Claudicar ante la enfermedad, ¿pero cuál es el momento?

 

 

Lo primero de todo, os presentaré a Janis, que es la gata que ha desencadenado la controversia sobre la que me gustaría que opinaseis.

Janis es una gata recogida en adopción por Carmen. Llegó a ella a través de Felinos Bilbao.

En  agosto del año pasado, Carmen se presentó en la clínica con Janis por primera vez. Carmen es un caso especial de adoptante, que siente sobre todo predilección por los casos complicados, o animales que por enfermedad o edad tienen dificultades para encontrar casa de acogida. De esta forma, empezó con Alex y luego siguieron Cata, Ron, Bhroderick, Roke, July, Poliana y Janis. Esta fue recogida en pésimas condiciones, anoréxica, deshidratada, con insuficiencia renal y un proceso oncológico incipiente, que inicialmente se comportaba como un lipoma, pero que finalmente evolucionó hacia un fibroma de gran agresividad.

Inicialmente Janis había estado ingresada en otra clínica durante unas semanas, hasta su recuperación, además había pasado por quirófano para extirparle un gran bulto que se alojaba encima del ojo, y se desplazaba sobre la superficie craneal izquierda. La  cirugía  se resolvió  favorablemente, y en principio se estimó que era un nódulo graso de escasa malignidad.

Después de una semanas con Carmen, recuperó peso, cambió el pelo y hasta los análisis de seguimiento nos dictaban una mejoría contundente. Hasta sus problemas renales ralentizaron su degradación con la medicación diaria.

Durante meses todos los controles analíticos fueron satisfactorios y salvo algún problema esporádico de hongos o diarrea, no planteó patologías importantes.

Pero a finales de año, ya aparecía de forma visible un nuevo crecimiento tumoral encima del parpado superior. Después de Navidad, además de este se detectan dos pequeñas masas nodulares más, sobre la cadena mamaria y otra axilar.

Se procede, en abril, a extirpar de nuevo de forma quirúrgica y evoluciona desfavorablemente por perdida de la movilidad en el parpado afectado .Dos semanas más tarde se enuclea el ojo afectado.

Lo más sorprendente de Janis es que su capacidad de recuperación es la de una gata joven, sana y sin problemas renales. Además, su vitalidad es tal que 48 horas después tiene gran apetito, ganas de jugar, de interrelacionarse y su comportamiento es de normalidad absoluta.

En junio, nos vemos obligados a  intervenirle nuevamente. El posoperatorio discurre sin complicaciones, pero en tres semanas la agresividad del nuevo crecimiento es tal que ya se hace visible. A pesar de la utilización de quimioterapicos para retrasar esta actividad, el crecimiento comienza a exudar y se abre al exterior en otras dos semanas.

Proponemos una nueva intervención, pero las dudas son de peso, la paciencia de Carmen se apaga, y si no conoces la vitalidad de Janis, objetivamente no hay parámetros que avalen un nuevo abordaje quirúrgico.

Finalmente, el día 12  se decide la eutanasia. Janis tan dulce como siempre, y preparada para ello, según nos dice Carmen.

IAS

 

P.D. La conclusión sobre cuando es el momento de decidirnos por la eutanasia, no depende únicamente de la patología  y su sintomatología ligada al dolor o no, sino de la actitud del paciente. No obstante, esta actitud está muy relacionada con la del propietario. No siempre se empatiza con la intensidad que lo hace CARMEN.