241 escalones después, la ermita de San Juan de Gaztelugatxe

Siempre es una buena idea acercarse hasta este lugar de nuestro litoral a pasar el día. Este espectacular islote y su ermita centenaria son visita obligada de cualquier amante del paseo y unas buenas fotos. Esta pequeña roca además de rezumar belleza por los cuatro costados, atesora episodios históricos sorprendentes y esta cargada de ritos y leyendas ancestrales. Sin duda, es uno de los más bonitos tesoros de Bizkaia.

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Más info: www.bermeo.eus / Fotos: Rosa Alonso

Aunque esté alejado del casco urbano, San Juan de Gaztelugatxe pertenece a la localidad costera de Bermeo. Nada más llegar nos cautiva lo escarpado de sus laderas, el oleaje chocando con la costa agreste  y el olor a mar abierto. Para llegar a la ermita que corona el islote hay que atravesar un camino rural que nos regala una panorámica estupenda de la roca. Aquí nos encontraremos con laderas cubiertas de encinas, brezos y algún pino despistado.

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Ya abajo, nos topamos con un estrecho camino que une el islote con tierra firme. A los pies nos esperan 241 escalones hasta llegar a la cima. El camino se encuentra jalonado con las sucesivas estaciones de un Viacrucis.

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El esfuerzo merece la pena!  Y no solo en la cima, por el camino también nos toparemos con estampas como estas. El zig zag de sus escaleras surcando el escarpado camino o las vistas de Bakio a lo lejos, sin duda merecen una parada en el camino. 

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Arriba nos espera la ermita y su campana. No te olvides de tocarla tres veces a la vez que pides un deseo. Dicen que si lo haces se cumplirá! No se pierde nada. Antiguamente lo hacían para pedir fertilidad y ahuyentar malos espíritus o dolores de cabeza.

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Además, en esta pequeña ermita se han encontrado restos del lejano siglo IX, lo que denota que este sitio ha sido lugar de culto desde hace cientos de años. Algunos la consideran de origen templario. Verdad o no, lo cierto es que desprende un aire mágico y misterioso.

La ermita que hoy vemos es producto de varias remodelaciones. Debido a su lugar estratégico ha sufrido ataques y ha sido quemada en varias ocasiones. Fue uno de los lugares en donde se enfrentaron el rey Alfonso XI de Castilla y el señor de Vizcaya Juan Núñez de Lara en 1334. En 1596, fue atacada por el mismísimo Francis Drake y sus corsarios. Saquearon todo lo que encontraron y mataron al ermitaño que cuidaba del lugar tirándolo desde la parte más alta de la isla.

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También cuentan que en sus rincones encerraba la inquisición a los condenados por brujería, que San Juan Bautista llegó a tocar tierra en este punto de la costa vasca dejando sus huellas marcadas en la roca, que los arrantzales bermeanos suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte,…  y muchas historias más. ¿Aún no os han entrado ganas de venir?

 

 

 

 

 

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