Partamos de una base, la amputación del rabo provoca en el perro, al menos, la pérdida de dos facultades indispensables:
Una: la comunicación, en la que el rabo es imprescindible para completar su lenguaje corporal, tanto entre sus congéneres, como con nosotros, los humanos.
Dos: sirve además como timón de equilibrio para la marcha y la carrera. Esto es absolutamente explícito en un galgo. Durante muchos años he intervenido como cirujano decenas de rabos. Todos nos hemos equivocado, pero debemos avanzar.
Después de 30 años de espera, España se adhiere a la ley Europea de protección a los animales de compañía. Sin excepciones. Aprobada por los grupos progresistas de la cámara y el voto en contra del PP, se ha conseguido dar un gran paso. Este grupo pretendía reservar excepciones como la actividad de caza, para permitir, “en condiciones sanitarias adecuadas”, la amputación del rabo a los perros dedicados a este menester. Y casi lo consigue con el apoyo político negociado de otros grupos, que finalmente han considerado que la repercusión política de esta medida sin importancia, podría tener consecuencias nefastas entre su electores más animalistas. Aquí somos progresistas de baja velocidad. Nos cuesta adivinar un futuro lejos del maltrato gratuito y más cerca del bienestar animal en su conjunto.
Estamos avanzando. ¿ Será que somos más progresistas o, al menos, menos bárbaros?
Este triunfo va más allá por dos consideraciones:
- Los grupos responsables de esta reserva a la ley están muy presionados por el lobby cinegético. Este actúa de forma sigilosa, pues no está el ambiente para algarabías. En un contexto de devaluación social progresiva de la caza, y el reconocimiento “in crescendo” del valor como sujeto sintiente del perro, y no como herramienta útil para la depredación, es mejor no alzar la voz. Sin embargo, la repercusión mediática de la excepción, propuesta por el PP, fue suficiente para cambiar la opinión de sus apoyos, y permitir finalmente su aprobación.
- Esta no es sino la punta del iceberg de toda la normativa que en el campo del bienestar animal nos llega de Europa y que abarca aspectos tan amplios como tenencia de animales de compañía, el maltrato animal, el comercio de estos, el sacrificio sin sufrimiento en los mataderos, la fiesta nacional, el dopaje en animales de competición, etc.
Y el final de todo esto aboca, sin remisión, al cambio legislativo que contempla a los animales como sujetos jurídicos y no como cosas. Mientras, en nuestro pequeño país, seguiremos trabajando para caminar en ese sentido y además convencer a los más reticentes. Porque cazar……se ha cazado siempre, y con perro.
IAS
Oroimenez
