¿Ser o no ser vegetariano?
No es esta la cuestión. Tampoco el sistema, o las explotaciones ganaderas intensivas son las responsables del maltrato animal.
Los verdaderos responsables somos los CONSUMIDORES, todos, dispuestos a comprar un litro de leche por debajo de 1€, un pollo entero por 3 €, solomillo a 4 €, o una docena de huevos por menos de 2€.
El nacimiento, el destete, la cría, el cebo o el engorde, la puesta e incluso el sacrificio se pueden hacer de otra forma. Hay otros sistemas productivos, con parto natural, destete tardío, crecimiento en extensivo, pastoreo, y muerte sin sufrimiento, pero su precio hace que el consumo sea minoritario.
Pero asistimos a profundos cambios en los hábitos alimenticios, y uno de estos cambios hace referencia al crecimiento del interés, por parte de la opinión pública, sobre el bienestar animal. Las próximas generaciones, no solo se preocuparán de aspectos nutricionales, sino de la ética sobre los animales de abasto.
Revisemos nuestras costumbres cárnicas, pero sobre todo, revisemos la ETIQUETA en busca de información al respecto del bienestar animal.
IAS