Que la empatía hacia los animales se incluya en la ley de educación es un paso indispensable para abandonar la sociedad bárbara en la algunos de nosotros hemos crecido. En esta sociedad en la que, la fiesta nacional, los circos con animales, el maltrato festivo de cabras, ovejas, burros ,becerras, los galgos como herramientas de caza, las pruebas de bueyes ensangrentadas, el sadismo infantil sobre los felinos, y un largo etcétera, provocará en las próximas generaciones el mismo rechazo que el hacinamiento de negros en la bodega de un barco nos provoca a nosotros en este momento.
Si hemos sido capaces de crear la indispensable secretaria para la paz y la convivencia, en asuntos de espinoso pasado, podemos abordar de la misma forma, aspectos que nos diferencien del resto del estado, como la implementación de «la empatía hacia los animales» en nuestros programas educativos.
Claro que primero deberemos descabalgarnos de todas aquellas actividades que disfrazadas de cultura o folklore, son aún permitidas o toleradas socialmente. Considero que vivimos un momento irrepetible para caminar en ese sentido, y que dar pasos activos, sin esperar a su extinción por obsolescencia, reforzará en el futuro la imagen progresista de un país que dejó la barbarie para diferenciarse de sus vecinos.
IAS