Según una consultora veterinaria más de 500.000 animales de compañía no visitarán al veterinario ni una sola vez durante este año. Este es el resultado de la crisis, que afecta a los propietarios de perros y gatos, pero a la que se suma la brutal subida del IVA, y que como consecuencia nos obligará a convivir con una gigantesca población de animales no controlados sanitariamente en nuestras ciudades, en nuestros parques, en nuestros pueblos, con nuestros niños y nuestros propios perros.
Después de conocer el perro positivo a rabia de Toledo, esta noticia se hace doblemente alarmante.
Podemos también abordar el problema económico con la complicidad de nuestro veterinario habitual. En nuestra clínica preferimos que después de informarnos del motivo de la visita, los propietarios nos permitan exponerles las diferentes opciones para aproximarnos al diagnostico, y los diferentes tratamientos de los que disponemos. Nunca hay alternativas cerradas, y los medios se utilizan dependiendo de las posibilidades de los dueños.Solo exigimos unos mínimos,que si la patologia es dolorosa o menoscaba el bienestar del animal,se resuelva de inmediato.
En mi opinión, la peor opción siempre es la de eludir la visita al veterinario. Podemos obviar medicamentos caros, dietas difíciles de mantener, o procedimientos diagnósticos prohibitivos, pero solo el clínico nos puede enseñar el paisaje para entender la causa de la enfermedad, sus consecuencias,los tratamientos posibles y el pronóstico de la misma.
IAS
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