Las hembras determinan, desde el principio de los tiempos, el desarrollo evolutivo, que nos ha permitido llegados hasta hoy, ser el eslabón último de la creación. El naturalista británico Charles Darwin publicó en 1871 su libro «El origen del hombre y la selección en relación al sexo». En él coqueteaba con la idea de que las hembras, con su criterio estricto, podían impulsar la evolución de algunos rasgos en los machos, “Darwin empezó a ver a las hembras de determinadas especies, alces y pavos reales en particular, no como remilgadas extras relegadas a seguir en segundo plano el combate de los machos, sino como motores de cambio evolutivo», según Jules Howard. Zoólogo y colaborador en los medios, se estrena ahora en la literatura científica con Sexo en la Tierra (editorial Blackie Books), un libro que, como reza su subtítulo, es “un homenaje a la reproducción animal”.
De cuando en cuando, aparecen publicaciones que son merecedoras de recomendar. No desde el punto de vista técnico o científico, para eso ya hay foros más especializados, sino desde la perspectiva de conocer la realidad del entorno NATURAL que nos rodea, y que nos responde a las grandes preguntas que desde siempre se ha hecho la humanidad, ¿dónde vamos? ¿De dónde venimos?, etc. Desgraciadamente nunca le prestamos demasiada atención.
Una visión diferente del sexo en los animales, en el que se aleja de los tópicos para llegar al determinante protagonismo de las hembras en el largo camino de la evolución. Cualesquiera de los requiebros que podemos observar en la anatomía de los animales del planeta, tiene un objetivo seleccionado por una hembra, que elije en último lugar al macho que más probabilidades tiene de proporcionárselo.
La sociedad vasca es claramente matriarcal, en mi familia siempre han decidido las mujeres, y todos los papeles que se nos otorgan a los machos son en cualquier caso, secundarios. No lo digo yo, lo explica Darwin.
Me alegro de tener un hijo, que además es niña.
IAS
Muy potito y muy políticamente correcto, con ese sesgo machista ibérico empeñado en proteger a las mujeres.
Quizás, la única pega que puedo encontrar es esa negación del patriarcado publicitado masiva y diariamente por todas las instituciones públicas y organizaciones hembristas, lo que te podría llevar al terreno peligroso de dudar de otras afirmaciones como puede ser la misma existencia de la violencia de género.
Cuidadito, cuidadito, que a otros, por menos, les han incinerado.