Jubilados
6 €
Personas en paro
6 €
Grupos (15 personas mínimo)
6 € / p
Escolares
4 €
* Familias numerosas tienen descuento para los hijos/as. ** Será necesario mostrar el documento justificativo en las tarifas reducidas.
Donde están y como llegar
Las Cuevas de Oñati-Arrikrutz se localizan entre Oñati y el Santuario de Arantzazu.
La pasiflora azul me fascina desde siempre, no sé si son sus pétalos, sus colores, su peculiar forma o la increíble historia que la acompaña. Esta planta fue catalogada por el médico y botánico sevillano, Nicolás Monardes, en el año 1569, cuando la encontró en Perú, cuatro décadas después ya estaba en Europa, fascinando a todos con sus usos medicinales y su forma única. Pero su cualidades son conocidas desde mucho antes, ya que esta planta es utilizada desde la antigüedad por los pueblos indígenas americanos. El nombre por la que hoy la conocemos, «Passiflora caerulea», proviene del latín «flos passionis», que significa «flor de la pasión» y «caerulea» se refiere al color azul de sus flores. En 1633, el jesuita, Giovanni Battista Ferrari, narró cómo los misioneros veían en esta flor símbolos de la Pasión de Cristo.
Foto: Agroviajeros
El nombre actual fue otorgado por los misioneros jesuitas debido a la similitud de algunas partes de la planta con símbolos religiosos de la Pasión de Cristo, el látigo con el que fue azotado = zarcillos; los tres clavos = estilos; estambres y la corola radial = la corona de espinas.
Ahora es buen momento para apreciarla en todo su esplendor, ya que brota en verano. Lo que más me llama la atención de la «Passiflora caerulea» es su capacidad de crecer rápidamente y cubrir muros con sus espectaculares flores con tonos de blanco, azul y púrpura. Como era de esperar, el néctar de esta flor les encanta a las abejas y a toda clase de insectos.
Foto: Pixabay
Se distribuye en regiones tropicales y subtropicales, desde el nivel del mar hasta alcanzar altitudes de 3.000 metros, pero a esta planta le gustan las regiones templadas y cálidas, y sobre todo el continente americano, donde se encuentran cerca del 90 % de las 520 especies.
La pasiflora azul, mi favorita, es originaria de Argentina, Brasil y Paraguay, no solo es una planta bonita, sino que también tiene una rica historia y un significado especial. Además de su belleza, la pasiflora tiene usos medicinales que la hacen aún más interesante. Se utiliza para tratar problemas de ansiedad, insomnio y nerviosismo. Sus propiedades sedantes y relajantes ayudan a calmar el sistema nervioso, y se puede consumir en forma de infusión o suplemento. Los aztecas la usaban como provocador de sudación (diaforética), diurética, antídoto a venenos y picaduras de serpientes además de analgésico. Por otro lado los incas la usaban en té como calmante y en cataplasmas para heridas y quemaduras.
Apreciar las flores como la pasiflora azul nos recuerda la increíble diversidad de la naturaleza y cómo cada planta tiene su propia historia y características únicas. Así que la próxima vez que veas una pasiflora azul, recuerda su historia, sus beneficios medicinales y déjate maravillar por su belleza.
Foto: Pixabay
¿Sabías que el maracuyá o la fruta de la pasión proviene de una variedad de la pasiflora?
Y es que el sabroso maracuyá o fruta de la pasión es el fruto de otra Passiflora, la edulis. En realidad son las bayas de forma esféricas de cuatro a diez centímetros de diámetro, con una piel lisa y brillante de color verde de esta linda planta. Cuenta además con un sabor característico e inconfundible, ligeramente ácido y muy refrescante, que la hace perfecta para introducir en diferentes recetas culinarias, y que tanto apetece en días calurosos como el de hoy.
Pixabay: Zumo de naranja con maracuyá
Cultivarla tú mismo puede ser una gran sorpresa, aquí te van algunas ideas para hacerlo:
Como cultivar la Pasiflora:
Preparación del lugar:
Encuentra un lugar soleado donde tu pasiflora pueda recibir luz solar directa.
Asegúrate de que haya una estructura de soporte cerca, como una cerca o una pérgola, para que la planta pueda trepar.
Plantación:
Planta tu pasiflora cerca de la estructura de soporte.
Asegúrate de que esté bien sujeta para permitir el crecimiento de los zarcillos, los cuales brotarán de las hojas y se adherirán a la estructura.
Cultivo en Interiores (Opcional):
Si decides cultivar tu pasiflora en interiores, colócala en un lugar que no esté calefactado. Esto replicará las condiciones frescas que la planta necesita.
Riego:
Riega tu pasiflora regularmente, especialmente durante su primer año. Esto es esencial para que la planta desarrolle un sistema de raíces fuerte.
Controla el sustrato y riega nuevamente cuando esté seco. Mantén el sustrato húmedo, pero no empapado.
Cuidado Adicional:
Durante periodos de calor extremo, rocía las hojas de tu pasiflora con agua para mantenerlas hidratadas y frescas.
Notas:
La pasiflora puede crecer entre 5 y 10 metros de altura, así que asegúrate de que la estructura de soporte sea lo suficientemente alta.
Ajusta la cantidad de agua según el clima y las necesidades específicas de la planta.
Hace días que no paso por Armintza, no sé si nuestra querida amiga aún sigue por ahí o si se deja ver tan asiduamente. Pero lo cierto es que este barrio costero del municipio de Lemoiz ha tenido la suerte de contar con una habitante de lo más distinguida.
Nuestra querida amiga viene nada más y nada menos que desde Irlanda; arribó a nuestras costas en busca de un poco de calma por los temporales de su hogar, y parece que le cogió el gusto a nuestro litoral. Se trata de Gorri, la foca. A nuestra invitada le gusta especialmente moverse entre amarres y barcos, dando volteretas; y a cada rato también es fácil verla tumbada, tomándose un baño relajadamente o descansando al sol.
Pero cuidado, aunque nos resulte de lo más entrañable, se trata de un animal salvaje, por lo que si nos topamos con ella no hay que molestarla ni intentar tocarla.
Aquí os dejo un pequeño vídeo de cuando la pudimos ver esta Semana Santa:
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